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Conflictos Contemporáneos
Estados Unidos y sus relaciones con Asia
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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 1018658" data-attributes="member: 7964"><p><strong>El mar meridional de la China.</strong></p><p></p><p><strong><span style="font-size: 18px">El Mar de la China, teatro de la rivalidad militar sino-norteamericana.</span></strong></p><p></p><p>El campo de batalla, o por lo menos de choques, ya es conocido. Si las armadas china y norteamericana deben rozarse una a la otra en los próximos años, esto pasará en el Mar de la China meridional. El mismo jefe del Pentágono lanzó una advertencia la semana pasada desde Singapur, Robert Gates decía «temer que, sin reglas sobre la mesa, ocurran enfrentamientos» en estas aguas disputadas. Según él, es "urgente" que los países de la región adopten un «mecanismo multilateral» para reglamentar pacíficamente los litigios territoriales. Aprovechó también para afirmar que los Estados Unidos iban a mantener una presencia militar "sólida" en Asia, e incluso desplegar allí nuevos armamentos.</p><p>El ministro de Defensa chino, el general Liang Guanglie, le respondió pidiendo «respetar los intereses vitales y las preocupaciones superiores» de cada uno en Asia.</p><p>Justamente, en la jerarquía de las prioridades estratégicas chinas, el mar de la China meridional ganó en importancia hace un año. Fue llevada al rango de «interés vital», siguiendo la línea de Taïwan, del Tíbet y de Xinjiang. Lo que significa, claramente, que Pekín no padecerá ningún compromiso sobre el asunto. China apoya sus reivindicaciones marítimas en el famoso «Trazado en nueve puntos» que, sobre los mapas, viene a mutilar a muchos Estados de la región. Los expertos chinos se complacen en recordar que es una herencia de los nacionalistas del Kuomintang.</p><p>Con respecto a los medios, aunque la marina militar china cuenta con muchos medios, China también se apoya en un fuerte aumento de la potencia de las flotas "civiles" del State Oceanic Administration (SOA) o de la administración de control de pesca china, ya que los barcos han sido equipados en lo sucesivo con armas pesadas. Esos barcos "blancos" son menos evidentes que los buques de guerra.</p><p></p><p><strong>«Roncar cerca de nuestras camas»</strong></p><p></p><p>Dos ambiciones geopolíticas rivales, entonces, se apoyan sobre dos visiones marítimas y jurídicas opuestas. Los Estados Unidos y China tienen, en efecto, una lectura muy diferente del derecho del mar. En resumen, los norteamericanos y los aliados consideran que las convenciones de la ONU permiten el libre paso de todos los buques, incluidos los militares, en la ZEE (zona económica exclusiva) de 200 millas, considerada como aguas internacionales. Este paso militar «de rutina» permite evidentemente la vigilancia. Los funcionarios chinos aseguran que respetan los principios de libertad de navegación, pero consideran que los buques militares extranjeros no tienen nada que hacer en su ZEE, librándose un poco de la noción de aguas internacionales. De este modo, no aceptan la idea de una vigilancia norteamericana cerca de sus costas. Y China hace saber cada vez más firmemente a la VII flota norteamericana que no debe venir a patrullar demasiado cerca. En marzo de 2009, un incidente naval enfrentó a un buque norteamericano que llevaba dispositivos de escucha, el USN Impeccable, con barcos chinos frente a Hainan, la gran isla del Sur que abriga la nueva base de submarinos chinos.</p><p>A mediados de abril, durante una audiencia frente al Senado, el jefe de las fuerzas norteamericanas en el Pacífico, el almirante Robert Willard, reconoció que la marina china se había mostrado menos agresiva estos últimos meses, «con menos demostración de fuerza que en el 2010 ». Sin embargo «continúan siguiendo el rastro de algunos de nuestros buques que patrullan en estas aguas», él agregó. Recientemente, para señalar que los barcos norteamericanos serían cada vez menos tolerados en los mares ribereños, un oficial chino citó al primer emperador de la dinastía Song: «Jamás permitiremos que otros vengan a roncar cerca de nuestras camas…»</p><p></p><p><em>Fuente</em>: Le Figaro por Arnaud de La Grange 14/06/2011</p><p>Traducción propia.</p><p> </p><p><strong><span style="font-size: 12px">La mer de Chine, théâtre de la rivalité militaire sino-américaine.</span></strong></p><p></p><p>Le champ de bataille, ou du moins d'accrochages, est déjà connu. Si armées chinoise et américaine doivent se frotter l'une à l'autre dans les années qui viennent, ce sera en mer de Chine méridionale. Le patron du Pentagone lui-même a lancé un avertissement la semaine dernière, depuis Singapour, Robert Gates disant «craindre que, sans règles sur la table, il n'y ait des affrontements» en ces eaux disputées. Selon lui, il est «urgent» que les pays de la région adoptent un «mécanisme multilatéral» pour régler pacifiquement les litiges territoriaux. Il en a profité pour affirmer que les États-Unis allaient maintenir une présence militaire «solide» en Asie, et même y déployer de nouveaux armements.</p><p>Le ministre chinois de la Défense, le général Liang Guanglie, lui a répondu en appelant à «respecter les intérêts vitaux et les préoccupations majeures» de chacun en Asie. Justement, dans la hiérarchie des priorités stratégiques chinoises, la mer de Chine méridionale a pris du galon il y a un an. Elle a été élevée au rang «d'intérêt vital», dans le sillage de Taïwan, du Tibet et du Xinjiang. Ce qui signifie, en clair, que Pékin ne souffrira aucun compromis sur le sujet. La Chine appuie ses revendications maritimes sur le fameux «Tracé en neuf points» qui, sur la carte, vient raser beaucoup d'États de la région. Des experts chinois se plaisent à rappeler qu'il est un héritage des nationalistes du Kuomintang… Côté moyens, si la marine militaire chinoise est très médiatisée, la Chine s'appuie aussi sur une forte montée en puissance des flottes «civiles» de la State Oceanic Administration (SOA) ou de l'administration de surveillance des pêches chinoise, dont les bateaux sont désormais équipés d'armes lourdes. Des bateaux «blancs» moins voyants que les bâtiments de guerre.</p><p></p><p><strong>«Ronfler près de nos lits»</strong></p><p></p><p>Deux ambitions géopolitiques rivales, donc, s'appuient sur deux visions maritimes et juridiques opposées. Les États-Unis et la Chine ont en effet une lecture fort différente du droit de la mer. En résumé, Américains et alliés considèrent que les conventions onusiennes permettent le libre passage de tous les navires - militaires compris - dans la ZEE (zone économique exclusive) des 200 milles, considérée comme eaux internationales. Ce passage militaire «de routine» permet évidemment la surveillance. Les officiels chinois, eux, assurent qu'ils respectent les principes de liberté de navigation, mais considèrent que les navires militaires étrangers n'ont rien à faire dans leur ZEE, s'affranchissant quelque peu de la notion d'eaux internationales. Ainsi, ils n'acceptent pas l'idée d'une surveillance américaine à proximité de leurs côtes. Et la Chine signifie de plus en plus fermement à la VIIe flotte américaine qu'elle ne doit pas venir croiser trop près. En mars 2009, un incident naval a opposé un navire américain remorquant des dispositifs d'écoute, l'USNS Impeccable, à des bateaux chinois en face de Hainan, la grande île du Sud qui abrite la nouvelle base des sous-marins chinois.</p><p>Mi-avril, lors d'une audition devant le Sénat, le patron des forces américaines dans le Pacifique, l'amiral Robert Willard, a reconnu que la marine chinoise s'était montrée moins agressive ces derniers mois, avec «moins de démonstration de force qu'en 2010». Tout en «continuant à pister certains de nos navires croisant dans ces eaux», a-t-il ajouté. Récemment, pour signifier que les esquifs américains seraient de moins en moins tolérés dans les mers riveraines, un officier chinois citait le premier empereur de la dynastie Song: «Nous ne permettrons jamais à d'autres de venir ronfler près de nos lits…»</p><p></p><p><strong>Le Figaro par Arnaud de La Grange 14/06/2011</strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 1018658, member: 7964"] [B]El mar meridional de la China.[/B] [B][SIZE=5]El Mar de la China, teatro de la rivalidad militar sino-norteamericana.[/SIZE][/B] El campo de batalla, o por lo menos de choques, ya es conocido. Si las armadas china y norteamericana deben rozarse una a la otra en los próximos años, esto pasará en el Mar de la China meridional. El mismo jefe del Pentágono lanzó una advertencia la semana pasada desde Singapur, Robert Gates decía «temer que, sin reglas sobre la mesa, ocurran enfrentamientos» en estas aguas disputadas. Según él, es "urgente" que los países de la región adopten un «mecanismo multilateral» para reglamentar pacíficamente los litigios territoriales. Aprovechó también para afirmar que los Estados Unidos iban a mantener una presencia militar "sólida" en Asia, e incluso desplegar allí nuevos armamentos. El ministro de Defensa chino, el general Liang Guanglie, le respondió pidiendo «respetar los intereses vitales y las preocupaciones superiores» de cada uno en Asia. Justamente, en la jerarquía de las prioridades estratégicas chinas, el mar de la China meridional ganó en importancia hace un año. Fue llevada al rango de «interés vital», siguiendo la línea de Taïwan, del Tíbet y de Xinjiang. Lo que significa, claramente, que Pekín no padecerá ningún compromiso sobre el asunto. China apoya sus reivindicaciones marítimas en el famoso «Trazado en nueve puntos» que, sobre los mapas, viene a mutilar a muchos Estados de la región. Los expertos chinos se complacen en recordar que es una herencia de los nacionalistas del Kuomintang. Con respecto a los medios, aunque la marina militar china cuenta con muchos medios, China también se apoya en un fuerte aumento de la potencia de las flotas "civiles" del State Oceanic Administration (SOA) o de la administración de control de pesca china, ya que los barcos han sido equipados en lo sucesivo con armas pesadas. Esos barcos "blancos" son menos evidentes que los buques de guerra. [B]«Roncar cerca de nuestras camas»[/B] Dos ambiciones geopolíticas rivales, entonces, se apoyan sobre dos visiones marítimas y jurídicas opuestas. Los Estados Unidos y China tienen, en efecto, una lectura muy diferente del derecho del mar. En resumen, los norteamericanos y los aliados consideran que las convenciones de la ONU permiten el libre paso de todos los buques, incluidos los militares, en la ZEE (zona económica exclusiva) de 200 millas, considerada como aguas internacionales. Este paso militar «de rutina» permite evidentemente la vigilancia. Los funcionarios chinos aseguran que respetan los principios de libertad de navegación, pero consideran que los buques militares extranjeros no tienen nada que hacer en su ZEE, librándose un poco de la noción de aguas internacionales. De este modo, no aceptan la idea de una vigilancia norteamericana cerca de sus costas. Y China hace saber cada vez más firmemente a la VII flota norteamericana que no debe venir a patrullar demasiado cerca. En marzo de 2009, un incidente naval enfrentó a un buque norteamericano que llevaba dispositivos de escucha, el USN Impeccable, con barcos chinos frente a Hainan, la gran isla del Sur que abriga la nueva base de submarinos chinos. A mediados de abril, durante una audiencia frente al Senado, el jefe de las fuerzas norteamericanas en el Pacífico, el almirante Robert Willard, reconoció que la marina china se había mostrado menos agresiva estos últimos meses, «con menos demostración de fuerza que en el 2010 ». Sin embargo «continúan siguiendo el rastro de algunos de nuestros buques que patrullan en estas aguas», él agregó. Recientemente, para señalar que los barcos norteamericanos serían cada vez menos tolerados en los mares ribereños, un oficial chino citó al primer emperador de la dinastía Song: «Jamás permitiremos que otros vengan a roncar cerca de nuestras camas…» [I]Fuente[/I]: Le Figaro por Arnaud de La Grange 14/06/2011 Traducción propia. [B][SIZE=3]La mer de Chine, théâtre de la rivalité militaire sino-américaine.[/SIZE][/B] Le champ de bataille, ou du moins d'accrochages, est déjà connu. Si armées chinoise et américaine doivent se frotter l'une à l'autre dans les années qui viennent, ce sera en mer de Chine méridionale. Le patron du Pentagone lui-même a lancé un avertissement la semaine dernière, depuis Singapour, Robert Gates disant «craindre que, sans règles sur la table, il n'y ait des affrontements» en ces eaux disputées. Selon lui, il est «urgent» que les pays de la région adoptent un «mécanisme multilatéral» pour régler pacifiquement les litiges territoriaux. Il en a profité pour affirmer que les États-Unis allaient maintenir une présence militaire «solide» en Asie, et même y déployer de nouveaux armements. Le ministre chinois de la Défense, le général Liang Guanglie, lui a répondu en appelant à «respecter les intérêts vitaux et les préoccupations majeures» de chacun en Asie. Justement, dans la hiérarchie des priorités stratégiques chinoises, la mer de Chine méridionale a pris du galon il y a un an. Elle a été élevée au rang «d'intérêt vital», dans le sillage de Taïwan, du Tibet et du Xinjiang. Ce qui signifie, en clair, que Pékin ne souffrira aucun compromis sur le sujet. La Chine appuie ses revendications maritimes sur le fameux «Tracé en neuf points» qui, sur la carte, vient raser beaucoup d'États de la région. Des experts chinois se plaisent à rappeler qu'il est un héritage des nationalistes du Kuomintang… Côté moyens, si la marine militaire chinoise est très médiatisée, la Chine s'appuie aussi sur une forte montée en puissance des flottes «civiles» de la State Oceanic Administration (SOA) ou de l'administration de surveillance des pêches chinoise, dont les bateaux sont désormais équipés d'armes lourdes. Des bateaux «blancs» moins voyants que les bâtiments de guerre. [B]«Ronfler près de nos lits»[/B] Deux ambitions géopolitiques rivales, donc, s'appuient sur deux visions maritimes et juridiques opposées. Les États-Unis et la Chine ont en effet une lecture fort différente du droit de la mer. En résumé, Américains et alliés considèrent que les conventions onusiennes permettent le libre passage de tous les navires - militaires compris - dans la ZEE (zone économique exclusive) des 200 milles, considérée comme eaux internationales. Ce passage militaire «de routine» permet évidemment la surveillance. Les officiels chinois, eux, assurent qu'ils respectent les principes de liberté de navigation, mais considèrent que les navires militaires étrangers n'ont rien à faire dans leur ZEE, s'affranchissant quelque peu de la notion d'eaux internationales. Ainsi, ils n'acceptent pas l'idée d'une surveillance américaine à proximité de leurs côtes. Et la Chine signifie de plus en plus fermement à la VIIe flotte américaine qu'elle ne doit pas venir croiser trop près. En mars 2009, un incident naval a opposé un navire américain remorquant des dispositifs d'écoute, l'USNS Impeccable, à des bateaux chinois en face de Hainan, la grande île du Sud qui abrite la nouvelle base des sous-marins chinois. Mi-avril, lors d'une audition devant le Sénat, le patron des forces américaines dans le Pacifique, l'amiral Robert Willard, a reconnu que la marine chinoise s'était montrée moins agressive ces derniers mois, avec «moins de démonstration de force qu'en 2010». Tout en «continuant à pister certains de nos navires croisant dans ces eaux», a-t-il ajouté. Récemment, pour signifier que les esquifs américains seraient de moins en moins tolérés dans les mers riveraines, un officier chinois citait le premier empereur de la dynastie Song: «Nous ne permettrons jamais à d'autres de venir ronfler près de nos lits…» [B]Le Figaro par Arnaud de La Grange 14/06/2011[/B] [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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