1975: el Grupo de Batalla "Foxbat": Frente a frente con los cubanos en Angola

Sebastian

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1975: el Grupo de Batalla "Foxbat": Frente a frente con los cubanos en Angola

La salida de Portugal de sus colonias en África dejo grandes huecos de poder, que pronto fueron aprovechados por diversas fuerzas revolucionarias que se disputaban el control político a principios de 1975. Angola, una de las posesiones más ricas en recursos naturales, ocupa un territorio de 1.246.314 km2., controlando 4.837 km. de fronteras con el Congo Belga (ahora Zaire), el Noreste de Rhodesia (Zimbabwe) y el Sur de África Suroccidental (Namibia) y de ahí, por extensión, con Sudáfrica.

El "G6" fue diseñado con las experiencias en Angola.​
La insurgencia por la independencia comenzó en 1961 a través del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), al mando de Agostinho Neto, quien recibe apoyo soviético y cubano. Se suma a la lucha el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), de Holden Roberto, pequeño pero que recibía cierto apoyo por parte de la CIA estadounidense; y la Unión Nacional para la independencia Total de Angola (UNITA), bajo el liderazgo de Jonas Savimbi. Los acuerdos entre Portugal y los revolucionarios de enero de 1975 conducen a la independencia en noviembre de ese mismo año y la unificación de los guerrilleros en un solo Ejército nacional. Pero, en marzo, el FNLA trata de apoderarse de la capital, Luanda, siendo repelido y expulsado por el brazo armado del MPLA.​
Batería reactiva del "ValKyr" disparando.

Mientras tanto, la UNITA abandona la capital angoleña, buscando controlar zonas ricas en el Centro y al Este del país. Con su experiencia en Indochina y Argelia, los franceses se convirtieron en soldados expertos en guerra contrainsurgente y trasladaron sus conocimientos a otras naciones, entre ellas Portugal.

En 1961 comenzaron las operaciones contra guerrilleras en las colonias de Angola, Guinea y Mozambique. Allí, la jungla y difícil topografía limitaban el transporte a unos pocos caminos, ideales escenarios para emboscadas y el uso de minas.

Los lusos contestaron a la amenaza con grupos de Cazadores de Combate, que contaban con ocho equipados picas o bastones, con los que se buscaba detonar a las minas antipersonal. Constituían el elemento de rastreo, seguidos por un camión Berliet a 30 m. con equipo antiminas y un Unimog a otros 30 m., con una sección de cazadores. Después había otros dos Unimog, uno a 200 m. con mas cazadores y el tercero a unos 50 mas, con el elemento de mando.El cuarto estaría a 50 m. adicionales y un quinto cuidaría de la retaguardia, a 300 m. Cabe aclarar que los portugueses denominaban al Unimog como jeep.

"Mirage III" de la fuerza Aérea.​
También operaban en escuadrones de reconocimiento, encuadrando una sección de mando con un Ferret o Panhard AML-H90, dos transportes blindados de tropas, un vehículo de enlace, 10 jeeps y 5 camiones de diverso tipo.
Los pocos Ferret y AML fueron complementados con obsoletos Daimler Dingo, que allí se conocían como autoametralladora Daimler 4x4 Mod. F/64. Sus fusileros utilizaban CETME y G3 y ametralladoras HK21, con un poderoso arsenal personal. Pero todo seria en vano, pues, a pesar que las tácticas estaban dando resultados en el campo de batalla, el aislamiento internacional y lo brutal de los enfrentamientos desangrarían a Portugal, hasta el punto de verse obligado a abandonar sus posesiones en África, saliendo de Angola en 1975.

Una vez tomado el control de Luanda, el MPLA impone un régimen comunista bajo las botas de las FLAPA (Fuerzas de Liberación Armadas Populares de Angola), con el decidido apoyo de Cuba. A pesar de todo, el país se desvanecía en una guerra fraticida.

El Gobierno sudafricano, preocupado por la situación y con el pretexto de proteger el complejo hidroeléctrico de Ruacana-Calueque, decide invadirlo en agosto de 1975, enviando tropas regulares desde sus bases en el protectorado de África Suroccidental. En octubre, la penetración, bautizada como Operacién Savannah, divide los 10.000 efectivos de la SADF (South African Defense Force) en dos grupos de combate, que avanzan desde Calueque, 16 km. dentro de Angola.

El "Saracen" era el principal transporte del Ejército de Tierra sudafricano.​
Foxbat
Como un preludio a la Savannah, se le encomendó al comandante Klaas Van der Waals dar asistencia a Jonas Savimbi, de la UNITA. El 2 de octubre de 1975 se creó el Grupo de Batalla Foxbat, compuesto por una compañía de guerrilleros y 14 asesores sudafricanos, bajo el mando del mayor Louis Holtzhausen. La misión consistía en bloquear el avance de las fuerzas del MPLA, que convergía en tres columnas sobre Nova Lisboa. Es preciso aclarar que cuando se establece la UNITA, en 1966, recibe ayuda de China y sus operaciones se lanzaban desde Zambia hasta 1968.

Desde entonces, sus unidades establecen bases dentro del territorio nacional. En 1969 contaba con solo 1.500 combatientes y se ve forzado a pactar con los portugueses para evitar una derrota segura. A mediados de 1975 la UNITA había crecido considerablemente.

El "Eland" sería el principal carro de apoyo en Rodhesia.​
En éste escenario, el Foxbat comenzó sus operaciones con dos Eland y varios jeep equipados con un par de cañones sin retroceso de 106 mm., algunos misiles contracarro y ametralladoras de calibre 0.50" (12,7 mm.).

Tuvo contacto con las primeras unidades del MPLA cerca de la villa Norton de Matos, que avanzaban con Cinco tanques T-34 cubanos. Uno de los vehículos de la vanguardia logro destruir al Eland de mando, pero su tripulación pudo escapar.

El superviviente consiguió inutilizar a uno de sus adversarios, mientras que un jeep destruyo a otro y un transporte más. La acción pudo detener el avance enemigo, dando tiempo a su comandante a pedir refuerzos. Así llegaron Eland y pertrechos adicionales transportados en aviones C-130 Hércules y C-160 Transall sudafricanos a Porto Silva.

A partir del 9 de diciembre de 1975, Foxbat operaba en la región de Sanda Comba, en Catofe, con uri batallón de guerrilleros de UNITA, un escuadrón blindado de Eland, una Compañía del SADF, un pelotón de morteros, algunas secciones de ingenieros y una batería de ocho obuses 25-pournder G1 de 88 mm. Avanzó sobre el rio Nhia al mando del comandante George Kruys, quien ordenó al subteniente Lou Vari Vureen y su sección de tres Eland que relevara a otra de cinco en la región de Kibula.

Este colocó a sus vehículos en una colina desde donde entabló batalla con un par batallones de cubanos y MPLA, iniciando un fuego nutrido y una batalla de tres días, sufriendo Foxbat 40 bajas, mientras que cubanos y MPLA perdieron a 400. Capturaron cuatro cañones de 76 mm., dos morteros de 120 y cuatro sistemas de cohetes múltiples BM-21. Pero, a pesar de todos los esfuerzos y preparativos, la SADF se encontré seriamente enfrentado al MPLA y sus aliados cubanos, pues sus médicos no podían compararse en poder de fuego y protección a los T-55 y, ni siquiera, a los obsoletos T-34. La artillería y cohetería del enemigo eran también superiores. Los medios blindados carecían del alcance necesario para las grandes distancias que recorrían y el tren logístico era inadecuado. Estaba claro que las acciones de combate se ganaron gracias al entrenamiento y osadía de los sudafricanos y no por las armas que usaban.

"Valkiri MRLS".​
Arsenal obsoleto y ligero
A mediados de la década de los setenta, la artillería sudafricana dependía todavía de obuses obsoletos de la ll Guerra Mundial, los G1 25-pounder (87,6 mm.) y G2. El primero tenía un alcance de 12.250 m. y su diseño databa de 1935, mientras que el segundo era el Ordnance BL 5,5 Mk2 (140 mm.), en servicio desde mayo de 1942, con un alcance efectivo de 14.813 m. Ambos estaban opacados en poder de fuego y efectividad en distancia por las baterías cubanas.

Para poder contrarrestarlo, Sudáfrica organiza los comandos de Reconocimiento en octubre de 1972, que totalizaban tres regimientos en 1975.
Se especializaban en comunicaciones, control y dirección de tiro, permitiéndoles disponer de un devastador y certero fuego de apoyo contra el enemigo. Se convertirían en el arma secreta de la SADF.

Mientras que la dotación motorizada sudafricana en el momento de la intervención en Angola consistía en Land Rover y Unimog S y Bedford, los principales medios acorazados eran los Centurión A41 Mk.3 y Mk.5, de los que obtuvo 250 en el Reino Unido en 1957. Contaba también con unos 200 Ferret para las misiones de enlace y reconocimiento blindado y el Saracen constituía el principal medio de transporte blindado, con unos 250 de ellos operacionales.

El Saracen era la versión de transporte de la familia de blindados FV6OO británica. Había entrado en servicio en 1952 y su tracción 6x6 le proporcionaba buenas características en campo a través. El peso era de 8.640 kg., disponiendo de una coraza de 16 mm. Sin embargo, sus componentes mecánicos y el motor de gasolina no eran ideales para África. Cuando estas dificultades pasaron a ser patentes en el campo de batalla, la industria los modifico con sistemas mejores de enfriamiento, como una medida temporal hasta que llegara un reemplazo.

Los Ferret eran igualmente agiles en el campo, pero con un tren motor bastante pasado de moda. Se empleaban como medios de enlace, reconocimiento, mando y comunicación. Pesa tan solo 4.400 kg. y su protección es mínima, de entre los 8 y 16 mm., pero suficiente para misiones de patrulla. Un motor V6 de gasolina y de 129 CV le permitiría una velocidad de hasta 96 km/h.

El principal medio de apoyo de combate era el pequeño AML-H90, el mismo que llevaron los portugueses a Angola y los franceses a Argelia. En noviembre de 1961, Sudáfrica firma un contracto con la empresa gala Panhard por 100 vehículos blindados AML-60, versión armada principalmente con un mortero de 60 mm., y encargaron 150 torretas GIAT H-90 con canon F1.

Posteriormente, se acordó ensamblar localmente 50 AML-6O y 150 AML-90 adicionales en la empresa Sandock-Austral. Pero el Eland había sido diseñado como medio de combate de reconocimiento y no como un caballo de batalla, ni mucho menos como un minicarro de combate que pudiera combatir contra los T34. El canon estaba concebido para utilizarle solo en caso de necesidad y para salir de algún apuro peleando y esto se reflejaba en la limitada capacidad para portar solo 20 proyectiles en su interior.

Otra dificultad, que después afectaría al AML en otros frentes era lo débil y vulnerable del motor y partes mecánicas, requiriendo un considerable tren logístico para mantenerlo en operaciones. Los primeros AML, fabricados y suministrados por Francia fueron denominados Eland Mk-1 y los ensamblados en Sudáfrica, Eland Mk-2. Las experiencias de la SADF conducen a modificaciones y así nace el Mk-2 con un mejor motor. Siguieron los Mk-3 y Mk-4 con otras modificaciones. El Mk-5 fue equipado con el primer motor completamente fabricado en el país.

El Mk-6 se refiere a los Mk1, Mk2, Mk3 y Mk4 renovados al estándar del Mk5. La ultima variante puesta en servicio fue la Mk7. La producción del Eland alcanzo entre los 1.300 y 1.600 ejemplares, la mayoría del tipo H-90. En 1994 se pone en el mercado la variante OMC Mk-7DT con un motor 2,4L turbodiésel V4 de 103 CV.

Disparando un G5.​
Los combates fueron brutales y en uno de los enfrentamientos entre la SADF y UNITA contra unidades de la 47ª- Brigada angoleña se capturarían 21 T-54 y T-55 -cuatro de los primeros serian entregados a UNITA-, 4 vehículos con misiles SA-8 antiaéreos, 1 BTR-60 de apoyo a los SA-8, 1 BTR-6OPU de mando (también con esos misiles), 22 transportes BTR-60 (11 destruidos), 4 sistemas BM-21 (dos de ellos destrozados), 3 transportes blindados de oruga BMP-1, 83 camiones, 2 vehículos recuperadores BTS-4, 26 blindados BRDM-2, 2 puentes TMM, 1 sistema de radar, 6 piezas antiaéreas ZU-23 y 3 obuses D-30.

Los regulares cubanos empezaron a llegar el 5 de noviembre de 1975 en grandes cantidades en apoyo del régimen angoleño. Eran disciplinados y bien entrenados y el 23 de noviembre, por primera vez, obligan a replegarse a una unidad sudafricana, país cuyas operaciones se detienen cuando repentinamente se pierde el respaldo político norteamericano.

Las actuaciones cubanas se extienden en diciembre, limpiando los reductos del FNLA en el eje Caxito-Luinga-Camabatel, a lo largo de la frontera con Zaire.
En enero de 1976, las fuerzas cubano-angoleñas han resultado victoriosas en el Norte y entonces concentran su capacidad, incluyendo unos 400 carros de combate cubanos, en el Este, chocando con la UNITA en el Sur, en la región de Gago-Coutinho.

El 1 de abril de 1976, las fuerzas cubano-angoleñas alcanzan la frontera de África Suroccidental. Una nueva etapa de la guerra estaba por comenzar...
Autor: Por J.M.Alveranga H
http://www.defensa.com/index.php?op...lla-qfoxbatq&catid=175:entrevistas&Itemid=197
 

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Operación Reindeer: Objetivo Alpha!

La Batalla de Cassinga – 4 de mayo de 1978
La situación

Desde 1976 los combatientes de la rama militar de la SWAPO (South West Africa People´s Organization) regularmente viajaban por la ruta de Huambo pasando por Cassinga, un pueblo minero abandonado localizado a medio camino del campo de batalla de la frontera con Namibia. El pueblo contaba con aproximadamente unos veinte edificios que anteriormente funcionaban como almacenes, oficinas y dormitorios de la mina local.

Un grupo de soldados de la SWAPO dirigidos por Dimo Hamaambo ocupó Cassinga (nombre código “Moscú”) algunas semanas después de comenzar a usarla como punto de parada. Según Charles “Ho Chi Minh” Namoloh y Mwetufa “Cabral” Mupopiwa, que acompañaron a Hamaambo cuando Cassinga fue ocupada por primera vez, los primeros habitantes de Namibia de Cassinga eran todos soldados entrenados de la SWAPO. No mucho después de establecerse el campo de la SWAPO, comenzó a funcionar también como un campo de tránsito de los refugiados de Namibia.

El gobierno de Angola le dio el pueblo abandonado a la SWAPO en 1976 para manejar el influjo de refugiados provenientes de Namibia, estimada para mayo de 1978 en 3.000 a 4.000 personas. Dos días antes del ataque, UNICEF reportó encontrarse con un campo de refugiados bien dirigido y ordenado pero mal equipado para manejar el rápido incremento de refugiados producido a partir de 1978. Los cubanos que habían establecido una base en la cercana Techamutete, cuando entraron en la guerra en 1975, daban el apoyo logístico para mantener las instalaciones del campo. Según la inteligencia de la SADF, “el planeamiento logístico, la provisión de armamentos y municiones para los insurgentes operando en la zona central y este de Ovamboland eran realizadas desde Cassinga. El tratamiento médico de los heridos graves así como la reparación de equipos y la instrucción de nuevos insurgentes que luego operan al este y oeste de la provincia de Cunene también se realizan en Cassinga.”


El Plan Sudafricano
A principios de 1978 el SWAPO había mejorado su organización y ganado en fuerza en Ovambo y este de Caprivi, mientras que UNITA estaba bajo presión del MPLA, lo que hacía extremadamente difícil las operaciones de la SADF en el sur de Angola.​
El plan de atacar Cassinga nace con la Operación Bruilof, en la cual la SADF pensaba atacar seis objetivos de la SWAPO en las cercanías de Chetequera. Durante la fase de inteligencia en la planificación de la Operación Bruilof, la SADF concluyo que el pequeño pueblo de Cassinga era el centro de atención médica de la guerrilla en la región y uno de los dos Cuarteles Generales Regionales (el otro se encontraba más al norte en Lubango).​
El reconocimiento aéreo, la principal misión del 12 Squadron de AFB Waterkloof, Pretoria, equipado con Canberra B12s, realizado a principios de 1978 sugería la existencia de infraestructuras militares, incluyendo bunkers, trincheras y pozos de zorro. Los soldados de la SWAPO eran conscientes de los vuelos, y en una carta con fecha del 10 de abril de 1978, el comandante del campo Hamaambo expresa preocupación a sus superiores sobre un “inminente intento de invasión por parte de nuestros enemigos sobre nuestro campo en el sur de Angola”. En respuesta a los vuelos de reconocimiento las defensas fueron mejoradas creando un segundo campo al norte del principal, la adición de más trincheras y la excavación de pozos para la protección de los alimentos.​
La SADF desecho la Operación Bruilof y planifico una nueva operación, la Operación Reinner comenzaba…​
Reinner estaba compuesta de tres acciones principales: un asalto aéreo sobre Cassinga, un asalto mecanizado sobre el complejo de Chetaquera, que incluía ataques de supresión de defensas por parte de la SAAF y un asalto sobre el complejo Dombondola por una fuerza de infantería ligera (el conocido Batallón 32 “Buffalo”). Los planificadores de la operación debían superar un serio problema. Dado que Chetaquera y Dombondola se encontraban a unos 35 km de la frontera de Namibia (en ese entonces bajo control sudafricano) hacían posible un ataque convencional.

Pero Cassinga se encontraba 260 km en la profundidad de Angola. Eso significaba que cualquier fuerza de ataque convencional debería combatir para entrar y para salir, y seguramente suficiente tiempo de reacción a las fuerzas del PLAN (People's Liberation Army of Namibia), la rama militar de la SWAPO. Permitiéndole escapar a líderes como Jerobeum “Dimo” Amaambo (comandante en jefe del PLAN, por entonces en Cassinga) y Greenwell Matongo. Además Cassinga está localizada sobre una pequeña colina, flanqueada por un rio al oeste y campo abierto en las otras direcciones, condiciones que combinadas otorgarían la ventaja a los defensores.

Sin embargo los reportes de inteligencia de la SADF indicaban que la SWAPO tenía cierto sentido de seguridad en Cassinga por la distancia de la misma a la frontera. Los reportes de inteligencia previos a la operación no informaban de la existencia de unidades de apoyo ni unidades blindadas para defender la base de un ataque terrestre, y si bien la SWAPO tenía un sistema de trincheras defensivas, no estaban preparados para un ataque aerotransportado interarmas. La SADF nunca había demostrado poseer esa capacidad, no dándoles a los planificadores militares de la SWAPO la sospecha que la SADF realizaría una operación semejante. Los planificadores de la Operación pensaron que tenían la posibilidad de realizar un ataque sorpresa sobre la base con un asalto aerotransportado sin apoyo terrestre. A principios de ese año, el 12 Squadron comenzó un entrenamiento intensivo de ataque a baja cota, utilizando bombas de esparcimiento (cluster bombs). Aunque era un plan muy arriesgado se pensó que el factor sorpresa superaría la desventaja de no contar con apoyo terrestre.

Finalmente se tomó la decisión de realizar un gran asalto aéreo sobre Cassinga (ahora con el nombre código “Alpha”) con apoyo de cazabombarderos de la SAAF y una flota de 17 helicópteros medios de asalto. Utilizando como cortina de humo un ejercicio que se realizaba en esos momentos, el ejército comenzó a movilizar a las unidades paracaidistas de la Citizen Force (Fuerza Ciudadana, reserva militar). Los paracaidistas fueron llevados en secreto al campo de instrucción De Brug cerca de Bloemfontein, donde recibieron un intensivo entrenamiento, realizándose ensayos del ataque a Cassinga.

Un documento secreto preparado por el General Magnus Malan para el entonces Ministro de Defensa P. W. Botha se refiere a Cassinga como: “una gran base de la SWAPO localiza a 260 km al norte de la frontera. Es el Cuartel General de operaciones militares desde donde todas las operaciones sobre SWA (Namibia) son planeadas y coordinadas. Desde esta base todos los aprovisionamientos y armamentos son enviados al frente. También se realiza entrenamiento. En pocas palabras es probablemente la base de la SWAPO más importante en Angola. La base cubana más cercana se encuentra 15 km al sur."

El Gobierno de Sudáfrica vacilaba en autorizar la operación temiendo una reacción internacional, pero el 2 de mayo de 1978 el Primer Ministro John Vorster finalmente dio el visto bueno de la operación. El día 4 de mayo fue específicamente elegido ya que era luego del debate del Consejo de Seguridad de la ONU sobre SWA (Namibia) así se intentaba evitar complicarle la vida a los países favorables a la posición de Sudáfrica.

 
A mí siempre me resultó interesante la actuación de las Fuerzas Cubanas, sin dudas les tengo cierta admiración.
 
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Unidades Participantes

Sudáfrica

Debido al secreto impuesto para la operación, y dado que la mayoría del personal permanente del 1° Batallón Paracaidista participaba en otras operaciones, se decidió utilizar al 2° y 3° Batallones Paracaidistas ambos pertenecientes a la Citizen Force. Sin embargo el necesario secreto impediría movilizar a todos los reservistas necesarios para los 2 batallones. Por ese motivo los elementos de los 3 batallones disponibles se fusionaron en un Batallón Paracaidista Compuesto al mando del Coronel Jan Breytenbach. La composición final de las fuerzas que se emplearían en la operación sería las siguiente:

La operación sería dirigida por el Mayor General Ian Gleeson quien comandaba el HQ táctico de SWA (Namibia) montado para la ocasión. El mando de las tropas aerotransportadas recayó en el Brigadier M. J. du Plessis quien comandaba el HQ de la Brigada Paracaidista. Las unidades al mando de este último eran el Batallón Paracaidista Compuesto integrado por las Compañías A, B, C y D; un pelotón de fusileros independiente, un pelotón de morteros y un pelotón antitanque, el Área Administrativa de Helicópteros (HAA) una fuerza de protección al mando del Mayor James Hills consistente en 2 Grupos Halcones (sección de reacción rápida de 10 paracaidistas) pertenecientes al 1° Batallón Paracaidista, una Reserva Aerotransportada al mando del Capitán Wesley de Beer consistente en una compañía del 2° Batallón en un C-160 Transall que sería empleada en caso de necesitarse refuerzos y el Equipo de Operaciones Aéreas Móviles (MAOT) al mando del Comandante James Kriel que consistía en 5 miembros de la SAAF que implementarían y administrarían la HAA.

La SAAF aportaría para el transporte 4 C-130 Hércules y 5 C-160 Transall, 13 Pumas y 6 Super Frelons.
La aviación de ataque consistía en 4 Canberras B12 cada uno cargando 300 bombas antipersonal Alpha, 5 Buccaneers cargando cada uno 8 bombas de 1.000 lbs (454 kg), un Buccaneer armado con cohetes de 68mm y finalmente 4 Mirage IIIs armados únicamente con misiles AIM-9 Sidewinter y sus cañones de 30mm.

Un Canberra fue enviado en misión de reconocimiento a la zona para obtener fotografías de la región. Algunas para ser usadas en los vuelos a baja cota que debían hacer los aviones de ataque y las de Cassinga para delimitar las DZs de los paracaidistas. Fue en esta etapa que se cometió un grave error que pudo tener consecuencias desastrosas.

Los intérpretes fotográficos pusieron mal la escala en los mapas que se utilizarían durante la operación a pesar que en las fotografías originales figuraban los datos del altímetro. En consecuencia los planificadores paracaidistas subestimaron las dimensiones de las DZs pensando que eran los suficientemente largas y anchas para el desembarco aéreo cuando en realidad no lo eran. Durante la operación el avión de transporte líder fue afectado por el bombardeo y retardó el lanzamiento de los paracaidista algunos segundos. En consecuencia los paracaidistas cayeron lejos de las DZs planificadas.

Para apoyar las operaciones se desplegó un Cessna 185 que sobrevolaba el objetivo y actuaría como puesto de observación, así como re-transmisor radial. También se desplegó un DC-4 Strikermaster como avión EW y ELINT que volaba sobre la frontera de SWA/Namibia y Angola. El propósito de este avión era interceptar las radio-transmisiones de Angola, Cuba y la SWAPO para luego interferir esas transmisiones durante la operación. La interferencia realizada sobre las comunicaciones en la zona fue el motivo de la tardía reacción de las tropas cubanas y angolanas.

PLAN

El PLAN, la rama militar de la SWAPO, era un ejército guerrillero y por eso no tenía un mando y estructura tradicional. Por ese motivo es imposible saber cual era la composición de sus unidades en Cassinga. Algunos reportes dicen que una unidad de defensa consistía en aproximadamente 300 cuadros, otros informes sugieren que serían de 300 a 600 guerrilleros. La sección militar de Cassinga estaba claramente separada de las secciones no militares. El comandante de las instalaciones militares era Dimo Hamaambo quien era responsable de coordinar las operaciones del PLAN en el sur de Angola así como en SWA/Namibia. Además de los bunkers, trincheras y pozo de zorros, las fuerzas del PLAN disponían de 2 ZPU-4 de 14,5mm, un único ZS-23-2 de 23mm y una o dos ZS de 12,7mm. Todas estas armas antiaéreas podían utilizarse en funciones de tiro terrestre.

Cuba

Los fuerzas cubanas se encontraban 15km al sur de Cassinga, en el pueblo de Techamutete. Consistían en un batallón mecanizado reforzado que contaba con al menos 4 tanques T-34, 17 APCs BRT-152 y unos 400 soldados. La inteligencia de la SADF sabía de esta unidad ya que había interceptado sus comunicaciones así como de sus operaciones anti-UNITA. La presencia de esta unidad cubana fue el factor decisivo para realizar un asalto aerotransportado antes que uno terrestre motorizado/mecanizado.

Continuará...
 

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El Inicio

Los primeros en movilizarse fueron los paracaidistas del Batallón Paracaidista Compuesto quienes se levantaron a las 4.00 hs y comenzaron a preparar sus armas, equipos y paracaídas.

A las 5.19 hs los 4 bombarderos Buccaneers despegaron de AFB Waterkloof, seguidos a las 5.43 hs por los mas rápidos Canberras. Los pesadamente cargados "Bucs" volanban a media altura, por consiguiente su TAS (velocidad real), era considerablemente menor a las de los "Cans" que volaban a 10.000pies (3.000m). Uno de los Buccaneers se dirigió a una base cercana a la frontera con Angola para recargar combustible y actuar como avión CAS (apoyo aéreo cercano), mientras que el quinto Buccanner fue demorado debido a presentar una "novedad" al despegue. Eso dejo disponible sólo a 4 Buccaners para el ataque inicial.

A las 6.00 hs los 8 aviones de transporte con los paracaidistas estaban en el aire. Dos de los C-160 Transall llevaban a la compañía de reserva con 116 paracaidistas, que realizaron un vuelo en patrón de espera cerca de la frontera, listos para lanzar los refuerzos durante la batalla. Los otros 6 aviones de transporte siguieron su curso hasta una posición unos kilómetros al este de Cassinga.

A las 6.30 hs, el DC-4 de ELINT/EW estaba en el aire y establecía un patrón de vuelo al sur de la frontera. Al mismo tiempo 2 helicópteros Puma, al mando del Mayor John Church, despegaron hasta un claro 22 km al este de Cassinga para establecer la HAA, donde los helicópteros utilizados en la operación podían reaprovisionarse. En estos 2 helicópteros viajaban el Comandante James Kriel jefe del MAOT, el Mayor James Hills comandante de la Compañía Bravo del 1° Batallón Paracaidista, así como una sección de 10 paracaidistas de uno de los Grupos Halcón para protección de la HAA. También se llevaban 6 depósitos de combustible para helicópteros de 200L y, para consternación de todos, el Teniente General Constand Viljoen quien era el General en Jefe del Ejército Sudafricano!

El MAOT encendió sus sistemas de comunicaciones y de navegación en la HAA, ahora como Whiskey-Three y envió el llamado de "campo libre" para el resto de la fuerza, consistente en el resto de los Grupos Halcón de protección (31 paracaidistas), personal médico, los restantes miembros del MAOT y 86 depósitos de combustible de helicópteros de 200L, todo esto en la flota de 5 Super Frelons y 10 Pumas. La HAA quedó completa, los 17 helicópteros recargaron combustible y quedaron listos para extraer a los paracaidistas luego del ataque.

A las 7.00 hs el Cessna 185 despegó y comenzó a volar sobre Cassinga. Su misión durante la operación era la de puesto de observación aérea, dirigiendo a los bombarderos en su ataque y dando la señal para el lanzamiento de los paracaidistas, además de retransmitir las comunicaciones. Mas tarde sería obligado a retirarse debido al intenso fuego antiaéreo. Finalmente a las 7.50 hs despegaron 2 Mirage IIIs que volaron directamente hacia Cassinga.

Continuará...
 

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A mí siempre me resultó interesante la actuación de las Fuerzas Cubanas, sin dudas les tengo cierta admiración.

Y la verdad que viendo en donde han intervenido...son dignos de admiración

"En 1971 de regreso a Cuba, el general Ochoa asume la jefatura del ejército de La Habana; casi de inmediato se desplaza con un puñado de militares cubanos en calidad de asesores, al estado mayor del general vietnamita Nguyen Von-Giap, artífice de Dien-Bien-Phu y del asalto final a Saigón. En posterior visita a Cuba, Giap se refirió con elogios al asesoramiento militar cubano durante la guerra de Vietnam."
 

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"Por otra parte, una brigada de tanquistas cubanos proveniente de la División 50 donde figuraba el general Néstor López Cubas, toma parte en la guerra del Yon Kippur combatiendo en las Alturas del Golán del lado sirio. Los batallones cubanos sostienen múltiples encontronazos menores con el ejército israelí. Los israelíes constataban así que se hallaban ante un enemigo a todas luces superior a los árabes, tomándolos al principio como unidades soviéticas. La artillería cubana en Golán se hace sentir en el lado israelita por la precisión de los tiros.
El Economist Foreign Report reportaba lo siguiente "la guerra de desgaste comenzó a las 5 a.m. el 4 de febrero de 1974, cuando los tanquistas cubanos abrieron fuego contra las posiciones israelíes. Los choques más violentos entre los israelíes y los cubanos tuvieron lugar a mediados de febrero, a lo largo de marzo, a mediados de abril y a mediados de mayo. A lo largo de tales encuentros, los israelíes presionaron a los americanos con vistas a que los rusos extrajeran a sus legionarios cubanos fuera de Siria".


Información que figura en el libro "Las guerras secretas de Fidel Castro" de Juan F. Benemelis

 

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Y si de acciones militares cubanas hablamos no puedo dejar de hablar del "Zorro del Desierto" cubano: el General Ochoa. (Aunque Ochoa signifique "lobo")

EL GENERAL OCHOA

El resultado fue rápido e impresionante; un arsenal de equipos bélicos, en el que se incluyen aviones, tanques y artillería, comienza a volcarse en Etiopía junto a una multitud de instructores yemenitas y otro conglomerado adicional de 200 cubanos. En abril de 1977, el general Ochoa traslada al Ogadén las divisiones etíopes Gessit y Tercera, para hacer frente a la embestida de los eritreos. La decisión del general Ochoa debilita en extremo el frente sur, pero logra ganar tiempo mientras espera la logística soviética que luego usará para pertrechar a los etíopes, y organizar las fuerzas cubanas que van llegando.

El 3 de mayo de 1977, Mengistu parte hacia la URSS para concretar varios acuerdos, entre ellos la compra de armas que será financiada por Libia. A mediados de mayo, comienzan a llegar los cargamentos de armas soviéticas, que expide de inmediato a los bastiones enclavados en Eritrea. En junio, varias brigadas etíopes tienen que retroceder en tórrido Ogadén; un mes después ya las acciones se tornan críticas en esa región con la entrada de 80 000 efectivos más de la milicia regular somalí, apoyados con 280 tanques, 300 carros blindados, 500 piezas de artillería, 50 cazas MiGs y un escuadrón de bombarderos IL-28. Por su parte, el general Ochoa sólo dispone a estas alturas de 5 divisiones etíopes, alrededor de 1200 soldados cubanos defendidos por 30 tanques, algunos vehículos blindados y piezas de artillería y un par de escuadrones aéreos de cazas.

El empujón somalí en el Ogadén, que se realiza como dos puntas de una tenaza, logra alcanzar, no sin apuros, los bordes de la meseta central etíope. Acantonadas en estas escabrosas cordilleras, las huestes somalíes, constantemente reforzadas, dominarán el enorme valle que constituye la parte central del país, donde están acantonadas los bisoños batallones del general Ochoa. La sorpresa de la penetración somalí logra interrumpir las comunicaciones y el tránsito por ferrocarril y carretera, manteniendo las unidades etíopes clavadas en puntos fijos. El general Ochoa concentra sus hombres y su puesto de campaña en los poblados de Jijiga, Harar y Diredawa, que son sostenidos con tenacidad.

La URSS y Cuba ganarán tiempo para agrupar tropas y equipos, y poner a punto la técnica de combate que se recibe. En el paradero militar de Tatek cerca de la capital, los instructores del general Ochoa fabrican aceleradamente 5 nuevas divisiones etíopes ante la amenaza de los ejércitos invasores somalíes que ya sobrepasan los 300 000 hombres. Preocupada por el volumen logístico que del bloque soviético recibe Mengistu, Somalia asume la iniciativa y desata la tormenta sobre la gran planicie del frente de batalla, lanzando sus brigadas acorazadas contra Jijiga, Harar y el valioso nudo ferroviario de Diredawa. En esa localidad son rechazadas por las divisiones del general Ochoa, que hacían tronar sus baterías de grueso calibre.

A mediados de agosto de 1977 pasa secretamente por Addis Abeba, el ministro de defensa cubano Raúl Castro, luego de una visita a Argel. Lo acompaña una nutrida diputación militar que incluye el vicealmirante Santamaría, jefe de la marina de guerra, los generales Francisco Cabrera, Pedro García Peláez, Carlos Fernández Gondín, y Carlos Aldana, miembro del comité central del Partido Comunista Cubano (PCC). El objetivo principal es coordinar con el general Ochoa la llegada de 9,000 soldados cubanos y el material bélico soviético. A cambio, Mengistu queda en concederle a la URSS instalaciones en el puerto de Massawa.

Tras haber conquistado el Ogadén y en un intento último por resolver el litigio y detener la edificación del aparato de guerra etíope, Barré se encamina a la URSS el 21 de agosto. Los soviéticos le plantean como ultimátum extraer sus tropas del Ogadén e integrarse a la federación propuesta por Castro, so pena de enfrentar un incremento del conflicto.

A mediados de septiembre el general Ochoa y el presidente etíope dirigen personalmente la retirada de Jijiga, no sin ser desbordados por este cataclismo sin precedentes. Días después, Mengistu realizará relampagueantes visitas a La Habana y a Moscú para apresurar un segundo refuerzo, que incluye 4 escuadrones de MiG-21, nuevos contingentes de cubanos, 200 tanques adicionales, cohetería antiaérea y antitanque, y baterías coheteriles móviles.

Mientras transcurre este período de acumulación de medios humanos y materiales, los eritreos procuran un acuerdo temporal de cooperación entre sus diferentes facciones armadas y en diciembre asestan golpes contundentes en las inmediaciones del puerto de Massawa. El mando cubano y soviético se ve ante la crucial necesidad de traer apresuradamente batallones blindados del Yemen, que amparados por la sombrilla de cohetes y el cañoneo de dos buques de guerra soviéticos, consiguen contener el empuje de los eritreos. Tras la campaña somalí a mediados y fines de 1977, la configuración de la línea del frente era sumamente desfavorable a las legiones del general Ochoa. Los esfuerzos por recuperar posiciones claves no fructifican; por el contrario, el grueso de los contingentes etíopes y de asesores cubanos se halla peligrosamente semicercado en la vecindad de Harar, en un amplio bolsón: el saliente de Gorey. Es allí donde el mando somalí decide jugarse su carta más valiosa, tratando de quebrar el centro del frente, y cercar las tropas del general Ochoa.


La URSS y Cuba deciden que Etiopía debe vencer de forma aplastante en esta guerra, y a los efectos deciden recuperar con rapidez el Ogadén. El puente aéreo iniciado por la URSS y Cuba el26 de noviembre dura hasta bien entrado el mes de enero de 1978 y desafía la imaginación de casi todos los servicios de inteligencia de Occidente. El masivo movimiento logístico de recursos humanos y materiales realizado desde la URSS, Cuba y Europa Oriental empleará múltiples países africanos como trampolín y será supervisado personalmente por los ministros de defensa de la URSS y de Cuba, Dimitri Ustinov y Raúl Castro. La URSS abre las compuertas de sus arsenales militares en Tashkent y Alma Ata, y pone además en función de tal operación una buena parte de sus sistemas ferroviarios, sus radas portuarias y bases aéreas. Alrededor de 225 transportes aéreos se utilizaron en esta operación. La porción mayoritaria del transporte civil y militar soviético, ponen a disposición de la “Operación Baraguá” más de 61 000 toneladas de material bélico valorado en $1,000 millones. Tan sólo en las primeras diez horas del puente aéreo el general Ochoa recibirá medios suficientes para armar tres divisiones motorizadas. Para coordinar la campaña la URSS empleará un satélite militar, el Cosmos-964.

Un contingente de 17 000 soldados cubanos de los destacados en Angola fue aerotransportado, y otros 15 000 de los mejores entrenados, viajaron directamente desde Cuba. El cuerpo expedicionario se complementa con 4 000 asesores polacos, alemanes, búlgaros y húngaros, así como con 2 500 yemenitas. El acuerdo de esta operación multinacional cristaliza en una reunión en Moscú a principios de1978 a la que concurren Brezhnev y Kosigyn por la URSS, Raúl Castro y el general Ochoa, por Cuba y el premier sudyemenita Alí Nasser Mohammed.

Se elige un estado mayor dirigido formalmente por el presidente etíope Mengistu, en el que figuran oficiales etíopes, soviéticos, cubanos y sudyemenitas. El centro estratégico estará en manos del mariscal Petrov, el general Koliakov, comandante de las fuerzas soviéticas en Libia, y Grigori Barisov ex-asesor militar en Somalia. El mando de todo el teatro de operaciones recaerá sobre el general Ochoa demostrándose así la confianza de los soviéticos en sus habilidades militares. El general Ochoa tendrá bajo su dirección más de 30 generales del bloque comunista. Entre los cubanos figuran los generales López Cubas, Leonardo Andollo, Gustavo Chuí y Rigoberto García. Las tropas élites cubanas estarán formadas por una brigada de tanques y dos brigadas mecanizadas. Esta maquinaria superará en volumen de fuego a la emplazada con anterioridad en Angola. De inmediato, el general Ochoa ubica su Afrika Korps en el triángulo de Diredawa, Hargeisa yJijiga, con la perspectiva de desatar una contraofensiva a fondo hacia el norte de Somalia.

El 22 de enero de 1978, después de una intensa preparación y con diversas brigadas de infantería protegidas con artillería de campaña, el ejército somalí embiste desde dos direcciones el único bastión del general Ochoa en el Ogadén: la ciudad de Harar. Pero el general cubano tenía reservada una sorpresa: un intenso barraje coheteril y artillería de largo alcance, matizado con golpes aéreos de cazas MiGs y de F-5, que harán estragos en las filas somalíes, permitiéndole evolucionar sus tropas exitosamente en la dirección del ataque principal. Con esta electrizante reacción el general Ochoa alcanza así recuperar en los días siguientes decenas de kilómetros, ocasionando a los somalíes incontables bajas y destrucción de medios de guerra.

Ya sobre los terraplenes del Ogadén, el general Ochoa dispone de recursos excepcionales. En la primera semana de febrero y sin dar respiro al enemigo, ensambla un ariete blindado de 120 tanquesT-62 secundados con escuadrillas aéreas de MiG, y se abalanza sobre las fortificadas localidades de Harewa y Gildesa que están en manos somalíes. Esta misión es consumada con un movimiento envolvente donde el general Ochoa, valiéndose de los gigantescos helicópteros MIL, efectúa un sorpresivo desembarco aéreo, de tropa y tanques, franqueando la retaguardia enemiga y diezmándola. Las puertas del macizo central caen en poder del general Ochoa en una relampagueante blitz.

Sin conceder tiempo a reponerse y con las tropas a mano, el general Ochoa arrolla las unidades somalíes atrincheradas en Haraghe el 5 de febrero. En los días 8 y 9, serían fértiles en sorpresas para los somalíes cuando las tropas cubanas recobran el territorio situado al nordeste de Harar, y ocupan varias localidades, con lo cual cambia radicalmente toda la línea del frente. Pese a que ya a estas alturas, los somalíes han soportado cuantiosas pérdidas humanas y materiales, la imponente cordillera de 2,000 metros que se levanta en mitad de la meseta entre Harar y Jijiga es un obstáculo que parece impracticable de salvar.

Los somalíes se hallan atrincherados en su único acceso: el estrecho cuello de botella del Paso de Kara-Marda. El general Ochoa concebirá un plan de diversión donde algunas de sus fuerzas inician un amplio rodeo, para convencer al enemigo que se intenta atravesar por otro paraje: el paso de Sebele. El Estado Mayor somalí muerde el anzuelo al estimar que por allí se desataría la borrasca, ya que se consideraba un suicidio cualquier otra acción contra la intrincada faja montañosa de Kara-Marda. Esta idea parece confirmarse cuando el 24 de febrero, una columna combinada cubano-etíope se acerca finalmente a las cercanías de Sebele, para provocar el más deplorable desorden. Mientras sus generales presionan por Sebele, el general Ochoa avanzará sin descanso con el grueso de sus batallones y tanques, para explotar el progreso de la Brigada 69 de infantería.

Once días y once noches durará esta odisea bajo lluvias intensas, con tanques que se atascaban constantemente en el fango, arrastrando cañones por estrechos y traicioneros senderos montañosos. Los soldados y oficiales cubanos que los acompañaron relatan cómo a todo lo largo de la columna de soldados y equipos militares que serpenteaba los barrancos de la cordillera, el general Ochoa se desplazaba constantemente en un incansable ir y venir, dominando con su voz de mando este escenario de máquinas y hombres, lo mismo empujando una pieza de artillería atascada, que imprecando a un soldado tirado en el camino, que manejando un tanque, o bien ensimismado en sus mapas y compases. A fuerza de voluntad, tenacidad y carácter, el general Ochoa logrará infiltrarse por un punto intermedio entre los difíciles desfiladeros de Sebele y de Kara-Marda, saliendo el 28 de febrero al otro lado de la imponente cordillera. Luego girará hacia el sur para acometer en plena retaguardia enemiga.

EL PASO DE KARA-MARDA

El 1 de marzo, en una encrucijada vital, los somalíes reúnen tropas auxiliares en Jijiga para demoler el ataque que desde la retaguardia inicia la columna cubana. La embestida de los antillanos se realiza con considerables pérdidas pese a la protección de la artillería. En los días siguientes el general Ochoa ordenará a los batallones cubanos y etíopes que amplíen y fortifiquen sus posiciones, para rechazar los fieros contraataques enemigos; quiere dar la impresión a los somalíes de que había estabilizado un frente y que en lo adelante la guerra sería de posiciones fijas. El general Ochoa sorprende nuevamente con otro movimiento inesperado que inicia el 4 de marzo, arrojando contra Jijiga desde la retaguardia a la 69 Brigada reforzada con unidades de paracaidistas. Este cruce, aparentemente suicida y que a primera vista podía antojarse absurdo, dada las elevaciones del macizo central, era más juicioso de lo que parecía debido a la concentración de tropas que lleva a cabo. El cruce era sólo un regalo envenenado del general Ochoa puesto que su objetivo no era abrir dos frentes a los somalíes sino cerrarles la retirada. Entonces, en contra del criterio de los soviéticos, el general Ochoa inicia la fase concluyente de su plan, que guardará un toque maestro: un ataque frontal y no por la retaguardia, sino sobre la zona inexpugnable que por tal razón no estaba debidamente custodiada ¡el paso de Kara-Marda! Difícil acceso de estrechos senderos erizados de piedras cortantes y de raíces. El general Ochoa hace avanzar la 75 Brigada de infantería y con ella sorprende a la enorme guarnición que protege el paso de Kara-Marda. Los somalíes se encaminaban hacia un tremendo desastre, al quedar totalmente cercados sus 300 000 soldados, en una fulminante operación que decidió el curso de la campaña, considerada una joya de concepción estratégica en muchas academias de guerra. Al fin, los enclaves decisivos y el corazón del territorio del Ogadén son capturados por el general Ochoa. Las huestes somalíes que defienden Jijiga se retiran evadiendo el cerco que les tienden los cubanos.

Dos días después las columnas del general Ochoa atacan en todas las direcciones recuperando terreno en todo el Ogadén; sus espacios inmensos retumbaban con el rechinar de las cremalleras de las hordas conquistadoras del general Ochoa. Una cuña blindada avanza casi 200kilómetros desde Jijiga y en menos de tres días toma Dagahabur; otro avance paralelo por el oeste ocupa Fik.

En una última maniobra, la soldadesca somalí inicia un inmediato y desorganizado retroceso hacia las fronteras; sólo una pequeña fracción de los 300 000 somalíes logra escapar al círculo de blindados y artillería del general Ochoa. Sólo entonces un alarmado presidente norteamericano, Jimmy Carter, propone el cese al fuego, declarando que si el progreso de los cubanos desbordaba la frontera con Somalia, Estados Unidos se vería obligado a enviar tropas. A los ojos soviéticos, el mérito sobresaliente del general Ochoa estribaría en haber ensamblado un engranaje militar efectivo a partir del complejo armamento soviético con tropas rudimentarias, analfabetas y campesinas como eran las etíopes, mediante la utilización de los 30,000 cubanos conformados en un esqueleto central con calificación bélica que actuaría como elemento fusionante de ambos extremos. Este experimento militar en Etiopía ya había sido aplicado en Angola; luego será introducido en Nicaragua por el propio general Ochoa.

Extraído del mismo libro citado anteriormente.

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