La Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago, una de las más grandes del Caribe de habla inglesa, está experimentando graves problemas de recursos que han paralizado su capacidad para funcionar de manera efectiva. La Presidenta Paula Mae-Weeks tuvo que hacer una apasionada petición de intervención cuando los suministros proporcionados a su propia guardia fueron considerados como deficientes. Los recortes presupuestarios se han asegurado de que el TTDF ahora esté operando muy por debajo de su potencial.

Helicópteros de la Guardia Aérea puestos en tierra

La Guardia Aérea de Trinidad y Tobago (TTAG) adquirió cuatro helicópteros AW 139 en el período 2010-2011. Sin embargo, el 29 de junio de 2017, en una decisión inesperada, especialmente después de invertir más de USD348 millones en la adquisición de los helicópteros y la capacitación del personal, el gobierno de Trinidad y Tobago decidió que ya no podía pagar los costos anuales de mantenimiento de los helicópteros por valor de unos USD29 millones. Dieciocho meses después, las unidades permanencen en un hangar en la Estación Aérea de Ulric Cross con pilotos que se retiran del TTAG a un ritmo alarmante.

Guardia Costera y Regimiento – Fiasco de Combustible y Alimentos

A fines de 2017, la Guardia Costera de Trinidad y Tobago (TTCG) desplegó muchos de sus buques para apoyo ante los huracanes en Dominica. Esto enmascaró un problema importante dentro del TTCG ya que el combustible, obtenido a crédito, no se estaba pagando. Como resultado, el TTCG no ha podido pagar por un suministro regular de combustible para sus embarcaciones. Esto ha significado que la formación carezca de la capacidad para desplegar sus ocho grandes patrulleras de manera efectiva y no poder realizar operaciones sostenidas incluso en las aguas costeras de Trinidad.

Una cuestión más apremiante, que afecta tanto al TTCG como al Regimiento de Trinidad y Tobago (TTR) se relaciona con la calidad y la cantidad de alimentos suministrados al personal de servicio. El TTCG ya ha reducido las horas de trabajo en una cantidad considerable de personal entre las 8:30 y las 13:00, todos los días, para evitar tener que alimentarles con el desayuno o el almuerzo. Además, al personal que se va al mar aparentemente  no se le proporciona raciones o se le otorgan raciones inadecuadas, lo que lleva a muchos a comprar sus propios alimentos para tales despliegues.

Esto ha llevado a una oleada de descontento por el suministro de alimentos de mala calidad a los soldados a pesar de las deducciones salariales que ascienden a casi un tercio de su salario básico por raciones mensuales.

Lo que ha provocado gran preocupación entre el personal alistado tanto en el TTR como en el TTCG es el hecho de que los alimentos suministrados al cuerpo de oficiales tienen una calidad y cantidad sustancialmente mejores. La abundancia entre los oficiales contrasta con la de la tropa, la cual se queja de que no reciben ni te ni café.

Estas preocupaciones permanecen en gran medida sin resolver, aunque el liderazgo político ha hecho promesas de hacerlo pronto.

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