Noticias de la Fuerza Aérea Argentina

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
Sr @BIGUA82
Gracias por ponernos al dia!!!!!!!!!!!

Saludos
Dedicado a DSV!!!! ahora vamos dia a dia...como lo haciamos antes de este tiempo sin foro.
Diría esta señora....

 
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BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
Si el Hércules le parece un galpón con alas, que la próxima se vaya en un crucero 5 estrellas!!!
Le faltaron el respeto al noble TC-61...lo llamaron GALPON CON ALAS!!
Y otras criticas mas...
No hay baños a la vista. Ni fuera de ella. En el Hércules hay un recipiente pequeño sobre una tarima y una pequeña rampa desde donde apuntar, en el caso de los hombres, y desde donde intentar un acercamiento anatómico que es una proeza, en el caso de las mujeres. Una cortina plástica que se pega a la espalda es toda la privacidad. Misión imposible. Debe ser más fácil pilotear el Hércules que usar su baño.

Pero...algo le reconocieron:

El Hércules es un avión de guerra y va “desnudo” por dentro para ser reparado en pleno vuelo ante cualquier contingencia .

Nadie dice lo que hay que hacer. Ni cómo abrocharse los cinturones -que llevan un mecanismo diferente al de los aviones comerciales-, ni de dónde agarrarse. El Hércules no tiene asientos sino una interminable sucesión de caños, lonas, redes, correas y arneses que ofrecen a cada uno la comodidad que pueda conseguir .El techo está desnudo, con todos los cables a la vista. Sólo sobre mi cabeza cuento 16 manojos que corren como venas abiertas desde la cabina hasta la cola del galpón con alas.

 
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DSV

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El Gobierno de la Provincia y la Fuerza Aérea Argentina firmaron convenios de cooperación recíproca



NOVIEMBRE 6, 2018
El Gobierno de la Provincia rubricó este martes con la Fuerza Aérea Argentina dos convenios de cooperación recíproca que comprometen acciones específicas de esa fuerza nacional con los ministerios de Gobierno y el de Salud Pública en todo el territorio misionero.

La rúbrica de los documentos se realizó en la Sala de Situación de Casa de Gobierno, con la presencia del gobernador Hugo Passalacqua, los titulares de las dos carteras gubernamentales, Marcelo Pérez y Walter Villalba; el director de Vigilancia y Control Aeroespacial, comodoro Osvaldo José Costas y el jefe del Grupo III de Vigilancia y Control Aeroespacial, comodoro Eugenio Leonardo Almirón

De acuerdo con los términos de uno de los compromisos asumidos, el Ministerio de Gobierno de la Provincia de Misiones, a través de la Policía provincial se compromete a patrullar de manera periódica las inmediaciones del Escuadrón Posadas y la ERSU “San Pedro”, a fin de garantizar la prevención de hechos delictivos que pudieran ocasionar un daño o perjuicio a la integridad física del personal o sobre bienes materiales pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina. A su vez, el Grupo III de Vigilancia y Control del Aeroespacio se compromete a brindar apoyo para las operaciones de búsqueda y rescate, cuando las mismas sean solicitadas por parte de la Policía Provincial, ante un requerimiento derivado de una necesidad de carácter humanitaria, ya sea por acontecimientos producidos por la naturaleza o por el accionar humano.
Con el Ministerio de Salud Pública, se establece que la cartera a cargo de Walter Villalba, a través de los hospitales públicos y/o centros de salud, se comprometen a brindar asistencia sanitaria inmediata al personal destinado en las jurisdicciones militares de la fuerza, poniendo a disposición medios materiales y recursos humanos a fin de garantizar la atención médica necesaria para salvaguardar al personal de la Fuerza Aérea Argentina. En contrapartida, el Grupo III de Vigilancia y Control del Aeroespacio se compromete a brindar ayuda humanitaria con medios que disponga la institución para asistencia en caso de catástrofes, ya sea por acontecimientos producidos por la naturaleza o por el accionar humano.
En ambos casos, el convenio tendrá vigencia entre el día de la rúbrica, martes 6 de noviembre y la misma fecha del años próximo, 2019.


https://misionesonline.net/2018/11/...ina-firmaron-convenios-cooperacion-reciproca/
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
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SOCIEDAD
Varados en la Antártida, capítulo final: la aventura de nuestras vidas
Por Gisele Sousa Dias
7 de noviembre de 2018
[email protected]


Así amaneció en la Base Marambio. El viento, que en días anteriores había tenido ráfagas de 140 km/h era de sólo 20 km/h. (Foto: Gisele Sousa Dias)
Salí de mi cama cucheta a las 8 de la mañana. En la Base Marambio era la hora exacta de "la formación", por eso Celeste Córdoba -"Primer teniente" de la Fuerza Aérea y mi compañera de cuarto- ya se había ido. Volvió un rato después, yo había dejado la luz prendida pero había vuelto a meterme en la cama: "El día está hermoso -dijo-. Parece que viene el avión a buscarnos".
Es Thomas Khazki -21 años, mi compañero en Infobae– quien me enseña hoy: lo veo ponerse lo primero que encuentra, buscar su valija rígida y salir. Reconozco que nos hemos burlado de él: con ráfagas de viento que han llegado a ser huracanadas, su drone y mi saquito de hilo competían en inutilidad.
Pero Thomy nunca perdió la confianza: había venido a la Antártida a volar el drone y siempre había tenido claro que, en el momento en que el piloto tuviera el viento manso como para aterrizar el Hércules, él iba a tener el mismo viento manso para hacer lo suyo. Lo veo elevar su ave sobre el mar congelado de la península antártica y me emociona. Cuando termina, nos abrazamos.

Thomas volando el drone de Infobae en la Antártida (Foto: Gisele Sousa Dias)

Salió el sol pero la sensación térmica es de 10 grados bajo cero. Tenemos un par de horas para hacer lo que el temporal de viento, niebla y nieve nos obligó a poner en pausa durante seis días. Veo a los pilotos y a los mecánicos del Twin Otter -los que ayer nos hicieron empanadas caseras- preparar el avión para llevarnos a conocer la Antártida desde el cielo.

El Twin Otter a punto de llevarnos a volar (Thomas Khazki)
Contando a la tripulación completa, somos ocho en el pequeño avión con el que usualmente llevan víveres y personas a otras bases. Y lo que se crea es un ambiente de fascinación silenciosa e intimidad. Es difícil explicar con palabras lo que vemos. Y es difícil explicar lo que me pasó en el cuerpo en el momento en el que uno de los tripulantes me convidó un mate.
Pido permiso para desabrocharme el cinturón y grabar desde otra ventana. Me agacho en el espacio mínimo, miro por la ventana y así me quedo durante un rato, sobrevolando la Antártida, arrodillada ante la inmensidad.

La vista desde el avión (Foto: Gisele Sousa Dias)
Miro los bloques de hielo, algunos tienen lagunas en sus techos. Alguien me explica que estos témpanos están sueltos pero que, cuando están mas cerca de la caleta, hay pingüinos en esas lagunas. Vemos la Isla Cockburn, que había estado escondida por la niebla. El mar es azul donde no está congelado y los pedazos sueltos de hielo parecen papelitos en la cancha. Desde acá puedo ver y dimensionar la Base Marambio, a la que íbamos a visitar por dos horas y en la que terminamos viviendo seis días.
Bajamos del Twin y el comodoro Lucas Carol Lugones, el nuevo jefe de la base, nos llama a su oficina. Quiere entregarnos un diploma que certifica que esta es nuestra primera vez en la Antártida. Cuenta que a él le dieron el suyo en 1994 pero era demasiado joven y no le dio importancia. Nos pide que no hagamos lo mismo, que la primera vez es única.

Las lagunas en los techos de los témpanos (Thomas Khazki)
Nos habla del esfuerzo que hacen quienes vienen a mantener las bases argentinas, a "hacer Patria", y nos cuenta que esta mañana sucedió lo que más temen quienes vienen a invernar a la Antártida. A Carlos Cavallero, el pronosticador, le avisaron que había muerto su mamá.
Cruzo a Carlos en un pasillo apenas salgo de la oficina. Quisiera abrazarlo pero vengo aguantando el llanto desde la mañana y tengo miedo de hacerlo quebrar: decidió no volver y se lo ve fuerte.

La despedida, sobe la Isla de Cockburn (Foto: Gisele Sousa Dias)
Me preguntan si estoy contenta de que al fin podamos volver y tardo en contestar: lo estoy, pero también estoy contenta porque haber quedado varados fue lo que nos permitió vivir una aventura así. Camino por una pasarela entre la nieve con mi mochila y veo, a lo lejos, que está llegando el Hércules.
Alguien me grita desde la torre de control y me saca una foto desde allá arriba. Mauricio Laurizi, el jefe del Centro Meteorológico, baja a darme un abrazo. Le digo "gracias", porque lo taladré a preguntas durante todos estos días, y me contesta: "Gracias a ustedes, por contarle a todos lo que hacemos acá". Una amiga me hace notar que parece la despedida de la casa del Gran Hermano.

Nosotros, a punto de subir al Hércules. La aventura de nuestras vidas está por terminar.
Voy al comedor a despedirme de los cocineros y de "las Marías" (los ayudantes de cocina y los que lavan los platos). En el camino, me cruzo a Julián Barreras, el encargado de base. Le digo "gracias por todo" y ya sé que voy a llorar. Me abraza largo cuando se da cuenta. Detrás del abrazo, veo el cartel de madera que cuelga en el comedor de este pedacito de la Antártida:

"Cuando llegaste apenas me conocías, cuando te vayas me llevarás contigo".
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
Diario CLARIN
07/11/2018

Crónicas desde el hielo
Las águilas, los jóvenes pilotos que vuelan por la Antártida
Son los encargados de unir la Base Marambio con las otras dotaciones argentinas. Llevan víveres, cartas y hasta juguetes.

Jeremías Vega y Juan Pablo Ordovini, las águilas 1 y 2 que vuelan la Antártida. (Mario Quinteros)


En una preposición cabe un mundo. No es lo mismo volar a la Antártida que volar en la Antártida. Jeremías Vega y Juan Pablo Ordovini son las águilas uno y dos, los jóvenes pilotos (tienen 28 y 29 años) que unen la Base Marambio con el resto de los enclaves argentinos en el continente blanco.
Vuelo de las Águilas la Antártida en el avión Twin Otter. (Mario Quinteros)
Lo que hacen es distribuir a cada base lo que el gigantesco Hércules trae a Marambio, primera escala y puerta de entrada a la Antártida. Ellos vuelan en un Twin Otter canadiense, un avión pequeño que puede llevar hasta 600 kilos de carga por viaje. Llevan víveres, repuestos de motores, correspondencia, juguetes y hasta golosinas para los chicos de la Base Esperanza, la única que permite que se establezcan familias.

Son pilotos experimentados pese a su juventud, y un poco carteros del aire y repartidores de esperanza. Cada vez que llegan a una base son recibidos con algarabía. El Twin Otter es el cordón umbilical de cinco bases antárticas argentinas con Marambio y, luego, con el mundo. Cuando no viene se lo espera; cuando llega se lo festeja; cuando se va comienza la espera otra vez. Un círculo que en estas latitudes se parece al círculo de la vida.


El equipo de Clarín sube con los pilotos para vivir la experiencia única de volar en la Antártida. Marambio es desde arriba una meseta plana que emerge del mar. En un extremo, cientos de pequeños bloques de hielo se desprenden de una masa blanca en una bahía. Parecen veleros amarrados en un puerto de postal. El agua es turquesa. Créase o no, para la fiesta de los ojos en muchos tramos el Mar de Weddell es el Caribe.


Un volcán como parte del paisaje del vuelo por la Antártida. (Mario Quinteros)
El pequeño avión da un giro y, paralelo a la isla, asoma un volcán. Detrás hay un festival de témpanos de todos los tamaños que emergen del azul profundo. Sobre los más pequeños se forman lagunas turquesas. Nos cuentan que allí van a veces los pingüinos para entrenar a sus crías en el arte de nadar. Lo hacen en esas lagunas elevadas sobre el hielo antes de aventurarse al mar abierto.

Rectángulos de hielo desprendidos de un glaciar en el Mar de Weddell. (Mario Quinteros)
Otro giro y ahora hay rectángulos de hielo que se van desprendiendo de un glaciar escondido. Son planos y bajos. Parecen recortes de papel a la deriva. Como si se hubiese volado cerca una resma de hojas oficio gigantes y anduvieran esparcidas sobre el agua.
La belleza estremece.
En algún punto, también emociona. Después de la tormenta de fotos y videos sobre las ventanas, hay unos momentos en que el grupo recoge las cámaras y los celulares y sólo se dedica a la contemplación silenciosa. Cada uno consigo mismo y con el paisaje abrumador. Cada quien se guarda para sí la intensidad de esa conexión entre el entorno y el pensamiento.

El avión Twin Otter con el que vuelan las "águilas" de la Antártida. (Mario Quinteros)
Las águilas Uno y Dos se conocieron en la escuela de aviación de Córdoba cuando tenían 17 y 18 años. Ahora vuelan juntos en la Antártida. Son sólo ellos dos para todos los viajes entre las bases, hasta que sean reemplazados, más o menos a los seis meses.

https://www.clarin.com/sociedad/fot...entifica-antartida-argentina_5_bclSwRLu2.html
Jeremías, el águila Uno, está de novio con Evangelina, que lo espera en el continente para casarse en el verano. Le gusta cocinar y salir a correr. A veces lo hace en la pista de aterrizaje de Marambio -de hecho, el único lugar plano que permite el running-, y corre 10 kilómetros con temperaturas de entre 8 y 10 grados bajo cero.
"Lo que más extraño es salir a tomar algo, o ir a un parque y sentarme en el pasto verde. Comer cosas como un helado en una plaza o frutas frescas, que acá no hay. Pero esas carencias se reemplazan con la pasión de estar acá, de la gente maravillosa con la que uno convive y de la idea de estar haciendo Patria".

Jeremías Vega y Juan Pablo Ordovini, los pilotos de la Antártida se conocieron en la escuela de aviación, hace una década. (Mario Quinteros)
Juan Pablo, el águila Dos, es mendocino. Tenía 12 años cuando vio un desfile cívico militar en su pueblo y pasaron los aviones Pampa haciendo en el cielo la Cruz del Sur. Supo que no quería ser otra cosa que aviador. Está casado con Eliana y es papá de Diana (5) y de Luis, un nene de 2. El acaba de llegar a la Antártida para volar con Jeremías y luego quedar de águila Uno y esperar a su nuevo acompañante, y así. El paso siguiente para los dos pilotos es empezar a volar los Hércules que unen Río Gallegos con Marambio, el sueño de todo aviador militar de transporte. El águila Dos pide algo más terrenal para este fin de semana: que gane River.

https://www.clarin.com/sociedad/fot...e-marambio-continente-blanco_5_K8jKJjwQ0.html
El día antes al vuelo, las águilas agasajaron a los periodistas y a los jefes de la Base con un festín de empanadas caseras en el hangar. Trabajó todo el equipo. Además de los pilotos, los mecánicos Aldo Latorre y Pablo Arrayán, y el auxiliar de carga Leandro Herrera. Todos vuelan juntos, siempre.
Ahora el pequeño avión aterriza de nuevo en Marambio y el jefe de la base, comodoro Lucas Carol Lugones, espera a los periodistas para darles su certificado antártico, un "bautismo" formal por haber estado aquí. Pero no hay clima de fiesta. La base está triste porque a uno de los hombres que trabaja en Meteorología se le murió su madre anoche, allá lejos, en el continente. No tiene tiempo para llegar al sepelio y se quedará en la Antártida. Como para casi todos aquí, es su destino.

Base Marambio. Enviado especial.
 

stalder

Analista de Temas de Defensa
Es una buena opcion para los PG de la FAA, esperemos que esto se complemente con una revision profunda de los aparatos
 

stalder

Analista de Temas de Defensa
El jefe aeronáutico Amrein paró todos los vuelos del Pampa
MARCHA ATRÁS. ESOS AVIONES SE UTILIZAN PARA INSTRUCCIÓN Y CONTROL AÉREO - Está vencida la vida útil de un explosivo que forma parte del sistema de eyección del piloto. La novedad echa sombra sobre el plan de entregar los tres Pampa serie III producidos por FadeA.
EDGARDO AGUILERA

Desactivado. El brigadier general Enrique Amrein tuvo que dar la orden de suspender los vuelos del IA 63 Pampa por vencimiento de partes esenciales para la seguridad de la cabina de mando.


El titular de la Fuerza Aérea Argentina brigadier general Enrique Amrein ordenó suspender todos los vuelos de los aviones IA-63 Pampa. La decisión de dejar en tierra hasta nuevo aviso a todos los jet basados en la IV Brigada Aérea de Mendoza y a los 3 aparatos asignados a la VI Brigada Aérea de Tandil responde al "hallazgo" reciente de que se sobrepasó en 4 años el plazo de vida útil del tren inicial de explosivos que produce la voladura y expulsión de la cúpula de la cabina al momento de la eyección del piloto.

El 6 de noviembre pasado el jefe Amrein emitió el mensaje militar que detuvo tanto vuelos operativos como de entrenamiento. Las aeronaves se utilizan para la formación de los pilotos de caza y también en tareas de control del espacio aéreo en el operativo Fronteras que dispuso el Gobierno nacional. Atónito, el frente interno de la fuerza mira con bronca al alto mando en momentos que se clama por acceder al puñado de horas de vuelo remanentes de este año. Depende a quién se pregunte, la nota del contratista Aerospace System, proveedor del explosivo iniciador, fechada el 2 de septiembre de 2014, fue "descubierta" en oficinas del Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier mayor Alejandro Amorós, en instalaciones de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), constructora del Pampa o en el grupo Técnico de la IV Brigada Aérea de Mendoza. El fatídico texto firmado en 2014 por Aerospace Systems establecía que la vida útil del tren inicial de explosivos provistos para la cúpula de los Pampa vencía en 3 años. El plazo dado por el proveedor se excedió en 4 años sin que a la fecha se hayan renovado esos elementos esenciales para salvaguardar la vida de los tripulantes. La Fuerza Aérea sostiene en documentación propia que el lapso de vida útil es de 8 años. El representante local de Aerospace Systems, Juan Lamb ha ratificado que el vencimiento opera en 3 años.

Cuando uno de los pilotos el Pampa es biplaza- acciona la manija de eyección comienza una secuencia que dura segundos (no más de 4), primero el tren inicial (o cordón detonante) en cuestión produce la expulsión y rotura de la cúpula de la cabina, instantes después otro cartucho explosivo o cohete impulsa el asiento con el piloto fuera del avión hasta una altura segura logrando así el escape. Luego de la explosión, los fragmentos de la cúpula se mueven fuera de la trayectoria de salida de la tripulación expulsada

En el Pampa la secuencia de escape tiene un timing especial, en primer lugar se expulsa el copiloto ubicado atrás y luego el que comanda sentado próximo a la nariz del avión así se asegura que los gases de la ignición del asiento delantero no quemen al tripulante ubicado en la plaza trasera. Que el explosivo del tren inicial de la cúpula esté vencido implica que podría haberse degradado la capacidad y cualidad necesaria para cumplir su función con éxito, romper la cúpula. Sin este mecanismo, el piloto expulsado golpearía su cabeza en la cúpula impulsado con la fuerza del cohete de su asiento con graves consecuencias físicas.

Los interrogantes se confunden con rezos tardíos de los pilotos, no hubo emergencias que hicieran necesario eyectarse, excepto la que ocurrió en un vuelo de prueba en febrero pasado cuando la cúpula de un Pampa literalmente "se voló" en una maniobra aérea. El copiloto, un ingeniero, se eyectó luego de que la cubierta de plexiglass se despegara íntegra de sus anclajes.

El parate a la flota de Pampa dispuesto por Amrein alcanzó de sobre pique a los tres aparatos Pampa de la versión III que se apresta a entregar la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Son los primeros producidos en serie largamente esperados por los aviadores militares. El presidente de la planta cordobesa Antonio Beltramone, aseguró al ministro de Defensa, Oscar Aguad que las aeronaves formarán parte de la dotación de la Fuerza Aérea antes de fin de noviembre, plazo que ahora parece esfumarse. En el pedido rutinario de repuestos y conjuntos destinados a la línea de producción y al mantenimiento FAdeA incluyó el explosivo de la controversia pero el lapso que media entre colocar la orden de provisión y contar con el elemento en fábrica es de casi un año, 2019. La alternativa que baraja Amrein junto a los ingenieros y técnicos es solicitar una prórroga de aquel vencimiento de 3 años establecido por el contratista Aerospace Systems y efectuar una prueba de laboratorio (detonar) el tren de explosivos para verificar el buen funcionamiento del conjunto.

El controvertido episodio del explosivo inicial de cúpula del Pampa parece un calco de otra grave omisión en el plan de mantenimiento revelada por este diario en junio pasado, cuando se excedió en dos años el programa de overhaul de vida útil del tren de aterrizaje de los aviones Saab que la fuerza tiene asignados a los vuelos de fomento de LADE. A la fecha sólo uno de los tres de dotación está cumpliendo la frecuencia entre ciudades patagónicas.

http://www.ambito.com/938959-el-jefe-aeronautico-amrein-paro-todos-los-vuelos-del-pampa
 
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