El gobierno de los Estados Unidos ha autorizado recientemente la posible venta de nuevos aviones de patrullaje y reconocimiento marítimo P-8A Poseidon para equipar a la Fuerza Aérea de Dinamarca. La operación, englobada dentro del Programa de Ventas Militares al Extranjero y valuada en US$ 1.800 millones, fue notificada el 29 de diciembre por el Departamento de Estado al Congreso estadounidense para su aprobación, siguiendo de este modo las negociaciones impulsadas por el gobierno danés.

Al día de la fecha, y como se aprecia en varios países del norte de Europa, Dinamarca se encuentra impulsando una importante renovación de las capacidades de sus Fuerzas Armadas. El esfuerzo se posa en diversos dominios, como el aéreo, con el reemplazo de sus F-16 por los cazas furtivos F-35, y en el de defensa aérea, con la incorporación de nuevas plataformas. Sin embargo, al día de la fecha y en la consideración oficial, las capacidades de patrullado y reconocimiento marítimo no serían suficientes para cumplir los requisitos militares, como tampoco para hacer frente a los desafíos regionales.
Actualmente, la capacidad de patrullaje marítimo se posa en Bombardier Challenger 600, siendo estos aviones de negocios originalmente destinados al transporte VIP, pero adaptados para cumplir labores de patrullaje de forma limitada. Esto no es un detalle menor, teniendo en cuenta el control de los espacios aéreos y marítimos que el país europeo debe realizar fuera de territorio continental, abarcando las islas Feroe y Groenlandia, y cubriendo amplias áreas del Atlántico Norte y del océano Glacial Ártico.

Por tal motivo, a finales del pasado mes de septiembre, fue el propio titular de la cartera de Defensa danesa, Troels Lund Poulsen, quien anunció que el país se encontraba evaluando las opciones para adquirir nuevos aviones de patrullado marítimo P-8A Poseidon a los Estados Unidos.
En aquella ocasión, en una serie de entrevistas brindadas a medios locales, el ministro de Defensa reconoció la creciente importancia del Ártico y de las regiones que lo engloban, donde, inclusive, embarcaciones de banderas rusas y chinas han navegado en aguas próximas a Groenlandia.

Con estos antecedentes mencionados, el 29 de diciembre la Agencia de Cooperación en Defensa y Seguridad (DSCA) confirmó los avances en las negociaciones entre Dinamarca y Estados Unidos, al confirmar la autorización para la venta de hasta un total de tres (3) nuevos aviones de patrullaje marítimo P-8A Poseidon, junto con un importante paquete de equipamiento y apoyo.
El monto de la operación, la cual tiene como principal proveedor a Boeing, alcanza la cifra de US$ 1.800 millones, e incluye sensores tales como los radares AN/APY-10, sistemas de alerta ALQ-213, sistemas dispensadores de contramedidas AN/ALE-47, sistemas electroópticos MX-20HD y sistemas acústicos AN/AAQ-2(V), por solo citar algunos de los ítems autorizados.

Desde el Departamento de Estado se ha indicado que: “La venta propuesta mejorará la capacidad de Dinamarca para hacer frente a las amenazas actuales y futuras, al proporcionar una fuerza creíble capaz de disuadir a los adversarios y de participar en operaciones de la OTAN. La venta propuesta respaldará su objetivo de mejorar la defensa nacional y territorial, así como la interoperabilidad con las fuerzas de los Estados Unidos y de la OTAN. Dinamarca no tendrá dificultades para integrar este equipamiento en sus Fuerzas Armadas”.
Por último, no debe dejarse de señalar el incremento de la interoperabilidad que el gobierno de Dinamarca busca impulsar en el caso de concretar la adquisición de los Poseidon. Esto se plasma en que varios países aliados de la OTAN, como los Estados Unidos, Reino Unido, Noruega y, más recientemente, Alemania, ya operan o se encuentran en proceso de incorporación de sus P-8, grupo al que se sumará también Canadá.
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