El ataque con aviones no tripulados a una base militar en Transnistria revela crecientes tensiones en Moldavia
En la última escalada de tensiones en la región de Transnistria, los separatistas informaron de un ataque a la base militar de Tiraspol.
Según fuentes locales, un dron kamikaze impactó en las instalaciones, provocando una explosión y un incendio, que también dañó un helicóptero Mi-8 estacionado allí.
El incidente, informado por el canal de Telegram de Transnistria "Pervyy Pridnestrovsky" y el principal canal de televisión de la región, PMR TV, generó preocupaciones inmediatas sobre la estabilidad en la región.
Según los informes, el ataque no causó víctimas, ya que el helicóptero Mi-8 ya llevaba varios años fuera de servicio. Imágenes de los restos del dron circularon en las redes sociales, mientras que los líderes separatistas afirmaron que el incidente fue una provocación.
Las autoridades moldavas respondieron rápidamente a las acusaciones, argumentando que lo más probable es que el incidente fuera un intento de incitar miedo y pánico en la región.
La oficina de políticas de reintegración de la República de Moldavia informó que no ha habido confirmación de ningún ataque a la región de Transnistria por parte de las autoridades ucranianas.
Este último incidente pone de relieve la fragilidad de la situación en Transnistria, una región históricamente asolada por conflictos. Dado que las tensiones ya son altas en la región, la comunidad internacional observa con preocupación cualquier señal de una escalada de hostilidades.
Si bien siguen surgiendo detalles precisos del ataque, está claro que el incidente sólo servirá para aumentar las tensiones ya existentes en la región, y la búsqueda de una solución pacífica a los conflictos sigue siendo una prioridad.