Brasil: US$ 8.500 millones en submarinos y helicópteros

  • Tema iniciado federicobarbarroja
  • Fecha de inicio
Estado
Cerrado para nuevas respuestas
LULA Y SU AMIGO FRANCES

A menos de un año y medio de dejar la presidencia de Brasil, Lula da Silva ha pegado un golpe de timón que obligará a reformular la arquitectura estratégica sudamericana. En un escenario de alta carga simbólica, en el día de la independencia, con el imponente desfile militar cruzando Brasilia, Lula develó uno de los secretos mejor guardados del Palacio del Planalto.

El presidente reequipará militarmente al Brasil, y lo hará obviando la provisión –y la anuencia– norteamericana, invirtiendo montos superiores a los de cualquier Estado latinoamericano (mayores que los del Plan Colombi o que las compras militares a Rusia proyectadas por Chávez), y sellando un acuerdo estratégico con Francia que traerá cola.

En los últimos tiempos, tres hechos sin aparente relación han trastocado la geopolítica regional. Brasil hizo públicos los descubrimientos de yacimientos petrolíferos, con unos 50 mil millones de barriles de crudo enterrados a lo largo del litoral atlántico; el año pasado Estados Unidos tomó la decisión de reactivar la IV Flota, para patrullar precisamente ese litoral; y hace pocos días Álvaro Uribe anunció que habilitará siete bases en territorio colombiano para el uso de tropas norteamericanas.

Tras el anuncio de Uribe, Lula consiguió que en 48 horas el Congreso le autorizase una inversión en equipamiento militar cercana a los ocho mil millones de dólares; pero los acuerdos de compra negociados con Nicolas Sarkozy, el amigo francés invitado de honor a las fiestas patrias brasileñas, terminarán duplicando aquel gasto autorizado. Será la mayor inversión militar de la historia reciente. Para buscar antecedentes de un gasto semejante hay que remontarse a la segunda guerra mundial, cuando Brasil se sumó al conflicto y el presidente Getulio Vargas equipó al ejército para la guerra.

Sin embargo, a pesar de la magnitud del gasto, no se ha levantado en contra ni una sola voz en todo el arco opositor. Hay consenso en la clase política en que este reordenamiento estratégico ubicará a Brasil en un incontestable lugar de preeminencia regional.

Poder de fuego disuasivo. La negociación de las armas es impresionante. Incluye 36 aviones cazabombarderos (los franceses Rafale parecen ser los favoritos, sofisticados cazas equipados con diversos misiles, radares infrarrojos y telémetros láser); cuatro submarinos Scorpène; el desarrollo de un submarino nuclear y 50 helicópteros de transporte militar. Con esta capacidad de fuego, especialmente a nivel naval, necesariamente se modificará la ecuación militar en América latina. No será igualada por ninguno de sus vecinos, y los intentos de equiparación podrían desencadenar una carrera armamentística.

Pero la clave del golpe de timón de Lula da Silva, sin embargo, no está en la cantidad de armas que adquiera sino en la carga de conocimiento, tecnología y desarrollo que con ellas venga. Con esta cooperación, Brasil se convertirá en el séptimo país del mundo capaz de construir y navegar submarinos convencionales y nucleares. Con la tecnología francesa, será la industria de defensa brasileña, y los numerosos círculos industriales subsidiarios, la que sentirá el salto modernizador y multiplicador de desarrollo.

Las señales exteriores del presidente Lula, en todo caso, apuntan a tranquilizar a sus vecinos. Ha dicho en varias oportunidades que el aumento de las fuerzas de defensa busca un objetivo disuasorio, y que no hay ninguna hipótesis de confrontación vigente. Pero, aunque Lula no lo diga, las intenciones de liderazgo regional deben ser respaldadas por una capacidad bélica coherente con ellas, lo enseña cualquier manual de teoría realista de política internacional.

El rol del amigo francés. Frente a Uribe, en Bariloche, Lula se mostró disconforme y de mal humor, le exigió transparencia en varias oportunidades. Y a los demás colegas de la Unasur les recordó que había propuesto que el Consejo de Defensa Sudamericano asumiera un papel activo en el tema de las bases colombianas, así como en las adquisiciones de armamentos. Y es que no sólo Colombia y Venezuela se están rearmando, también las compras presupuestadas por Chile y Perú son considerables. De momento, sólo Argentina ha quedado al margen de la tendencia regional.

En Bariloche, además, Lula volvió a sugerir que el presidente Barack Obama participase en una reunión de la Unasur y explicara los alcances de la presencia norteamericana en Colombia. Pero Obama no contestó. Brasil ha insistido reiteradamente ante Washington en su intención de sumarse al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero Obama no le contesta.

Brasil quiso negociar la venta de aviones a Venezuela, y Washington vetó el acuerdo, porque transferiría tecnología norteamericana a Caracas. Lula espera que la Casa Blanca comience a dar un giro de prioridad hacia América latina, pero Obama no contesta, está demasiado ocupado en desatar los nudos de Irak y Afganistán.

En ese aparente vacío, aparece Nicolas Sarkozy, ofrece un acuerdo de transferencia de conocimientos industriales de última generación; impulsa junto al gigante sudamericano un nuevo orden mundial más solidario, en línea con el discurso internacional de Lula; y una alianza estratégica que vaya más allá de un acuerdo comercial de armamentos. Concretamente, ofrece enviar equipos y conocimiento, y apoyar a Brasil para que sea un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

A cambio, quizá Sarkozy logre quedarse con el petróleo brasileño.


Fuente: La Voz del Interior


Un abrazo
 

Yamamoto

Forista Perseguido
"EMOL,
Hernán Felipe Errázuriz, Sábado 12 de Septiembre de 2009


Brasil: mucho que aprender



Lula sabe de poder: ha situado a Brasil entre las grandes potencias, asociado estratégicamente con Rusia, India, China, la Unión Europea y EE.UU. Brasil siempre ha sido importante, pero sin la actual gravitación internacional. Su economía era inferior a la argentina; hoy más que la triplica, y excede sobradamente a la de México, que lo superaba.

Lula sabe que la diplomacia y la defensa son indispensables y no sustitutas. Y, como dijo John F. Kennedy, ninguna de las dos debe fallar. Tiene la diplomacia profesional de Itamaraty, con recursos y con todos sus embajadores de carrera. Ahora Lula moderniza sus fuerzas armadas, adquiriendo avanzados equipos a Francia.

Algunos gobernantes latinoamericanos, como los argentinos actuales, postergan el gasto militar hasta por represalia o celo a las instituciones de la defensa. Lula, en cambio, pone por delante los intereses nacionales y mira el largo plazo.

Las compras apuntan a defender su territorio, respaldar su poder nacional, desarrollar su industria militar para autoabastecerse y exportar, y -aunque no se diga- para prevenirse de su vecino, Chávez, que, aliado con Irán, arriesga introducir la nuclearización en Sudamérica.

El programa de adquisiciones fija de hecho un piso de gastos militares, para más de un quinquenio. Incluye la construcción de un submarino nuclear, en la delgada línea de transgredir el Tratado de Tlatelolco, que proscribió los desarrollos atómicos para usos no pacíficos en América Latina. Si Chile hubiese hecho un vigésimo de esas compras, otras habrían sido las reacciones, al menos del Perú, vecino de Brasil.

Se ha recordado en Brasil, sin provocar polémica, el mensaje de George W. Washington al Congreso de los Estados Unidos en 1790: "Para preservar la paz, uno de los medios más efectivos es estar preparado para la guerra".

Las compras se anunciaron durante la visita del Presidente Sarkozy, en el día de la independencia de Brasil. Ésas son muestras de diversificación de los lazos con las grandes potencias, que contempla el apoyo para ser sede olímpica en 2016 y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Chile tiene mucho que aprender de Brasil en cuanto a fortalecer a la diplomacia y contemplar un piso para la inversión de sus Fuerzas Armadas, que el Gobierno se propone eliminar.

Igualmente importante es aprovechar la "amistad sin límites" que declaró con Chile el artífice de la diplomacia brasileña, el barón de Rio Branco. El desafío nuestro es densificar esos lazos. Para ello tenemos que invertir en la diplomacia profesional. Los últimos presidentes lo han prometido, pero ninguno lo ha cumplido."


Sin duda Brasil esta marcando la pauta, en diplomacia, desarrollo militar y prudencia, todo un logro de Lula, mis respeto y reconocimiento.

Obrigados saludos
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
En Washington, la inquietud pasa por no perder buenos negocios

EE.UU. quiere vender sus equipos a Brasil. No teme una carrera armamentista. Por: Ana Baron

SUPER HORNET. EL AVION QUE EE.UU. QUIERE VENDERLE A BRASIL.

EE.UU. no se da por vencido. Pese a que existen grandes probabilidades de que Brasil termine comprando 38 aviones Rafale del fabricante Dassault a Francia, el Departamento de Estado recordó el viernes que el negocio todavía no se ha cerrado y que su avión el F/A-18 Super Hornet sigue en carrera. Una de sus voceras, Sara Mangiaracina, confirmo a Clarín que "nuestro gobierno aprobó la transferencia de tecnología necesaria" para que los aviones puedan ser construidos en Brasil.

De hecho, Lula impuso esa condición desde un principio y, pese a las resistencias que existieron en el pasado, esta vez EE.UU. accedió. ¿A qué se debe el giro? ¿Por qué Brasil sigue insistiendo entonces con el Rafale?

Los especialistas estadounidenses consultados por Clarín coincidieron al afirmar que la decisión de Lula será de tipo político pero que no tendrá nada que ver con el acuerdo militar firmado por EE.UU. y Colombia ni tampoco con una carrera armamentista en la región. Según ellos, el objetivo de Brasil es afianzar su desarrollo militar industrial en particular y el desarrollo económico en general.

"El F/A-18 tiene más alcance y más capacidad de reabastecimiento en el aire que el Rafale. Pero, para Brasil, la oferta francesa es más interesante porque combina la transferencia de la tecnología de los aviones con tecnología para construir submarinos", explicó a Clarín una muy respetada especialista de asuntos militares de la Universidad de Georgetown, Margaret Daly Hayes. "Brasil quiere además mantener su independencia con respecto a cualquier ley de control de exportaciones que EE.UU. le pueda aplicar, como sucedió durante las dictaduras militares de los '70 con la enmienda Humphrey-Kennedy, que impuso un embargo de armas a Chile y Argentina o, más recientemente, con el veto que impuso a la venta de aviones brasileños a Venezuela", agregó.

Según Daly Hayes, la compra de estos 36 aviones a Francia no significa que hay una carrera armamentista en la región. "Los países de Mercosur siguen gastando en el área militar un porcentaje muy chico de sus PBI y en su mayoría están reemplazando equipos viejos. El caso de Venezuela es un poco diferente porque está gastando en armamento más de lo que puede absorber". Venezuela no tiene la infraestructura industrial que tiene Brasil, como para poder mantener sus aviones en vuelo en el caso de que los países exportadores le nieguen repuestos, explicó la experta.

Iñigo Guevara Moyano, un especialista mexicano de compra de armamentos que trabaja para las Jane's, las famosas publicaciones de información militar, recuerda que "Brasil ya le compró mucho material militar a Francia como, por ejemplo, los Mirages en 1973, y está interesado en mantener los nichos de mercados que ha podido cubrir con su Tucano o su Super Tucano, no sólo en América Latina y en África. Eso no es una amenaza para EE.UU. porque su tecnología es tanto más de avanzada y porque sus mercados incluyen a países como Emiratos Arabes, Taiwan, Arabia Saudita, Corea del Sur, China, Singapur o Egipto, que gastan miles y miles de billones de dólares en armamentos por año. Lo de Brasil son sólo nichos aislados", dijo.

Clarin
 
Les dejo una entrevista que le hicieron a Juan Battaleme, quien es profesor de relaciones internacionales en la UBA y la UADE. Personalmente uno de los mejores profesores que tuve. Realista al mango y sin pelos en la lengua.

http://radiouniversidad.wordpress.com/2009/09/07/reunion-lula-%E2%80%93-sarkozy-%E2%80%9Cse-acaba-la-mentira-de-la-hermandad-latinoamericana%E2%80%9D-charla-con-juan-battaleme/#more-6860

Algunas de las frases en la entrevista.

"Se acaba la mentira de la hermandad latinoamericana”

"El discuso de la hermandad latinoamericana se va a mantener, pero todos los estados estan haciendo lo que tienen que hacer que es el regreso de la historia. Y cual es el regreso de la historia? Armarse y ocupar espacios."

"Ahora el objetivo de Brasil es que en la region, le compremos (armas) a ellos...es esa idea de crear periferias..."

"La idea de que Brasil es un hegemon benigno, que nos representa a todos los latinoamericanos, es el gran amigo de todos los niños latinoamericanos es como.....chocante" :D

"Si Argentina sigue la política actual, lo unico que nos queda es recaer en una cooperación de debilidad con el resto de los paises de America Latina. O la otra es empezar tranquilamente a incorporar y modernizar los sistemas de armas que nos permita hacer una cooperación de fortaleza con los paises de America Latina."
 
Fuente: Ojo

Adiós al patio trasero. Brasil frenará a EEUU

Posted: 12 Sep 2009 06:43 PM PDT

El definitivo adiós al patio trasero

Raúl Zibechi
La Jornada

El acuerdo firmado el 7 de septiembre por Luiz Inacio Lula da Silva y Nicolas Sarkozy completa el viraje estratégico producido en la región con la decadencia de la hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de Brasil como potencia global. Nace un complejo militar-industrial autónomo en el que alguna vez fuera el patio trasero del imperio, que consigue blindar la Amazonia y las reservas de hidrocarburos descubiertas en el litoral marítimo brasileño. Por si fuera poco, se informó que Brasil está en condiciones de fabricar armas atómicas.

El 5 de septiembre, el general Luiz Eduardo Rocha Paiva, profesor de la Escuela del Estado Mayor del Ejército, firmó un artículo de análisis en el sitio militar Defesanet: La miopía estratégica y la indigencia militar son las mayores amenazas a la soberanía de Brasil. Desde una perspectiva conservadora, critica de modo frontal la reacción de su país a la instalación de siete bases estadunidenses en territorio colombiano. Dice: no serían un problema si Brasil dispusiese de poder militar a la altura de la posición que pretende adoptar en el escenario internacional. Lo que nos amenaza es nuestra debilidad.

El artículo refleja el estado de ánimo de los militares brasileños, que temen una intervención de potencias occidentales que desde 1990 buscan imponernos una soberanía compartida en la Amazonia. La sensación de debilidad creció desde que un año atrás fueron descubiertos 50 mil millones de barriles de petróleo en el mar de Brasil, a siete kilómetros de profundidad. Esos recursos serán explotados por el Estado y no por empresas privadas, según propone Lula, con lo que Brasil se coloca como una de las principales estrellas del emergente BRIC, combinando una potente industria con autonomía energética que no todos poseen.

Faltaba la autonomía militar. El acuerdo con Francia le permite comprar cinco submarinos, uno nuclear, y 50 helicópteros de transporte militar por un valor de 12 mil millones de dólares. Con la anunciada adquisición de 36 cazabombarderos Rafale de la francesa Dassault, la cifra se elevaría a 18 mil millones de dólares, pero la prensa gala estima que la compra puede ascender a 120 aviones. Si se confirma la preferencia de Lula por el aparato francés, habrá quedado por el camino el F-18 Hornet de Boeing, en una decisión política que se ha interpretado como una declaración de guerra a Washington.


El negocio incluye la adquisición por Francia de 10 aviones de transporte militar KC-390 brasileños para sustituir los Hércules C-130 estadunidenses. Con ser importante, el negocio es apenas un detalle menor al lado de la masiva transferencia de tecnología que conlleva la alianza.

El acuerdo contempla la construcción de astilleros en Río de Janeiro, donde serán construidos los submarinos Scorpene; en tanto, los helicópteros serán armados en Minas Gerais por la empresa binacional Helibras, filial de la europea EADS.

Con los aviones de combate la cuestión es más ambiciosa. La adquisición de los Rafale no será una mera compra, porque se construirán en Brasil y existirá la posibilidad de que sean vendidos en América Latina, dijo el canciller Celso Amorim. Las seis primeras aeronaves las entregará Francia, pero las 30 restantes serán ensambladas por la brasileña Embraer, que ya es la tercera empresa aeronáutica del mundo detrás de Airbus y Boeing, y fabrica aviones de combate, aunque no cazabombarderos de última generación. El contrato a estudio considera que Brasil podrá vender los cazas Rafale en Sudamérica, lo que da idea de la trascendencia de una alianza que, en los hechos, lo convierte en un avión de combate franco-brasileño.

De ese modo, Brasil pasa a ostentar la mayor flota naval de América Latina y una industria capaz de abastecer a sus fuerzas armadas de modo permanente según la evolución de los acontecimientos en la región. Brasil estará entre los once países del mundo capaces de fabricar cazabombarderos. El monto de los acuerdos, si se incluyen los Rafale, sería cuatro veces superior al costo del Plan Colombia. Así Brasil completa un giro radical: hace siete décadas, durante la Segunda Guerra Mundial, Getulio Vargas alineó a su país con Estados Unidos. Ahora Lula proclama la segunda independencia, como dijo cuando propuso la creación de Petrosal, la empresa estatal encargada de monitorear la explotación de yacimientos que ahora protegerá la marina.

Quien crea que es una política del gobierno de Lula está equivocado. Es una opción del Estado brasileño, largamente planificada –los acuerdos con Francia fueron negociados más de un año–, pero acelerada por la decisión del Comando Sur de convertir a Colombia en una gigantesca base militar. El parlamento de Brasilia aprobó en tiempo récord de 48 horas los fondos para la compra de los cinco submarinos y los 50 helicópteros.

Más claro fue el comandante de la marina, Julio Soares de Moura Neto, quien respondió a un cuestionamiento del conservador Folha de Sao Paulo sobre el elevado gasto militar: Los brasileños precisan tener conciencia de que tenemos riquezas inconmensurables en el mar, y la marina debe estar preparada para defender nuestra soberanía sobre ellas. Agregó que la reactivación de la Cuarta Flota no fue ni política ni diplomáticamente informada a Brasil, con lo que la pretendida alianza entre la Casa Blanca y Planalto se disolvió en las nieblas del militarismo.

La alianza entre Francia y Brasil echa luz sobre los verdaderos acontecimientos del continente; las cosas se han invertido: ya no son los gobiernos díscolos del sur los que pretenden poner palos en la rueda de la hegemonía estadunidense. Es la Casa Blanca la que intenta frenar el ascenso de Brasil al rango de potencia global, lo que inevitablemente supone el ocaso de Estados Unidos en la región.

Rebelion.org
 
Estado
Cerrado para nuevas respuestas
Arriba