*Por Gastón Marmonti.

El pasado mes de octubre (del 9 al 12) de este año que ya casi termina; estuvimos deleitándonos en la internacionalmente reconocida y esperada muestra de autos y motos que organiza el Club de Automóviles Clásicos y se monta en el pintoresco Hipódromo de San Isidro. Cientos de miles de personas, familias y niños; se dieron cita en Autoclásica para admirar y vivir de cerca una de las pasiones bien argentina: el Deporte Motor.

Con 3.400 (3.390) unidades entregadas a Francia, el Dodge fue el vehículo del personal del U.S. Army más numeroso en servicio en Europa

Marcas, escuderías, asociaciones, clubes, amigos, dueños de joyas exclusivas; nos acercan y nos dejan observar durante unos días, máquinas a motor con las cuales soñamos; muchos, desde nuestra infancia. De capital, del interior y del exterior del país (Brasil, Uruguay, por mencionar algunos…).

Reencontrarnos con un modelo similar al de nuestros padres (en mi caso, un noble Renault 4 – “El Correcaminos”), un auto de Fórmula 1 de los ´90, un Turismo Carretera de los ´50 o de los ´80 (o del que cada uno prefiera), nos transporta a una televisión blanco y negro, nos hace sonreir porque se nos filtran recuerdos de integrantes de la familia que ya no nos acompañan. Eso es Autoclásica. Recuerdos, pasión, sueños, y sonrisas… De expositores y de visitantes.

El Dodge Touring (restaurado), presente en Autoclásica 2025

En esta Autoclásica tan particular y única, la premiación no podía quedar al margen. Por primera vez fueron seleccionados dos vehículos de dos categorías diferentes: Elegancia y Competición.

Los ganadores fueron:

Best of Show (Elegancia): el Rolls-Royce Phantom III

Best of Show (Competición Internacional Biplaza): el Shelby Cobra Daytona Coupé

“El doble reconocimiento fue celebrado como una decisión simbólica, en homenaje a la historia del evento y a los grandes restauradores argentinos que mantienen viva la pasión por los autos clásicos”.

Pero quisiera desviarlos de las revoluciones ensordecedoras del Torino 380 w (Nro 2) de los pilotos Gastón Perkins, Jorge Cupeiro y de Eduardo Rodríguez Canedo (de las 84 horas de Nürburging de 1969) a un sector en frente: el de los vehículos militares.

Este coto especial de autos o vehículos blindados; pintados verde oliva o mimetizados (verde oliva y marrón terroso), con tracción en las cuatro ruedas o con orugas (con eslabones), producidos en serie, muchos, restaurados con titánico esfuerzo de curtidos mecánicos para que simulen ser los que operaron los hombres del ejército.

El Jeep Ford GPA (restaurado), presente en el stand militar de Autoclásica 2025.

Muchos iniciados como autos o tractores civiles, comprados con licencia del Ejército y de la Infantería de Marina y adaptados al rigor “todo terreno” y “todo clima” para uso militar y que, una vez terminado el conflicto bélico, la fábrica los volvió a presentar en sociedad y se los ofreció a la gente joven, como por ejemplo el Jeep Willys-Overland CJ-2A (Civilian Jeep 2A).

En este 2025 se presentaron en Autoclásica, dos Jeeps “Originales”: los Kaiser M 606 del Museo Náutico Argentino y cerca de veintitrés “Restaurados” de la Asociación de Amigos de Vehículos Militares (AAVM).

El 2do puesto lo obtuvo el Nro de Orden 153 – un Ford GPA 1942

Un jeep anfibio, presentado por el señor García Loperana a través de la AAVM. Ford, utilizó un chasis robusto existente y su correspondiente bastidor interno. Por lo tanto, se trataba de un vehículo más convencional, con una construcción soldada de chapa de acero, denominada GPA (designación interna).

La empresa Ford también se encargó que su conducción fuera muy similar al Jeep común con algunas palancas más para conducir en navegación (así, los conductores de Jeep, no hallarían nuevas dificultades).

Lamentablemente, no logró superar las pruebas del oleaje de un desembarco en el mar. Los soldados lo apodaron como “bañadera”, no contaba con armamento adicional, no podía recibir alguna carga extra, por lo que era obviamente menos maniobrable que un Jeep y terminó recibiendo poco uso en el frente. La fabricación se detuvo en marzo de 1943, tras la sorprendente producción de 12.778 vehículos.

Adquirido por el ejército soviético, lo transformaron en la versión GAZ 46, la cual les permitió darle un uso intensivo en operaciones atravesadas por cursos de agua, lagos, etc. Y finalmente trascendió como el padre del vehículo BRDM-1…

Un ejemplar interesante, que se destaca ampliamente por su originalidad, el trabajo y el empeño puesto de manifiesto por sus presentadores.

El 1er Puesto de esta selección fue para el Nro de Orden 156: el Dodge Brothers Touring 1917.

Este auto militarizado por la firma de los hermanos Dodge, constituye un ícono en el ámbito militar, pues el Ejército de los EE.UU. lo utilizó por primera vez en la campaña contra el líder mexicano Pancho Villa (su nombre era Doroteo Arango) al mando del Gral. Piershing. Recordemos que en marzo de 1916, México había atacado a la ciudad de Columbus, Nueva México (EE.UU.), donde se habían producido muchas víctimas civiles estadounidenses.

El entonces Cap. Patton emprendió una misión de persecución de bandoleros con tres Dodge Touring, mientras una patrulla a caballo complementaba la búsqueda. A los pocos días, los montados a caballo terminaron exhaustos (jinetes y caballos), mientras los montados en los Dodge, continuaban a pleno ritmo la búsqueda. Patton demostraba “orgulloso”, al mundo al término del tercer día, que la Caballería podía reemplazar sus animales de dotación por el motor.

Empezaba la era de la Motorización Militar y los dolores de cabeza de los oficiales superiores defensores del empleo del caballo[1].

El Dodge Touring fue de los primeros en poseer carrocería completa de acero, incluyendo el techo del mismo. La primera versión 30-35 HP fue diseñada y puesta en producción en 1914, empezando a competir con la firma Ford. Muy rústico y maniobrable, demostró superior flexibilidad que el Ford T, en las rutas de tierra y caminos consolidados de la mayoría de los países.

Piershing y Patton, otra vez movilizados al frente europeo con el ejército, en la Primera Guerra Mundial (EE. UU. ingresó en abril de 1917), no dudaron en hacer transportar a Francia (junio del ´17), cerca de 3400 Dodge. Al poco tiempo, se desarrollaron versiones con caja de transporte de personal y material y también una variante biplaza (Roadster).

Pasó de la guerra al uso civil, llegando a producirse la sorprendente cifra de 124.000.

A partir del año 1916 comenzaron a importarse a Argentina. La empresa Julio Fèvre (hijo) cerró un acuerdo comercial con la casa de los hermanos Dodge para importar al país los modelos que producían en los Estados Unidos.

Un comercial de la revista Caras y Caretas de 1917, anunciaba la llegada del nuevo modelo: “La confianza que se siente en el nombre Dodge Brothers y que existe en todas partes, es la mejor seguridad que el coche responderá siempre en todo a los más altos conceptos.”

Un año después en 1918, el precio de venta en Buenos Aires (calle Bermejo 940, Buenos Aires) era de 3.200 pesos moneda nacional. Para tener una comparación con el Ford T, que también se comercializaba en el país, costaba 1.700 pesos (Ver artículo de Mauricio Uldane).

Una rareza única que fue presentada por CLASICOS AR., a través de la AAVM. Esconde una historia trascendente en el ámbito militar y que significó un “momento bisagra” para todos los ejércitos del mundo, cuando en simultáneo empezaban a rodar los primeros tanques (motorizados) Mark I en la batalla de Cambrai, en 1916. “Autoclásica 2025, lo hizo.”

El caballo de guerra y el motor, continuaron compitiendo en las post 1ra Guerra. Entrada la 2da Guerra Mundial y luego de las campañas de Polonia y Francia y con la exitosa táctica Blitzkrieg alemán (Guerra Relámpago: combinación avión – tanque), los caballos[2] pronto volvieron a la paz. Como los Jeeps…


[1] Nota del autor: en nuestro país, el Ejército Argentino dilató la aceptación de la doctrina blindada, reemplazando a la caballería montada recién a fines de los ´50. La conducción del arma de caballería, veía a la Motorización como una amenaza a su esencia: –el caballo de guerra-.

[2] Nota del autor: Paradójicamente, fue el ejército alemán el que continuó con la tracción a sangre hasta el final de la guerra, en virtud que no logró “motorizar” completamente, a sus miles de medios de transporte.

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