Como parte del despliegue del portaaviones británico HMS Prince of Wales en el Océano Pacífico, cazas furtivos F-35B del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC) llevaron a cabo operaciones aeronavales desde su cubierta de vuelo. Durante una escala técnica, las aeronaves realizaron aterrizajes, repostajes y nuevos despegues, en una maniobra que fortaleció la interoperabilidad entre las fuerzas británicas y estadounidenses en el entorno marítimo del Indo-Pacífico.
Estas maniobras se enmarcan en los preparativos para Talisman Sabre 2025 (TS25), la undécima edición del mayor ejercicio militar conjunto de Australia, diseñado en cooperación con Estados Unidos. La presente edición involucra a 19 países socios e incorpora operaciones combinadas en múltiples dominios: terrestre, aéreo, naval, cibernético y espacial. Las actividades incluyen desembarcos anfibios, ejercicios de fuego real, maniobras terrestres de gran escala, y operaciones aéreas y marítimas coordinadas, empleando instalaciones tanto militares como civiles para simular un escenario de conflicto complejo y multidimensional en la región.

La participación de los F-35B del USMC en el HMS Prince of Wales también representa un punto de inflexión dentro de la Operación Highmast, el despliegue principal del portaviones británico en 2025. Esta misión de ocho meses forma parte del plan del Reino Unido para fortalecer la cooperación militar con socios regionales del Indo-Pacífico. En ese contexto, el arribo del Grupo de Ataque del portaaviones británico (UK Carrier Strike Group – UKCSG) a Singapur, a fines de junio, dio inicio a una serie de escalas operativas y diplomáticas en el sudeste asiático, consolidando la proyección global del poder naval británico más allá del ámbito euroatlántico.
El UKCSG desplegado actualmente está integrado por el HMS Prince of Wales, el destructor Tipo 45 HMS Dauntless (D33), la fragata Tipo 23 HMS Richmond (F239), y el buque logístico RFA Tidespring (A136). A estas unidades se suman buques de naciones aliadas como el HNoMS Roald Amundsen (Noruega), la fragata clase Halifax HMCS Ville de Québec (FFH332, Canadá), la fragata clase Álvaro de Bazán Méndez Núñez (F-104, España), que operan en forma distribuida en Indonesia, Malasia y el sudeste asiático.

Como parte de este despliegue, el Reino Unido busca alcanzar la Capacidad Operativa Plena de su grupo aeronaval embarcado (UKCSG) durante su paso por el Indo-Pacífico. Este objetivo constituye un hito en el proceso de validación operativa del HMS Prince of Wales y sus componentes, al integrar capacidades aliadas en escenarios de entrenamiento realistas y de alta exigencia estratégica.
Los antecedentes inmediatos de esta cooperación bilateral se remontan a finales de 2023, cuando los F-35B del Cuerpo de Marines realizaron un ciclo intensivo de pruebas a bordo del HMS Prince of Wales, mientras el portaaviones operaba en la costa este de Estados Unidos. En esa ocasión, los cazas llevaron a cabo misiones bajo la configuración denominada “modo bestia”, que consiste en cargar hasta 10.000 kilos de armamento aire-aire y aire-superficie, con el fin de maximizar el potencial ofensivo de la aeronave en entornos de combate de alta demanda.

Durante aquellas pruebas, se registraron más de 150 despegues desde la cubierta del portaaviones, en el marco de una campaña de evaluación operativa conjunta que también incluyó sistemas no tripulados y aeronaves de ala rotatoria como los MV-22 Osprey. Las actividades fueron conducidas por dos F-35B pertenecientes a la Fuerza de Pruebas Integrada de Patuxent River (PAX ITF), unidad que ya había operado con el HMS Queen Elizabeth en 2018, consolidando así un historial de integración con plataformas navales británicas.
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