En vista de los avances en el programa de modernización de su caballería blindada, el Ejército Británico finalizó recientemente una serie de pruebas de movilidad de su nuevo tanque Challenger 3, consolidando un paso decisivo dentro de la etapa de evaluación. Los ensayos, llevados a cabo con vehículos de pre-serie, se centraron en evaluar el comportamiento de la plataforma bajo distintas condiciones de terreno y verificar parámetros clave como vibraciones, niveles de ruido e impacto en la tripulación y la munición transportada.
Las pruebas fueron conducidas por Rheinmetall BAE Systems Land (RBSL), en conjunto con la Autoridad de Defensa y la compañía QinetiQ, recorriendo un total de 789 kilómetros en distintos puntos del Reino Unido, tanto en rutas como en terrenos irregulares. Los datos recopilados permitirán a los ingenieros realizar ajustes sobre el diseño final, garantizando que el vehículo cumpla con los estándares requeridos por el cliente. Este proceso es clave antes de avanzar hacia fases más complejas como los ensayos con tripulación, que incluirán pruebas de tiro con munición de combate.
El programa Challenger 3 se encuentra actualmente en su fase de demostración, con prototipos fabricados en las instalaciones de RBSL en Telford. Tras completar con éxito las pruebas de disparo no tripuladas en 2024, los ensayos recientes forman parte de un bloque de evaluaciones que también incluye la movilidad general, sistemas de evacuación de tripulación, medición de la sección radar y análisis de visión indirecta. El siguiente paso será validar la seguridad para operaciones tripuladas y avanzar hacia el desarrollo definitivo de su sistema de armas.
En este marco, la recopilación de datos no solo permite mejorar el diseño, sino también generar evidencia técnica y recoger las experiencias de antiguos comandantes del Challenger 2 que participan en el proceso de evaluación. Este trabajo conjunto entre especialistas de la industria y personal militar garantiza que las mejoras se alineen con las necesidades operativas reales, optimizando la confiabilidad y desempeño del nuevo carro de combate.
El Challenger 3 está concebido para introducir un salto cualitativo en capacidades respecto a su antecesor. Entre sus innovaciones se destacan un nuevo cañón de 120 mm L55A1 de ánima lisa, un sistema modular de blindaje de última generación, integración de sensores digitales, rediseño interno de torre y la incorporación de sistemas de protección activa. Todo ello permitirá al Ejército Británico mantener su poder blindado a la altura de los estándares de la OTAN y de los principales ejércitos europeos.
Respaldado por un contrato superior a los 800 millones de libras, el programa prevé la producción de 148 unidades, con la meta de alcanzar la capacidad operativa inicial en 2027 y la plena en 2030. Además de modernizar a las fuerzas terrestres británicas, el proyecto impulsa la industria local con la creación de más de 700 empleos directos e indirectos, así como una inversión de 40 millones de libras en la modernización de las instalaciones de Telford, apoyándose en una amplia red de proveedores europeos y pequeñas y medianas empresas británicas.
*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-
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