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Conflictos Contemporáneos
Estados Unidos y su política frente al terrorismo
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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 891350" data-attributes="member: 7964"><p>El estilo Obama reemplaza al estilo Bush.</p><p></p><p><strong><span style="font-size: 18px">Los Estados Unidos revisan su estrategia contra el terrorismo.</span></strong></p><p></p><p>El 01 de julio pasado, el presidente Obama nombró a Matthew Olsen, jefe del servicio jurídico de la NSA, al frente del Centro de lucha antiterrorista (NCTC), cuya misión principal es analizar la información que concierne al terrorismo. Esta medida fue tomada para reemplazar a Michael Leiter, que, instalado en este puesto por la administración Bush, renunció el 9 de junio pasado.</p><p>Esta decisión se inscribe dentro de una amplia revisión relacionada con los responsables de la seguridad nacional norteamericana, llevada a cabo a menos de un año de la próxima elección presidencial.</p><p>Por otra parte, el consejero de Barack Obama para asuntos sobre terrorismo, John Brennan, entregó, el último 29 de junio, la nueva aproximación norteamericana en materia de antiterrorismo. Se trata de "formalizar" los principios formulados desde la llegada al poder de la actual administración.</p><p>Así, ya no es cuestión de «guerra planetaria contra el terrorismo», lanzada por George W. Bush, al día siguiente de los atentados del 11 de septiembre de 2001. «Al-Qaeda procura hacernos sangrar financieramente arrastrándonos a largas guerras costosas que también avivan el sentimiento antinorteamericano» consideró John Brennan.</p><p>Según un estudio publicado por la universidad Brown, en los Estados Unidos, las intervenciones militares hechas en el marco de la guerra contra el terrorismo tienen un costo acumulado de 3.7 billones de dólares, es decir un cuarto de la deuda norteamericana. Esta cifra engloba las operaciones del Pentágono, las previsiones de las pensiones pagadas a los veteranos heridos, los gastos ligados a la protección del territorio norteamericano así como los presupuestos concedidos para fomentar el desarrollo.</p><p>Siendo así, y dos meses después de la muerte de su jefe, Osama ben Laden, el objetivo que queda es la «destrucción total» de al-Qaeda. Para esto, hay que «desmantelar el corazón» de la organización atacando a sus dirigentes, que encontraron refugio en las zonas tribales paquistaníes y ocuparse de impedir la reconstrucción de santuarios. Los movimientos afiliados, activos en Yemen, en el Sahel, en Somalia y en Irak, son también tenidos en cuenta. La prioridad será dada probablemente a las operaciones puntuales, como ya es el caso en lo que respecta a la situación yemení, con el despliegue de drones, de medios de inteligencia y de unidades de fuerzas especiales.</p><p>La otra pata de la estrategia norteamericana concierne a la amenaza interior, revelada por la masacre de Fort Hood, en el curso de la cual un médico militar radicalizado a través de Internet por el imán al-Aulaqui, de al-Qaeda en la península arábiga (AQPA), mató a 13 personas. Para Paul Brennan, «se trata de la primera estrategia antiterrorista que se concentra sobre la capacidad de Al-Qaeda y su red que incita a gente de los Estados Unidos para atacarnos en nuestro suelo».</p><p></p><p><em>Fuente</em>: OPEX 360 07 de julio 2011</p><p>Traducción propia.</p><p></p><p>.</p><p></p><p><strong><span style="font-size: 15px">Les Etats-Unis révisent leur stratégie contre le terrorisme.</span></strong></p><p></p><p>Le 1er juillet dernier, le président Obama a nommé Matthew Olsen, le chef du service juridique de la NSA, à la tête du Centre de lutte antiterroriste (NCTC), dont la mission principale est d’analyser les renseignements concernant le terrorisme. Cette mesure vise à remplacer Michael Leiter, qui, installé à ce poste par l’administration Bush, a démissionné le 9 juin dernier.</p><p>Cette décision s’inscrit dans un large remaniement concernant les responsables de la sécurité nationale américaine, cela à moins d’un an de la prochaine élection présidentielle.</p><p>Par ailleurs, le conseiller de Barack Obama pour les affaires de terrorisme, John Brennan, a livré, le 29 juin dernier, la nouvelle approche américaine en matière d’antiterrorisme. Il s’agit en fait de «formaliser» les principes formulés depuis l’arrivée au pouvoir de l’actuelle administration.</p><p>Ainsi, il n’est plus question de «guerre planétaire contre le terrorisme», lancée par George W. Bush, au lendemain des attentats du 11 septembre 2001. «Al-Qaïda cherche à nous faire saigner financièrement en nous entraînant dans de longues guerres coûteuses qui avivent également le sentiment anti-américain» a ainsi estimé John Brennan.</p><p>Selon une étude publiée par l’université Brown, aux Etats-Unis, les interventions militaires faites dans le cadre de la guerre contre le terrorisme ont un coût cumulé de 3.700 milliards de dollars, soit le quart de la dette américaine. Ce chiffre englobe les opérations du Pentagone, les prévisions des pensions versées aux vétérans blessés, les dépenses liées à la protection du territoire américain ainsi que les budgets alloués à l’aide au développement.</p><p>Cela étant, et deux mois après la mort de son chef, Oussama ben Laden, l’objectif reste la «destruction totale» d’al-Qaïda. Pour cela, il faut «démanteler le coeur» de l’organisation en frappant ses dirigeants qui ont trouvé refuge dans les zones tribales pakistanaises et veiller à empêcher la reconstitution de sanctuaires. Les mouvements affiliés – actifs au Yémen, dans le Sahel, en Somalie et en Irak – seront également visés. La prime sera vraisemblablement donnée aux opérations ponctuelles, comme cela est déjà le cas pour ce qui concerne la situation yéménite, avec le déploiement de drones, de moyens de renseignement et des unités de forces spéciales.</p><p>L’autre volet de la stratégie américaine concerne la menace intérieure, révélée par la fusillade de Fort Hood, au cours de laquelle un médecin militaire radicalisé via Internet par l’imam al-Aulaqui, d’al-Qaïda dans la péninsule arabique (AQPA), a tué 13 personnes. Pour Paul Brennan, «il s’agit de la première stratégie antiterroriste qui se concentre sur la capacité d’Al-Qaïda et de son réseau à encourager des gens aux Etats-Unis à nous attaquer de l’intérieur».</p><p></p><p><strong>OPEX 360 7 juillet 2011</strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 891350, member: 7964"] El estilo Obama reemplaza al estilo Bush. [B][SIZE=5]Los Estados Unidos revisan su estrategia contra el terrorismo.[/SIZE][/B] El 01 de julio pasado, el presidente Obama nombró a Matthew Olsen, jefe del servicio jurídico de la NSA, al frente del Centro de lucha antiterrorista (NCTC), cuya misión principal es analizar la información que concierne al terrorismo. Esta medida fue tomada para reemplazar a Michael Leiter, que, instalado en este puesto por la administración Bush, renunció el 9 de junio pasado. Esta decisión se inscribe dentro de una amplia revisión relacionada con los responsables de la seguridad nacional norteamericana, llevada a cabo a menos de un año de la próxima elección presidencial. Por otra parte, el consejero de Barack Obama para asuntos sobre terrorismo, John Brennan, entregó, el último 29 de junio, la nueva aproximación norteamericana en materia de antiterrorismo. Se trata de "formalizar" los principios formulados desde la llegada al poder de la actual administración. Así, ya no es cuestión de «guerra planetaria contra el terrorismo», lanzada por George W. Bush, al día siguiente de los atentados del 11 de septiembre de 2001. «Al-Qaeda procura hacernos sangrar financieramente arrastrándonos a largas guerras costosas que también avivan el sentimiento antinorteamericano» consideró John Brennan. Según un estudio publicado por la universidad Brown, en los Estados Unidos, las intervenciones militares hechas en el marco de la guerra contra el terrorismo tienen un costo acumulado de 3.7 billones de dólares, es decir un cuarto de la deuda norteamericana. Esta cifra engloba las operaciones del Pentágono, las previsiones de las pensiones pagadas a los veteranos heridos, los gastos ligados a la protección del territorio norteamericano así como los presupuestos concedidos para fomentar el desarrollo. Siendo así, y dos meses después de la muerte de su jefe, Osama ben Laden, el objetivo que queda es la «destrucción total» de al-Qaeda. Para esto, hay que «desmantelar el corazón» de la organización atacando a sus dirigentes, que encontraron refugio en las zonas tribales paquistaníes y ocuparse de impedir la reconstrucción de santuarios. Los movimientos afiliados, activos en Yemen, en el Sahel, en Somalia y en Irak, son también tenidos en cuenta. La prioridad será dada probablemente a las operaciones puntuales, como ya es el caso en lo que respecta a la situación yemení, con el despliegue de drones, de medios de inteligencia y de unidades de fuerzas especiales. La otra pata de la estrategia norteamericana concierne a la amenaza interior, revelada por la masacre de Fort Hood, en el curso de la cual un médico militar radicalizado a través de Internet por el imán al-Aulaqui, de al-Qaeda en la península arábiga (AQPA), mató a 13 personas. Para Paul Brennan, «se trata de la primera estrategia antiterrorista que se concentra sobre la capacidad de Al-Qaeda y su red que incita a gente de los Estados Unidos para atacarnos en nuestro suelo». [I]Fuente[/I]: OPEX 360 07 de julio 2011 Traducción propia. . [B][SIZE=4]Les Etats-Unis révisent leur stratégie contre le terrorisme.[/SIZE][/B] Le 1er juillet dernier, le président Obama a nommé Matthew Olsen, le chef du service juridique de la NSA, à la tête du Centre de lutte antiterroriste (NCTC), dont la mission principale est d’analyser les renseignements concernant le terrorisme. Cette mesure vise à remplacer Michael Leiter, qui, installé à ce poste par l’administration Bush, a démissionné le 9 juin dernier. Cette décision s’inscrit dans un large remaniement concernant les responsables de la sécurité nationale américaine, cela à moins d’un an de la prochaine élection présidentielle. Par ailleurs, le conseiller de Barack Obama pour les affaires de terrorisme, John Brennan, a livré, le 29 juin dernier, la nouvelle approche américaine en matière d’antiterrorisme. Il s’agit en fait de «formaliser» les principes formulés depuis l’arrivée au pouvoir de l’actuelle administration. Ainsi, il n’est plus question de «guerre planétaire contre le terrorisme», lancée par George W. Bush, au lendemain des attentats du 11 septembre 2001. «Al-Qaïda cherche à nous faire saigner financièrement en nous entraînant dans de longues guerres coûteuses qui avivent également le sentiment anti-américain» a ainsi estimé John Brennan. Selon une étude publiée par l’université Brown, aux Etats-Unis, les interventions militaires faites dans le cadre de la guerre contre le terrorisme ont un coût cumulé de 3.700 milliards de dollars, soit le quart de la dette américaine. Ce chiffre englobe les opérations du Pentagone, les prévisions des pensions versées aux vétérans blessés, les dépenses liées à la protection du territoire américain ainsi que les budgets alloués à l’aide au développement. Cela étant, et deux mois après la mort de son chef, Oussama ben Laden, l’objectif reste la «destruction totale» d’al-Qaïda. Pour cela, il faut «démanteler le coeur» de l’organisation en frappant ses dirigeants qui ont trouvé refuge dans les zones tribales pakistanaises et veiller à empêcher la reconstitution de sanctuaires. Les mouvements affiliés – actifs au Yémen, dans le Sahel, en Somalie et en Irak – seront également visés. La prime sera vraisemblablement donnée aux opérations ponctuelles, comme cela est déjà le cas pour ce qui concerne la situation yéménite, avec le déploiement de drones, de moyens de renseignement et des unités de forces spéciales. L’autre volet de la stratégie américaine concerne la menace intérieure, révélée par la fusillade de Fort Hood, au cours de laquelle un médecin militaire radicalisé via Internet par l’imam al-Aulaqui, d’al-Qaïda dans la péninsule arabique (AQPA), a tué 13 personnes. Pour Paul Brennan, «il s’agit de la première stratégie antiterroriste qui se concentre sur la capacité d’Al-Qaïda et de son réseau à encourager des gens aux Etats-Unis à nous attaquer de l’intérieur». [B]OPEX 360 7 juillet 2011[/B] [/QUOTE]
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