A pocos meses de haber completado su vuelo de retiro en Corea del Sur, el Ejército de EE.UU. ahora anunció haber culminado el retiro de la flota de aeronaves turbohélice A-ISR, mismas que ya llevaban mas de 50 años en servicio para la institución. De esta manera, se pone fin a una historia iniciada en el año 1971, momento en el que la mencionada fuerza desplegaba al “Guardrail” en Alemania bajo la órbita del 1° Batallón de Inteligencia Militar para realizar misiones de vigilancia sobre los movimientos de tropas realizados por el bloque soviético en la región.
Repasando brevemente su largo listado de antecedentes operativos, ha de destacarse que tras la Guerra Fría, la aeronave participó de operaciones en diversos escenarios y regiones. Uno de ellas ha sido la Operación Tormenta del Desierto, donde contribuyeron al rastreo de unidades iraquíes para mantener al tanto de sus movimientos a las tropas de coalición, mientras que también brindaron apoyo a los Marines durante sus misiones en las costas de Kuwait. En Asia, los Guardrail se mantuvieron desplegados en la Península de Corea desde la década del 70′ con el fin de mantener vigilada la zona desmilitarizada que separa a las tropas de Pyongyang y Seúl.
Durante mediados de la década del 90′, las aeronaves también se integraron junto a los modelos ARL-M para participar de operaciones del entonces USPACOM, sustituyendo a los antiguos aviones OV-1D Mohawk que por entonces estaban siendo retirados; aportando como principal novedad los nuevos MTI/SAR que brindaban capacidades de intercepción de comunicaciones, reconocimiento de imágenes e identificación de objetivos. Para el año 2016, era incorporada la última de las aeronaves de este tipo con la llegada de los EMARSS, misma que se valía del diseño base de los Beechcraft King Air 350ER y que participó de misiones en África, Latinoamérica y Medio Oriente.
Aún cuando EMARSS era una plataforma incorporada al servicio hace poco menos de una década, la decisión de avanzar en su retiro y el de las otras aeronaves de la flota responde a un nuevo enfoque adoptado por el Ejército de EE.UU., lo que expresaba la Directora de Proyecto de Sensores e Inteligencia Aérea, Julie Isaac: “En 2022, el Ejército tomó la decisión deliberada de priorizar la modernización aérea para centrarse en las capacidades de detección profunda, en línea con las estrategias futuras del Ejército.” Acorde es informado por la propia institución, se trata de un concepto que requiere aeronaves capaces de volar a mayores altitudes y que incorporen sensores de mayor poder, derivando en la necesidad de apostar a nuevas plataformas.
En ese sentido, el Ejército estadounidense avanza en su programa denominado HADES desde el año 2020, con el que se reemplazarían tanto a los Guardrail, ARL y EMARSS. Uno de los diferentes logros de este proceso se ha dado en la asociación con la Oficina de Proyectos de Ala Fija (FWPO), apuntando a lograr el desarrollo de un Sistema de Reconocimiento Aéreo y Guerra Electrónica (conocido como ARES) y un Sistema de Inteligencia de Misión de Explotación de Objetivos de Reconocimiento Aéreo (también nombrado como ARTEMIS). Además, se avanzó en el diseño de una nueva plataforma conocida como ATHENA-R/S, la cuál facilitará la transición entre ambas flotas.
Puesto en palabras de Eric Hughes, actual gerente de producto del Sistema de Detección Multidominio: “ARTEMIS, ARES y ATHENA servirán para demostrar el valor de las tecnologías de sensores nuevas y existentes en paquetes similares a HADES y proporcionarán capacidades de detección de nivel similar dentro de las áreas de responsabilidad de los Comandos de Europa y del Pacífico de EE.UU. Estos sistemas de puente aéreo ISR permiten al Ejército innovar rápidamente y lograr objetivos provisionales, como seguir cumpliendo con los requisitos operativos, transformar las formaciones y la infraestructura de inteligencia para aprovechar la capacidad de HADES y establecer un número inicial de tripulaciones entrenadas para la transición a HADES.“
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