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Conflictos Contemporáneos
El espionaje interno en los EE.UU.
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<blockquote data-quote="Sebastian" data-source="post: 1376595" data-attributes="member: 8629"><p style="text-align: center"><span style="font-size: 22px"><strong><span style="font-size: 22px">La Comisión amenaza con romper con Washington si no explica el espionaje</span></strong></span></p><p></p><p><span style="font-size: 18px"><strong><span style="font-size: 12px">Reding indica que "el Parlamento evaluará toda la relación transatlántica según sus respuestas"</span></strong></span></p><p> </p><p><a href="http://internacional.elpais.com/autor/claudi_perez/a/" target="_blank">Claudi Pérez</a> Bruselas <a href="http://internacional.elpais.com/tag/fecha/20130612" target="_blank">12 JUN 2013 - 17:39 CET</a></p><p>La comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, ha querido dejar las cosas claras al fiscal general estadounidense, Eric Holder, <a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/11/actualidad/1370978538_074776.html" target="_blank">antes de acudir a la reunión que celebrarán el viernes</a>. Reding ha enviado una carta inusualmente dura a Holder para pedir explicaciones sobre el espionaje orquestado desde el Gobierno de Barack Obama y advertirle de que el asunto puede afectar a las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos.</p><p> </p><p>La responsable de Justicia, que viajará el jueves a Dublín para participar en el encuentro bilateral entre las dos potencias, envió el pasado lunes una carta de dos folios y medio al fiscal general en la que exige explicaciones por este escándalo. Y deja para el final la advertencia más contundente: "Dada la gravedad de la situación y la seria preocupación que ha expresado la opinión pública a este lado del Atlántico, entenderá usted que espere respuestas rápidas y concretas el viernes. Como usted sabe, la Comisión Europea rinde cuentas ante el Parlamento Europeo, que probablemente evaluará toda la relación trasatlántica a la luz de sus respuestas", concluye la misiva, a la que ha tenido acceso este periódico.</p><p> </p><p>De esa forma velada, la luxemburguesa Reding avisa a Estados Unidos de que la representación más directa de los ciudadanos en las instituciones comunitarias, el Parlamento, puede querer revisar todos los acuerdos de cooperación que existen entre la UE y EE UU y que benefician en gran medida a Estados Unidos. Los países comunitarios ya entregan, por ejemplo, información sobre movimientos de capitales y sobre pasajeros aéreos de todos los vuelos que tengan como origen o destino Estados Unidos. Se da la paradoja de que los 27 Estados aún no comparten esa información entre sí -llevan meses intentando sacar adelante esta regulación- pero sí la envían al otro lado del Atlántico con el objetivo de luchar contra el terrorismo.</p><p> </p><p>Antes de lanzar esa cuasiamenaza, Reding, conocida por plantear los asuntos de forma clara y, en ocasiones, alejada del eufemístico lenguaje comunitario, muestra inquietud por las "adversas consecuencias [del programa de vigilancia de datos] para los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos". La comisaria recuerda a Holder que hace un año los dos coincidieron en la necesidad de ofrecer a los ciudadanos "un alto nivel de protección para su privacidad".</p><p> </p><p>Reding subraya que el acceso directo de las fuerzas de seguridad estadounidenses a los datos personales de ciudadanos europeos almacenados en servidores de compañías estadounidenses "deben quedar excluidos salvo en situaciones concretas, excepcionales y revisables judicialmente". Lejos de quedar en generalidades, Reding presenta una lista con siete preguntas -algunas con apartados a y b- que exigen respuesta de Holder.</p><p> </p><p>Lo primero que le interesa a la comisaria es saber si el programa de espionaje afecta principalmente a ciudadanos que no sean estadounidenses y, en concreto, a europeos. Además, pregunta si el acceso a esos datos personales se limita a casos concretos y cuáles son los criterios empleados para el seguimiento. E inquiere sobre el caso contrario: si la información se recoge de forma masiva, "sin justificación relativa a casos concretos", y si esas prácticas son regulares u ocasionales.</p><p> </p><p>En cuanto a los objetivos, la titular de Justicia pide aclaraciones sobre si se utiliza con fines de seguridad nacional, de inteligencia relacionada con el exterior y cómo se definen ambos conceptos. Y le pregunta qué vías administrativas o judiciales tienen a su alcance las empresas en Europa o Estados Unidos para el acceso, la recogida y el procesamiento de datos bajo <a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/07/actualidad/1370564066_752776.html" target="_blank">programas como el de vigilancia de datos</a>. Casi de forma retórica -porque conoce la respuesta- le pide información sobre los procedimientos por los que un ciudadano europeo puede informarse de si están afectados por alguno de estos programas de espionaje. Más claramente, le pide una comparación entre los procedimientos disponibles para los estadounidenses y los residentes (aunque no sean estadounidenses).</p><p> </p><p>En el fondo de estas últimas preguntas late un malestar que la Unión Europea lleva tiempo arrastrando sobre las diferencias de trato a los europeos en Estados Unidos respecto a los estadounidenses en territorio comunitario. Uno de los elementos que paralizan el acuerdo global de protección de datos que negocian desde 2011 las dos potencias reside en que un norteamericano puede recurrir ante las autoridades europeas si siente que su información personal ha sido violada y, en cambio, un europeo no puede hacer lo mismo en Estados Unidos.</p><p> </p><p>Reding advierte a Holder de que casos como el de la vigilancia a las comunicaciones de los ciudadanos "pueden minar la confianza de los europeos" en los sistemas de cooperación con Estados Unidos, "ahora mismo en revisión en el proceso legislativo europeo".</p><p><a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/12/actualidad/1371051599_670201.html" target="_blank">http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/12/actualidad</a></p><p><a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/12/actualidad/1371051599_670201.html" target="_blank">/1371051599_670201.html</a></p><p> </p><p style="text-align: center"><span style="font-size: 22px"><strong><span style="font-size: 22px">La Unión Europea teme por la privacidad de sus datos</span></strong></span></p><p></p><p><span style="font-size: 18px"><strong><span style="font-size: 12px">La Comisión pedirá explicaciones a EE UU sobre el espionaje</span></strong></span></p><p><span style="font-size: 18px"><strong><span style="font-size: 12px">Los países negocian desde hace meses cómo cerrar las lagunas de privacidad</span></strong></span></p><p> </p><p>El espionaje informático en Estados Unidos ha colocado en primer plano un problema que inquieta a Europa desde hace meses: la desprotección de los datos personales. Apenas unas horas más de conversación les faltaron a los ministros europeos de Justicia del pasado jueves para que la revelación del programa estadounidense centrara la reunión en la que los mandatarios trataban de reforzar las normas comunitarias de protección de datos. La Comisión Europea constató con pesar que hay Estados dispuestos a bloquear esa regulación poco antes de que <em>The Guardian</em> revelara con sus informaciones la urgencia de pactar ese nuevo marco.</p><p> </p><p>Las normas comunitarias sobre esta materia datan de 1995. Pese a figurar todavía entre las más garantistas del mundo, la irrupción de Internet en la vida diaria de los europeos —y especialmente la llegada de las redes sociales— ha convertido en obsoleta la regulación. El Ejecutivo comunitario lanzó hace ya año y medio una propuesta para restringir el acceso que compañías y poderes públicos tienen a datos sensibles de los usuarios y regular cuestiones tan novedosas como el derecho al olvido.</p><p> </p><p>Desde entonces, los Estados miembros se resisten a ponerse de acuerdo en elementos fundamentales de la regulación. Pero la irrupción del espionaje estadounidense ha desatado el nerviosismo de algunos miembros de la Comisión Europea. “Este caso demuestra que un marco legal para la protección de datos personales no es un lujo, sino un derecho fundamental.</p><p> </p><p>Ya es hora de que el Consejo Europeo demuestre que puede actuar rápidamente para reforzar los derechos de los ciudadanos”, reclamó la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding, tras conocerse el espionaje.</p><p> </p><p>A la hora de evaluar el grado de desprotección de los ciudadanos en la red, tan importante resulta la regulación europea como la que detalla los intercambios de datos entre Europa y Estados Unidos.</p><p> </p><p>Ninguna de las dos acaba de concretarse. Pero el escándalo de la vigilancia ha llegado a tiempo para centrar la reunión que mantendrán a partir del miércoles en Dublín los responsables europeos con las autoridades estadounidenses. La casualidad ha querido que este encuentro anual se dedique en esta ocasión a la protección de datos.</p><p> </p><p>Ni la regulación europea ni la que controla los intercambios con EE UU termina de concretarse</p><p> </p><p>Reding tendrá la oportunidad de preguntar a Estados Unidos los detalles del espionaje, a cuántos europeos ha afectado y cómo piensa garantizar la seguridad de las comunicaciones, según explica una portavoz de la comisaria.</p><p> </p><p>La preocupación no es nueva. La Unión Europea entrega ya numerosos datos de sus ciudadanos a Estados Unidos (de los pasajeros aéreos, de las transferencias bancarias...), pero no tiene garantías de que el tratamiento de esos datos respete los estándares europeos.</p><p> </p><p>Por eso la comisaria de Justicia explora desde 2011 un acuerdo de protección de datos vinculado a la cooperación policial y judicial. Porque en la práctica, por muchas regulaciones que se aprueben al respecto, tanto los poderes públicos como los privados tienen acceso a información clave del ciudadano que puede ser utilizada en su contra.</p><p> </p><p>Varios elementos bloquean desde hace tiempo esa colaboración entre las dos potencias. Entre ellos, que un ciudadano estadounidense que considere violada su privacidad puede reclamar ante las autoridades europeas, mientras un europeo no puede hacer lo mismo frente la administración estadounidense.</p><p> </p><p>La Comisión quiere, además, clarificar si esos intercambios implicarían una cesión indiscriminada de datos o se trataría de peticiones cuando existan “sospechas concretas”, explican fuentes comunitarias. “Cuando un ciudadano europeo manda mensajes o llama por teléfono a alguien en Estados Unidos no espera que sus datos personales sean interceptados o transmitidos a terceras personas”, describen.</p><p> </p><p>Otras fuentes comunitarias consideran que las posibilidades de aproximación en este acuerdo de intercambio de datos son ahora más limitadas que antes de conocerse la revelación del cerco a las comunicaciones privadas.</p><p> </p><p>Aunque algunos Estados miembros son menos beligerantes en este terreno, la mayoría recela del uso que Estados Unidos pueda dar a esas bases de datos, mucho más ahora. La propia canciller alemana, Angela Merkel, aprovechará la cita que mantendrá con el presidente estadounidense, Barack Obama, el próximo 18 de junio para pedirle explicaciones sobre este caso.</p><p> </p><p>El control de las comunicaciones indigna especialmente al Parlamento Europeo, muy celoso de la privacidad de los ciudadanos. “¿Cómo podemos hablar de relación especial entre la Unión Europea y Estados Unidos cuando Obama dice explícitamente que solo han espiado a extranjeros?”, se pregunta la diputada holandesa liberal Sophie in 't Veld, gran defensora de las libertades civiles.</p><p><a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/11/actualidad/1370978538_074776.html" target="_blank">http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/11/actualidad/1370978538_074776.html</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Sebastian, post: 1376595, member: 8629"] [CENTER][SIZE=6][B][SIZE=6]La Comisión amenaza con romper con Washington si no explica el espionaje[/SIZE][/B][/SIZE][/CENTER] [SIZE=5][B][SIZE=3]Reding indica que "el Parlamento evaluará toda la relación transatlántica según sus respuestas"[/SIZE][/B][/SIZE] [URL='http://internacional.elpais.com/autor/claudi_perez/a/']Claudi Pérez[/URL] Bruselas [URL='http://internacional.elpais.com/tag/fecha/20130612']12 JUN 2013 - 17:39 CET[/URL] La comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, ha querido dejar las cosas claras al fiscal general estadounidense, Eric Holder, [URL='http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/11/actualidad/1370978538_074776.html']antes de acudir a la reunión que celebrarán el viernes[/URL]. Reding ha enviado una carta inusualmente dura a Holder para pedir explicaciones sobre el espionaje orquestado desde el Gobierno de Barack Obama y advertirle de que el asunto puede afectar a las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos. La responsable de Justicia, que viajará el jueves a Dublín para participar en el encuentro bilateral entre las dos potencias, envió el pasado lunes una carta de dos folios y medio al fiscal general en la que exige explicaciones por este escándalo. Y deja para el final la advertencia más contundente: "Dada la gravedad de la situación y la seria preocupación que ha expresado la opinión pública a este lado del Atlántico, entenderá usted que espere respuestas rápidas y concretas el viernes. Como usted sabe, la Comisión Europea rinde cuentas ante el Parlamento Europeo, que probablemente evaluará toda la relación trasatlántica a la luz de sus respuestas", concluye la misiva, a la que ha tenido acceso este periódico. De esa forma velada, la luxemburguesa Reding avisa a Estados Unidos de que la representación más directa de los ciudadanos en las instituciones comunitarias, el Parlamento, puede querer revisar todos los acuerdos de cooperación que existen entre la UE y EE UU y que benefician en gran medida a Estados Unidos. Los países comunitarios ya entregan, por ejemplo, información sobre movimientos de capitales y sobre pasajeros aéreos de todos los vuelos que tengan como origen o destino Estados Unidos. Se da la paradoja de que los 27 Estados aún no comparten esa información entre sí -llevan meses intentando sacar adelante esta regulación- pero sí la envían al otro lado del Atlántico con el objetivo de luchar contra el terrorismo. Antes de lanzar esa cuasiamenaza, Reding, conocida por plantear los asuntos de forma clara y, en ocasiones, alejada del eufemístico lenguaje comunitario, muestra inquietud por las "adversas consecuencias [del programa de vigilancia de datos] para los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos". La comisaria recuerda a Holder que hace un año los dos coincidieron en la necesidad de ofrecer a los ciudadanos "un alto nivel de protección para su privacidad". Reding subraya que el acceso directo de las fuerzas de seguridad estadounidenses a los datos personales de ciudadanos europeos almacenados en servidores de compañías estadounidenses "deben quedar excluidos salvo en situaciones concretas, excepcionales y revisables judicialmente". Lejos de quedar en generalidades, Reding presenta una lista con siete preguntas -algunas con apartados a y b- que exigen respuesta de Holder. Lo primero que le interesa a la comisaria es saber si el programa de espionaje afecta principalmente a ciudadanos que no sean estadounidenses y, en concreto, a europeos. Además, pregunta si el acceso a esos datos personales se limita a casos concretos y cuáles son los criterios empleados para el seguimiento. E inquiere sobre el caso contrario: si la información se recoge de forma masiva, "sin justificación relativa a casos concretos", y si esas prácticas son regulares u ocasionales. En cuanto a los objetivos, la titular de Justicia pide aclaraciones sobre si se utiliza con fines de seguridad nacional, de inteligencia relacionada con el exterior y cómo se definen ambos conceptos. Y le pregunta qué vías administrativas o judiciales tienen a su alcance las empresas en Europa o Estados Unidos para el acceso, la recogida y el procesamiento de datos bajo [URL='http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/07/actualidad/1370564066_752776.html']programas como el de vigilancia de datos[/URL]. Casi de forma retórica -porque conoce la respuesta- le pide información sobre los procedimientos por los que un ciudadano europeo puede informarse de si están afectados por alguno de estos programas de espionaje. Más claramente, le pide una comparación entre los procedimientos disponibles para los estadounidenses y los residentes (aunque no sean estadounidenses). En el fondo de estas últimas preguntas late un malestar que la Unión Europea lleva tiempo arrastrando sobre las diferencias de trato a los europeos en Estados Unidos respecto a los estadounidenses en territorio comunitario. Uno de los elementos que paralizan el acuerdo global de protección de datos que negocian desde 2011 las dos potencias reside en que un norteamericano puede recurrir ante las autoridades europeas si siente que su información personal ha sido violada y, en cambio, un europeo no puede hacer lo mismo en Estados Unidos. Reding advierte a Holder de que casos como el de la vigilancia a las comunicaciones de los ciudadanos "pueden minar la confianza de los europeos" en los sistemas de cooperación con Estados Unidos, "ahora mismo en revisión en el proceso legislativo europeo". [URL='http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/12/actualidad/1371051599_670201.html']http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/12/actualidad[/URL] [URL='http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/12/actualidad/1371051599_670201.html']/1371051599_670201.html[/URL] [CENTER][SIZE=6][B][SIZE=6]La Unión Europea teme por la privacidad de sus datos[/SIZE][/B][/SIZE][/CENTER] [SIZE=5][B][SIZE=3]La Comisión pedirá explicaciones a EE UU sobre el espionaje[/SIZE][/B][/SIZE] [SIZE=5][B][SIZE=3]Los países negocian desde hace meses cómo cerrar las lagunas de privacidad[/SIZE][/B][/SIZE] El espionaje informático en Estados Unidos ha colocado en primer plano un problema que inquieta a Europa desde hace meses: la desprotección de los datos personales. Apenas unas horas más de conversación les faltaron a los ministros europeos de Justicia del pasado jueves para que la revelación del programa estadounidense centrara la reunión en la que los mandatarios trataban de reforzar las normas comunitarias de protección de datos. La Comisión Europea constató con pesar que hay Estados dispuestos a bloquear esa regulación poco antes de que [I]The Guardian[/I] revelara con sus informaciones la urgencia de pactar ese nuevo marco. Las normas comunitarias sobre esta materia datan de 1995. Pese a figurar todavía entre las más garantistas del mundo, la irrupción de Internet en la vida diaria de los europeos —y especialmente la llegada de las redes sociales— ha convertido en obsoleta la regulación. El Ejecutivo comunitario lanzó hace ya año y medio una propuesta para restringir el acceso que compañías y poderes públicos tienen a datos sensibles de los usuarios y regular cuestiones tan novedosas como el derecho al olvido. Desde entonces, los Estados miembros se resisten a ponerse de acuerdo en elementos fundamentales de la regulación. Pero la irrupción del espionaje estadounidense ha desatado el nerviosismo de algunos miembros de la Comisión Europea. “Este caso demuestra que un marco legal para la protección de datos personales no es un lujo, sino un derecho fundamental. Ya es hora de que el Consejo Europeo demuestre que puede actuar rápidamente para reforzar los derechos de los ciudadanos”, reclamó la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding, tras conocerse el espionaje. A la hora de evaluar el grado de desprotección de los ciudadanos en la red, tan importante resulta la regulación europea como la que detalla los intercambios de datos entre Europa y Estados Unidos. Ninguna de las dos acaba de concretarse. Pero el escándalo de la vigilancia ha llegado a tiempo para centrar la reunión que mantendrán a partir del miércoles en Dublín los responsables europeos con las autoridades estadounidenses. La casualidad ha querido que este encuentro anual se dedique en esta ocasión a la protección de datos. Ni la regulación europea ni la que controla los intercambios con EE UU termina de concretarse Reding tendrá la oportunidad de preguntar a Estados Unidos los detalles del espionaje, a cuántos europeos ha afectado y cómo piensa garantizar la seguridad de las comunicaciones, según explica una portavoz de la comisaria. La preocupación no es nueva. La Unión Europea entrega ya numerosos datos de sus ciudadanos a Estados Unidos (de los pasajeros aéreos, de las transferencias bancarias...), pero no tiene garantías de que el tratamiento de esos datos respete los estándares europeos. Por eso la comisaria de Justicia explora desde 2011 un acuerdo de protección de datos vinculado a la cooperación policial y judicial. Porque en la práctica, por muchas regulaciones que se aprueben al respecto, tanto los poderes públicos como los privados tienen acceso a información clave del ciudadano que puede ser utilizada en su contra. Varios elementos bloquean desde hace tiempo esa colaboración entre las dos potencias. Entre ellos, que un ciudadano estadounidense que considere violada su privacidad puede reclamar ante las autoridades europeas, mientras un europeo no puede hacer lo mismo frente la administración estadounidense. La Comisión quiere, además, clarificar si esos intercambios implicarían una cesión indiscriminada de datos o se trataría de peticiones cuando existan “sospechas concretas”, explican fuentes comunitarias. “Cuando un ciudadano europeo manda mensajes o llama por teléfono a alguien en Estados Unidos no espera que sus datos personales sean interceptados o transmitidos a terceras personas”, describen. Otras fuentes comunitarias consideran que las posibilidades de aproximación en este acuerdo de intercambio de datos son ahora más limitadas que antes de conocerse la revelación del cerco a las comunicaciones privadas. Aunque algunos Estados miembros son menos beligerantes en este terreno, la mayoría recela del uso que Estados Unidos pueda dar a esas bases de datos, mucho más ahora. La propia canciller alemana, Angela Merkel, aprovechará la cita que mantendrá con el presidente estadounidense, Barack Obama, el próximo 18 de junio para pedirle explicaciones sobre este caso. El control de las comunicaciones indigna especialmente al Parlamento Europeo, muy celoso de la privacidad de los ciudadanos. “¿Cómo podemos hablar de relación especial entre la Unión Europea y Estados Unidos cuando Obama dice explícitamente que solo han espiado a extranjeros?”, se pregunta la diputada holandesa liberal Sophie in 't Veld, gran defensora de las libertades civiles. [url]http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/11/actualidad/1370978538_074776.html[/url] [/QUOTE]
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