A través de un breve posteo en redes sociales, la Agencia de Adquisiciones, Tecnología y Logística de Defensa (ATLA) dio a conocer durante la mañana de hoy que la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón concretó pruebas de tiro con su nuevo cañón electromagnético entre los meses de junio y julio, armamento que está montado sobre el buque de pruebas JS Asuka. La intención de la institución, fue evaluar el funcionamiento del armamento y registrar la mayor cantidad de datos posibles, esto de cara a una presentación detallada prevista para el Simposio Tecnológico de la ATLA que se realizará entre los días 11 y 12 de noviembre.

Profundizando en detalles, la publicación en cuestión muestra cuatro imágenes en las que se puede observar al cañón electromagnético en plena acción, apuntando y disparando contra un buque no identificado que fue empleado como blanco. Se trata, en principio, del mismo diseño que la mencionada ATLA había presentado por primera vez en el año 2023 en sus pruebas iniciales; mismas que según la agencia fueron pioneras en el mundo y que sirvieron como punto de partida para las actividades recientes.
En base a reportes de testeos previos, hablamos de un cañón de 40 mm, capaz de disparar proyectiles de acero con un peso cercano a los 320 gramos. La principal virtud de esta nueva arma, es su diseño que se basa en electroimanes en lugar de los convencionales propulsores químicos para realizar los disparos de alta velocidad, misma que se situaría en torno a los 2.230 m/s (Mach 6,5). Además, se reportó que al momento de las primeras pruebas el cañón empleaba unos 5 megajulios (MJ) de energía de carga, aunque la intención de la ATLA era avanzar en un modelo final que emplee 20 MJ. En términos de vida útil, se habló de que cada cañón podría disparar hasta 120 proyectiles sin necesidad de recarga.
Por otra parte, los analistas destacan que el diseño permite emplear proyectiles de menor tamaño que en los cañones convencionales, lo que facilita la carga de un mayor número de municiones en el buque y dificulta a su vez la detección por parte del enemigo. Esto resultaría de especial utilidad al momento de desempeñarse en entornos disputados, poblados de baterías costeras capaces de responder rápidamente a los disparos, como así también contra buques equipados con sistemas de contramedidas capaces de interceptarlos.
Cabe recordar en este punto, que Japón lleva desde la década del 90 trabajando en la obtención de un armamento de estas características, con desarrollos iniciales que se llevaban a cabo en el Centro de Investigación de Sistemas Terrestres (GSRC) de la agencia; se trataba en aquel entonces de un modelo mas pequeño, de unos 16 mm. Fue recién en 2016 que el país revitalizó los esfuerzos para avanzar con el enfoque actual, mientras que en 2018 fue presentado el primer video de una prueba de concepto, y ya para 2022, fue firmado el contrato de USD 47,9 millones con Japan Steel Works para la construcción del prototipo.
*Créditos de las imágenes: @atla_kouhou_jp en X
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