1839. la Batalla de Pago Largo

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La batalla de Pago Largo

Esta fue una sangrienta batalla, una mas de la seguidilla de tremendos combates que ensangrentaron nuestro pais durante la primera mitad del siglo 19, enfrentados no ya unitarios y federales, sino rosistas y antirrosistas.
El Coronel Genaro Beron de Astrada, reconocido como federal neto por Rosas gobernaba la Provincia de Corrientes, al enfrentar Rosas el conflicto en 1838 con Francia y nacionalizarlo, decidió apoyar un proyecto de su Legislatura por el cual solicitaba algo que para Rosas era veneno: el dictado de una Constitución.
Rosas, se muestra prudente y pide a Berón de Astrada una retractación y sometimiento a sus decisiones, una de las cuales era que una Constitución aún era innecesaria, el gobernador de Corrientes responde aliándose con Uruguay y declarando que el gobierno rosista habia llevado a la Confederación a dos guerras internacionales y a un atraso enorme, solo beneficiando a Buenos Aires (hecho no muy alejado de la realidad), por estos cruces de misivas, comienzas las acciones bélicas.
El Ejército correntino estaba mal equipado con carabinas viejas y sables malos y pésimamente preparado para la guerra, Uruguay se comprometió en enviar 2000 infantes, sumandose a los 4000 que esperaba reunir Corrientes.
El Coronel Berón de Astrada reunió su ejército en Abalos, con 450 infantes divididos en dos batallones, uno de los cuales era de negros libertos comandados por el Cnel Rolón, dos cañones de a 4 y el resto eran milicias de caballería, comandados por los Coroneles Vicente Ramirez, Manuel de Olazábal y José López.
Enfrente estaba el ejército comandado por El Gral Echagüe, gobernador de Entre Rios, con 7000 hombres bien equipados y veteranos de varios combates, no solo entrerrianos, sino orientales exiliados y refuerzos de Buenos Aires.
Berón de Astrada contaba con la promesa de su aliado, el uruguayo Fructuoso Rivera, que prometió refuerzos, esperaba que los uruaguayos atacaran por el flanco, pero Rivera no se movió, condenando a los correntinos al fracaso. Rosas, como siempre hacía, declaró a Berón: “salvaje unitario”
Finalmente, Corrientes logró juntar 5.000 hombres, sin recibir apoyo alguno uruguayo, el 30 de Marzo de 1839 ambas fuerzas acampaban cerca, el Coronel Berón decide enviar 1500 jinetes al mando de Ramirez como avanzada, pero se topan de frente con todo el ejército entrerriano que los arrolla, huyendo hacia sus lineas son perseguidos llegando hasta el campamento correntino donde Berón de Astrada había tendido sus líneas, con infantería en el centro, dos alas con caballería de lanceros y los cañones en el centro, muy clásica y básica portura, Echagüe, en cambio, atacó en tres columnas paralelas, una batalla dinámica y no estática como la de manual de los correntinos, al centro estaba El Cnel Gómez, Izquierda para Echagüe y la columna de la derecha comandada por el General Justo J. de Urquiza.
Urquiza destrozó el lado izquierdo que estaba abandonado por un giro de este flanco destinado a ayudar a la derecha qu era arrasada por Echagüe, dejando al centro rodeado por caballería mientras los correntinos intentaban salvar sus vidas, los jinetes huyeron con sus jefes, no pudieron hacerlo los infantes, se produjo una tremenda masacre, y que los que no fueron muertos en batalla fueron degollados al rendirse, este es uno de los estigmas que pesa sobre Urquiza.
Incluso el cuerpo del Coronel Berón de Astrada fue mutilado, decapitado y una lonja de piel de la espalda de 15 cmts. de ancho fue extraida para hacerle especialmente a Rosas un “maneo”, se desconoce si este “trofeo” llegó a manos del “Restaurador”, pero el responsable fue el Teniente Coronel Mariano Calvento.
Urquiza negó haber dado la orden de fusilar a los rendidos, si bien se fusilaron a muchos por supuestamente asesinar a los emisarios que intimaban rendición con el método de contar en la fila y fusilar al numero 10 de cada recuento (diezmar). Urquiza, siendo presidente, en 1857 otorga una pension nacional a las hermanas del Cnel. Beron de Astrada.
El informe de Echagüe dice: 1960 muertos y 450 prisioneros de Corrientes, 55 muertos propios. Una desproporción enorme solo explicada con las ejecuciones.
 
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