Guerra en Ucrania: noticias colaterales y de política internacional

gabotdf

Miembro notable
No sé si va acá, está circulando mucho este video, no puedo distinguir si es IA o no. Lo que sí se distingue es la "dureza" en los gestos de Meloni. Aclaro que me llegó por diversos lados
 

El-comechingón

Fanático del Asado
No sé si va acá, está circulando mucho este video, no puedo distinguir si es IA o no. Lo que sí se distingue es la "dureza" en los gestos de Meloni. Aclaro que me llegó por diversos lados
No creo que tenga que ver con Ucrania la falopa de Meloni
 

El general francés Burkhard teme que Rusia «dure cinco minutos más que nosotros», a pesar de su derrota estratégica.​

30 junio, 2025 Redacción 22413 visitas 8 Comments Donbass, Finlandia, Mar Báltico, Murmansk, OTAN, Rusia, Suecia, Ucrania

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Antes de que estallara la guerra, Ucrania tenía una reserva de unas 500.000 toneladas de litio, un metal utilizado sobre todo para baterías y como aditivo -en forma de aluminato- para la propulsión de cohetes y misiles. Y dos de los cuatro yacimientos de litio del país están ahora controlados por Rusia, que se hizo con el de Shevchenko [Donbass] el 24 de junio. Además, en las últimas semanas, sus tropas han seguido avanzando hacia el sur de Pokrovsk, una ciudad estratégica porque alberga una mina vital para la industria siderúrgica ucraniana, así como un centro logístico.

Sin embargo, para el general Thierry Burkhard, jefe del Estado Mayor francés de la Defensa (CEMA), la situación de Rusia es «muy complicada», ya que las victorias tácticas que pueda lograr en los campos de batalla ucranianos -a costa de cuantiosas pérdidas- no pueden enmascarar la «derrota estratégica» que sufre actualmente.

«Hoy, si miramos las cosas objetivamente, Rusia está sufriendo una derrota estratégica», declaró el jefe del Estado Mayor de la Defensa en una comparecencia ante la Asamblea Nacional francesa el 27 de junio.

En primer lugar, su ataque [a Ucrania] es una «catástrofe militar» porque «aunque sea difícil de evaluar, es, sin embargo, seguro que ha perdido varios centenares de miles de hombres, muertos o heridos, lo que supera nuestra capacidad de imaginar», señaló el general Burkhard. «Cuando Rusia atacó el 24 de febrero [de 2022], su objetivo no era conquistar sólo el 20% del territorio ucraniano después de tres años y medio, sino ganarlo en pocos meses», añadió.

Esta «victoria pírrica» esbozada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa se debió también a la nueva «geometría del espacio de batalla» creada por la invasión de Ucrania, con la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, mientras que estos dos países habían sido neutrales anteriormente. «Esta había sido una línea roja absoluta para Moscú desde 1945», recordó.

Además, Rusia se encuentra ahora en una «situación muy complicada» porque la guerra de Ucrania ha «neutralizado el mar Negro» y el Báltico, que era «bastante difícil de gestionar para la OTAN» con el «bajo vientre blando» de Suecia y Finlandia, se ha convertido en un «lago de la OTAN», explicó Burkhard. «En caso de enfrentamiento, puedo asegurarles que ni un solo barco ruso podrá atravesar el Báltico, a pesar de que San Petersburgo representa entre el 50 y el 60% de los flujos económicos rusos», añadió..........................

 

El-comechingón

Fanático del Asado

El general francés Burkhard teme que Rusia «dure cinco minutos más que nosotros», a pesar de su derrota estratégica.​

30 junio, 2025 Redacción 22413 visitas 8 Comments Donbass, Finlandia, Mar Báltico, Murmansk, OTAN, Rusia, Suecia, Ucrania

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Antes de que estallara la guerra, Ucrania tenía una reserva de unas 500.000 toneladas de litio, un metal utilizado sobre todo para baterías y como aditivo -en forma de aluminato- para la propulsión de cohetes y misiles. Y dos de los cuatro yacimientos de litio del país están ahora controlados por Rusia, que se hizo con el de Shevchenko [Donbass] el 24 de junio. Además, en las últimas semanas, sus tropas han seguido avanzando hacia el sur de Pokrovsk, una ciudad estratégica porque alberga una mina vital para la industria siderúrgica ucraniana, así como un centro logístico.

Sin embargo, para el general Thierry Burkhard, jefe del Estado Mayor francés de la Defensa (CEMA), la situación de Rusia es «muy complicada», ya que las victorias tácticas que pueda lograr en los campos de batalla ucranianos -a costa de cuantiosas pérdidas- no pueden enmascarar la «derrota estratégica» que sufre actualmente.

«Hoy, si miramos las cosas objetivamente, Rusia está sufriendo una derrota estratégica», declaró el jefe del Estado Mayor de la Defensa en una comparecencia ante la Asamblea Nacional francesa el 27 de junio.

En primer lugar, su ataque [a Ucrania] es una «catástrofe militar» porque «aunque sea difícil de evaluar, es, sin embargo, seguro que ha perdido varios centenares de miles de hombres, muertos o heridos, lo que supera nuestra capacidad de imaginar», señaló el general Burkhard. «Cuando Rusia atacó el 24 de febrero [de 2022], su objetivo no era conquistar sólo el 20% del territorio ucraniano después de tres años y medio, sino ganarlo en pocos meses», añadió.

Esta «victoria pírrica» esbozada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa se debió también a la nueva «geometría del espacio de batalla» creada por la invasión de Ucrania, con la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, mientras que estos dos países habían sido neutrales anteriormente. «Esta había sido una línea roja absoluta para Moscú desde 1945», recordó.

Además, Rusia se encuentra ahora en una «situación muy complicada» porque la guerra de Ucrania ha «neutralizado el mar Negro» y el Báltico, que era «bastante difícil de gestionar para la OTAN» con el «bajo vientre blando» de Suecia y Finlandia, se ha convertido en un «lago de la OTAN», explicó Burkhard. «En caso de enfrentamiento, puedo asegurarles que ni un solo barco ruso podrá atravesar el Báltico, a pesar de que San Petersburgo representa entre el 50 y el 60% de los flujos económicos rusos», añadió..........................

No critico el cartero.

Pero que discurso tan occidentalista! parece de alguna IA de Londres.
Yo le diría al General francés que el primer gran derrotado es Francia, que perdió sin ni siquiera participar. Y si fuera por el Litio, o va a ser ruso o americano, europeo no.

Y por el resto, recordar que desde que estamos con este conflicto... ponele del 2014, no recuerdo que Rusia haya puesto de "línea roja" que entraran Suecia y Finlandia a la OTAN, si a Ucrania.
 
Un conflicto nuevo para occidente no puede durar mucho tiempo, Iran-Israel tan solo 12 días.



“El Pentágono ha suspendido los envíos de algunos misiles de defensa aérea y otras municiones de precisión a Ucrania debido a la preocupación de que las reservas de armas estadounidenses hayan disminuido demasiado.”

“En un comunicado posterior a la publicación de este artículo, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Anna Kelly, afirmó que la decisión se tomó para priorizar los intereses de Estados Unidos tras una revisión del Departamento de Defensa (DOD) del apoyo y la asistencia militar de nuestro país a otros países del mundo. La fuerza de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos sigue siendo incuestionable; pregúntenle a Irán.

Entre los artículos que se están retirando se encuentran misiles para los sistemas de defensa aérea Patriot, munición de artillería de precisión, misiles Hellfire y otros misiles que Ucrania lanza desde sus cazas F-16 y drones.”

https://www.politico.com/news/2025/07/01/pentagon-munitions-ukraine-halt-00436048
 

España dispara la compra de diésel a Marruecos a récord histórico bajo sospechas de ser origen ruso​


En solo dos meses han entrado 123.000 toneladas de gasóil, más que en todo el acumulado histórico. Fuentes del sector apuntan a que Europa recibe diésel ilegal de Rusia que se cuela por España pese a las investigaciones del Gobierno

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Las importaciones de diésel desde Marruecos se han disparado a niveles completamente extraordinarios. Entre marzo y abril de 2025, los puertos españoles han recibido 123.000 toneladas de gasóleo procedente del país gobernado por Mohamed VI, según registran los datos oficiales de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES), organismo tutelado por el Ministerio para la Transición Ecológica. Esto significa que en solo dos meses han llegado más que las 90.000 toneladas de los cuatro años anteriores. Previamente, nunca Marruecos exportó diésel a España.


Fuentes del sector apuntan a que parte del diésel que llega a España tiene origen ruso. Sin embargo, explican que es imposible controlar su entrada. Según detallan, Marruecos no ha establecido ninguna sanción sobre este hidrocarburo con el Kremlin , como sí ha hecho Bruselas desde febrero de 2023, que pretendía llevar a cabo represalias económicas para ahogar a Putin tras su invasión de Ucrania, conflicto que sigue vivo tres años después.

Los datos confirman que Marruecos sigue comprando gasóleo de Rusia. En lo que va de 2025, en los puertos marroquíes han atracado barcos con más de un millón de toneladas de diésel ruso, lo que supone el 25% de sus importaciones, según datos de Vortexa. Esta plataforma de seguimiento de buques utilizados por los principales traders, empresas energéticas y medios de comunicación a nivel mundial registró compras de diésel ruso. Concretamente, el 9% de los 6,5 millones de toneladas de gasóleo de 2024 procedían del país presidido por Vladímir Putin. Un año antes, en 2023, Marruecos compró de Rusia 1,62 millones de toneladas de este producto petrolífero.

En el sector no ven lógica económica en que un país que no cuenta con capacidad de refino —no tiene plantas refineras operativas desde 2016— compre para reexportar, ya que el coste estaría por encima de los precios del mercado internacional. Por eso, consideran que tiene que haber alguna ventaja competitiva en ese producto. Y ahí ven la posibilidad de que el diésel ruso, que llega a menor coste, se introduzca en sus sistemas de almacenaje, se mezcle y se reexporte a España ya con certificación del país norteafricano, sin que quede huella de qué parte podría venir de Rusia.

Esta triangulación entre países para evitar represalias económicas es habitual en este y otros sectores. Fuentes expertas señalan que, por ejemplo, para evitar las represalias que Argelia aplicaba a España, se le vendían algunos productos pasando por terceros países. La sospecha de que el diésel que procede de Marruecos y otras geografías tenga origen ruso en parte se viene investigando por las autoridades españolas desde al menos 2023.


 

Grulla

Colaborador
Colaborador

El ejército ruso añade 30.000 soldados al mes​


Por Dylan Malyasov
2 de julio de 2025


Capturas vía Telegram / Ministerio de Defensa de la Federación Rusa

https://defence-blog.com/russian-army-adds-30000-soldiers-per-month/
El vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitry Medvedev, declaró que más de 210.000 personas se han unido a las Fuerzas Armadas rusas bajo contrato desde principios de 2025.

Además, más de 18.000 personas se habrían unido a las formaciones de voluntarios, según sus últimas declaraciones.

Medvedev dijo que este ritmo de reclutamiento refleja un promedio de aproximadamente 30.000 nuevos empleados por mes.

 
La pérdida de efectividad de las sanciones económicas unilaterales es una de las novedades interesante de este conflicto.

ACLARACIÓN: viene a continuación una de mis típicas peroratas. No la lea.
Ahora bien, si prefiere una perorata más amigable, más adelante encontrarán una adaptación de mi asistente...

UN POQUITO DE TEORÍA

Se suele hablar de poder duro y poder blando. Dentro del poder duro encontramos al poder militar y al poder económico. Como parte de esto último, hasta hace pocos años la capacidad de imponer sanciones económicas fue considerada una de las herramientas fundamentales.
Una sanción económica es el equivalente a enviar un portaaviones. Un ataque económico del cual se espera un efecto económico que doble la voluntad política del rival.

Pero como toda herramienta de poder, también tiene sus costos. Enviar un portaaviones a lanzar bombas es caro. Aplicar sanciones económicas a un país también es caro. En ambos casos, ese costo puede ser entendido como una inversión, una inversión en la seguridad propia, en los intereses propios y/o lo que sea que se busque.

En el mundo de las sanciones económicas es importante tener en cuenta las interdependencias económicas. Si dos economías no dependen entre sí, las sanciones económicas no tienen ningún efecto. Cada uno puede seguir por su vida.
La efectividad de las sanciones económicas requieren algún grado de interdependencia económica entre las partes. Cuanto mayor la interdependencia, mayor el costo de la sanción.
Pero eso apareja consecuencias. No sólo el sancionado enfrenta problemas, sino también el sancionador. El sancionador debe calcular dos cosas. Por un lado, que el sancionado sufre un mayor costo que el sancionador; por otro lado, que el sancionador puede encontrar proveedores alternativos para suplir la interdependencia y, obviamente, que el sancionado no cuenta con idénticas facilidades. Generalmente, ambos van de la mano, como dos caras de la misma moneda.
Esto suele ser así si el sancionado depende mucho más del sancionador que a la inversa. Que existe algún grado de interdependencia desequilibrada a favor del sancionador. Situación típica, países monoproductores frente a países con economías diversificadas, países primarizados frente a industrializados.

También hay que tener en cuenta el grado de multilateralidad de las sanciones. Las sanciones económicas son efectivas si todas las economías del mundo, incluyendo a todas las importantes, se ponen de acuerdo en sancionar a alguien. En el lado opuesto, son inútiles si el sancionador está sólo, su economía es minúscula y, además, no tiene nada imprescindible para el resto del mundo.
Entre estos dos extremos teóricos, hay todo un abanico de opciones. En general, una superpotencia económica acumula tanto poder económico que por sí sola podría aplicar sanciones efectivas contra más de un país. La sanción económica unilateral por excelencia, no necesita consensuar con nadie más. Alternativamente, un conjunto de economías centrales podría coordinar sus acciones con efectividad equivalente, tienen que coordinarse entre ellas. Pero no necesitan que participen de la decisión ni estén de acuerdo el resto del mundo, así que también entra en el mundo del unilateralismo.

Eso implica que para que la efectividad de las sanciones económicas dependen de que se cumplan algunos supuestos. Si falla alguno, la efectividad se pierde.
Si una economía es lo suficientemente autosuficiente por sí misma, las sanciones en su contra pueden ser irrelevante. Una superpotencia económica, por ejemplo, generalmente es inmune a las sanciones económicas en su contra.
También puede suceder que una economía cuente con socios económicos suficientemente fiables como para compensar cualquier sanción.
O, con suerte, que cuente con un producto imprescindible para el resto, del que no existen alternativas (por ejemplo, algún mineral raro o una vía de comunicación especial).
Finalmente, que aparecen formas de sortear las sanciones en sí mismas (por ejemplo, sobornando a quienes deben aplicarlas o algún otro vericueto más o menos elegante, triangulaciones inclusive). Aunque muchas veces esto último va de la mano de que el "sancionador" en realidad calculó mal y es más débil de lo que estimaba (por ejemplo, porque no tiene forma de compensar la interdependencia o depende más del sancionado que a la inversa).

REFLEXIONANDO

Entonces, después de décadas de mucha confianza en ellas, en los últimos años las sanciones económicas unilaterales parecen perder efectividad. Una herramienta de poder duro que languidece.
¿por qué? probablemente por la conjunción de varios factores más o menos interrelacionados.

En primer lugar, parece que el sancionado (Rusia, en este caso) tiene capacidades económicas soberanas suficientes. Un país no necesita ser autosuficiente en todo para mantener satisfecha a su población y funcionando razonablemente normal su economía. Tal parece, a partir de cierto umbral de bienestar y desarrollo, algunas economías se vuelven lo suficientemente sólidas en sí mismas como para volverse indiferentes a las sanciones económicas.
Reflexión que, quizás, no sea exclusiva de Rusia y esta guerra. Si nos retrotraemos a la pandemia COVID-19, observamos una especie de guerra económica mundial o guerra sanitaria mundial, donde todos cerraron sus economías y lucharon los unos contra otros por recursos escasos como barbijos, vacunas, jeringas y máquinas respiradores, médicos y enfermeros, entre otros. Período donde todas las vías de suministros fueron en mayor o menor medida suspendidas, incluso las cadenas globales de alimentos. Pues bien, incluso países como Argentina contaron con capacidades económicas, industriales y de insumo soberanos suficientes como para fabricar por sí misma los respiradores que demandaba. Tampoco se observaron ambrunas significativas en algún lugar de mundo (o mayores a las habituales).
De alguna forma, parece que muchos países an alcanzado estándares de desarrollo económico suficientes como para sobrellevar con razonable efectividad algunas sanciones económicas.

En segundo lugar, también parece que el sancionado (Rusia) puede recurrir a sólidos proveedores alternativos. Dado que las sanciones económicas son unilaterales, por definición muchos países no participan de las mismas. Estos terceros países parecen ser lo suficientemente prósperos como para compensar las consecuencias de los sancionadores.
Por ejemplo, de las diez economías más grandes del mundo, tres no participan de las sanciones económicas unilaterales, de hecho las rechazan. Eso incluye a China e India, segunda y cuarta economías mundiales.

En cuarto lugar, las sanciones económicas requieren aplicación efectiva. Rusia tiene fronteras permeables con la segunda economía más grandes del mundo. Sin perder de vista que es un país gigante con las fronteras más extensas. Es más, en realidad la mayoría de los países con los que comparte frontera no son participe de las sanciones económicas unilaterales. Y eso sólo prestando atención a las fronteras terrestres. Es, como refirió la propia Rusia, "inembargable".
Ya que estamos, podríamos agregar el comentario entre paréntesis de que que la misma permeabilidad de sus fronteras son las que le facilitan a Ucrania y sus socios meter cosas indeseables dentro de Rusia. Fin del paréntesis.
Luego tenemos muchos ejemplos como los mencionados en la noticia precedente. Aparecen intermediarios que triangulan las mercancías, autoridades que hacen la vista gorda y otras prácticas que le permiten al sancionado sortear las sanciones y, lo más interesante, incluso a costa de los sancionadores.

En quinto lugar, como anticipa el punto anterior, los sancionadores continúan comerciando con el sancionado. Indirectamente, pero el intercambio continúa. Lo que indica que los sancionadores calcularon mal, carecen de capacidades soberanas suficientes en aquello sobre lo que dependen y/o, más relevante, fracasan en desarrollar proveedores alternativos. Quizás, porque estos proveedores alternativos no existen en la cantidad y calidad necesaria. En todo caso, la consecuencia es que terminan minando la efectividad de sus propias sanciones. No pueden sortear la interdependencia.

A MODO DE CONCLUSIÓN

En sexto lugar, puede que lleguemos a lo más relevante, la efectividad del sancionador (o los sancionadores) depende de su fortaleza económica (que dependan de tí más que a la inversa, que tienen más proveedores alternativos que el sancionado, etc.). Si careces de la fortaleza suficiente, si calculaste mal, entonces las sanciones pierden efectividad. El riesgo adicional es que devengan contraproducentes.
La aparente pérdida de efectividad de las sanciones económicas de los últimos años parecen ser indicadores de un fenómeno más amplio: la economía global está cambiando.
Esta herramienta de poder duro depende de la fortaleza económica. La fortaleza económica es una definición relativa. Podríamos sintetizar como que tú riqueza es inversamente proporcional a la pobreza de tu rival. Si todos son de similares ingresos, difícilmente puedan sancionarse.

Cuando comenzó este conflicto y la "Comunidad Internacional" sancionó la batería más grande de sanciones económicas de la historia contra Rusia, el gobierno chino replicó que esa expresión parecía entender que el mundo estaba conformado sólo por lo que está en amarillo:
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Pues bien, parece que ese mundo amarillo ya no goza de la fortaleza económica suficiente como para que sus sanciones sean efectivas. Ya no concentran suficiente riqueza. Al menos, en la dimensión económica, el mundo ingreso en la "multipolaridad". Nadie por sí mismo puede aplicar sanciones económicas a nadie más, ni siquiera alcanza la asociación de varias de las economías supuestamente más grandes.
En este nuevo escenario puede parece que el poder económico a perdido la jerarquía de "hard power" pero probablemente eso sólo sea una conclusión válida para aquellos que estaban acostumbrados a ejercerlo de la forma que lo hacían hasta ahora. Por contraejemplo, es posible que China ahora tenga el poder de aplicar algunas sanciones económicas inimaginables unas décadas atrás.
No es que el poder económico pierde su importancia, es que la economías de los países que se valían de ese poder ha perdido fortaleza. No concentran suficiente poder económico.
Es probable que en las décadas por venir, las sanciones económicas efectivas requieran el acuerdo y coordinación de esfuerzos de un grupo más amplio de países. En la nueva economía de la multipolaridad, las únicas sanciones económicas efectivas serán aquellas con mayor grado de multilateralidad. O, tal parece, están condenadas al fracaso, como disparando tiros al aire.
Peor aún, tiros en el pie, ya que en varios casos el sancionador parece sufrir similares o mayores costos que el sancionado. Un sancionado con el cual no pueden cortar vínculos.
Indicadores de han devenido en economías menos relevantes de lo que calcularon inicialmente.

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VERSIÓN 2. Mi asistente prefiere esta perorata:

La decadencia del poder sancionador: ¿el fin del unilateralismo económico?​

Introducción​

Una de las novedades más significativas del actual conflicto internacional es la pérdida de efectividad de las sanciones económicas unilaterales. Se trata de una herramienta clásica del poder duro que, en los últimos años, parece estar perdiendo impacto y capacidad de influencia.


Un poco de teoría​

En el ámbito de las relaciones internacionales, suele distinguirse entre poder duro y poder blando. El primero se expresa, principalmente, a través del poder militar y el poder económico. Dentro de este último, las sanciones económicas han sido, durante décadas, una herramienta clave.

Una sanción económica es el equivalente político a desplegar un portaaviones: una ofensiva no militar que busca imponer un costo económico significativo al adversario, forzando un cambio en su conducta o voluntad política. Pero, como toda expresión de poder, también implica costos. Aplicar sanciones económicas, al igual que lanzar bombas, es una inversión: en seguridad, en defensa de intereses propios o en la promoción de determinados valores.

Para que estas sanciones sean efectivas, es necesario que exista algún grado de interdependencia económica entre las partes. Si dos economías no tienen vínculos comerciales o financieros relevantes, las sanciones pierden sentido. Cuanto mayor la interdependencia, mayor el potencial impacto… pero también mayores los costos compartidos.

En este escenario, el sancionador debe calcular cuidadosamente:

  • Que el sancionado sufra un daño mayor que el que experimenta el propio sancionador.
  • Que pueda reemplazar proveedores o relaciones económicas interrumpidas.
  • Que el sancionado no cuente con las mismas facilidades.
Esta lógica se sostiene si existe un desequilibrio en la interdependencia, normalmente favorable al sancionador. Es una configuración típica entre economías diversificadas e industrializadas versus países primarizados o monoproductores.

Otra variable clave es la multilateralidad. Las sanciones son más eficaces cuando varias potencias se alinean en una acción coordinada. A la inversa, si solo una economía pequeña sanciona unilateralmente y no tiene nada imprescindible para ofrecer, la medida se vuelve simbólica o irrelevante.

No obstante, algunas superpotencias económicas cuentan con tanto peso relativo que pueden aplicar sanciones unilaterales sin necesidad de consensos amplios. También existe la posibilidad de que un conjunto de países centrales actúe en conjunto, aunque sin involucrar al resto del mundo, lo cual sigue siendo unilateral en términos estratégicos.

En resumen, la efectividad de una sanción económica descansa en una red de supuestos: que el sancionado sea más dependiente, que no tenga alternativas viables, y que el sancionador posea la fortaleza necesaria para sostener el costo de la acción.


Una mirada al presente​

Tras décadas de confianza en su eficacia, las sanciones económicas unilaterales parecen estar perdiendo potencia como recurso estratégico. Este cambio puede explicarse por una serie de factores interrelacionados:

  1. Capacidades económicas soberanas Rusia, el sancionado en este caso, posee una economía con cierto grado de autosuficiencia. No necesita ser completamente autónoma para resistir: basta con alcanzar un umbral de resiliencia que le permita sostener el funcionamiento interno con relativa normalidad.
    Esta conclusión puede extenderse a otras experiencias recientes. Durante la pandemia de COVID-19, se vivió una suerte de “guerra económica global” en la que muchos países restringieron exportaciones y compitieron por recursos críticos. Incluso en ese contexto, naciones como Argentina lograron fabricar por sí mismas insumos vitales como respiradores, sin registrar hambrunas generalizadas.
    Esto sugiere que numerosos países han alcanzado niveles de desarrollo suficientes como para afrontar ciertos tipos de sanciones con eficacia relativa.
  2. Proveedores alternativos confiables Al tratarse de sanciones unilaterales, existen múltiples economías que no las adoptan. En este caso, algunas de las principales potencias mundiales —como China e India, segunda y cuarta economía del mundo, respectivamente— continúan comerciando con Rusia, brindándole opciones comerciales viables.
  3. Fronteras permeables y evasión práctica Rusia comparte fronteras terrestres con numerosos países que no adhieren a las sanciones. Su tamaño geográfico le permite recibir bienes por vías difíciles de controlar. Aparecen intermediarios, triangulaciones comerciales, evasiones legales y mecanismos formales e informales para continuar las operaciones económicas. Incluso hay reportes de que los propios sancionadores acaban, directa o indirectamente, facilitando ese comercio.
  4. Errores de cálculo de los sancionadores Muchos de los países que lideran las sanciones siguen vinculados económicamente al sancionado. No han logrado reemplazar completamente las fuentes de insumos o energía. En algunos casos, no existen proveedores alternativos suficientes. Esto revela una falta de preparación estratégica o una sobreestimación de su propia resiliencia.

A modo de conclusión​

Quizás lo más relevante sea reconocer que la efectividad de las sanciones económicas depende, en última instancia, de la fortaleza del sancionador. Si este carece de capacidad soberana, si sobreestima su peso relativo o subestima la resiliencia del sancionado, las sanciones pueden fracasar… o incluso volverse contraproducentes.

Este fenómeno parece reflejar una realidad más profunda: la economía global está cambiando. La concentración de riqueza en manos de unos pocos ha disminuido, y con ello, la capacidad de imponer condiciones unilaterales.

Cuando estalló el conflicto en Ucrania, la llamada “Comunidad Internacional” —encabezada por Estados Unidos y Europa Occidental— impuso la mayor batería de sanciones de la historia contra Rusia. Desde China, sin embargo, se replicó que “pareciera que el mundo estuviera formado solo por lo que está en amarillo”, aludiendo al tradicional mapa centrado en Occidente.

Esa metáfora cobra sentido hoy. Ese “mundo amarillo” ya no tiene el peso económico suficiente para doblegar a sus adversarios mediante sanciones unilaterales. Hemos entrado en una era de multipolaridad económica, donde ninguna potencia, por sí sola, tiene el poder para imponer consecuencias significativas.

Esto no significa que el poder económico haya perdido su importancia, sino que se ha descentralizado. Las economías que históricamente lo ejercieron han reducido su margen de acción. En este nuevo escenario, las sanciones solo serán efectivas si logran una coordinación verdaderamente multilateral. De lo contrario, son apenas disparos al aire… o al pie.

PD: que puedo decir, no estoy del todo de acuerdo con mi asistente. Para mí que me quiere serruchar el piso.
 
Última edición:
Estados Unidos no enviará algunas armas prometidas a Ucrania tras la revisión de la ayuda militar del Pentágono


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Estados Unidos está deteniendo alguos envios de armas a Ucrania en medio de preocupaciones de que sus propias reservas han disminuido demasiado, dijeron funcionarios el martes, un revés para el país mientras intenta defenderse de la escalada de ataques de Rusia.

Bajo la administración Biden, se prometieron previamente ciertas municiones a Ucrania para reforzar su defensa durante la Guerra que ya dura más de tres años. La pausa refleja un nuevo conjunto de prioridades bajo el presidente Donald Trump y se produjo después de que funcionarios del Departamento de Defensa examinaran las reservas estadounidenses actuales y expresaran su preocupación.
 

Finback

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La pérdida de efectividad de las sanciones económicas unilaterales es una de las novedades interesante de este conflicto.

ACLARACIÓN: viene a continuación una de mis típicas peroratas. No la lea.
Ahora bien, si prefiere una perorata más amigable, más adelante encontrarán una adaptación de mi asistente...

UN POQUITO DE TEORÍA

Se suele hablar de poder duro y poder blando. Dentro del poder duro encontramos al poder militar y al poder económico. Como parte de esto último, hasta hace pocos años la capacidad de imponer sanciones económicas fue considerada una de las herramientas fundamentales.
Una sanción económica es el equivalente a enviar un portaaviones. Un ataque económico del cual se espera un efecto económico que doble la voluntad política del rival.

Pero como toda herramienta de poder, también tiene sus costos. Enviar un portaaviones a lanzar bombas es caro. Aplicar sanciones económicas a un país también es caro. En ambos casos, ese costo puede ser entendido como una inversión, una inversión en la seguridad propia, en los intereses propios y/o lo que sea que se busque.

En el mundo de las sanciones económicas es importante tener en cuenta las interdependencias económicas. Si dos economías no dependen entre sí, las sanciones económicas no tienen ningún efecto. Cada uno puede seguir por su vida.
La efectividad de las sanciones económicas requieren algún grado de interdependencia económica entre las partes. Cuanto mayor la interdependencia, mayor el costo de la sanción.
Pero eso apareja consecuencias. No sólo el sancionado enfrenta problemas, sino también el sancionador. El sancionador debe calcular dos cosas. Por un lado, que el sancionado sufre un mayor costo que el sancionador; por otro lado, que el sancionador puede encontrar proveedores alternativos para suplir la interdependencia y, obviamente, que el sancionado no cuenta con idénticas facilidades. Generalmente, ambos van de la mano, como dos caras de la misma moneda.
Esto suele ser así si el sancionado depende mucho más del sancionador que a la inversa. Que existe algún grado de interdependencia desequilibrada a favor del sancionador. Situación típica, países monoproductores frente a países con economías diversificadas, países primarizados frente a industrializados.

También hay que tener en cuenta el grado de multilateralidad de las sanciones. Las sanciones económicas son efectivas si todas las economías del mundo, incluyendo a todas las importantes, se ponen de acuerdo en sancionar a alguien. En el lado opuesto, son inútiles si el sancionador está sólo, su economía es minúscula y, además, no tiene nada imprescindible para el resto del mundo.
Entre estos dos extremos teóricos, hay todo un abanico de opciones. En general, una superpotencia económica acumula tanto poder económico que por sí sola podría aplicar sanciones efectivas contra más de un país. La sanción económica unilateral por excelencia, no necesita consensuar con nadie más. Alternativamente, un conjunto de economías centrales podría coordinar sus acciones con efectividad equivalente, tienen que coordinarse entre ellas. Pero no necesitan que participen de la decisión ni estén de acuerdo el resto del mundo, así que también entra en el mundo del unilateralismo.

Eso implica que para que la efectividad de las sanciones económicas dependen de que se cumplan algunos supuestos. Si falla alguno, la efectividad se pierde.
Si una economía es lo suficientemente autosuficiente por sí misma, las sanciones en su contra pueden ser irrelevante. Una superpotencia económica, por ejemplo, generalmente es inmune a las sanciones económicas en su contra.
También puede suceder que una economía cuente con socios económicos suficientemente fiables como para compensar cualquier sanción.
O, con suerte, que cuente con un producto imprescindible para el resto, del que no existen alternativas (por ejemplo, algún mineral raro o una vía de comunicación especial).
Finalmente, que aparecen formas de sortear las sanciones en sí mismas (por ejemplo, sobornando a quienes deben aplicarlas o algún otro vericueto más o menos elegante, triangulaciones inclusive). Aunque muchas veces esto último va de la mano de que el "sancionador" en realidad calculó mal y es más débil de lo que estimaba (por ejemplo, porque no tiene forma de compensar la interdependencia o depende más del sancionado que a la inversa).

REFLEXIONANDO

Entonces, después de décadas de mucha confianza en ellas, en los últimos años las sanciones económicas unilaterales parecen perder efectividad. Una herramienta de poder duro que languidece.
¿por qué? probablemente por la conjunción de varios factores más o menos interrelacionados.

En primer lugar, parece que el sancionado (Rusia, en este caso) tiene capacidades económicas soberanas suficientes. Un país no necesita ser autosuficiente en todo para mantener satisfecha a su población y funcionando razonablemente normal su economía. Tal parece, a partir de cierto umbral de bienestar y desarrollo, algunas economías se vuelven lo suficientemente sólidas en sí mismas como para volverse indiferentes a las sanciones económicas.
Reflexión que, quizás, no sea exclusiva de Rusia y esta guerra. Si nos retrotraemos a la pandemia COVID-19, observamos una especie de guerra económica mundial o guerra sanitaria mundial, donde todos cerraron sus economías y lucharon los unos contra otros por recursos escasos como barbijos, vacunas, jeringas y máquinas respiradores, médicos y enfermeros, entre otros. Período donde todas las vías de suministros fueron en mayor o menor medida suspendidas, incluso las cadenas globales de alimentos. Pues bien, incluso países como Argentina contaron con capacidades económicas, industriales y de insumo soberanos suficientes como para fabricar por sí misma los respiradores que demandaba. Tampoco se observaron ambrunas significativas en algún lugar de mundo (o mayores a las habituales).
De alguna forma, parece que muchos países an alcanzado estándares de desarrollo económico suficientes como para sobrellevar con razonable efectividad algunas sanciones económicas.

En segundo lugar, también parece que el sancionado (Rusia) puede recurrir a sólidos proveedores alternativos. Dado que las sanciones económicas son unilaterales, por definición muchos países no participan de las mismas. Estos terceros países parecen ser lo suficientemente prósperos como para compensar las consecuencias de los sancionadores.
Por ejemplo, de las diez economías más grandes del mundo, tres no participan de las sanciones económicas unilaterales, de hecho las rechazan. Eso incluye a China e India, segunda y cuarta economías mundiales.

En cuarto lugar, las sanciones económicas requieren aplicación efectiva. Rusia tiene fronteras permeables con la segunda economía más grandes del mundo. Sin perder de vista que es un país gigante con las fronteras más extensas. Es más, en realidad la mayoría de los países con los que comparte frontera no son participe de las sanciones económicas unilaterales. Y eso sólo prestando atención a las fronteras terrestres. Es, como refirió la propia Rusia, "inembargable".
Ya que estamos, podríamos agregar el comentario entre paréntesis de que que la misma permeabilidad de sus fronteras son las que le facilitan a Ucrania y sus socios meter cosas indeseables dentro de Rusia. Fin del paréntesis.
Luego tenemos muchos ejemplos como los mencionados en la noticia precedente. Aparecen intermediarios que triangulan las mercancías, autoridades que hacen la vista gorda y otras prácticas que le permiten al sancionado sortear las sanciones y, lo más interesante, incluso a costa de los sancionadores.

En quinto lugar, como anticipa el punto anterior, los sancionadores continúan comerciando con el sancionado. Indirectamente, pero el intercambio continúa. Lo que indica que los sancionadores calcularon mal, carecen de capacidades soberanas suficientes en aquello sobre lo que dependen y/o, más relevante, fracasan en desarrollar proveedores alternativos. Quizás, porque estos proveedores alternativos no existen en la cantidad y calidad necesaria. En todo caso, la consecuencia es que terminan minando la efectividad de sus propias sanciones. No pueden sortear la interdependencia.

A MODO DE CONCLUSIÓN

En sexto lugar, puede que lleguemos a lo más relevante, la efectividad del sancionador (o los sancionadores) depende de su fortaleza económica (que dependan de tí más que a la inversa, que tienen más proveedores alternativos que el sancionado, etc.). Si careces de la fortaleza suficiente, si calculaste mal, entonces las sanciones pierden efectividad. El riesgo adicional es que devengan contraproducentes.
La aparente pérdida de efectividad de las sanciones económicas de los últimos años parecen ser indicadores de un fenómeno más amplio: la economía global está cambiando.
Esta herramienta de poder duro depende de la fortaleza económica. La fortaleza económica es una definición relativa. Podríamos sintetizar como que tú riqueza es inversamente proporcional a la pobreza de tu rival. Si todos son de similares ingresos, difícilmente puedan sancionarse.

Cuando comenzó este conflicto y la "Comunidad Internacional" sancionó la batería más grande de sanciones económicas de la historia contra Rusia, el gobierno chino replicó que esa expresión parecía entender que el mundo estaba conformado sólo por lo que está en amarillo:
figura-5-paises-que-han-impuesto-sanciones-economicas-a-rusia.jpg


Pues bien, parece que ese mundo amarillo ya no goza de la fortaleza económica suficiente como para que sus sanciones sean efectivas. Ya no concentran suficiente riqueza. Al menos, en la dimensión económica, el mundo ingreso en la "multipolaridad". Nadie por sí mismo puede aplicar sanciones económicas a nadie más, ni siquiera alcanza la asociación de varias de las economías supuestamente más grandes.
En este nuevo escenario puede parece que el poder económico a perdido la jerarquía de "hard power" pero probablemente eso sólo sea una conclusión válida para aquellos que estaban acostumbrados a ejercerlo de la forma que lo hacían hasta ahora. Por contraejemplo, es posible que China ahora tenga el poder de aplicar algunas sanciones económicas inimaginables unas décadas atrás.
No es que el poder económico pierde su importancia, es que la economías de los países que se valían de ese poder ha perdido fortaleza. No concentran suficiente poder económico.
Es probable que en las décadas por venir, las sanciones económicas efectivas requieran el acuerdo y coordinación de esfuerzos de un grupo más amplio de países. En la nueva economía de la multipolaridad, las únicas sanciones económicas efectivas serán aquellas con mayor grado de multilateralidad. O, tal parece, están condenadas al fracaso, como disparando tiros al aire.
Peor aún, tiros en el pie, ya que en varios casos el sancionador parece sufrir similares o mayores costos que el sancionado. Un sancionado con el cual no pueden cortar vínculos.
Indicadores de han devenido en economías menos relevantes de lo que calcularon inicialmente.

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VERSIÓN 2. Mi asistente prefiere esta perorata:

La decadencia del poder sancionador: ¿el fin del unilateralismo económico?​

Introducción​

Una de las novedades más significativas del actual conflicto internacional es la pérdida de efectividad de las sanciones económicas unilaterales. Se trata de una herramienta clásica del poder duro que, en los últimos años, parece estar perdiendo impacto y capacidad de influencia.


Un poco de teoría​

En el ámbito de las relaciones internacionales, suele distinguirse entre poder duro y poder blando. El primero se expresa, principalmente, a través del poder militar y el poder económico. Dentro de este último, las sanciones económicas han sido, durante décadas, una herramienta clave.

Una sanción económica es el equivalente político a desplegar un portaaviones: una ofensiva no militar que busca imponer un costo económico significativo al adversario, forzando un cambio en su conducta o voluntad política. Pero, como toda expresión de poder, también implica costos. Aplicar sanciones económicas, al igual que lanzar bombas, es una inversión: en seguridad, en defensa de intereses propios o en la promoción de determinados valores.

Para que estas sanciones sean efectivas, es necesario que exista algún grado de interdependencia económica entre las partes. Si dos economías no tienen vínculos comerciales o financieros relevantes, las sanciones pierden sentido. Cuanto mayor la interdependencia, mayor el potencial impacto… pero también mayores los costos compartidos.

En este escenario, el sancionador debe calcular cuidadosamente:

  • Que el sancionado sufra un daño mayor que el que experimenta el propio sancionador.
  • Que pueda reemplazar proveedores o relaciones económicas interrumpidas.
  • Que el sancionado no cuente con las mismas facilidades.
Esta lógica se sostiene si existe un desequilibrio en la interdependencia, normalmente favorable al sancionador. Es una configuración típica entre economías diversificadas e industrializadas versus países primarizados o monoproductores.

Otra variable clave es la multilateralidad. Las sanciones son más eficaces cuando varias potencias se alinean en una acción coordinada. A la inversa, si solo una economía pequeña sanciona unilateralmente y no tiene nada imprescindible para ofrecer, la medida se vuelve simbólica o irrelevante.

No obstante, algunas superpotencias económicas cuentan con tanto peso relativo que pueden aplicar sanciones unilaterales sin necesidad de consensos amplios. También existe la posibilidad de que un conjunto de países centrales actúe en conjunto, aunque sin involucrar al resto del mundo, lo cual sigue siendo unilateral en términos estratégicos.

En resumen, la efectividad de una sanción económica descansa en una red de supuestos: que el sancionado sea más dependiente, que no tenga alternativas viables, y que el sancionador posea la fortaleza necesaria para sostener el costo de la acción.


Una mirada al presente​

Tras décadas de confianza en su eficacia, las sanciones económicas unilaterales parecen estar perdiendo potencia como recurso estratégico. Este cambio puede explicarse por una serie de factores interrelacionados:

  1. Capacidades económicas soberanas Rusia, el sancionado en este caso, posee una economía con cierto grado de autosuficiencia. No necesita ser completamente autónoma para resistir: basta con alcanzar un umbral de resiliencia que le permita sostener el funcionamiento interno con relativa normalidad.
    Esta conclusión puede extenderse a otras experiencias recientes. Durante la pandemia de COVID-19, se vivió una suerte de “guerra económica global” en la que muchos países restringieron exportaciones y compitieron por recursos críticos. Incluso en ese contexto, naciones como Argentina lograron fabricar por sí mismas insumos vitales como respiradores, sin registrar hambrunas generalizadas.
    Esto sugiere que numerosos países han alcanzado niveles de desarrollo suficientes como para afrontar ciertos tipos de sanciones con eficacia relativa.
  2. Proveedores alternativos confiables Al tratarse de sanciones unilaterales, existen múltiples economías que no las adoptan. En este caso, algunas de las principales potencias mundiales —como China e India, segunda y cuarta economía del mundo, respectivamente— continúan comerciando con Rusia, brindándole opciones comerciales viables.
  3. Fronteras permeables y evasión práctica Rusia comparte fronteras terrestres con numerosos países que no adhieren a las sanciones. Su tamaño geográfico le permite recibir bienes por vías difíciles de controlar. Aparecen intermediarios, triangulaciones comerciales, evasiones legales y mecanismos formales e informales para continuar las operaciones económicas. Incluso hay reportes de que los propios sancionadores acaban, directa o indirectamente, facilitando ese comercio.
  4. Errores de cálculo de los sancionadores Muchos de los países que lideran las sanciones siguen vinculados económicamente al sancionado. No han logrado reemplazar completamente las fuentes de insumos o energía. En algunos casos, no existen proveedores alternativos suficientes. Esto revela una falta de preparación estratégica o una sobreestimación de su propia resiliencia.

A modo de conclusión​

Quizás lo más relevante sea reconocer que la efectividad de las sanciones económicas depende, en última instancia, de la fortaleza del sancionador. Si este carece de capacidad soberana, si sobreestima su peso relativo o subestima la resiliencia del sancionado, las sanciones pueden fracasar… o incluso volverse contraproducentes.

Este fenómeno parece reflejar una realidad más profunda: la economía global está cambiando. La concentración de riqueza en manos de unos pocos ha disminuido, y con ello, la capacidad de imponer condiciones unilaterales.

Cuando estalló el conflicto en Ucrania, la llamada “Comunidad Internacional” —encabezada por Estados Unidos y Europa Occidental— impuso la mayor batería de sanciones de la historia contra Rusia. Desde China, sin embargo, se replicó que “pareciera que el mundo estuviera formado solo por lo que está en amarillo”, aludiendo al tradicional mapa centrado en Occidente.

Esa metáfora cobra sentido hoy. Ese “mundo amarillo” ya no tiene el peso económico suficiente para doblegar a sus adversarios mediante sanciones unilaterales. Hemos entrado en una era de multipolaridad económica, donde ninguna potencia, por sí sola, tiene el poder para imponer consecuencias significativas.

Esto no significa que el poder económico haya perdido su importancia, sino que se ha descentralizado. Las economías que históricamente lo ejercieron han reducido su margen de acción. En este nuevo escenario, las sanciones solo serán efectivas si logran una coordinación verdaderamente multilateral. De lo contrario, son apenas disparos al aire… o al pie.

PD: que puedo decir, no estoy del todo de acuerdo con mi asistente. Para mí que me quiere serruchar el piso.
Por favor, en ZM no está permitido el uso de IA para responder.

Gracias.
 

Grulla

Colaborador
Colaborador

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