Vuelo experimental de un avión alimentado por nafta a base de soja
Se concretará hoy a las 12 en la Escuela de Aviación Militar, en el marco de un innovador proyecto desarrollado por investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC. La singular propuesta apunta a que, en un futuro, los aviones de la Fuerza Aérea puedan utilizar el biocombustible y no se dependa exclusivamente de los de origen fósil.
Superada la instancia de pruebas en tierra en turbinas de aviación, un avión IA 58 Pucará realizará hoy un vuelo experimental alimentando sus motores con el combustible elaborado a base de soja. El proyecto, denominado Biojet, fue producto de un acuerdo entre la Dirección de Investigaciones e Innovaciones de la Fuerza Aérea y varios centros tecnológicos del país.
Para los especialistas, que alientan al éxito de la práctica a concretarse en el predio de la Escuela de Aviación Militar, la caída de las reservas internacionales de combustibles fósiles y la necesidad de amortiguar los crecientes problemas de contaminación ambiental, se convirtieron en objetivos fundamentales de la propuesta basada en la utilización del biodiesel.
Técnicamente, el producto derivado de aceites vegetales mediante su transformación en ésteres metílicos o etílicos de ácidos grasos (FAME, en su sigla en inglés), puede ser utilizado directamente en motores diesel, sustituyendo total o parcialmente el gasoil.
Sin embargo, los investigadores debieron sortear los obstáculos derivados de que, por las propiedades físico-químicas del combustible, se dificultara su utilización a bajas temperaturas, como las que soportan en forma creciente las aeronaves cuando ganan altura.
El biodiesel, por ejemplo, se congela a 2 grados centígrados bajo cero y se “enturbia” en temperaturas cercanas a los 10 grados. Por su parte, el combustible usado en turbinas de aviación debe congelarse nada menos que por debajo de los 47 grados centígrados bajo cero.
Perspectivas de desarrollo
Para el químico Jorge Pérez, coordinador del proyecto, si los resultados son exitosos, “la Fuerza Aérea Argentina podría utilizar biocombustibles a partir de la soja para elaborar las refinadas naftas que utilizan las aeronaves”. Así, destacó que “a priori, las pruebas en tierra en turbinas de aviación realizadas en la sede de la Lockheed Martin permitieron augurar buenos resultados”.
Como parte de los objetivos del programa, desde la Facultad destacaron la importancia del desarrollo de biocombustibles para ser aplicados en turbinas de aviación; estudio de materias primas alternativas para su producción; la formulación de un proyecto de norma aeronáutica para cada combustible desarrollado y presentado al instituto IRAM y la Dirección Nacional de Aeronáutica; y el estudio de impacto ambiental.
Esos objetivos no excluyen la eventual utilización de los resultados en la sustitución de combustibles y/o materias primas de origen fósil, en áreas ajenas a las turbinas de aviación. Es decir, con un campo de utilización mucho más amplio.
Para presenciar el despegue, estarán en la Escuela Militar el comodoro Selles, de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la FAA; Gerardo Fidelio, decano de la Facultad, y algunos de los tecnólogos y científicos que participaron.
Fuente: LA MAÑANA DE CORDOBA
Se concretará hoy a las 12 en la Escuela de Aviación Militar, en el marco de un innovador proyecto desarrollado por investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC. La singular propuesta apunta a que, en un futuro, los aviones de la Fuerza Aérea puedan utilizar el biocombustible y no se dependa exclusivamente de los de origen fósil.
Superada la instancia de pruebas en tierra en turbinas de aviación, un avión IA 58 Pucará realizará hoy un vuelo experimental alimentando sus motores con el combustible elaborado a base de soja. El proyecto, denominado Biojet, fue producto de un acuerdo entre la Dirección de Investigaciones e Innovaciones de la Fuerza Aérea y varios centros tecnológicos del país.
Para los especialistas, que alientan al éxito de la práctica a concretarse en el predio de la Escuela de Aviación Militar, la caída de las reservas internacionales de combustibles fósiles y la necesidad de amortiguar los crecientes problemas de contaminación ambiental, se convirtieron en objetivos fundamentales de la propuesta basada en la utilización del biodiesel.
Técnicamente, el producto derivado de aceites vegetales mediante su transformación en ésteres metílicos o etílicos de ácidos grasos (FAME, en su sigla en inglés), puede ser utilizado directamente en motores diesel, sustituyendo total o parcialmente el gasoil.
Sin embargo, los investigadores debieron sortear los obstáculos derivados de que, por las propiedades físico-químicas del combustible, se dificultara su utilización a bajas temperaturas, como las que soportan en forma creciente las aeronaves cuando ganan altura.
El biodiesel, por ejemplo, se congela a 2 grados centígrados bajo cero y se “enturbia” en temperaturas cercanas a los 10 grados. Por su parte, el combustible usado en turbinas de aviación debe congelarse nada menos que por debajo de los 47 grados centígrados bajo cero.
Perspectivas de desarrollo
Para el químico Jorge Pérez, coordinador del proyecto, si los resultados son exitosos, “la Fuerza Aérea Argentina podría utilizar biocombustibles a partir de la soja para elaborar las refinadas naftas que utilizan las aeronaves”. Así, destacó que “a priori, las pruebas en tierra en turbinas de aviación realizadas en la sede de la Lockheed Martin permitieron augurar buenos resultados”.
Como parte de los objetivos del programa, desde la Facultad destacaron la importancia del desarrollo de biocombustibles para ser aplicados en turbinas de aviación; estudio de materias primas alternativas para su producción; la formulación de un proyecto de norma aeronáutica para cada combustible desarrollado y presentado al instituto IRAM y la Dirección Nacional de Aeronáutica; y el estudio de impacto ambiental.
Esos objetivos no excluyen la eventual utilización de los resultados en la sustitución de combustibles y/o materias primas de origen fósil, en áreas ajenas a las turbinas de aviación. Es decir, con un campo de utilización mucho más amplio.
Para presenciar el despegue, estarán en la Escuela Militar el comodoro Selles, de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la FAA; Gerardo Fidelio, decano de la Facultad, y algunos de los tecnólogos y científicos que participaron.
Fuente: LA MAÑANA DE CORDOBA