Debido a posibles retrasos que podría enfrentar el programa de desarrollo del futuro caza de sexta generación que surgiría del programa GCAP, Japón estaría evaluando la posibilidad de adquirir aviones de combate furtivos F-35 adicionales a los Estados Unidos que servirían como solución stop gap, en vista del futuro reemplazo de los Mitsubishi F-2 de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón proyectado para después del año 2035. En paralelo, el país asiático continúa recibiendo lo cazas de quinta generación adquiridos en los acuerdos del año 2019, siendo la última entrega realizada a principios del pasado mes de mayo.

Formalizado en 2022, el Global Combat Air Programme (GCAP) es un programa compartido por Japón (mediante Mitsubishi Heavy Industries), Italia (Leonardo) y el Reino Unido (BAE Systems), el cual busca desarrollar al futuro caza de sexta generación que equipará a las Fuerzas Aéreas de estos tres países. Hasta la fecha, solo se ha develado su diseño conceptual en el marco del Salón Aeronáutico Internacional de Farnborough. El diseño en cuestión, presentaba una envergadura mayor a las muestras anteriores y algunos cambios en su aerodinámica en línea con los requerimientos japoneses; se buscaba un diseño más grande para aumentar su rango de acción.
No obstante, según fuentes consultadas, el proyecto parece estar quedando rezagado debido a la “falta de urgencia” por parte de Reino Unido e Italia, lo que podría dejar atrasado su entrada en servicio para el 2040, cinco años más tarde del calendario estipulado. De acuerdo a las últimas noticias, Italia realizó acusaciones contra el Reino Unido respecto de su supuesta negativa a compartir tecnologías claves para el desarrollo del nuevo caza. Agregado a ello, se apuntó al hecho que una posible incorporación de Arabia Saudita al programa, cuyo interés ya ha quedado de manifiesto desde el año 2023, también sería traccionada principalmente desde Roma con el fin de expandir su influencia sobre las decisiones de los socios.
Como punto adicional, y de cara a la intención de comenzar las entregas de las aeronaves para el 2035, la Real Fuerza Aérea británica y la Aeronáutica Militare italiana buscarían retirar del servicio a los cazas Eurofighter que a día de hoy se complementan con aeronaves F-35B, mientras que la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón sustituiría a sus Mitsubishi F-2.

Según la información divulgada por fuentes consultadas, esta cuestión habría obligado a Japón a buscar alternativas que aseguren contar con suficientes cazas para hacer frente al avance que está dando China y Rusia en la región, y que por ende no rebaje las capacidades de la Fuerza Aérea de Autodefensa japonesa mientras remplaza a los F-2. No obstante, un portavoz de la agencia de adquisiciones del Ministerio de Defensa de Japón señaló que la entrada en servicio sigue teniendo al 2035 como fecha, y que el retiro del F-2 comenzará ese mismo año. En paralelo, hay quienes mencionan también que Japón podría optar, en cambio, por extender la vida útil de la flota de los F-2 mediante actualizaciones y programa MLU.
Bajo ese contexto, las fuentes consultadas expresaron que las autoridades de Japón estarían revisando la posibilidad de adquirir más cazas de quinta generación F-35 a los Estados Unidos, pero aún no se ha informado el número proyectado, estando este proyecto en etapa de evaluación y análisis. Cabe traer a colación que actualmente Japón es el mayor operador extranjero del caza fabricado por Lockheed Martin, con un pedido que alcanza un total de 147 unidades encargadas. De este número, a la fecha se han entregado 43 F-35A de un total de 105, mientras que la entrega de los primeros ejemplares de la versión F-35B —la variante de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL)— de un total de 42 para la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón y sus portahelicópteros, ha presentado retrasos.
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