Noticias de la Armada Argentina (ARA)

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El Hospital Naval Pedro Mallo sigue sin tener el rollo de los numeros, es a viva voz la recepción. Tambien con la escalera mecanica rota hace un año y sin aire acondicionado (al menos hoy) por lo que trabajaban con la puerta abierta.

Todo destruido
 

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Arribaron a la Base Naval Mar del Plata los presuntos restos del Neptune 2-P-103​

La recepción del material se oficializó mediante un acta firmada entre las autoridades de la Armada Argentina y la Armada de Bulgaria.


MIÉRCOLES 21, FEBRERO 2024


Mar del Plata – Finalizadas sus actividades científicas en la Antártida, el buque de investigación de la Armada Búlgara “Santos Hermanos Cirilo y Metodio” arribó esta mañana a la Base Naval Mar del Plata. Tal como estaba previsto, se efectivizó la entrega de los restos que podrían pertenecer al avión Neptune 2-P-103 de la Armada Argentina siniestrado en la Antártida en 1976.
Durante un encuentro mantenido a bordo del buque búlgaro, se oficializó la entrega a las autoridades navales argentinas mediante la rúbrica de un acta de recepción del material. Dicha acta, fue firmada por el Comandante Rector de la flotilla de la Academia Naval “Nikola Vaptsarov”, Almirante Boyan Mednikarov; el Comandante del buque, Capitán de Fragata Nikolay Danailov; el Comandante del Área Naval Atlántica, Comodoro de Marina Marcelo Paternostro; y el Jefe del Arsenal Naval Mar del Plata, Capitán de Navío Jorge Rajcevic.

El material será trasladado al Arsenal Aeronaval Comandante Espora a fin de que éste ente técnico certifique si los mismos pertenecen a la aeronave argentina; todo ello bajo la supervisión de la Jefatura de Mantenimiento y Arsenales de la Armada. En caso que el peritaje confirme esta presunción, es intención de la Armada realizar actividades que serán informadas oportunamente.
Tras su breve escala en Mar del Plata, el “Santos Hermanos Cirilo y Metodio” emprenderá rumbo a Río Grande do Sul (Brasil). Posteriormente cruzará el Océano Atlántico hacia Bulgaria, previa escala en España e Italia.

Potencial hallazgo de los restos del Neptune 2-P-103

En el marco de las tareas de investigaciones realizadas por los científicos búlgaros durante la 32° campaña antártica científica, tras más de 47 años del siniestro de la aeronave argentina ocurrido el 15 de septiembre de 1976 durante un vuelo glaciológico en la Antártida, se encontraron restos de un vehículo de tipo militar coincidentes con los de una aeronave.
Geólogos búlgaros, tomando muestras en el área de Punta Barnard, en la Isla Livingston, perteneciente al archipiélago de las Islas Shetland del Sur descubrieron dichos restos, los cuales fueron embarcados a bordo del buque de investigación de la Armada búlgara.
El 19 de enero, con el objetivo de encontrar indicios que ayudaran a identificar el origen de las partes previamente halladas, las autoridades búlgaras enviaron un grupo de alpinistas e investigadores. Éstos lograron encontrar más elementos, que también fueron embarcados.
En esa oportunidad, las autoridades búlgaras se comunicaron con las argentinas e informaron acerca del hallazgo y se pusieron a disposición, coordinando además la entrega que se efectivizó esta mañana.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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120 años de presencia argentina ininterrumpida en el continente blanco​

Celebramos el Día de la Antártida Argentina, fecha establecida para conmemorar que nuestro país se hizo cargo del Observatorio instalado por la misión escocesa del Dr. Bruce en las islas Orcadas.


JUEVES 22, FEBRERO 2024

 

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El 18 de febrero de 1964, el Presidente de la Nación, Dr. Arturo Illia, firmó el Decreto 1032 por el cual se establecía el 22 de febrero de cada año como el “Día de la Antártida Argentina”, fecha en la que se debe izar al tope la bandera nacional en todos los edificios públicos de la Nación y realizar “actos alusivos a nuestros irrenunciables derechos de soberanía sobre la Antártida Argentina”. Conmemoración que quedó establecida por ley N° 20.827 un decenio después, en 1974.
De esta manera, se instituyó un día con la que podríamos recordar y honrar el hecho histórico de la ocupación permanente de las regiones antárticas como parte integrante de nuestro territorio nacional. La soberanía antártica se fundamenta en indiscutibles títulos históricos, originados en el descubrimiento, la conquista y la colonización españoles, en las actividades de los primeros navegantes argentinos que llevaron nuestra bandera a las regiones polares del sur, así como en su proximidad geográfica y de continuidad geológica.
Aunque la ocupación de la Antártida es anterior al presente siglo, ya que nuestros buques navegaron sus aguas y sus tripulantes recorrieron sus tierras desde épocas anteriores, fue la instalación del Observatorio Nacional Magnético y Meteorológico y del servicio postal de la Dirección General de Correos y Telégrafos Argentinos en las Islas Orcadas del Sur el 22 de febrero de 1904, un acontecimiento patriótico y científico clave por su significado y alcance.

Ese lunes, con 5 grados bajo cero, por primera vez flameaba la bandera argentina en un mástil clavado en el suelo del continente blanco. “Ya estamos en nuestra propia casa”, decía el diario personal de Hugo Acuña, el estafetero argentino encargado de izarlo en el Observatorio Meteorológico de las islas Orcadas del Sur, actualmente conocido como Base Antártica Conjunta Orcadas.
Hoy, 120 años después, ambas dependencias continúan en servicio constante y desde entonces se enarbola en forma permanente nuestra bandera nacional en el continente antártico.
Argentina conmemora este hecho histórico cada 22 de febrero, manteniendo la constante y firme defensa de los irrenunciables derechos de soberanía sobre nuestro territorio antártico y como un homenaje a todos los compatriotas que realizaron y realizan inmensos sacrificios para sustentar nuestra plenitud de soberanía territorial en aquellas regiones.

La Armada Argentina en la Antártida

Si hablamos de descubrimiento de la Antártida y sus aguas, debemos remontarnos a 1603, cuando el explorador español Gabriel de Castilla divisó unas islas, tal vez las Shetland del Sur. Más adelante varios descubrimientos oficiales tuvieron lugar en 1819, pero fue el foquero inglés William Smith quien alcanzó las islas Shetland del Sur.

La primera presencia argentina oficial en aguas antárticas data de septiembre de 1815, durante la Guerra de la Independencia, cuando el entonces Coronel de Marina Guillermo Brown, a bordo de la fragata Hércules, acompañada del bergantín Trinidad, fue arrastrado por un temporal al sur de la convergencia antártica y observó indicios de tierra cercana.
En 1820 dos expediciones, una rusa al mando de Fabian Gottlieb von Bellingshausen y otra estadounidense encabezada por Nathaniel Palmer, realizaron los mayores descubrimientos antárticos de la época. Aunque existen pruebas de que foqueros de diversas naciones, entre ellos rioplatenses, conocían y visitaban aquellas tierras en sus viajes de caza antes que los exploradores, no daban cuenta de ello para mantener el secreto y no atraer competencia.

A mediados del siglo XIX, con la llegada de los balleneros, arribaría también a la Antártida un joven marino argentino, Luis Piedrabuena, que en su segunda estancia en ese continente llegó a permanecer un mes en Bahía Margarita, al sur del Círculo Polar Antártico, donde hoy se encuentra la Base Antártica Conjunta San Martín.
Hacia finales del siglo XIX, fue la época donde más predominó la llamada “era comercial” por la incursión de expediciones balleneras, aunque también se comenzaron a realizar expediciones de carácter exploratorias. El Estado argentino desarrolló sus primeros planes en 1829 con un decreto nacional que determinaba la creación de la Comandancia Político Militar de las Islas Malvinas, cuyo aspecto fundamental era la protección y conservación de la fauna en las islas adyacentes al Cabo de Hornos, es decir en las islas antárticas.

En 1879 se creó el Instituto Geográfico Argentino, que posteriormente expondría a la Antártida como una prioridad de la exploración argentina. En 1880, el presidente Julio Argentino Roca dio apoyo a una expedición austral científico polar.
Ya en el siglo XX, el Estado argentino realizó diversas acciones que dieron prioridad al estudio, la presencia y la importancia de la Antártida para nuestro país. Tal es así que el 10 de octubre de 1900 se decidió la participación en la expedición antártica internacional, donde se encomendó el establecimiento de un observatorio magnético y meteorológico en la Isla de los Estados. A mediados de noviembre de 1901 comenzó la instalación del faro.
También fue de suma importancia el apoyo brindado a la expedición sueca del Dr. Otto Nordenskjöld, donde participó el Alférez de Fragata José María Sobral. Los miembros de tal expedición fueron los primeros en invernar en ese continente, instalándose por espacio de un año en 1902 y en 1903 fueron rescatados por la corbeta ARA “Uruguay” –que se convirtió en pionera en rescates antárticos- cuando el buque “Antarctic” que debía replegarlos quedó atrapado entre los hielos, dejando varados a los expedicionarios.
“Aunque a muchos no les parezca, nuestros futuros intereses en los mares del sur están en juego; de los pasos que demos estos años dependerán nuestros derechos en los venideros; todo lo que está al este del meridiano 70 es nuestra natural herencia y no debemos abandonarla; exploremos al sur, que todavía no sabemos todas las riquezas que nos pueden dar. No es una obra fácil, se corren en ella muchos peligros y se pasan muchas fatigas y privaciones, pero ellas no significan nada al lado del beneficio que reportan”, señaló el propio Sobral, palabras que quedaron plasmadas en el libro “Dos años entre los hielos 1901-1903”.
A partir del 22 de febrero de 1904, la Argentina comenzó a habitar el continente antártico al comprar la pequeña estación meteorológica del escocés Bruce en la isla Laurie de Orcadas del Sur. Dependió del Servicio Meteorológico hasta que el 3 de marzo de 1951 pasó a depender de la Armada Argentina, entonces Ministerio de Marina. Se inició así su ocupación permanente y fue nuestro país el único con presencia durante los siguientes 40 años.

Presencia ininterrumpida

Desde ese 22 de febrero de 1904, se realizaron de manera perenne actividades geográficas y geológicas, representando por ende la ocupación permanente de una estación científica desde hace más de un siglo.
Después de Orcadas se instalaron y mantuvieron (previo a la firma del Tratado Antártico) otras bases permanentes y temporarias en la península antártica e islas adyacentes, también en la barrera de hielo de Filchner. Además de numerosos refugios en distintos puntos del sector.
En forma continuada se llevaron a cabo trabajos de exploración, estudios científicos y cartográficos. Asimismo, comenzó la instalación y mantenimiento de faros y ayudas a la navegación. Además, se desarrollaron numerosas tareas de rescate, auxilio o apoyo, como el salvamento del buque alemán Magdalena Oldendorff en 2002.
Fue constante y permanente la presencia argentina en tierra, mar y aire en todo el sector antártico argentino, inclusive el mismo Polo Sur, alcanzado en tres oportunidades por aviones navales, de la Fuerza Aérea y por las expediciones terrestres del Ejército Argentino.
En la Antártida hoy
Desde que el 1° de diciembre de 1959, con la firma del Tratado Antártico signado originalmente por 12 países, entre ellos Argentina, los Estados se comprometieron a asegurar la libertad de la investigación científica y la promoción de la cooperación internacional con dichos fines. Este tratado regula también la presencia del ser humano en el continente blanco; la logística necesaria para la investigación científica; y estableció que la Antártida se utilizaría exclusivamente para fines pacíficos, entre otros puntos clave.
Por ende, la Antártida es un continente dedicado a la paz y a la ciencia por medio de la cooperación internacional, y tiene a la protección del medioambiente como uno de sus pilares.
Este documento también resguarda la reivindicación de soberanía argentina en la Antártida frente a reclamos superpuestos. Justamente nuestro país es el que cuenta con mayor tiempo de permanencia y es hoy también el que más bases de investigación científica instaladas tiene en el continente: 13 bases, 7 de carácter permanente (Orcadas, San Martín, Esperanza, Carlini, Petrel, Marambio y Belgrano 2); y 6 temporarias, activas únicamente durante el período estival (Matienzo, Brown, Decepción, Primavera, Cámara y Melchior).

Argentina continúa presente en este gélido continente, cuya operación demanda el esfuerzo constante de un equipo conformado por distintos sectores: desde la Dirección Nacional del Antártico, que entiende en la planificación y dirección de la política antártica; las Fuerzas Armadas, encargadas del sostén logístico; y otras organizaciones público / privadas que solicitan apoyo para llevar adelante proyectos de investigación científica. Todo esto hace de la Antártida un punto de encuentro de distintas organizaciones que requieren de su sinergia para llevar a cabo las tareas.
Desde el Comando Conjunto Antártico –dependiente del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas–, medios de las tres Fuerzas Armadas ejecutan las tareas de sostén logístico antártico durante la Campaña Antártica de Verano que permiten reabastecer las bases y relevar sus dotaciones. Entre esos medios se destacan el rompehielos ARA “Almirante Irízar”, otras unidades navales, helicópteros Sea King embarcados y lanchas EDPV, que brindan apoyo de esta manera a la actividad científica desplegada desde el Instituto Antártico Argentino dependiente de la Dirección Nacional del Antártico.
Estas actividades se desarrollan en un contexto de condiciones náuticas, meteorológicas y glaciológicas severas y cambiantes que exigen capacitación específica. Junto con las actividades logísticas y científicas, Argentina coopera con programas antárticos de otros países, está comprometida con el cuidado del medioambiente y el mantenimiento de la paz. También cumple con la responsabilidad SAR (búsqueda y rescate) en materia de seguridad náutica y de salvaguarda de la vida humana en el mar.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Comodoro de Marina Luis Py: un hombre digno, valiente y honrado​

Hace ya 140 años, fallecía en Buenos Aires el Comodoro de Marina Luis Py, marino de origen catalán reconocido por comandar la expedición hacia el río Santa Cruz en 1878. Con esta acción supo asegurar la soberanía argentina ante intereses chilenos en la Patagonia al enarbolar la Bandera Nacional en el Cañadón Misioneros; campaña naval que marcó el inicio mismo de la Flota de Mar.

JUEVES 22, FEBRERO 2024


Luis Py nació el 22 de marzo de 1819 en Cataluña, Barcelona (España), siendo inscripto como Lluís Pi i Palà. Se graduó como pilotín en la Academia Náutica de su ciudad natal, y a los 24 años viajó a la Argentina. En enero de 1843 ingresó a la Escuadra Naval comandada por Guillermo Brown.


Sus primeros servicios, con el grado de Subteniente de Marina, fueron en la goleta “Chacabuco” y el pailebot “San Cala”. Participó en acciones contra la Escuadra Oriental (sitio de Montevideo), en operaciones en el río Paraná, y en hechos derivados del bloqueo anglo-francés a Buenos Aires. Luego de la Batalla de Caseros en 1852, pasó a formar parte de la Escuadra de Buenos Aires e intervino en acciones contra la Escuadra de la Confederación Argentina a bordo del vapor “General Pinto”.


En 1859 fue ascendido a Capitán y nombrado Comandante del vapor “25 de Mayo”, luego del bergantín-goleta “Nicolás”, y de los vapores “Constitución” y “Caaguazú”. Dos años más tarde, comandó el vapor “Guardia Nacional”, nave que patrulló los ríos Uruguay, Paraná y de la Plata. Defendió Paysandú en 1864, y participó en la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, donde en el combate de Paso de Cuevas falleció su hijo, el Guardiamarina Enrique Py.

En 1870, ya ascendido a Coronel Graduado, intervino para abatir la rebelión de López Jordán y se desempeñó como Jefe Militar de la Isla Martín García. Bajo la presidencia de Sarmiento, en 1874 prestó servicios a la nueva escuadra que participó de la represión de los marinos porteños de la revolución mitrista. Al constituirse dos años más tarde la Comandancia General de Marina, estuvo al mando del monitor “Los Andes”.

El hecho más importante en la carrera naval de Py sucedió en noviembre de 1878, cuando fue designado –por el entonces Presidente Nicolás Avellaneda, y su Ministro de Guerra y Marina, General Julio Argentino Roca– como Comandante de la Segunda División de la Armada Argentina. Ostentando así la responsabilidad sobre la costa sur de Buenos Aires y la Patagonia, y al mando de una escuadra en la “Campaña Santa Cruz” con la misión de defender la soberanía argentina.

Aquel año, se agravó la tensa situación con Chile por zonas en litigio al sur del río Santa Cruz. La Escuadra Naval para la campaña estuvo conformada por el monitor acorazado “Los Andes”, la corbeta cañonera “Uruguay” y la bombardera “Constitución”. Zarparon desde el puerto de Buenos Aires hacia el sur los primeros días de noviembre. Los buques cruzaron la barrera del río Negro, fondearon frente a Carmen de Patagones, y continuaron singladura hasta la desembocadura del río Negro. A fines de mes, remontaron el Santa Cruz y fondearon frente al Cañadón de los Misioneros.

Py tenía la orden de tomar posesión de la costa, enfrentando a los chilenos si era necesario; sin embargo, no hubo enfrentamientos. El 30 de noviembre quedó establecido en el cañadón, el fortín del Destacamento de Artillería de Plaza, y el 1° de diciembre se izó el pabellón nacional. De esta manera, se tomó posesión de las desembocaduras de los ríos Gallegos, Deseado y Santa Cruz, donde más tarde se fundaron puertos militares.

El éxito de esta expedición otorgó a Luis Py la medalla de oro y el ascenso a Comodoro de Marina, por el mérito de transformar una pequeña Escuadrilla de río en una verdadera y permanente Flota de Mar. La «Campaña de Py» reafirmó la posesión argentina en toda la costa santacruceña y obligó al repliegue de las incursiones chilenas más allá del Estrecho de Magallanes.

Tal es la importancia de este hecho naval, que cada 1° de diciembre se conmemora el Día de la Flota de Mar Argentina en su referencia. Aquellas modestas naves de la incipiente Fuerza Naval, tomaron la importante tarea de representar la soberanía argentina en nuestro litoral marítimo y patagónico.

El 22 de febrero de 1884, día de su muerte, el diario La Prensa expresó: “Los marinos jóvenes deben conservar siempre la memoria del Comodoro Py y, si aprenden a imitar sus virtudes, serán valientes, honrados y dignos”. Hoy, en el 140º aniversario de su muerte, homenajeamos al Comodoro de Marina Luis Py y sus 41 años de servicio como hombre de mar, que supo ganarse un lugar en la Historia Naval Argentina.


Créditos: Gaceta Marinera Digital



 
El 18 de febrero de 1964, el Presidente de la Nación, Dr. Arturo Illia, firmó el Decreto 1032 por el cual se establecía el 22 de febrero de cada año como el “Día de la Antártida Argentina”, fecha en la que se debe izar al tope la bandera nacional en todos los edificios públicos de la Nación y realizar “actos alusivos a nuestros irrenunciables derechos de soberanía sobre la Antártida Argentina”. Conmemoración que quedó establecida por ley N° 20.827 un decenio después, en 1974.
De esta manera, se instituyó un día con la que podríamos recordar y honrar el hecho histórico de la ocupación permanente de las regiones antárticas como parte integrante de nuestro territorio nacional. La soberanía antártica se fundamenta en indiscutibles títulos históricos, originados en el descubrimiento, la conquista y la colonización españoles, en las actividades de los primeros navegantes argentinos que llevaron nuestra bandera a las regiones polares del sur, así como en su proximidad geográfica y de continuidad geológica.
Aunque la ocupación de la Antártida es anterior al presente siglo, ya que nuestros buques navegaron sus aguas y sus tripulantes recorrieron sus tierras desde épocas anteriores, fue la instalación del Observatorio Nacional Magnético y Meteorológico y del servicio postal de la Dirección General de Correos y Telégrafos Argentinos en las Islas Orcadas del Sur el 22 de febrero de 1904, un acontecimiento patriótico y científico clave por su significado y alcance.

Ese lunes, con 5 grados bajo cero, por primera vez flameaba la bandera argentina en un mástil clavado en el suelo del continente blanco. “Ya estamos en nuestra propia casa”, decía el diario personal de Hugo Acuña, el estafetero argentino encargado de izarlo en el Observatorio Meteorológico de las islas Orcadas del Sur, actualmente conocido como Base Antártica Conjunta Orcadas.
Hoy, 120 años después, ambas dependencias continúan en servicio constante y desde entonces se enarbola en forma permanente nuestra bandera nacional en el continente antártico.
Argentina conmemora este hecho histórico cada 22 de febrero, manteniendo la constante y firme defensa de los irrenunciables derechos de soberanía sobre nuestro territorio antártico y como un homenaje a todos los compatriotas que realizaron y realizan inmensos sacrificios para sustentar nuestra plenitud de soberanía territorial en aquellas regiones.

La Armada Argentina en la Antártida

Si hablamos de descubrimiento de la Antártida y sus aguas, debemos remontarnos a 1603, cuando el explorador español Gabriel de Castilla divisó unas islas, tal vez las Shetland del Sur. Más adelante varios descubrimientos oficiales tuvieron lugar en 1819, pero fue el foquero inglés William Smith quien alcanzó las islas Shetland del Sur.

La primera presencia argentina oficial en aguas antárticas data de septiembre de 1815, durante la Guerra de la Independencia, cuando el entonces Coronel de Marina Guillermo Brown, a bordo de la fragata Hércules, acompañada del bergantín Trinidad, fue arrastrado por un temporal al sur de la convergencia antártica y observó indicios de tierra cercana.
En 1820 dos expediciones, una rusa al mando de Fabian Gottlieb von Bellingshausen y otra estadounidense encabezada por Nathaniel Palmer, realizaron los mayores descubrimientos antárticos de la época. Aunque existen pruebas de que foqueros de diversas naciones, entre ellos rioplatenses, conocían y visitaban aquellas tierras en sus viajes de caza antes que los exploradores, no daban cuenta de ello para mantener el secreto y no atraer competencia.

A mediados del siglo XIX, con la llegada de los balleneros, arribaría también a la Antártida un joven marino argentino, Luis Piedrabuena, que en su segunda estancia en ese continente llegó a permanecer un mes en Bahía Margarita, al sur del Círculo Polar Antártico, donde hoy se encuentra la Base Antártica Conjunta San Martín.
Hacia finales del siglo XIX, fue la época donde más predominó la llamada “era comercial” por la incursión de expediciones balleneras, aunque también se comenzaron a realizar expediciones de carácter exploratorias. El Estado argentino desarrolló sus primeros planes en 1829 con un decreto nacional que determinaba la creación de la Comandancia Político Militar de las Islas Malvinas, cuyo aspecto fundamental era la protección y conservación de la fauna en las islas adyacentes al Cabo de Hornos, es decir en las islas antárticas.

En 1879 se creó el Instituto Geográfico Argentino, que posteriormente expondría a la Antártida como una prioridad de la exploración argentina. En 1880, el presidente Julio Argentino Roca dio apoyo a una expedición austral científico polar.
Ya en el siglo XX, el Estado argentino realizó diversas acciones que dieron prioridad al estudio, la presencia y la importancia de la Antártida para nuestro país. Tal es así que el 10 de octubre de 1900 se decidió la participación en la expedición antártica internacional, donde se encomendó el establecimiento de un observatorio magnético y meteorológico en la Isla de los Estados. A mediados de noviembre de 1901 comenzó la instalación del faro.
También fue de suma importancia el apoyo brindado a la expedición sueca del Dr. Otto Nordenskjöld, donde participó el Alférez de Fragata José María Sobral. Los miembros de tal expedición fueron los primeros en invernar en ese continente, instalándose por espacio de un año en 1902 y en 1903 fueron rescatados por la corbeta ARA “Uruguay” –que se convirtió en pionera en rescates antárticos- cuando el buque “Antarctic” que debía replegarlos quedó atrapado entre los hielos, dejando varados a los expedicionarios.
“Aunque a muchos no les parezca, nuestros futuros intereses en los mares del sur están en juego; de los pasos que demos estos años dependerán nuestros derechos en los venideros; todo lo que está al este del meridiano 70 es nuestra natural herencia y no debemos abandonarla; exploremos al sur, que todavía no sabemos todas las riquezas que nos pueden dar. No es una obra fácil, se corren en ella muchos peligros y se pasan muchas fatigas y privaciones, pero ellas no significan nada al lado del beneficio que reportan”, señaló el propio Sobral, palabras que quedaron plasmadas en el libro “Dos años entre los hielos 1901-1903”.
A partir del 22 de febrero de 1904, la Argentina comenzó a habitar el continente antártico al comprar la pequeña estación meteorológica del escocés Bruce en la isla Laurie de Orcadas del Sur. Dependió del Servicio Meteorológico hasta que el 3 de marzo de 1951 pasó a depender de la Armada Argentina, entonces Ministerio de Marina. Se inició así su ocupación permanente y fue nuestro país el único con presencia durante los siguientes 40 años.

Presencia ininterrumpida

Desde ese 22 de febrero de 1904, se realizaron de manera perenne actividades geográficas y geológicas, representando por ende la ocupación permanente de una estación científica desde hace más de un siglo.
Después de Orcadas se instalaron y mantuvieron (previo a la firma del Tratado Antártico) otras bases permanentes y temporarias en la península antártica e islas adyacentes, también en la barrera de hielo de Filchner. Además de numerosos refugios en distintos puntos del sector.
En forma continuada se llevaron a cabo trabajos de exploración, estudios científicos y cartográficos. Asimismo, comenzó la instalación y mantenimiento de faros y ayudas a la navegación. Además, se desarrollaron numerosas tareas de rescate, auxilio o apoyo, como el salvamento del buque alemán Magdalena Oldendorff en 2002.
Fue constante y permanente la presencia argentina en tierra, mar y aire en todo el sector antártico argentino, inclusive el mismo Polo Sur, alcanzado en tres oportunidades por aviones navales, de la Fuerza Aérea y por las expediciones terrestres del Ejército Argentino.
En la Antártida hoy
Desde que el 1° de diciembre de 1959, con la firma del Tratado Antártico signado originalmente por 12 países, entre ellos Argentina, los Estados se comprometieron a asegurar la libertad de la investigación científica y la promoción de la cooperación internacional con dichos fines. Este tratado regula también la presencia del ser humano en el continente blanco; la logística necesaria para la investigación científica; y estableció que la Antártida se utilizaría exclusivamente para fines pacíficos, entre otros puntos clave.
Por ende, la Antártida es un continente dedicado a la paz y a la ciencia por medio de la cooperación internacional, y tiene a la protección del medioambiente como uno de sus pilares.
Este documento también resguarda la reivindicación de soberanía argentina en la Antártida frente a reclamos superpuestos. Justamente nuestro país es el que cuenta con mayor tiempo de permanencia y es hoy también el que más bases de investigación científica instaladas tiene en el continente: 13 bases, 7 de carácter permanente (Orcadas, San Martín, Esperanza, Carlini, Petrel, Marambio y Belgrano 2); y 6 temporarias, activas únicamente durante el período estival (Matienzo, Brown, Decepción, Primavera, Cámara y Melchior).

Argentina continúa presente en este gélido continente, cuya operación demanda el esfuerzo constante de un equipo conformado por distintos sectores: desde la Dirección Nacional del Antártico, que entiende en la planificación y dirección de la política antártica; las Fuerzas Armadas, encargadas del sostén logístico; y otras organizaciones público / privadas que solicitan apoyo para llevar adelante proyectos de investigación científica. Todo esto hace de la Antártida un punto de encuentro de distintas organizaciones que requieren de su sinergia para llevar a cabo las tareas.
Desde el Comando Conjunto Antártico –dependiente del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas–, medios de las tres Fuerzas Armadas ejecutan las tareas de sostén logístico antártico durante la Campaña Antártica de Verano que permiten reabastecer las bases y relevar sus dotaciones. Entre esos medios se destacan el rompehielos ARA “Almirante Irízar”, otras unidades navales, helicópteros Sea King embarcados y lanchas EDPV, que brindan apoyo de esta manera a la actividad científica desplegada desde el Instituto Antártico Argentino dependiente de la Dirección Nacional del Antártico.
Estas actividades se desarrollan en un contexto de condiciones náuticas, meteorológicas y glaciológicas severas y cambiantes que exigen capacitación específica. Junto con las actividades logísticas y científicas, Argentina coopera con programas antárticos de otros países, está comprometida con el cuidado del medioambiente y el mantenimiento de la paz. También cumple con la responsabilidad SAR (búsqueda y rescate) en materia de seguridad náutica y de salvaguarda de la vida humana en el mar.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
Todas excelentes fotos de mi Patria.
 
Alguien seria tan amable de compartir si es posible información-comentarios sobre los trabajos que se están llevando adelante en el destructor D-!!.
Muchas gracias.
 

Merchant Marine one

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Cadetes de la Escuela Naval Militar se adiestran en la Base de Infantería de Marina Baterías​

Durante dos semanas, realizan actividades de adiestramiento y visitan unidades de la Infantería de Marina.


JUEVES 22, FEBRERO 2024


Baterías – Desde el 9 al 23 de febrero, cadetes de 2°, 3° y 4° año de la Escuela Naval Militar (ESNM) se encuentran desarrollando una campaña en la Base de Infantería de Marina Baterías (BNIM).
Tras arribar a la Base Aeronaval Comandante Espora a bordo de un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea fueron trasladados por tierra hasta la BNIM en medios de la Infantería de Marina.
Inicialmente desarrollaron actividades de adiestramiento en operaciones básicas ofensivas y defensivas, para luego realizar el pasaje por las pistas del Comando de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE) y un trabajo de adiestramiento básico anfibio con el Batallón de Vehículos Anfibios.
Como actividad final, recorrieron las unidades de la Brigada Anfibia de Infantería de Marina (BRIM), donde se les demostraron las capacidades operativas a través de una muestra estática y las instalaciones generales de la BRIM. Además, visitaron el Museo Histórico de la Infantería de Marina.
El Capitán de Corbeta IM Javier Alejandro Dequelli, Jefe de la División Infantería de Marina de la ESNM, explicó que “participan los cadetes que ya están incorporados en el escalafón, de 3° y 4° año Infantería de Marina, y cadetes voluntarios de 2° año, para dar cumplimiento a las exigencias prácticas que tiene el plan de estudio en vigor de la Escuela Naval”.

Agregó que “la campaña comenzó con tres días de operaciones básicas defensivas y cuatro días anteriores de operaciones básicas ofensivas, todo tipo de desplazamiento en el terreno, formaciones de combate y los tipos de ataque. Estamos trabajando a nivel sección de tiradores; eso es importante porque nosotros tenemos que preparar a los cadetes para ser jefes de sección de tiradores cuando egresen como Guardiamarinas y vayan a los destinos”.
Para el desarrollo de estas actividades contaron con el apoyo de la Base de Infantería de Marina Baterías, la BRIM con el elemento logístico y el despliegue de personal del Batallón de Comunicaciones y el COIE que colaboró en la instrucción en sus pistas.
Por su parte, el Teniente de Fragata IM Santiago Nicolás Maidana Job, quien cumplió el rol de oficial instructor junto al Teniente de Navío Cristian Emanuel Quintero, señaló que una vez que arriben a la Escuela Naval Militar “el adiestramiento finaliza cuando el último cadete devuelve el equipo en correctas condiciones y se hace un final de campaña con conclusiones generales y particulares de cada una de las actividades que llevamos a cabo en el terreno”.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Comenzó el Período Selectivo Preliminar de aspirantes a Marinero Tropa Voluntaria en Río Grande​

Cientos de jóvenes iniciaron el Período Selectivo Preliminar en el Batallón de Infantería de Marina N°5 (BIM5) en Río Grande.


JUEVES 22, FEBRERO 2024


Río Grande – En la mañana del pasado 20 de febrero, un total de 57 hombres y 53 mujeres aspirantes a Marinero Tropa Voluntaria (MTV) iniciaron el Período Selectivo Preliminar en el Batallón de Infantería de Marina N° 5 Escuela (BIM5).
En el marco del Régimen de Incorporación del Servicio Militar Voluntario, 150 postulantes presentaron la documentación correspondiente en la Oficina de Incorporación del Destacamento Naval Río Grande (DNRD).
Luego se realizaron los exámenes médicos de manera gratuita, merced a un trabajo en conjunto de la Secretaría de Salud, Centros Provinciales de Salud y Centros Municipales de Salud de la ciudad de Río Grande.

Bajo la supervisión del Comandante del Área Naval Austral, Comodoro de Marina José Alberto Martí Garro, se llevaron a cabo los exámenes médicos definitivos, permitiendo la conformación de un grupo de más de 100 aspirantes, jóvenes entre los 18 y 24 años, aptos para dar inicio al Periodo Selectivo Preliminar.
De esta manera, los seleccionados se presentaron en las instalaciones de la Agrupación de Infantería de Marina Río Grande bajo la dirección del personal militar designado por el BIM5 y el DNRD, dando inicio al período de formación.
Este paso marca el comienzo de un camino de servicio y compromiso con la Nación para estos jóvenes, quienes han demostrado su voluntad de integrarse a las filas de la Infantería de Marina en la ciudad de Río Grande.


Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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La Armada Argentina participó de un ciclo internacional de conferencias sobre Seguridad Marítima​

Las jornadas fueron organizadas por instituciones y centros de estudio especializados, contando con la participación de profesionales, académicos y representantes militares de África, América Latina y Europa.

JUEVES 22, FEBRERO 2024

Buenos Aires – Entre el 20 y 23 de febrero se está desarrollando el ciclo de conferencias “Hacia una seguridad marítima más eficaz en el Atlántico Central y Sur”, organizado por el programa regional “Alianza para el Desarrollo y la Democracia con América Latina”, de la Konrad Adenauer Stiftung, en cooperación con SALMA Dialogue y la organización internacional Crime Stoppers Panamá.
La jornada inaugural se celebró a bordo del buque museo fragata ARA “Presidente Sarmiento”. En esa ocasión, la Secretaria de Malvinas, Atlántico Sur y Antártida, Paola Di Chiaro; el Secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme; y la Subsecretaria de Asuntos Internacionales de la Ciudad de Buenos Aires, Ana Ciuti, brindaron palabras de bienvenida a los participantes.


El resto de las actividades se desarrollaron en el Palacio San Martín de la Cancillería de la República Argentina, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
El objetivo central de la propuesta estuvo enfocado en promover debates sobre cómo mejorar la seguridad marítima en la región del Atlántico Central y Sur, destacando la implementación de una cooperación estratégica con proyección a futuro.

El evento contó con la participación del Ministro de Defensa Luis Petri, así como de diferentes representantes de la cartera nacional. También asistieron representantes de las Armadas de los Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Alemania, Senegal, Colombia, Brasil; de la Organización de las Naciones Unidas; académicos y profesionales provenientes de África, América Latina y Europa.
La Armada Argentina estuvo representada por el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Contraalmirante Carlos María Allievi, quien presenció el primer panel de exposiciones centrado en el refuerzo de la diplomacia de Defensa en el marco de la seguridad marítima.

Además, el Secretario General de la Armada, Contraalmirante Enrique Balbi, integrando el tercer panel del foro, repasó la historia del Área Marítima del Atlántico Sur (AMAS); resaltando la importancia estratégica de esta organización y sus contribuciones tanto al desarrollo económico de la región, como a la seguridad marítima y la paz en el Atlántico Sur.
De esta manera, a lo largo de tres jornadas, expertos de distintas nacionalidades y organizaciones aunaron visiones y objetivos con el fin de dialogar y generar soluciones conjuntas en pos de una seguridad marítima más efectiva en la región del Atlántico Central y Sur.
El cierre de la actividad se llevará a cabo el 23 de febrero y estará a cargo de la Canciller Diana Mondino.


Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Sparrow

Colaborador
Alguien seria tan amable de compartir si es posible información-comentarios sobre los trabajos que se están llevando adelante en el destructor D-!!.
Muchas gracias.
Buscando recuperar la navegabilidad del Destructor, se llevarán a cabo tareas de arenado y pintura de casco, junto al recorrido de válvulas de fondo del buque.

Extracto tomado de la nota subida a ZonaMilitar.
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador

A bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar” celebraron el Día de la Antártida Argentina​

El acto se desarrolló durante las operaciones logísticas en la Base Antártica Conjunta Belgrano II.

SÁBADO 24, FEBRERO 2024

Antártida – Mientras se encuentra embicado en cercanías de la Base Antártica Conjunta Belgrano II, durante la jornada del jueves 22 por la mañana, se realizó a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar” el acto conmemorativo por el Día de la Antártida Argentina.
De esta manera, en la cubierta 05 del Puente de Observación se llevó adelante la ceremonia a la que asistió el personal libre de guardia, la dotación saliente de la Base Antártica Conjunta Belgrano II, personal de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) y de otras instituciones que se encuentran embarcadas.
La ceremonia fue presidida por el Segundo Comandante del Comando Conjunto Antártico, Capitán de Navío Luis Rafael Cortés. Se contó además con la presencia del Comandante del Componente Naval Antártico, Capitán de Navío Diego Sánchez; el Comandante del rompehielos ARA “Almirante Irízar”, Capitán de Navío Carlos Recio; y el Jefe Científico de la Dirección Nacional del Antártico, Diego Rafael Gómez Izquierdo.
El Capitán de Navío VGM (RE) Guillermo Palet, pronunció una alocución en la cual efectuó un repaso histórico acerca de la presencia argentina en la Antártida, y expresó que: “Es un honor y un privilegio poder festejar el 120 aniversario de la presencia argentina ininterrumpida en la Antártida a bordo de este buque. Estando aquí, embicados en bahía Vahsel y próximos al nunatak Bertrab, sede de la Base Belgrano II, que es la más austral del país”.
Además, destacó: “Veo con alegría el compromiso, la dedicación y el esfuerzo con que hoy ustedes cumplen sus funciones; en aras de contribuir al accionar que la Argentina hace en esta parte de su territorio. Su tarea silenciosa es escasamente conocida, pero evidencia el orgullo de pertenecer al selecto grupo de compatriotas que tienen el privilegio de servir a la Patria en la Antártida”.
Para finalizar, el Capitán de Navío Cortés felicitó a los presentes por el trabajo realizado hasta el momento, y les deseó un feliz día de la Antártida Argentina.


Créditos: Gaceta Marinera Digital



 
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