En un hecho inédito para la defensa brasileña, paracaidistas del Ejército Brasileño (EB), junto al escuadrón de élite Para-Sar de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), realizaron por primera vez el pasado jueves 29 de mayo saltos a gran altitud desde aeronaves de transporte KC-390 Millennium, consolidando una nueva capacidad operativa en el país.
La modalidad empleada fue el Salto Libre, ejecutado desde más de 12.000 pies de altura (aproximadamente 3.650 metros), lo que marcó un hito en la integración entre las capacidades del Ejército y la aviación de transporte de la FAB. Este tipo de operación, además de requerir gran precisión táctica, demanda un riguroso planeamiento y el uso obligatorio de máscaras de oxígeno, debido a los riesgos asociados con la baja presión atmosférica y la disminución de oxígeno a esas altitudes.
Uno de los militares del escuadrón Para-Sar expresó: “La emoción de realizar el primer salto desde un KC-390 por encima de los 12 mil pies es única. Es una operación mucho más compleja, distinta a lo que solemos hacer, y fundamental para operaciones de infiltración aérea, ya que permite a la aeronave volar a mayor altitud, reduciendo su visibilidad y aumentando la discreción del despliegue de tropas”.
La Capitán Médica Aline Zandomeneghe Pereira Franco, del Primer Escuadrón del Primer Grupo de Transporte (Esquadrão Gordo), detalló los aspectos médicos de este tipo de misión: “El uso de oxígeno suplementario es esencial en vuelos de gran altitud para evitar la hipóxia, una condición que puede afectar las capacidades físicas y cognitivas de los ocupantes”.
Por su parte, el Capitán Aviador Arthur Corrêa Lima de Araújo, piloto del Esquadrão Gordo, destacó el papel clave del piloto en estas operaciones: “Más allá de pilotar el avión, debemos mantener la estabilidad del vuelo, seguir con precisión la ruta, y controlar variables como altitud, velocidad y condiciones climáticas. La correcta utilización del oxígeno permite lanzar tropas desde niveles inaccesibles sin este recurso, otorgando una ventaja táctica significativa”.
Este salto operacional no solo representa un avance técnico, sino también un salto cualitativo en la preparación y versatilidad de las Fuerzas Armadas de Brasil frente a escenarios de alta complejidad, donde la discreción, la precisión y la capacidad de operar a gran altitud pueden marcar la diferencia.
Imágenes: Sargento Müller Marin / CECOMSAER
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