Realizando sus últimas navegaciones previo a su despedida, uno de los Grumman S-2T Turbo Tracker de la Armada Argentina se encuentra de visita en la Escuela de Aviación Militar de la Fuera Aérea, instituto de formación con asiento en la ciudad de Córdoba. El bimotor anti-submarino arribó en horas de la mañana, pudiendo ser capturado por algunos de los fotógrafos aeronáuticos locales.

Gracias a las fotografías de Nicolás Ramirez (@nramirez36 en X) podemos compartir la llegada del S-2T Turbo Tracker 2-AS-23 a Escuela de Aviación Militar, tratándose del último ejemplar en servicio con la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina. La Armada tiene previsto la baja de los Turbo Tracker luego de que el modelo cumpliera más de seis décadas de servicio, historia que inició con las variante S-2A Tracker.
La historia del S-2 Tracker con la Aviación Naval Argentina se remonta a la incorporación del portaaviones ARA Independencia, buque que impulsó el desarrollo del Grupo Aéreo Embarcado. Para atender los diversos requerimientos, la Armada creó la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina, unidad a la que se dotaría con Grumman S-2A Tracker adquiridos a EE.UU. Una tanda inicial de seis bimotores llegarían a la Argentina en el año 1962, a bordo del ARA Independencia.
Con el transcurso de los años, período en el cual la Armada Argentina incorporó el portaaviones ARA 25 de Mayo, la Aviación Naval continuaría ampliando su flota de Tracker. A los seis ejemplares S-2A llegados en 1962, se sumaría un S-2F en 1967 y en 1978 se completaría a los sobrevivientes con un lote de seis S-2E.

Los Grumman S-2 Tracker de la Armada tuvieron una intensa actividad por esos años, incluidas las misiones realizadas a lo largo del conflicto por las Islas Malvinas. “…La escuadrilla realizó 112 misiones y acumuló más de 520 horas de vuelo sin sufrir pérdidas, pese a los reiterados intentos de interceptación de medios británicos. Por su actuación, recibió la condecoración “Honor al Valor en Combate”…”, recordábamos hace unos días en una nota de ZM.
Finalmente, ante la necesidad de continuar contando con la capacidad antisubmarina, la Armada Argentina encara el proyecto de re-motorización de los Tracker, iniciativa conocida como TATA (Turbinización del Avión Tracker Argentino) y desarrollada en conjunto a la empresa israelí IAI. El proyecto dio origen al S-2T Turbo Tracker, equipado con motores turbohélice Garrett/Honeywell TPE331-15AW, una nueva aviónica y mejor autonomía.
El paso de los años, sumado a las siempre presente estrechez presupuestaria, fue disminuyendo la flota de Turbo Tracker. Además de algunos accidentes, que mermaron la cantidad de aeronaves disponibles. Finalmente, y con la llegada de los P-3C Orion, la Armada Argentina decidió que el S-2T Turbo Tracker comience a transitar sus últimas horas de vuelo, de cara a su pase a retiro.

Enhorabuena la reciente visita a Córdoba, en lo que es una merecida despedida para el Turbo Tracker.
Foto de portada cortesía de Nicolás Ramírez
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Otra capacidad de combate naval perdida, sin reemplazo a la vista. El atenuante es que al no contar ya Argentina con portaviones, no es necesario contar con aviación embarcada de ala fija, salvo para ejercicios con otros países que si lo tengan.
He visto a los S2 Tracker haciendo labores en tareas contra-incendios, dependiendo la vida remanente que le quede a la celula, es una nueva tarea que puede hacer con su debida conversión. Pero bueno, no hay que olvidar que Argentina no es una amante del patrimonio natural.
A la fecha los únicos que podrían reemplazar a los Tracker serían los P3 C Orion, igualmente harían falta otros elementos anti-submarinos como helicópteros embarcados para los destructores, como los SH2 Seasprite que serían un gran complemento para la flota de superficie.