Y si el Reino Unido se sienta a negociar, què hacemos?

Estoy convencido que si el Premier británico finalmente se decide a negociar, no existen políticos con ideas claras de qué hacer ante tal situación.
 
Por supuesto que es dudoso que en la agenda figure la fecha de transferencia de soberanía, pero se pueden lograr muchas otras cosas que pueden causar daño a la posición británica.
 
Primero que todo: los isleños no pueden quejarse de maltrato por parte de Argentina. Habría que recordarles que en la Operación Rosario no hubo bajas ni en la tropa británica ni en la población civil. Que a pesar de saber que colaboraban con el enemigo, no se les aplicó el Código de Justicia Militar, que no se les confiscó propiedades y se los defendió lo más posible de las molestias del conflicto. Y que la guerra no la empezamos nosotros, simplemente porque ocupamos incruentamente. Los británicos recorrieron 14000 kilómetros para llevarles las bombas a los isleños por no querer negociar. Eso prueba que no tienen el menor argumento jurídico ni diplomático para presentar ante ningún foro internacional. Quien que se cree con derecho arma una Task Force con el gasto de dinero y las pérdidas de vida que conlleva? Todos hacen leña del Galtieri caído, pero la que jaló primero el gatillo fue Thatcher. Y hasta donde sè (puedo estar equivocado) las 3 bajas isleñas fueron por fuego britànico.
 
Se podría recordarles que por su población de sòlo 3000 almas tienen la misma importancia que en el continente tiene una municipalidad de un pueblo chico de provincia. Y a ninguna municipalidad se le pasaría por la cabeza ser un estado independiente por la aplicación de la autodeterminación de sus habitantes. Como mucho, pueden aspirar a ser una provincia dada la extensión territorial.
 
Muchos años los tratamos con mano de seda y que conseguimos? Desprecio, que es la especialidad de todo británico. El tango se baila de a dos. Qué ponen ellos para llevase bien con el continente? A los chilenos los aman porque hacen los trabajos que ellos no quieren hacer: típicamente británico, que no por nada son despreciados por los europeos continentales. Da verguenza ajena cuando llega un argentino a visitar las islas y le revolean en la cara la Union Jack. Eso no habla demasiado bien de la cortesìa y el respeto de los que se jactan los britànicos. No generalizo, tal vez son casos aislados, pero sì estoy seguro que cuando ellos vienen al continente (porque lo hacen de incògnito) nadie los atosiga con la celeste y blanca. Que se entienda que no por eso me parece bien que los matemos de hambre y de sed, pero cuando les tendimos la mano, jamàs lo reconocieron, ni siquiera su amàdisima conexiòn a Chile por LAN.
 
Pienso que lo primero que hay que pedir es la libre circulación de personas y bienes desde las islas y el continente. No importa que sea con pasaporte, pero es necesario que puedan radicarse argentinos, sean médicos, ingenieros, maestros o científicos. No tendría que haber dificultad para conseguir 1000 familias voluntarias que quieran radicarse en las islas y con eso empezaríamos a hacer diferencia con el tema de la "autodeterminación".
 
Segundo: es necesario suspender los vuelos vía Chile. Deberían existir 3 vuelos semanales: uno a Buenos Aires, uno a Comodoro Rivadavia y otro a Ushuaia. La empresa que sea cualquiera. Así los isleños podrían venir a conocer el continente y de paso gastar la plata que tienen acá. En una segunda etapa se podría implementar un ferry semanal para llegar vía marítima. Se deberìa suspender la prohibiciòn de que embarcaciones deportivas (veleros) puedan llegar a las islas.
 
Tercero: De igual manera habría que lograr que se instalen bases científicas en Georgias y Orcadas del Sur. Acá no hay población local a la que haya que satisfacer sus deseos. Y los principales candidatos a ocupar esas bases son los veteranos de campañas antárticas.
 
Cuarto: Existen una determinada cantidad de isleños que se irían voluntariamente si se les paga una suma de dinero. Claro està que eso no funciona si no nos permiten la libre radicaciòn como lo hacen con los chilenos, peruanos y naturales de Santa Elena.

Quinto: No es posible negociar con una base militar en territorio que està en disputa. Tenemos legìtimo derecho a peticionar los cascos azules de la ONU para garantizar el (aburrìdisimo) estilo de vida isleño, tal cual como sucede en Chipre y otras zonas calientes del globo. Da pena decirlo, pero nuestra Fuerza Aèrea es de museo y no tiene el menor poder disuasorio.

Sexto: Ya que ellos se meten en nuestros asuntos, no estarìa de màs recordarles que tendrìan que devolver Irlanda del Norte a sus dueños y alentar desde aquì la "autodeterminaciòn" de Escoceses y Galeses que siempre tienen un pie inglès encima de su cabeza.

Son sòlo algunas ideas. No soy diplomàtico. Pienso que con algunas de estas medidas, conseguirìamos mucho. Y si asì y todo no quieren negociar, les sacarìamos definitivamente la careta y en ese momento tendrìamos que presionar para que sean reemplazados en el Consejo de Seguridad de la ONU por Brasil.
Saludos.
Prinz Eugen.
 
 
 
 

Duwa

Master of the Universe.
Me mato el titulo, ya me lo imaginaba. Todos en el gobierno mirándose los unos a los otros con cara de "y ahora que caxo hacemos?"
Ahora ya es tarde, y me voy a ir a dormir pronto, pero mañana me gustaría comentar algunas cosas sobre los puntos que expusiste.

Abrazo.
 
Visto desde mi andamio de albañil ,no tienen nada que negociar. cuando agachen la cabeza para sentarse a hablar, se la debemos cortar ( diplomaticamente, che ). Todo lo que reclamamos es nuestro, por eso no hablan.
 
Las consideraciones mencionadas en esta nota me parece un buen comienzo, si se llegase al caso
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-186150-2012-01-25.html
EL PAIS › DOS OPINIONES SOBRE LA CUESTION MALVINAS
La posibilidad de unas islas







Cambios en los argumentos británicos

Por Agustín M. Romero *
La reciente escalada en las relaciones bilaterales entre nuestro país y el Reino Unido es consecuencia de que Londres ha cambiado en varias ocasiones los argumentos sobre sus derechos sobre las islas Malvinas. Efectivamente, a medida que el argumento que sostiene se cae por carecer de una base sólida, adopta uno nuevo. El primer razonamiento que sostuvo el Reino Unido fue el del descubrimiento de las islas australes. Sin embargo, como quedó demostrado, en primer lugar, por la acción del gobierno de Buenos Aires en 1829 y, en segundo término, por la recomendación de una comisión británica que concluyó que la argumentación histórica sostenida por el Reino Unido carecía de sustento, esa razón fue dejada de lado.
A partir de 1975 se verifica un claro punto de inflexión en la estrategia diplomática británica respecto del archipiélago austral y sus recursos. En efecto, Londres pasó a incluir en la agenda sobre Malvinas la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos, mineros y pesqueros. Este punto traía indirectamente aparejado el logro de una mayor autarquía de los isleños a pesar de que la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas pide a nuestro país y a Gran Bretaña negociar bilateralmente y no introducir modificaciones mientras las islas atraviesan el proceso de soberanía. A partir de los ’80, diversos informes científicos internacionales señalaban la importancia petrolífera de la cuenca de las islas Malvinas, asegurando que la reserva de hidrocarburos de nuestras islas multiplicaba por diez la del Mar del Norte.
La guerra de 1982 permitió a Londres consolidar otro argumento: el del derecho a la autodeterminación de los isleños. Sin embargo, esta tesis tampoco tuvo demasiado sustento ya que allí la población argentina originaria fue expulsada por Inglaterra en 1833 y suplantada por súbditos de la corona. Este razonamiento argentino encontró su más fuerte sostén jurídico y apoyo internacional en las resoluciones de las Naciones Unidas que sostienen que el principio de la autodeterminación es operativo en todos los territorios coloniales excepto las Malvinas. La guerra del ‘82 permitió a Londres aplicar la política de hechos consumados en materia pesquera y petrolera.
Con la incorporación de las Malvinas como territorio de ultramar de la Unión Europea notamos que otro cambio de estrategia está intentando ser plasmado. De esta forma, Malvinas pasa a tener la misma categoría que los territorios de Aruba, Antillas Holandesas, Polinesia Francesa, islas Caimán y Santa Elena, entre otros. De todos ellos, sólo las islas Malvinas subsisten hoy como sujeto a disputa de soberanía con otro Estado nacional. Con esta maniobra, Londres entra en un club de países que tienen esos territorios y frente a los cuales la comunidad internacional no tiene ningún reclamo. Es más, esas jurisdicciones no forman parte de aquellos territorios que están en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, como es el caso de las Malvinas. En mi opinión, el próximo paso de Londres será sacar el tema de Malvinas de dicho Comité.
Como consecuencia de todo esto, en los últimos años nuestro país ha venido reivindicando su posición histórica y aumentado la presión sobre el Reino Unido para que Londres abandone la postura que adoptó a partir de 1982: no hay nada más que discutir con nuestro país. Argentina debe seguir actuando sobre Londres enérgicamente sobre aquellos intereses que más afectan a los isleños: en el tema de la pesca, petróleo y vuelos a las islas. Solamente sentándose ambas partes a una mesa de negociación y solucionando el tema de la soberanía del archipiélago austral se eliminarían los infundados temores, recientemente manifestados, en Londres.
* Profesor de Política Exterior Argentina en la UBA, autor de La cuestión Malvinas en el marco del Bicentenario.
Banderas para todos: Malvinas y nosotros

Por Gustavo Arballo *
Es responsabilidad de nuestra nación, a la par que articula sus reclamos de soberanía por Malvinas, plantear (y planear) con suficiente detalle de qué modo podría darse el encuadre institucional de este territorio. No se trata de un ejercicio de ficción, sino de una parte esencial de los argumentos que debemos presentar en su mejor luz a los isleños y a la comunidad internacional. En este proceso, necesariamente complejo, Argentina tiene una piedra de apoyo que cabe en una palabra: federalismo.
La singularidad de la cuestión Malvinas parece reclamar su encuadre como una nueva provincia y ese estatus daría –a la Argentina y a los malvinenses– una formidable gama de alternativas institucionales superadoras del obsoleto y disfuncional modelo colonial.
Para empezar, esa provincia tendría el derecho a tener una Constitución propia, en la que definirá su sistema de gobierno y su sistema de justicia, sin más que tres condiciones básicas: asegurar un sistema de justicia, la educación primaria y un régimen municipal (artículo 5 de la Constitución Nacional).
De hecho, las islas ya tienen su propia Constitución (la última versión es de 2009), que incluye una Legislatura de ocho miembros, una Justicia propia y una sección interesante de derechos que es totalmente congruente con la Constitución argentina: en los rasgos generales, bien podría ser la Constitución de cualquiera de nuestras provincias. Pero sería un salto de autonomía política local, y todo un detalle a favor del cambio, que los isleños ganaran la posibilidad, por ejemplo, de elegir su gobernador por voto popular: actualmente es digitado por la corona.
La incorporación del territorio malvinense a la República va a requerir, como cuando se incorporó la provincia de Buenos Aires a la Confederación después de la batalla de Pavón, un régimen constitucional especial para el nuevo territorio. Así lo presupone desde 1994 la Constitución argentina en su cláusula transitoria primera, cuando, a la par de reivindicar la soberanía, especifica el compromiso de respetar “el modo de vida de sus habitantes”. Esto implicará, desde luego, una provincia que pueda tener dos idiomas oficiales: nada demasiado raro en el ancho mundo del federalismo comparado, ni siquiera en nuestro país, donde Corrientes tiene como idioma oficial alternativo el guaraní. Consistentemente con ello, las cuestiones de toponimias se pueden resolver con el simple recurso de la doble denominación.
Yendo a detalles prácticos, bien se podría reconocer un régimen de nacionalidad ad hoc que les permita tener doble ciudadanía, transmitida por ius sanguinis, a los hijos de ciudadanos británicos residentes en las islas. Sigamos: no será una novedad un sistema bimonetario en un territorio local argentino, donde hasta hace una década las provincias tenían sus propias cuasimonedas. Por otro lado, dentro de la simbología, y como cualquier otra provincia argentina, Malvinas podría tener su propia bandera, elegida por sus autoridades. La bandera del Estado de Malvinas,
Al integrarse a la Nación Argentina podría tener, con nuestro sistema, nada menos que tres senadores y cinco diputados en el Congreso, para una población local de poco más de tres mil habitantes. Hoy, por supuesto, la población de las islas no tiene representación en el lejano Parlamento británico.
Un eventual acuerdo de incorporación podría otorgar a la nueva provincia el derecho de mantener potestades relevantes sobre su legislación civil. Hay que recordar que el régimen de un código “común” que establece el artículo 75, inciso 12, de la Constitución no es un dato definitorio de los sistemas federalistas, y que el modelo norteamericano ha manejado con notorio éxito una convivencia no traumática de un mosaico de sistemas legales.
Como todas las provincias argentinas, Malvinas tendría el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio, y su gobierno podría celebrar tratados interprovinciales e internacionales con conocimiento del Congreso (artículo 124 de la Constitución). Tendría derecho a tener su propio sistema educativo y su policía local. Tendrá derecho a tener su zona franca (conforme al sistema de la ley nacional 24.431) y podría adjudicársele un área aduanera especial o admitir un sistema de promoción industrial que potencia sus potencialidades, porque si las Malvinas van a ser también nuestras islas nos interesa que se puedan desarrollar.
Algunas cláusulas jurídicas específicas podrían establecerse en el curso de una hoja de ruta que pueda articular una descolonización singular (por vía de hipótesis, el derecho de los órganos políticos isleños a decidir sobre la instalación de establecimientos de utilidad nacional, la admisión de la intervención federal como un evento sólo viable a requerimiento de esas autoridades locales, etc.) y plasmarse al máximo nivel legal, como cláusulas incorporadas a nuestra propia Constitución, para brindar garantías adicionales.
Varias de estas ideas se comprenderán con facilidad si se entiende que dentro de un sistema federal no siempre rigen las reglas one size fits all, y que puede haber territorios con reglas específicas y diferenciales, como de hecho ocurre con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su estatus de semiprovincia urbana.
No se trata de copiar la fórmula de Hong Kong (“un país, dos sistemas”) ni de crear un Estado Libre Asociado, sino de repensar la cuestión desde nuestra propia lógica, en clave federalista y encontrar las claves prácticas para destrabar los nudos atados por los conflictos y la ocupación. De pensar en alternativas que inescapablemente deberán ser contempladas y definidas con mucha paciencia, creatividad y responsabilidad en una mesa de acuerdos.
El camino hacia Malvinas, contraintuitivamente, tal vez no está en la persistencia de ver la cuestión como un asunto exclusivo de derecho internacional público; tal vez la salida del laberinto y el mejor camino para repensar y argumentar la cuestión desde la Argentina sea la de explicitar la enorme potencialidad y riqueza de nuestro derecho público provincial y municipal.
* Profesor de Derecho Público, Provincial y Municipal de la Universidad Nacional de La Pampa. Autor del blog saberderecho.com.
 
Fácil, si no encuentran una cantidad rentable de petroleo seguramente se sienten y pidan parte de la Antártida por las Malvinas.... tenemos tanto para perder nosotros...
 
Me gusta este hilo por que finalmente hay algunos detalles de la solución posible. En la mayoria de los casos no se hablaba de los detalles - aqui hay detalles y hay intereso en los habitantes de las Malvinas.
Pero tengo dos preguntas:
1) Por que vuelos desde Chile molestan tan mucho?
2) En la situación de hoy los isleńos ganan bastante mucho dinero. Cuando Argentina toma la control de las Islas - preservarán su nivel de vida?
 
Me gusta este hilo por que finalmente hay algunos detalles de la solución posible. En la mayoria de los casos no se hablaba de los detalles - aqui hay detalles y hay intereso en los habitantes de las Malvinas.
Pero tengo dos preguntas:
1) Por que vuelos desde Chile molestan tan mucho?
2) En la situación de hoy los isleńos ganan bastante mucho dinero. Cuando Argentina toma la control de las Islas - preservarán su nivel de vida?

2) Olenka, no olvides que si las islas, como corresponde, retornan a soberanía argentina, sus COSTOS bajarían consideráblemente, por ende, aunque no ganen tanto dinero gozarán del mismo nivel de vida (o mejor).

1) Creo yo que los viajes desde Chile no molestan, lo que molesta es que se "empaquen" en no recivir vuelos desde Argentina. Molesta que sean tan caprichosos aún cuando es para su propio beneficio.
 
Supongo que ahora nuestros lideres les prestarian mas atencion que entre 1974 y 1982 , con la oferta que hicieron en ese momento, cuya negociacion fue interrumpida por la muerte de Peron. Imagino que vendria por el mismo lado, "soberania compartida", no creo que ningun partido ingles pueda bancar el costo politico de abandonar a tantos de sus habitantes sin alguna negociacion de por medio. Y menos despues de haber derramado sangre britanica en 1982. A veces pienso que si no hubiesemos ido a la guerra las Malvinas hoy estarian bajo nuestra bandera.
 
En 1974, en el PJ estaban ocupados en cosas màs "importantes" como por ejemplo amasijarse unos a los otros para ver quien sucedìa al viejo. Hoy estàn ocupados en ver quien se queda con el queso.

La fòrmula serìa sacarles algo que no fuera tan simbòlico. Hasta hoy lo poco que tenemos es gracias al ex presidente riojano, mal que les pese a muchos. Tambièn hay que hacerles entender que ellos tienen que ceder algo. Les guste o no, tendràn que vivir para siempre con la Argentina continental al lado. Y de acà hay que estar preparados, porque si entramos a negociar y lo hacemos mal, està la probabilidad de perder la soberanìa para siempre y punto final. Ejemplos de mal manejo diplomàtico nos sobra y de territorio perdido en consecuencia tambièn en conflictos de lìmites.

Lo de la prosperidad malvinense es una burbuja. Funciona porque son muy poquitos. Si llegan a ser 15 o 20 mil, el PBI se les viene abajo.

Coincido con lo de "chico caprichoso" de los malvinenses. Si quieren ir a Chile o cualquier lugar del mundo, primero que hagan inmigraciòn en Argentina. Y que paguen el precio, claro, porque no viven acà la vuelta.

El otro dìa el cronista de La Naciòn dijo que en el Globe Tavern estaban viendo a River. Despuès dicen que nos odian...
 
Para Olenka:
Los kelpers, cada vez más kirchneristas y argentinos


Por Carlos M. Reymundo Roberts

Nunca estaré lo suficientemente agradecido con la señora por la extraordinaria misión que me asignó: ir a las Malvinas a convencer a los kelpers de las bondades de convertirse en argentinos.

Allí fui, lleno de ilusiones, y de allí volví lleno de esperanzas. Me prometieron que van a pensarlo. Creo, incluso, que los entusiasmé tanto con el relato de lo que estamos viviendo en el país que tienen más ganas de hacerse kirchneristas que argentinos. Les expliqué que no hay contradicción: si sos un argentino bien nacido, sos kirchnerista; si no sos kirchnerista, acaso te convenga mudarte.

Mi misión en las islas fue sencilla, y no lo digo para quitarme méritos. Cuando dije que al día siguiente de aceptar nuestra soberanía ya iban a poder escuchar todos los discursos de Cristina y ver el programa 6,7,8 , la mitad de la población quería firmar en ese mismo momento. Están como locos por escuchar las lecciones de vida de la señora y por conocer a Barragán y a Barone, dos filósofos de la posmodernidad. Allá son muy críticos de la BBC, que no se hace eco de los mensajes en que Cristina explica cómo funciona el mundo y cómo debería funcionar. Un kelper me dijo: "Sabemos que nuestras vidas se dividirán en antes y después de haberla escuchado".

A la otra mitad de los isleños me la puse en el bolsillo con promesas sencillas. ¿Tienen poquísima inflación? Ya no tendrán nada. ¿No tienen Banco Central? Mejor, así no nos tentamos. ¿El único diario de ustedes se llama Penguin News? Nos encanta el nombre y nos encanta poder decir que es hegemónico. ¿Les está llegando el destructor británico Dauntless? Nosotros les vamos a mandar el destructor Moreno. ¿Necesitan un canciller? Nosotros también: busquémoslo juntos. ¿Necesitan un ministro de Economía? Les cedemos a Lorenzino, gratis. ¿Un presidente de la Corte? Oyarbide (les expliqué que no lo elegimos a dedo, sino por sorteo). ¿Un plan movilizador? Islas para Todos. ¿Un programa de gobierno? Ni capitalismo ni comunismo: consumismo.

Quedaron felices, pero, británicos al fin, me pidieron precisiones. Por ejemplo, qué pensábamos hacer con la gran base militar de Mount Pleasant, de la que están tan orgullosos. Les dije que se quedaran tranquilos, que no íbamos a hacer nada sin antes consultar a nuestro experto, el gran columnista de Página 12.

También preguntaron por las importaciones, algo crucial para ellos, que ni siquiera pueden abastecerse de frutas y verduras. El Penguin News había publicado que la Argentina estaba cerrando sus fronteras, bajo el lema de "vivir con lo nuestro". Les contesté que no tenían nada que temer: ellos también iban a vivir con lo nuestro.

Otra cuestión en la que se mostraron muy interesados fue la del petróleo. En 2013 empezarán a extraer muestras de su plataforma submarina. Si todo va bien, la economía de Malvinas puede explotar. De la noche a la mañana los isleños se habrán convertido, gracias al crudo, en multimillonarios. Fui sincero en mi respuesta. Dije que, como estaba a la vista, los K no teníamos un gran expertise en empresas petroleras. En cambio, éramos los mejores del mundo en el manejo de fortunas hechas de un día para otro.

Un isleño entrado en años quiso saber qué planes teníamos para la tercera edad. Haciéndome el gracioso contesté que en realidad teníamos planes para un tercer mandato. No se rió.

Un chico contó que en el colegio le enseñaron que las islas eran de los isleños y no de la Argentina. "Es un problema de libros -repuse-. Cuando acá empiecen a entrar textos argentinos van a conocer otra historia, otra perspectiva. Sobre esto ya va a venir a hablarles un señor que se llama Jorge Coscia."

Una funcionaria mostró sus dudas sobre la posibilidad de amalgamar temperamentos tan distintos como los del continente y las islas. Mi réplica fue que el actual aislamiento internacional argentino era una política de Estado para parecernos a ellos cada día un poquito más.

Después, a otra flemática pregunta kelper yo le di una emblemática respuesta kirchnerista. ¿Qué bandera va a flamear en las islas? "La argentina -dije-, pero, como propuso nuestro pensador José Pablo Feinmann, reemplazando el sol por el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo." Fue la única intervención no del todo asimilada por los isleños. Se sabe: esos pobres tipos no tienen historia.

El momento más complicado fue cuando me apestillaron por el ataque del 2 de abril a la embajada británica en Buenos Aires. Salí del apuro con una explicación de la Presidenta: "En realidad no pasó nada. Todo fue una operación destituyente montada por un diario de la comunidad británica, The Quebracho Herald".

Boudou acaparó gran parte de la atención. Tan interesados estaban que les prometí que el vice les haría una visita. Me preguntaron en qué condición iba hacer el viaje. No entendí.

¿Qué himno tendrán? Sugerí "God Save the Queen Cristina". ¿La moneda? Por si no se sentían cómodos con el peso, propuse "el vandenbroele". ¿Tipo de cambio? Uno a uno: un vandenbroele, un millón de dólares.

Tendrían que haber visto la multitud de kelpers que fue a despedirme al aeropuerto. También estaban la policía y los soldados. O ya se sentían argentinos o, Dios no lo permita, querían asegurarse de que me estaba yendo...

El link: http://www.lanacion.com.ar/1463015-los-kelpers-cada-vez-mas-kirchneristas-y-argentinos

Y para Prinz Eugen:

La transmisión de los partidos de futbol es parte de un convenio entre canales del mundo. Así como acá los canales de deportes pasan los partidos disponibles, en otros lados las cadenas de cable pasan los nuestros (negocios que le dicen...)
 
S

SnAkE_OnE

Que hago? negocio, definitivamente..al mismo tiempo que se revela el "underlining" britanico netamente capitalista.

"No hay que darles un mango a esos piratas de ******", yo acuerdo y garpo..no tengo la plata suficiente como para devolverle a ninguna madre a su hijo caido, a los hijos un padre, o una esposa su marido..eso no se compra. Eso no quita que reconozca la honorabilidad y el coraje de morir defendiendo la Patria.
 
[

Coincido con lo de "chico caprichoso" de los malvinenses. Si quieren ir a Chile o cualquier lugar del mundo, primero que hagan inmigraciòn en Argentina. Y que paguen el precio, claro, porque no viven acà la vuelta.

No hacen migraciones en Argentina.


Nadie hace migraciones dentro del territorio nacional.


Que tengan los vuelos que quieran, para y desde donde se les ocurra, pero que no sean *****. Si van y vienen vuelos desde Londres a Buenos Aires, no se entiende la logica infantil con la cual les molestan posibles vuelos entre las islas y la Argentina Continental.


Saludos.
 

El-comechingón

Fanático del Asado
2) En la situación de hoy los isleńos ganan bastante mucho dinero. Cuando Argentina toma la control de las Islas - preservarán su nivel de vida?
Lo mejorarían... Argentina es un país federal, con autonomía de sus provincias (dentro del orden Nacional, por supuesto) pero cada una es dueña de sus recursos..... a diferencia de una colonia. Monetariamente hablando, yo creo que Malvinas dentro de la estructura federal argentina, en poco tiempo podría ser de los mas altos ingresos per cápita del país. Indistintamente si conformaran una provincia distinta o si continuaran como hoy, formando parte de la provincia de Tierra del Fuego.
Podrías releer el segundo artículo del post #4 de este hilo.
 
Para Olenka:
Los kelpers, cada vez más kirchneristas y argentinos


Por Carlos M. Reymundo Roberts

Nunca estaré lo suficientemente agradecido con la señora por la extraordinaria misión que me asignó: ir a las Malvinas a convencer a los kelpers de las bondades de convertirse en argentinos.

Allí fui, lleno de ilusiones, y de allí volví lleno de esperanzas. Me prometieron que van a pensarlo. Creo, incluso, que los entusiasmé tanto con el relato de lo que estamos viviendo en el país que tienen más ganas de hacerse kirchneristas que argentinos. Les expliqué que no hay contradicción: si sos un argentino bien nacido, sos kirchnerista; si no sos kirchnerista, acaso te convenga mudarte.

Mi misión en las islas fue sencilla, y no lo digo para quitarme méritos. Cuando dije que al día siguiente de aceptar nuestra soberanía ya iban a poder escuchar todos los discursos de Cristina y ver el programa 6,7,8 , la mitad de la población quería firmar en ese mismo momento. Están como locos por escuchar las lecciones de vida de la señora y por conocer a Barragán y a Barone, dos filósofos de la posmodernidad. Allá son muy críticos de la BBC, que no se hace eco de los mensajes en que Cristina explica cómo funciona el mundo y cómo debería funcionar. Un kelper me dijo: "Sabemos que nuestras vidas se dividirán en antes y después de haberla escuchado".

A la otra mitad de los isleños me la puse en el bolsillo con promesas sencillas. ¿Tienen poquísima inflación? Ya no tendrán nada. ¿No tienen Banco Central? Mejor, así no nos tentamos. ¿El único diario de ustedes se llama Penguin News? Nos encanta el nombre y nos encanta poder decir que es hegemónico. ¿Les está llegando el destructor británico Dauntless? Nosotros les vamos a mandar el destructor Moreno. ¿Necesitan un canciller? Nosotros también: busquémoslo juntos. ¿Necesitan un ministro de Economía? Les cedemos a Lorenzino, gratis. ¿Un presidente de la Corte? Oyarbide (les expliqué que no lo elegimos a dedo, sino por sorteo). ¿Un plan movilizador? Islas para Todos. ¿Un programa de gobierno? Ni capitalismo ni comunismo: consumismo.

Quedaron felices, pero, británicos al fin, me pidieron precisiones. Por ejemplo, qué pensábamos hacer con la gran base militar de Mount Pleasant, de la que están tan orgullosos. Les dije que se quedaran tranquilos, que no íbamos a hacer nada sin antes consultar a nuestro experto, el gran columnista de Página 12.

También preguntaron por las importaciones, algo crucial para ellos, que ni siquiera pueden abastecerse de frutas y verduras. El Penguin News había publicado que la Argentina estaba cerrando sus fronteras, bajo el lema de "vivir con lo nuestro". Les contesté que no tenían nada que temer: ellos también iban a vivir con lo nuestro.

Otra cuestión en la que se mostraron muy interesados fue la del petróleo. En 2013 empezarán a extraer muestras de su plataforma submarina. Si todo va bien, la economía de Malvinas puede explotar. De la noche a la mañana los isleños se habrán convertido, gracias al crudo, en multimillonarios. Fui sincero en mi respuesta. Dije que, como estaba a la vista, los K no teníamos un gran expertise en empresas petroleras. En cambio, éramos los mejores del mundo en el manejo de fortunas hechas de un día para otro.

Un isleño entrado en años quiso saber qué planes teníamos para la tercera edad. Haciéndome el gracioso contesté que en realidad teníamos planes para un tercer mandato. No se rió.

Un chico contó que en el colegio le enseñaron que las islas eran de los isleños y no de la Argentina. "Es un problema de libros -repuse-. Cuando acá empiecen a entrar textos argentinos van a conocer otra historia, otra perspectiva. Sobre esto ya va a venir a hablarles un señor que se llama Jorge Coscia."

Una funcionaria mostró sus dudas sobre la posibilidad de amalgamar temperamentos tan distintos como los del continente y las islas. Mi réplica fue que el actual aislamiento internacional argentino era una política de Estado para parecernos a ellos cada día un poquito más.

Después, a otra flemática pregunta kelper yo le di una emblemática respuesta kirchnerista. ¿Qué bandera va a flamear en las islas? "La argentina -dije-, pero, como propuso nuestro pensador José Pablo Feinmann, reemplazando el sol por el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo." Fue la única intervención no del todo asimilada por los isleños. Se sabe: esos pobres tipos no tienen historia.

El momento más complicado fue cuando me apestillaron por el ataque del 2 de abril a la embajada británica en Buenos Aires. Salí del apuro con una explicación de la Presidenta: "En realidad no pasó nada. Todo fue una operación destituyente montada por un diario de la comunidad británica, The Quebracho Herald".

Boudou acaparó gran parte de la atención. Tan interesados estaban que les prometí que el vice les haría una visita. Me preguntaron en qué condición iba hacer el viaje. No entendí.

¿Qué himno tendrán? Sugerí "God Save the Queen Cristina". ¿La moneda? Por si no se sentían cómodos con el peso, propuse "el vandenbroele". ¿Tipo de cambio? Uno a uno: un vandenbroele, un millón de dólares.

Tendrían que haber visto la multitud de kelpers que fue a despedirme al aeropuerto. También estaban la policía y los soldados. O ya se sentían argentinos o, Dios no lo permita, querían asegurarse de que me estaba yendo...

El link: http://www.lanacion.com.ar/1463015-los-kelpers-cada-vez-mas-kirchneristas-y-argentinos

Y para Prinz Eugen:

La transmisión de los partidos de futbol es parte de un convenio entre canales del mundo. Así como acá los canales de deportes pasan los partidos disponibles, en otros lados las cadenas de cable pasan los nuestros (negocios que le dicen...)

Es la cosa mas patética, ridícula y ofensiva que jamas tuve el disgusto de leer....
 
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