Varsovia conmemora el 70° aniversario del levantamiento del gueto judío

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El Gobierno organizó una serie de actividades que durarán hasta el domingo para recordar a aquellos héroe.

Polonia no olvida. El Gobierno de ese país lanzó hoy las ceremonias de conmemoración del 70° aniversario del levantamiento de los judíos, escasamente armados, del gueto de Varsovia contra el ocupante alemán el 19 de abril de 1943.
"El levantamiento del gueto de Varsovia fue el primer paso de una revuelta urbana contra el ocupante nazi en Europa", indicó el ayuntamiento de Varsovia en un comunicado.
"Sin posibilidades de éxito, fue un acto desesperado de escoger una muerte digna con las armas en mano, así como una oportunidad para sacar revancha de los opresores", añadió.
El gran rabino de Polonia, Michael Schdrich subrayó la importancia de este aniversario en momentos en que "aún tenemos entre nosotros a los que combatieron".
Uno de los últimos combatientes de la insurrección, Simcha Rotem "Kazik", de 89 años, que había logrado evacuar por los desagües a una pequeña cantidad de amotinados, llegó el miércoles desde Israel, en donde reside, para participar de las ceremonias en su ciudad natal.
"No pensábamos de ninguna manera que venceríamos a los alemanes. Estaba claro", dijo. "En realidad, lo que yo quería era sólo escoger mi muerte, tener una muerte más bella, una muerte más decente que las muerte en una cámara de gas", agregó.
Unos 7.000 judíos murieron en el levantamiento del gueto, la mayoría quemados vivos, y más de 50.000 fueron enviados al campo de concentración de Treblinka.
Los combates duraron hasta el 16 de mayo. Tras aplastar el levantamiento, los nazis destruyeron el barrio, lo que repitieron luego, un año y medio después, con la capital polaca tras la insurrección de agosto de 1944.
Polonia planificó una serie de eventos para marcar la conmemoración, entre ellos un servicio en la única sinagoga que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial en la capital polaca y un concierto en el Monumento a los Héroes del Gueto.
El domingo por la noche, una "cadena humana del recuerdo" se armará en donde estaban los muros del gueto, de los que sólo quedan algunos vestigios. Los alemanes destruyeron completamente el barrio y el régimen comunista de la post guerra construyó nuevos barrios de vivienda.
Un estereoscopio instalado en el centro de Varsovia presentará fotos casi desconocidas de la vida diaria en el gueto.
Hoy, en la sinagoga Nozyk, la única que sobrevivió a la destrucción nazi, un kaddish fue leído en homenaje a los insurrectos y a los polacos que salvaron judíos durante el holocausto.
La orquesta filarmónica de Israel, dirigida por el famoso director Zubin Mehta, dio un concierto ayer en la Ópera Nacional de Varsovia, y participará a la medianoche en el Hazkara, una ceremonia judía de conmemoración de una desaparición, delante del memorial a los héroes del gueto.
El Instituto Polaco de la Memoria Nacional (IPN) presentó ayer uno de sus ejemplares originales del informe del comandante alemán del gueto judío de Varsovia, el general de las SS Jürgen Stroop, sobre su liquidación en los meses de abril y mayo de 1943.
Este ejemplar del informe, que su autor tituló "Ya no hay más barrios de viviendas judíos en Varsovia", fue enviado en mayo de 1943 al responsable de las SS, Heinrich Himmler.
Mañana viernes, cuando se cumplan 70 años del levantamiento, Polinia entera recordará a esos héroes.
Fuente: AFP
Lo que queda en pie del gueto de Varsovia



Un puñado de edificios en ruinas, una sinagoga y escuetos fragmentos del muro de 18 kilómetros y tres metros de alto que rodeó al gueto son los únicos recuerdos de la prisión que sufrió la población judía de Varsovia entre 1940 y 1944.

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Restos de una casa en el gueto de Varsovia a 70 años del levantamiento. (AFP)

La capital polaca apenas conserva un puñado de restos del que fue su gueto durante la II Guerra Mundial, construcciones que hace 70 años fueron testigos del levantamiento de la población judía contra la ocupación nazi y que hoy resisten al avance de la nueva ciudad como huellas de una tragedia.
Una docena de edificios, en su mayoría en estado ruinoso, una sinagoga y escuetos fragmentos del muro de 18 kilómetros y tres metros de alto que rodeó al gueto son los únicos recuerdos de la prisión agónica que la población judía de Varsovia sufrió entre 1940 y 1944.
El Gueto de Varsovia llegó a contar con una población inicial cercana a las 400.000 personas, el 30% del total de habitantes de la ciudad aunque su tamaño ocupaba apenas el 2,4% del territorio, y en los meses posteriores fue recibiendo más judíos trasladados desde localidades cercanas hasta crear un espacio saturado donde se multiplicaban los enfermos y se extendía la hambruna.
Fue precisamente esa miseria y desesperación lo que llevó a los judíos a rebelarse contra la ocupación nazi en abril de 1943, una insurrección que desembocó en la práctica aniquilación del gueto (se estima que 13.000 judíos fallecieron en los enfrentamientos) y el traslado de la mayoría de los 50.000 supervivientes a campos de concentración.
Precisamente mañana se conmemora el 70 aniversario del comienzo de esa insurrección, el 19 de abril de 1943, un acto de valentía desesperada que actualmente recuerda el monumento a los héroes del gueto, en el centro de Varsovia.
Será en torno a ese monumento donde este viernes tendrá lugar la ceremonia principal en recuerdo de las víctimas de este alzamiento, un acto en el que estará presente el presidente del Estado de Israel y premio Nobel de la Paz, Simon Peres, quien precisamente nació en Wiszniewo (entonces Polonia y hoy Bielorrusia) en 1923.
A pocos metros de ese monumento, en una zona de feroces combates durante el levantamiento, se encuentra el nuevo museo de Historia Judía de Varsovia, un edificio diseñado por el finlandés Rainer Mahlamaki donde se recorrerán los 700 años de presencia judía en este país.
El museo promete abordar sin complejos la complicada relación que a lo largo de la historia mantuvieron judíos y gentiles en Polonia, donde hasta la II Guerra Mundial residía la mayor proporción de población judía de Europa, con episodios tan dolorosos como los pogromos de finales del siglo XIX, el boicot a los negocios judíos en los años 20 y 30 o las expulsiones masivas de 1968.
Uno de los episodios más vergonzosos de esa complicada coexistencia es el que tuvo lugar en 1940 en el pueblo de Jedwabne, donde según el profesor Jan T. Gross los gentiles persiguieron a sus vecinos judíos hasta encerrarlos en un granero al que prendieron fuego, provocando la muerte de al menos 300 personas.
Mañana y el sábado este museo podrá ser visitado, aunque todavía vacío de contenido hasta que albergue la exposición definitiva, dentro de los actos conmemorativos del levantamiento del gueto de Varsovia.
Un museo que pretende dejar atrás la sombra del antisemitismo en Polonia, país donde aunque actualmente residen solo alrededor de 40.000 judíos (frente a la población de 3,5 millones previa a la Guerra) todavía son visibles las trazas de un recelo antiguo.
De hecho, una reciente encuesta revelaba que un 44% de los estudiantes de instituto de Varsovia no querrían tener un vecino judío, mientras que un 60% reconocían que preferiría no tener una pareja judía.
Joanna Korzeniewska, portavoz de la comunidad judía en Varsovia, reconoce que los resultados de esta encuesta hacen ineludible el lanzamiento de programas educativos "más de lo que se creía que era necesario".
Fuente: EFE
 

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"Soy testigo del maravilloso combate de los héroes judíos"

Hace 70 años, un grupo de resistentes armados atacaba por sorpresa a los nazis en la capital polaca. Se iniciaba así el heroico y desesperado levantamiento del gueto de Varsovia, que pasó a la historia como ejemplo de dignidad

Crédito foto: AP​

Cuando los alemanes ocuparon Polonia, en 1939, había en ese país importantes comunidades judías, que representaban alrededor del 10 por ciento del total de la población. En Varsovia, por ejemplo, había 1.300.000 habitantes, de los cuales 380.000 eran judíos.
Desde un comienzo, los nazis empiezan a reunirlos en barrios cerrados bajo vigilancia policial, los tristemente célebres guetos. Aunque no eran una novedad en Europa, los alemanes les dieron un nuevo sentido (ver Puntos importantes).
En el gueto de Varsovia, creado en noviembre de 1940, fueron concentrados unos 500.000 judíos, ya que a los habitantes de la capital se sumaron otros traídos de otras zonas del país. Medio millón de personas fueron amontonadas en un barrio de 300 hectáreas de superficie, con lo que pasó a haber 150.000 habitantes por kilómetro cuadrado, una densidad de 4 a 5 veces superior a lo normal. Un muro de varios metros de alto y 18 kilómetros de largo, coronado con alambres de púas, separó a los judíos del resto de los habitantes de la capital. Fue el gueto más grande de toda la Europa ocupada.

Para cuando se produjo la sublevación, la población ya había sido diezmada por el hambre, la enfermedad y, sobre todo, las primeras deportaciones. Sólo quedaban entre 50 y 70 mil habitantes el día que los alemanes vinieron por ellos y enfrentaron un feroz resistencia.
Hasta entonces, los judíos encerrados en el centro de Varsovia debían sobrevivir con raciones diarias de 184 calorías per cápita, un 10% de lo mínimo necesario para mantenerse sano. El resto lo conseguían con pequeños trabajos, trueques con el exterior y en el mercado negro. Pero, aún así, el hambre hacía estragos. Diariamente, los cadáveres que sembraban las calles eran retirados en carretillas y arrojados a la fosa común.
En este video, pueden verse imágenes del barrio judío antes y después de la construcción del gueto. El contraste es conmovedor y escalofriante.

El hacinamiento -7 ó más personas por habitación-, la mala alimentación, la falta de medicamentos, el frío y el maltrato padecidos dieron cuenta de una gran cantidad de habitantes del gueto. Aún así, en medio del sufrimiento y la humillación, la vida cultural del barrio fue muy intensa. Una cincuentena de músicos judíos de nivel internacional encerrados en el gueto crearon una orquesta sinfónica que daba conciertos.
Adam Czerniakow, presidente del Consejo Judío que administraba el gueto, se suicidó en julio de 1942, cuando los alemanes le pidieron una lista de niños que serían trasladados al Este, a campos de trabajo (en la versión oficial). Este primer gesto de resistencia no pudo de todos modos evitar lo que se llamó la “Gran deportación”. Diariamente, entre 5 y 6.000 habitantes del gueto eran llevados a una estación de tren y enviados al campo de Treblinka, a 70 kilómetros de la capital.
En septiembre de 1942, cuando concluye esta primera deportación, sólo quedaban, como se dijo, algunas decenas de miles de judíos en el gueto.

El levantamiento
En enero del 43, los alemanes deciden iniciar una segunda deportación. Pero un grupo de jóvenes, que hasta noviembre de 1942, antes de ser llevados al gueto, habían trabajado en granjas de los alrededores, y en consecuencia no se encontraban físicamente agotados como el resto de los sobrevivientes, decide organizarse para resistir. Entre ellos, había varios dirigentes de agrupaciones juveniles.
Son varias las organizaciones –comunistas, socialistas y algunas corrientes sionistas- que participan de la creación de una unidad de defensa armada, bautizada Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa, ZOB, por su siglas en polaco). Por otro lado, el Partido Revisionista (sionistas de derecha) funda otra organización de resistencia, la Unión Combatiente Judía (Zydowski Zwiazek Wojskowy o ZZW). Pese a sus diferencias, la ZOB y la ZZW deciden resistir juntas las nuevas deportaciones. En total, son unos 3.000 resistentes organizados, pero sólo 600 disponen de un arma.

El 19 de abril de 1943, 850 soldados alemanes ingresan al gueto para llevarse a los últimos judíos que quedan en él. Las calles están desiertas y los recibe una inesperada lluvia de balas disparadas por los jóvenes resistentes parapetados detrás de barricadas.
Aunque los alemanes logran vencer rápidamente esta primera resistencia militar organizada, los judíos se dispersan en pequeños grupos, se ocultan en improvisados búnkeres, sótanos y otros escondites que habían preparado, y resisten todavía durante todo un mes. El operativo, que los nazis habían previsto duraría 3 días, se prolongó hasta el 16 de mayo –día de la destrucción de la gran sinagoga de Varsovia, dentro del gueto- y, para ponerle fin, tuvieron de arrasar literalmente con todo. Y, aún después de esta fecha, siguió habiendo algunas escaramuzas esporádicas.
Jürgen Stroop, el general SS que dirigía la operación, tuvo que hacer venir 2000 hombres más y carros de asalto. Superada la sorpresa por la resistencia judía, los alemanes empezaron a incendiar uno por uno los edificios y a lanzar gases en los túneles subterráneos construidos por los resistentes.

Héroes
En los combates murieron 6.000 judíos (muchos se suicidaron para no ser capturados, entre ellos, el jefe del levantamiento y líder del ZOB, Mordechai Alinewicz) y otros 7.000 fueron fusilados en el lugar. El resto fue deportado. Un pequeño grupo logró escapar por las cloacas.
El gueto, convertido en tierra arrasada, es hoy un símbolo de resistencia y de esperanza, un lugar de peregrinación y recogimiento, escenario de la primera revuelta urbana contra el nazismo en la Europa ocupada, y la más importante por su gran carga simbólica.
El joven dirigente Mordechai Anilewicz era un muchacho judío del común, sin formación ni vocación militar. Su conciencia de hombre de bien y las circunstancias que tuvo que vivir hicieron de él un jefe, un héroe y un mártir.
En una carta fechada el 23 de abril de 1943, en pleno levantamiento, Anilewicz escribió: “Los alemanes huyeron dos veces del gueto. Una de nuestras compañías resistió 40 minutos y otra peleó durante más de seis horas… Nuestras pérdidas en vidas humanas son bajas y esto es también un logro… Gracias a nuestra radio, escuchamos una maravillosa emisión que relataba nuestra lucha. El hecho de que se hable de nosotros fuera del gueto nos da coraje. ¡Estén en paz, amigos del exterior! Quizá seamos testigos de un milagro y volvamos a vernos un día. ¡Lo dudo! ¡Lo dudo mucho! El sueño de mi vida se ha realizado. La autodefensa del gueto es una realidad. La resistencia judía armada y la venganza se materializan. Soy testigo del maravilloso combate de los héroes judíos”.
La resistencia judía en Varsovia tuvo un gran impacto psicológico en toda Europa. Los combatientes del gueto sabían que su lucha era desesperada, tenían pocas esperanzas de sobrevivir y menos aún de vencer, dado el tremendo desequilibrio de efectivos y de medios. Aún así, durante un mes enfrentaron con tremendo heroísmo a los soldados y SS alemanes porque lo que estaba en juego ya no era la supervivencia. En palabras del soldado de la ZOB, Arie Wilner (cuyo nombre de guerra era Jurek): “No queremos salvar nuestra vida, nadie saldrá vivo de aquí, queremos salvar la dignidad humana”.

Qué fueron los guetos

Los primeros guetos surgen en la Edad Media y como iniciativa de los propios judíos, deseosos de agruparse para resistir mejor las persecuciones, violencias y pogroms de que eran objeto.
Por ejemplo, en 1438, en Fez, Marruecos, se creó el primer “mellah” o barrio reservado a los judíos. El soberano marroquí invitó a los judíos a establecerse allí, para protegerlos de la violencia musulmana.
Pero la palabra gueto, vendrá del italiano, cuando en 1516, en Venecia, los judíos sean instalados en un terreno en el cual se volcaban desechos de una fundición. De allí que el barrio fuera bautizado ghetto (del italiano antiguo, ghettare, tirar, arrojar).
Al comienzo, los nazis apelaron al mismo argumento (proteger a los judíos) pero, en los hechos, sus guetos fueron la antesala de la deportación y el exterminio.
En los años 1939-1940, cuando aún no habían decidido qué harían con los judíos, la intención era separarlos del resto de la población y quebrarlos como personas y como comunidad.
Los guetos cumplirán esta función hasta que empiecen a construirse los campos de concentración que, desde fines de 1941, los irán sustituyendo.
En total, durante la Segunda Guerra mundial, hubo un millar de guetos, de Polonia hasta Grecia, que reunían desde algunos centenares de personas, hasta cientos de miles, como en Varsovia, el más grande de todos.

(Fuente: Revista Herodote
 
Uno de los episodios más vergonzosos de esa complicada coexistencia es el que tuvo lugar en 1940 en el pueblo de Jedwabne, donde según el profesor Jan T. Gross los gentiles persiguieron a sus vecinos judíos hasta encerrarlos en un granero al que prendieron fuego, provocando la muerte de al menos 300 personas.

Jedwabne fue un crimen del grupo de personas, pero no fue un ejemplo tipico para los polacos. Jan T. Gross escribe mucho encontra de la nación polaca. Quere preservar un estereotipo de polacos antisemitas.
 

Sebastian

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El Gueto de Varsovia en abril de 1943

A principios de 1942, en el Gueto de Varsovia vivían más de 400.000 personas. En verano del mismo año la mayoría perecieron en el campo de exterminio de Treblinka. En la foto: Explosión de un proyectil en un edificio con insurgentes del Gueto de Varsovia.​
En abril de 1943, en el Gueto quedaban 30.000 habitantes “oficiales”. Otros tantos se escondían de las redadas en los sótanos. En la foto: Los nazis conducen a la salida a los civiles sacados de sus refugios a la fuerza.​
Más tarde el movimiento sería llamado “levantamiento” pero en el momento lo denominaban de manera más prosaica “autodefensa judía”. Fue la rebelión de unos jóvenes conscientes de que los nazis desalojaban a los habitantes del Gueto para asesinarlos. En la foto: los nazis de las secciones de asalto entre edificios en fuego en el Gueto de Varsovia.​
Los insurgentes fueron unos 700. Desde septiembre de 1942 iniciaron a preparar la resistencia.​
En el Gueto vivían personas más acomodadas, ingenieros, policías, especialistas. De día trabajaban para los nazis en la ciudad y para dormir volvían al gueto donde quedaban sus familias. Montaban refugios intentando sobrevivir a la ocupación.​
El chequeo y el interrogatorio de los judíos capturados.​
Los combates duraron de dos a tres días hasta que los insurgentes se quedaron sin municiones.​
Insurgentes capturadas en el Gueto de Varsovia.​
El levantamiento en el Gueto de Varsovia fue uno de los más importantes y masivas de Europa. En los combates murieron unos 7.000 defensores del Gueto, de 5.000 a 6.000 perecieron vivos en el fuego.​
 
En su libro Las mentiras de la Segunda Guerra Mundial el historiador francés Phillipe Faverjon cuenta como el Ejército Rojo detuvo su avance cerca de Varsovia para permitir que la resistencia polaca no comunista fuese aniquilada. Luego de eso, los soviéticos entratron en la capital polaca como los únicos liberadores, silenciando para siempre de la historia oficial rusa el papel de los partisanos no comunistas, a los que incluso persiguieron y combatieron. Lo mismo hicieron en el resto de Europa del Este.

Jedwabne fue un crimen del grupo de personas, pero no fue un ejemplo tipico para los polacos. Jan T. Gross escribe mucho encontra de la nación polaca. Quere preservar un estereotipo de polacos antisemitas.

Mirá, no me interesa discutir sobre Gross, pero hay algo que me gustaría comentar con vos.

A pesar de que no se agradable de admitir, lo cierto es que históricamente Polonia ha sido uno de los países católicos más ortodoxos y uno de los más antisemitas (término éste, que en realidad no es el adecuado para describir el fénomeno de los sentimientos anti-judíos, pero lo uso por comodidad).

Está bien documentado que durante la Segunda Guerra Mundial la resistencia polaca se negaba a colaborar con los judíos perseguidos, y esta actitud fue especialmente notable en el levantamiento del ghetto de Varsovia. No es necesario recurrir a documentos o bibliografía especializada, incluso en la cultura popular esta enemistad es bien conocida (recomiendo leer la novela gráfica Maus de Art Spiegelman, o la película El pianista de Roman Polanski).

Y mucho después de terminada la guerra, la actitud del gobierno comunista polaco hacia la población judía remanente era hostil, alcanzando su punto álgido en los incidentes de 1968, cuando la propaganda anti-sionista se convirtió en una verdadera caza de brujas. Es cierto que en 2008 el gobierno polaco tuvo un gesto de reconciliación con su propio pasado y devolvió la ciudadanía a los polacos judíos expulsados. Pero tuvieron que pasar cuarenta años, o unos diecisiete desde la caída de la Unión Soviética.

Por supuesto, no estoy sugiriendo que la sociedad polaca de hoy se igual que la de 1940 o 1960, pero estamos hablando de realidades culturales que son estructurales, que poseen explicaciones y causas profundas difíciles de modificar en el corto plazo.


Saludos thumbb
 
En las fotos publicadas en este post se puede notar a un soldado que aparece en varios lugares armado con una MP-28/18 (No estoy del todo seguro). El tipo es Josef Blosche. Sentenciado a muerte y ejecutado en Leipzig el 29 de Julio de 1969, luego de que un ex-compañero de las SS lo delatara (Josef sufrió una herida en el rostro que lo hacía casi irreconocible).


(Lamento que algunas fotos esten repetidas pero sirve para el propósito).

Joself Blosche cerca de Jurgen Stroop.



¿Quizás la más famosa?, una de las más fuertes de la Guerra. Josef Blosche con un grupo de Judíos capturados. El chico que levanta los brazos es posible que sea Tsvi Nussbaum. Tsvi sobrevivió al Holocausto y vivió en Nueva York hasta su muerte en 2008.






Luego de la Guerra y su accidente que le dejó así el rostro:

 
En su libro Las mentiras de la Segunda Guerra Mundial el historiador francés Phillipe Faverjon cuenta como el Ejército Rojo detuvo su avance cerca de Varsovia para permitir que la resistencia polaca no comunista fuese aniquilada. Luego de eso, los soviéticos entratron en la capital polaca como los únicos liberadores, silenciando para siempre de la historia oficial rusa el papel de los partisanos no comunistas, a los que incluso persiguieron y combatieron. Lo mismo hicieron en el resto de Europa del Este.
Si, en 1944, pero esto fue el segundo levantamiento, llamado Levantamiento de Varsovia, el levantamiento de 1944 se llama Levantamiento del Gueto de Varsovia.

A pesar de que no se agradable de admitir, lo cierto es que históricamente Polonia ha sido uno de los países católicos más ortodoxos y uno de los más antisemitas (término éste, que en realidad no es el adecuado para describir el fénomeno de los sentimientos anti-judíos, pero lo uso por comodidad).

Que exactamente significa: "uno de los más antisemitas" - el numero do los incidentos contra los judios? Los regulaciones de ley? El numero de los periodicos antisemitas? Hay evidencia que en Polonia hubo mas antisemitismo que en los otros paises con el similar numero de los judios por ciento? La frase "lo cierto es" no dice nada.

Está bien documentado que durante la Segunda Guerra Mundial la resistencia polaca se negaba a colaborar con los judíos perseguidos, y esta actitud fue especialmente notable en el levantamiento del ghetto de Varsovia. No es necesario recurrir a documentos o bibliografía especializada, incluso en la cultura popular esta enemistad es bien conocida (recomiendo leer la novela gráfica Maus de Art Spiegelman, o la película El pianista de Roman Polanski).

Maus - donde los judios se presenta como los ratones, los alemanos como los gatos y los polacos como cerdos? De verdad! Mas importante que documentos históricos?
En serio: la cultura popular no puede ser tratada como documentos historicos. La cultura popular refleja los estereotipos. Resistencia polaca ayudaba a los judios. Por ejemplo hubo la organización "Żegota" especialmente designada para ayudar a los judios. La ayuda mas frecuente fue esconder a los judios y tambien informar a los aliados de la situación (los aliados recibieron la información pero no hicieron nada). En 1943 no fue posible ayudar en la manera militar con gran exito, porque los alemanos fueron todavia demasiado fuertes. A pesar de la situación hubo acciones militares de la resistencia polaca. Por ejemplo:http://www.sztetl.org.pl/pl/article...lu-ak-podczas-powstania-w-getcie-warszawskim/
Mi traducción (con la ayuda de google, dificil)

El 19 de abril de 1943, el grupo de los soldados de "Armia Krajowa" hizo la acción, con el objetivo de la voladura de un fragmento del muro del gueto en el área de las calles Bonifraterska y Sapieżyńska y así permitir la evacuación de los judíos insurrectos. Bernard Mark, en el libro "La lucha y la destrucción del gueto de Varsovia", describió el curso de la operación: "Plutón consiguió de forma inesperada bajo fuego enemigo de ametrallaora pesada (...) En el tiroteo en general los soldados de "Armia Krajowa" lucharo en contra de Schupo que presionaba los fuerte, ayudado por la "policía azul". Una mina, diseñada para hacer un agujero en la pared, se rompió en la calle Bonifraterska, a pocos metros de distancia de la pared, que era ancho cráter. Los alemanos pronto trajeron el coche blindado que fue disuelto por los efectivos de Armia Krajowa. Como resultado, mató a dos de los Schupo y dos oficiales de la "policía azul". En el lado polaco hubo dos muertos: Józef Wilk y Eugeniusz Morawski "Mlodek", dos heridos de gravedad, y varios heridos leves (....) Durante esta acción, AK, combatientes judíos irrumpieron en la dentro de las murallas del gueto en la sección Sapieżyńska y lanzaron las granadas. Desde la ventana de una casa de judíos insurrectos, protegida con un colchón, los insurrectos dispararon contra los alemanes. " [...]

Desfortunadamente la mayoria de los documenarios de la ayuda de los polacos es en polaco. No hay obras de la cultura popular o son poco conocidas. La mayoria de los peliculas polacas dice de la resistencia de los polacos, hablan de los judios tambien, pero no como el tema central.
Hay una pelicula estadounidense que dice de la ayuda de los polacos a los judios, pero no es mucho conocida:
http://www.imdb.com/title/tt1010278/


Y mucho después de terminada la guerra, la actitud del gobierno comunista polaco hacia la población judía remanente era hostil, alcanzando su punto álgido en los incidentes de 1968, cuando la propaganda anti-sionista se convirtió en una verdadera caza de brujas.

Eso fueron las acciones del gobierno comunista. No hubo apoyo de la nación polaca. Se debe recordar que el comunismo en Polonia vino con la dominación sovietica. En contra de la nación.
 
Es fácil Olenka, usá Google, tipeá "antisemitismo" + "Polonia" y revisá los resultados.

Hay cientos, algunos son de tipo histórico, en este caso, ni me gasto en contestarte, la historia de los judíos polacos no contiene misterios, es harto conocida.

Otros resultados son políticos, por ejemplo, las denuncias de la Liga Anti Difamación, que son discutibles porque se trata de una institución que plantea ideas poco coherentes e interesadas.

Asi que por eso me remito a la cultura popular, y cito obras artísticas y noticias, como por ejemplo ésta.


Saludos
 
Por supuesto, cuando hay un estereotipo nagativo va a haber muchos textos que presentan los polacos como antisemitas. Antisemitismo existó y existe en cada pais. Polonia no es ninguna excepción. Tampoco niego los hechos, pero estoy encontra de la visión de la historia donde los unicos victimas de la segunda guerra mundial son los judios y tal vez los alemanos despues la guerra. Se niega que los polacos fueron tratados como "untermeschen" y muy poco se dice de la resistencia polaca y tambien muy poco de la ayuda a judios. Esta ayuda fue hecha tambien por los polacos que antes la guerra fueron conocidos como antisemitas (por ejemplo http://es.wikipedia.org/wiki/Zofia_Kossak-Szczucka).

En el articulo del Voz de Galicia hay frases que se puede entendir mal:

Y sin embargo, desde hace unos años tiene un espacio en el Parlamento la Liga de las Familias Polacas, un partido nacionalista de derecha que se reivindica como heredero político del Partido Nacional Democrático de Roman Dmowski, acusado de desarrollar a principios de siglo una política hostil hacia las minorías y de aplicar cuotas de ingreso a los judíos en las universidades.

Esto se puede entender que Liga de las Familias Polacas hoy esta a favor de aplicar cuotas de ingreso a los judíos en las universidades. En el pasado de cada pais hubo personas que hicieron mucho para la Patria, pero tambien hicieron cosas malas. Por ejemplo en Espańa hubo la Guerra Civil y "los heroes" de ambos lados cometieron crimenes graves. Esto significa que los espańoles ya sea fascistas o comunistas? Claro que no. Los grupos mencionados en el articulo son marginales.

Pienso que los argentinos deben saber de los estereotipos falsos. Por ejemplo en Europa hay estereotipo que son fascistas porque hubo los criminales nacionalsocialistas que se evadieron a Argentina. No se conoce que Argentina oficialmente estuve en la guerra contra Alemania. El hecho que mucha gente tiene este estereotipo significa que es verdadero?
 
Por supuesto, cuando hay un estereotipo nagativo va a haber muchos textos que presentan los polacos como antisemitas. Antisemitismo existó y existe en cada pais. Polonia no es ninguna excepción. Tampoco niego los hechos, (...)

En eso estamos de acuerdo. Yo tampoco defiendo estereotipos, pero el caso polaco tiene cierta evidencia sólida, no proviene de la mera propaganda. Te mencione los incidentes del '68 pero vos los comprendés exclusivamente como una medida de un gobierno anti-popular. Teniendo en cuenta la historia de Polonia, es lícito al menos plantear el debate.


(...) pero estoy encontra de la visión de la historia donde los unicos victimas de la segunda guerra mundial son los judios y tal vez los alemanos despues la guerra. Se niega que los polacos fueron tratados como "untermeschen" y muy poco se dice de la resistencia polaca (...)

Nunca dije eso, y es más, tampoco creo que sea cierto. De hecho, la traición soviética a la causa aliada con la invasión y el reparto de Polonia es un tema que hemos discutido aquí en el foro, lo conocemos bien. También conocemos el caso de las fosas de Katyn, y la gente común que no lee libros de historia al menos puede haber visto la película que se hizo.

Nadie niega el sufrimiento de Polonia, de hecho, es casi un cliché de la historiografía hacer referencia a su pobre destino con todos los repartos que sufrió. En todo caso, la deuda de la historia es para con los gitanos, todos recuerdan la Shoah (el Holocausto judío) pero poco se dice del Porrajmos (el Holocausto zíngaro).


(...) y tambien muy poco de la ayuda a judios. Esta ayuda fue hecha tambien por los polacos que antes la guerra fueron conocidos como antisemitas (por ejemplo http://es.wikipedia.org/wiki/Zofia_Kossak-Szczucka).

No te lo niego, pero no podés hacer una sinécdoque y tomar la parte por el todo. Las excepciones no quitan que la regla general fue otra distinta. Y esto no es una acusación a la sociedad polaca de hoy, es simplemente comentar algo que siempre se supo, incluso por los testimonios de los sobrevivientes.


En el articulo del Voz de Galicia hay frases que se puede entendir mal:

Esto se puede entender que Liga de las Familias Polacas hoy esta a favor de aplicar cuotas de ingreso a los judíos en las universidades. En el pasado de cada pais hubo personas que hicieron mucho para la Patria, pero tambien hicieron cosas malas. Por ejemplo en Espańa hubo la Guerra Civil y "los heroes" de ambos lados cometieron crimenes graves. Esto significa que los espańoles ya sea fascistas o comunistas? Claro que no. Los grupos mencionados en el articulo son marginales.

Puede ser, puse un ejemplo rápido de los cientos y cientos que hay en internet. De todos modos, me parece muy interesante que menciones casualmente el ejemplo de España, el otro país europeo de gran tradición católica. Estamos de acuerdo en que no se puede generalizar ni etiquetar a todo un pueblo, pero si se llegó a la Guerra Civil es justamente porque había "Dos Españas", siempre hay un lecho de realidades sobre el que se mueven las placas históricas coyunturales. Por algo pasó lo que pasó, es evidente que hubo alguna vez una España facista. Por eso insisto, no podemos estigmatizar a la sociedad española de hoy, pero lo que pasó, pasó. Y estamos hablando de estructuras culturales, que no salen de la nada ni dejan de existir de la nada.


Pienso que los argentinos deben saber de los estereotipos falsos. Por ejemplo en Europa hay estereotipo que son fascistas porque hubo los criminales nacionalsocialistas que se evadieron a Argentina. No se conoce que Argentina oficialmente estuve en la guerra contra Alemania. El hecho que mucha gente tiene este estereotipo significa que es verdadero?

Lo dudo, el estereotipo de los latinos facistas no proviene de los tiempos de Perón sino de las dictaduras de los '70, y no deja de ser cínico, porque los grupos de poder fáctico europeos (económicos, políticos y militares) apoyaron en su momento los golpes de estado en la región, por el contexto anticomunista de la Guerra Fría; pero sobre todo, por los beneficios económicos que obtuvieron. También hubo mucha propaganda en casos puntuales, como por ejemplo, la Guerra de Malvinas. Y nuevamente resulta muy cínico, porque la dictadura facista de Pinochet en Chile era buena, pero la argentina no. También supongo que hay que recordar que vos estuviste del otro lado del Telón de Acero, y seguramente la propaganda anti-facista del gobierno comunista habrá sido más enfática sobre la situación política en Occidente.

Con respecto al tema de Perón, los delirios de un posible IV Reich en Argentina son risibles. Empecemos por recordar que Estados Unidos reclutó muchos científicos y nadie se escandaliza por eso, pero los ingenieros aeronáuticos que trajo Perón son imperdonables. Con respecto a los criminales de guerra, eso si que es imperdonable, una vergüenza para nuestro país. Lo que no deja de ser curioso es que Perón en todo caso nunca fue aliado de Hitler como sí lo fue Franco. España era de hecho una reliquia facista terminada la Segunda Guerra Mundial, pero era miembro de la NATO. Asi que si los europeos quieren escandalizarse con estereotipos facistas, no tienen que venir a buscarlos a Sudamérica, porque la mierd@ empezó justamente allá, en Europa, y hasta que murió Franco la tenían al lado todos los días.


Saludosthumbb
 
En eso estamos de acuerdo. Yo tampoco defiendo estereotipos, pero el caso polaco tiene cierta evidencia sólida, no proviene de la mera propaganda. Te mencione los incidentes del '68 pero vos los comprendés exclusivamente como una medida de un gobierno anti-popular. Teniendo en cuenta la historia de Polonia, es lícito al menos plantear el debate.

En el siglo XIX/XX empezó nacionalismo. No sólo en Polonia, sino en otros paises tambien hubo antisemitismo, porque los judios se vieron como un elemento que molesta en la visión del "estado nacional". Pero los nacionalistas polacos no colaboraban con los alemanos en el holocausto, porque los alemanos fueron anti-polacos (entonces los polacos nacionalistas tenian que ser anti-alemanos). Ellos que colaboraban (denunciaban) no fueron organizados en ninguna fuerza politica. Simplemente fueron las personas que querian dinero u otros privilegios.
La situación en 1968 fue otra: al principio hubo la obra de teatro (de siglo XIX) que se presentaba en Varsovia. La obra fue clasica, pero la interpretación fue entendida como "anti-rusa". Los autoridades comunistas ordenaron de terminar. Hubo manifestaciones. Luego hubo manifestaciones de estudiantes. Y el Secretario Primero - W. Gomułka dijo que los judios (profesores) son responsabiles. Otra cosa fue que en aquellos tiempos la Union Sovietica (entonces otros paises del Bloque) decidi apoyar los arabes y no Israel en el conflicto. En Polonio hubo muchos comunistas judios y Gomulka decidió a expulsarlos (juntos judios comunistas, anticomunistas y indefinidos). Pero la gente polaco no apoyaba sus actos. Al margen - algunos de los expulsados fueron comunistas responabiles de los acciones contra polacos (pero no por eso fueron expulsados). Polonia queria su extradición. En el caso de Israel hubo respuestas negativos, en el caso de otros paises los casos se prolongaban y los responsabiles murieron. Muy frecuente los culpables decian del "antisemitismo polaco", pero la razon por responsabilidad no fue eso.



Nunca dije eso, y es más, tampoco creo que sea cierto.

No digo que diciste. Dije de estereotipo que existe en algunos casos.



No te lo niego, pero no podés hacer una sinécdoque y tomar la parte por el todo. Las excepciones no quitan que la regla general fue otra distinta. Y esto no es una acusación a la sociedad polaca de hoy, es simplemente comentar algo que siempre se supo, incluso por los testimonios de los sobrevivientes.

Entonces hubo mucho excepciones. De verdad en cada poblacion ocupada la minoria lucha contra de ocupador, tambien la minoria colabora en la extensión de traición y la mayoria simplemente trata de sobrevivir.

Puede ser, puse un ejemplo rápido de los cientos y cientos que hay en internet. De todos modos, me parece muy interesante que menciones casualmente el ejemplo de España, ....

Sólo porque tu ejemplo fue del diario de Galicia, España.


Lo dudo, el estereotipo de los latinos facistas no proviene de los tiempos de Perón sino de las dictaduras de los '70, y no deja de ser cínico, porque los grupos de poder fáctico europeos (económicos, políticos y militares)[...]

Con respecto al tema de Perón, los delirios de un posible IV Reich en Argentina son risibles.

Estoy de acuerdo y sólo di este ejemplo para mostrar que la información como antisemitismo en Polonia como un problema grande, no limitado a grupo del margen de la sociedad, especialmente de hoy es igualmente risable.
 

Shandor

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70 años del Levantamiento: los argentinos del gueto

Unos 90 compatriotas quedaron atrapados en el gueto de Varsovia. Entre ellos hubo un héroe que mató a un jerarca nazi en Treblinka. La investigación que revela por primera vez sus nombres.
El gueto en llamas. Los últimos sobrevivientes salen de sus escondites tras la ofensiva nazi que terminó con la resistencia. Son llevados al campo de concentración de Treblinka.

Tomó con rabia el mango del cuchillo dentro del bolsillo. Apretó los dientes y aspiró profundo. Pensó un segundo en su mujer y su hija asesinadas en la cámara de gas unos días antes y se lanzó en dos saltos contra la espalda del Scharführer Max Bialas, el segundo jefe de Treblinka, el campo de exterminio donde lo habían llevado cinco días antes de ese 11 de septiembre de 1942. Sacó la mano derecha y clavó con una fuerza brutal el pequeño cuchillo que había logrado esconder tras su trabajo esclavo en el bosque. El nazi delgado, alto y apuesto en su uniforme gris perlado, que hasta un momento antes se paseaba con una pequeña vara tocando las caras de los hombres que iba a mandar a morir en la cámara de gas, cayó de bruces tratando de contener con la mano la enorme cantidad de sangre que salía de su cuello. Los guardias ucranianos miraban a todos lados buscando una explicación. Había gritos en varios idiomas y los perros no paraban de ladrar. Los Sonderkommandos, que hacían de policía interna, y los alemanes comenzaron a correr desesperados. Abraham Krzepicki, otro prisionero que había estado discutiendo sobre la posibilidad de armar una rebelión, se quedó inmóvil, al lado del ejecutor. Los SS, con sus trajes y botas lustrosas renegridas, empezaron a correr y gritar “¡Was ist los, was ist los!” (¡qué pasa!). El cabo Manchuk, que había visto lo sucedido, se adelantó con una pala en la mano y amenazó al ejecutor. Fue cuando el argentino Meir Berliner, un hombre de unos 40 años, hijo de inmigrantes polacos nacido en Buenos Aires, que había hecho aquí el servicio militar y regresado a Varsovia un tiempo antes para visitar a sus parientes, tiró el cuchillo y dijo con voz firme y serena: “No tengo miedo, pueden matarme si quieren”.
El cabo ucraniano Manchuk comenzó a golpear a Berliner con el filo de la pala dejándolo moribundo y desfigurado, tirado en el polvo, hasta que apareció otro jerarca, Kurt “Lalka” (Muñeca) Franz, a poner algo de orden. Al Scharfuhrer Bialas se lo llevaron al hospital militar de Ostrow Mazowiecki donde murió dos días más tarde. La venganza de Lalka Franz fue brutal. Mandó a fusilar a 150 hombres. Tampoco importaba mucho. Todos ellos iban a ser exterminados de una u otra manera. Desde el día en que se había abierto el campo, el 22 de julio de 1942, ya habían transportado hasta allí unas 250.000 personas del gueto de Varsovia, la zona de la capital polaca donde los nazis habían confinado a los judíos. A diferencia de Auschwitz, en Treblinka había pocas barracas, los prisioneros que no se suicidaban o sobrevivían al hacinamiento en los trenes, pasaban en el lugar apenas un promedio de una hora y media. Los guardias alemanes les quitaban las ropas y cualquier otra pertenencia. Los Goldjuden (judíos de oro) se encargaban de las joyas, el dinero y, una vez muertos, de extraer los dientes de oro. Las cámaras de gas no daban abasto. Los cuerpos eran arrojados a unas fosas o apilados en la rampa del ferrocarril hasta que hubiera tiempos para incinerarlos.
El prisionero Abraham Krzepicki, que estaba al lado del argentino Berliner en el momento del ataque aprovechó la confusión para meterse dentro de un vagón de tren que estaba por partir de regreso al gueto de Varsovia. Fue él quién contó la historia a Rachel Auerbach, una voluntaria que trabajó con Emanuel Ringelblum en la elaboración de un archivo que se enterró en cajas durante el exterminio del gueto y que fueron recuperadas en septiembre de 1946 y diciembre de 1950 en el sótano de un edificio de la entonces calle Nowolipki. Krzepicki contó que el argentino Berliner había intentado organizar un alzamiento desde el momento mismo que llegó al lugar. Pero que algunos líderes religiosos le decían que no había que pagar con la misma moneda y había que aceptar “lo que mandó Dios”. Cuando mataron a su mujer y a su hija ya comenzó a pensar en “una revancha” e intentó todo el tiempo sin éxito que sus compañeros se rebelaran. Cuando tuvo la oportunidad, actuó. Mató al segundo hombre más importante de Treblinka, el único nazi que murió allí, algo que produjo un grave problema para Heinrich Himmler, el comandante de las SS, quien se vio obligado a relevar a todos los comandantes del lugar. El hecho también provocó una profunda impresión en los sobrevivientes judíos. En el gueto, el argentino Berliner se convirtió en un héroe. Cuando comenzó el levantamiento en Varsovia, el 19 de abril de 1943, los jóvenes peleaban invocando el ejemplo que había dado el argentino Berliner.
----------------------------------------- La evidencia de la acción realizada por Berliner aparece en los archivos de Ringenblum por el relato que le hace Abraham Krzepicki a Rachel Auerbach, pero nunca se había puesto énfasis en el hecho de que fuera extranjero y menos argentino. Se lo tomó como un polaco más. Y en realidad no lo era. “Se evidencia en el hecho de que pensaba en forma diferente a la enorme mayoría de los que estaban padeciendo el campo de concentración como él. Muchos otros no pensaban en la resistencia.
Berliner quería resistir y quería revancha por la muerte de su mujer y su hija ”, explica la historiadora de la Universidad de Buenos Aires Marcia Ras, quien logró rescatar la figura de Berliner del olvido. Ras está haciendo su tesis doctoral sobre los argentinos que murieron en el Holocausto y los que participaron de alguna manera en la guerra en esos años en Europa. Y las cifras son sorprendentes: “hay al menos400 ciudadanos nacidos o naturalizados argentinos que fueron arrestados, esclavizados o asesinados por los alemanes o sus aliados. Y hay miles, sí literalmente miles, que participaron de los ejércitos en conflicto. Desde ya en el bando Republicano en España, pero muchísimos también en el ejército francés. Y, por ejemplo, hay aquí en el cementerio de Chacarita una tumba de 13 argentinos que murieron en la guerra sirviendo al ejército británico. También hubo entre los alemanes”, explica Ras que, a su vez, está a cargo del área de Investigaciones del Museo del Holocausto de Buenos Aires.
Uno de los obstáculos con los que tropezó su trabajo fue interpretar y unificar las diferentes formas de escritura de nombres y apellidos que aparecían en polaco, idish, hebreo, inglés y español. A pesar de esto, logró detectar que dentro del gueto de Varsovia vivieron en algún momento hasta 90 argentinos nacidos en el país o naturalizados, y que habían regresado a visitar a sus familias.
De acuerdo a la central de datos de las víctimas del Holocausto/Shoa de Israel, Yad Vashem, se puede determinar que en el gueto estuvo la argentina Klara Hazanovich, nacida en 1928 en Buenos Aires del matrimonio de Natan y Malka de la ciudad polaca de Faleniza. La familia estuvo confinada en el gueto de Varsovia hasta que fue trasladada al exterminio en Treblinka.
Klara murió allí a los 13 años. El testimonio lo dio su hermano Zvi en 1999. También estaban los hermanos Yitzkhak y Khaim Danziger,nacidos en Buenos Aires en 1924 y 1926 del matrimonio de Moshe y Fela. El primero murió en la prisión de Pawiak, que estaba ubicada dentro del gueto y donde confinaron por un tiempo a los extranjeros de países neutrales como lo era Argentina en ese momento. El segundo murió en el gueto en 1942 a los 16 años. El testimonio lo da en 1999 un primo de ellos de nombre Guta Danziger, sobreviviente de Bierkenau.
Hay otros tres adultos que probablemente se hayan naturalizado viviendo en Buenos Aires antes de la guerra y que murieron en Varsovia durante la “limpieza” del gueto. Khalee o Jaleie Segal, que habría vivido en Argentina entre 1922 y 1930, murió en el gueto a los 43 años, de acuerdo a su sobrina Alisa Shvartz. Jehuda Radzyner, que había nacido en el pueblo polaco de Zyrardow en 1908, era un comerciante de Buenos Aires antes de la guerra, y estaba casado con Khana Tauber. Su sobrino Nakhman Perlberg testimonió que murió en el campo de Treblinka. Yekhiel Markovitz era un sastre de Buenos Aires casado con María Roizen, que regresó a Varsovia durante la guerra y murió en el campo de exterminio de Auschwitz. Y hay tres niños que probablemente nacieron en Buenos Aires y fueron llevados por sus padres de regreso a Polonia poco antes de la invasión alemana. Son los hermanos Radzyner y Rivka, hijo de Yehuda Leib y Khana; y Yuri Markovitz, hijo de Yekhiel y María Roizen.
Es posible que nunca se sepa la cifra exacta de argentinos atrapados en el gueto. Aún se están recopilando los testimonios de los sobrevivientes y son un rompecabezas por armar. Hay testimonios que dicen que a fines de 1942 llegaron al correo del gueto paquetes conteniendo unos 90 pasaportes argentinos. De acuerdo al testimonio de Mary Berg, aparecido antes de que terminara la guerra en el diario escrito en idish de Nueva York Der Morgen Zshurnal, y del sobreviviente Hillel Seidman, se sabe del arribo de los documentos cuando ya no había argentinos allí y que al menos cuatro de los pasaportes fueron utilizados por los más altos dirigentes judíos del Comité de Distribución de Ayudas. Otros, fueron vendidos en el Polski, un hotel del 29 de la calle Dluga, en la zona aria, donde en un momento fueron confinados judíos extranjeros de paso para su repatriación o los campos de exterminio.
Y hay otro testimonio citado por el periodista y escritor Uki Goñi en su libro “La real Odessa” en el que cuenta una discusión entre el enlace de la cancillería alemana, Edward Von Thadden con el entonces encargado de la embajada argentina en Berlín, Luis Yrigoyen. De acuerdo al testimonio del jerarca nazi, éste le habría dicho a Yrigoyen -diplomático, hijo natural del presidente Yrigoyen- que “hay cincuenta argentinos en el gueto de Varsovia” y le puso sobre la mesa 16 pasaportes de supuestos argentinos judíos que habían pedido ser repatriados.
Lo cierto es que los judíos extranjeros de los países neutrales gozaban de una cierta inmunidad. En los primeros meses del gueto podían salir y hasta estaban exentos de usar el brazalete obligatorio de la estrella amarilla o llevaban otro con los colores de la bandera de sus países. A todos ellos, unos 700, los confinaron a fines de 1942 en la cárcel de Pawiak, ubicada dentro del mismo gueto, y luego los trasladaron a Vittel, en Francia, o al campo de Bergen-Belsen. Hasta allí habrían llegado varios argentinos, pero no se sabe su suerte ya que al final de la guerra sólo sobrevivían los extranjeros de países con los que los alemanes podían intercambiar prisioneros. Argentina sólo tenía a la tripulación del “acorazado de bolsillo” Graf Spee y en calidad de “internados”. Los prisioneros argentinos no le servían al régimen nazi.
---------------------------------------- El primer cañonazo se escuchó alrededor de las nueve de la noche, en el momento en que partían el Matzá, el pan sin levadura, para celebrar el Pesaj de ese 19 de abril de 1943. El segundo cañonazo terminó por destruir la parte superior del primer edificio ubicado justo frente a la entrada del gueto, por la actual calle Minow, en pleno centro de Varsovia. Los muchachos de la resistencia liderados por el delgado e hiperactivo Mordecjai Anielewicz, estaban esperando este momento desde hacía tres meses. Los mensajeros comenzaron a correr por las cloacas y desagües dando el alerta a todos los activistas. Los partisanos de las dos principales organizaciones judías clandestinas del ZOB y la ZZW, habían recibido algunas pistolas y fusiles de la Armia Krajowa, el Ejército Territorial Polaco, que resistía la ocupación en la “zona aria”. Pero la fuerza alemana era devastadora: 2.054 soldados y 36 oficiales del ejército, 821 comandos de las SS y 363 colaboracionistas polacos.
“Me acuerdo de los que estaban en la resistencia. Eran chicos muy jóvenes, apenas un poco mayores que yo, que tenía 13 o 14 años. Les faltaba ya la familia o se los estaban llevando.
No tenían nada que perder ”, cuenta Eugenia Unger, sobreviviente del gueto de Varsovia y de cinco campos de concentración, que vive en Buenos Aires desde 1948. Muestra el número tatuado por los nazisque aún es perfectamente visible en su brazo y sigue contando: “Se escondían en casas clandestinas y para moverse se metían por las alcantarillas”.
Los chicos lograron detener el avance nazi por cuatro días. Los mejores tiradores estaban apostados en los altillos de los edificios. Los más forzudos eran los encargados de lanzar las granadas y las molotov. Cuando avanzó el primer pelotón alemán a marcha forzada y cantando un himno hitleriano, cayó sobre ellos una verdadera lluvia de proyectiles. Una chica, de no más de 18 años, se había colgado con una soga de la balaustrada de una terraza y se lanzaba hacia el vacío para arrojar granadas sobre un tanque nazi.
El gobernador alemán de Polonia había ordenado el confinamiento de todos los judíos el 16 de octubre de 1940 en un sector del centro de la ciudad. Llegaron allí unos 380.000 judíos, el 30% de la población de la ciudad, en un territorio que ocupaba apenas el 2,4% de su superficie. Las familias se tenían que hacinar en departamentos de a siete personas por habitación. Las enfermedades como la fiebre tifoidea y el hambre diezmaron a miles. La ración de comida que entregaban los alemanes era oficialmente de 180 calorías al día cuando la de los polacos era de 1.800 y la de los alemanes de 2.400. Un muro de tres metros de altura y 18 kilómetros de largo los separaba totalmente de la llamada “zona aria”, el resto de la ciudad donde vivían los polacos católicos.
Pronto comenzaron las deportaciones hacia los campos de concentración. Los líderes religiosos ordenaron no resistir porque creían que los estaban llevando a lugares de trabajo forzado. Para entonces ya estaba en práctica la llamada “solución final del problema judío”ordenada por Hitler y elaborada y puesta en práctica por los comandantes SS, Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich. En la Conferencia de Wannsee, cerca de Berlín, el 20 de enero de 1942, se ordenó el exterminio de los judíos de Europa. Para los judíos de Varsovia se levantó el campo de Treblinka y cuando éste ya no dio abasto tenían el de Auschwitz.
“Mis padres me contaron que hubo muchas discusiones sobre si tenían que iniciar un movimiento armado o no.
Era una cuestión moral. Ellos eran del Bund, el partido socialista, se opusieron por un tiempo a la resistencia armada hasta que no hubo más remedio”, cuenta la psicoanalista Zully Peusner, cuyos padres fueron parte de la resistencia en Varsovia y vivieron, luego, en Argentina más de medio siglo.
Los chicos ya tenían decidido combatir hasta la muerte. Y esa actitud les dio la ventaja en los primeros días. Para el 6 de mayo, el comandante general de las tropas alemanas, Jürgen Stroop, ordenó la entrada de los tanques y el “aniquilamiento” de la resistencia. En su diario escribió: “familias enteras se arrojan por las ventanas de los edificios incendiados”. Ese día murieron 365 combatientes y se rindieron otros 1.500. Dos días más tarde los nazis logran entrar al cuartel de la resistencia. Mordechai Anielewicz y su novia se suicidan antes de que los atrapen.
A la semana siguiente ya no se escuchaban disparos. Los pocos sobrevivientes se escondieron en los sótanos y las cloacas. Los alemanes incendiaron todos los edificios en pie. El 16 de mayo, Stroop mandó a demoler la sinagoga de la calle Tlomacka.
“El gueto ya no existe”, escribió en su diario. Unos 7.000 jóvenes judíos murieron combatiendo. Otros 6.000 perecieron asfixiados bajo los escombros. Y unos 40.000 fueron atrapados y enviados a Treblinka. Entre ellos estuvieron los argentinos que hasta ahora permanecían en la sombra de la resistencia más importante contra el exterminio nazi.




  • clarin
 

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URUGUAY
Piden que liceo público rinda homenaje a una víctima del nazismo
En una carta firmada por 130 personalidades, entre ellas el canciller Luis Almagro y el extupamaro Jorge Zabalza

El canciller Luis Almagro, el exintendente Mariano Arana, la exministra de Salud, María Julia Muñoz y el extupamaro Jorge Zabalza son algunos de los más de 130 firmantes de la carta enviada al Parlamento solicitando que un liceo público de Montevideo pase a denominarse Mordejai Anilevich, al conmemorar en el próximo año 2013 el 70 aniversario del Levantamiento del Ghetto de Varsovia durante la ocupación nazi a Polonia.
Mordejai fue un joven de tan sólo 24 años que con valentía lideró la resistencia y el levantamiento en el Ghetto de Varsovia jaqueando durante casi 2 meses al ejército nazi.
“La denominación de un centro de estudio no es sólo el nombre de un local, es señal de identidad, pertenencia y aprendizaje que acompañará durante toda la vida a los que allí se eduquen, en especial estudiantes, pero también a sus familiares, vecinos y docentes. Mordejai “será una guía positiva en nuestros adolescentes y jóvenes estudiantes”, sostiene la carta.
VALIENTE. Mordejai nació en Polonia en una familia pobre que trabajaban en un pequeño almacén. Al finalizar sus estudios secundarios se integró al movimiento juvenil judío Hashomer Hatzair. Luego de la invasión nazi a Polonia en 1939, Mordejai junto a otros jóvenes escapan hacia la URSS. Cuando ésta ocupó parte de Polonia decidió regresar y pasó a vivir en el Ghetto de Varsovia. Pudo salvarse pero optó por quedarse con los suyos.

Al comenzar la gran deportación de judíos desde el Ghetto de Varsovia hacia los campos de exterminio, en el verano de 1942, Anilevich se encontraba clandestino de visita en la región sudoeste de Polonia, tratando de organizar la resistencia armada. A su regreso, encontró sólo 60.000 judíos de los 350.000 que había antes. En noviembre de 1942 fue electo Comandante en Jefe de la Organización Combatiente Judía, un reducido grupo de jóvenes sin armas actuando con muchas dificultades. El 19 de abril de 1943 comenzó la última deportación y estalló la rebelión. Escribió Mordejai “no puedo describir en qué condiciones nos hallamos. Solamente unos pocos sobrevivirán, todos los demás habrán de sucumbir, tarde o temprano. Nuestro destino ya está sellado”. Las fuerzas nazis se vieron obligadas a quemar casa por casa y allanar cada refugio del Ghetto.
El 16 de mayo de 1943, luego de muchas bajas, el general alemán Jurgen Stroop informó que el gueto había sido derrotado y que “el suburbio judío en Varsovia ya no existe”. El 8 de mayo, Mordejai Anilevich fue asesinado junto con algunos de sus compañeros
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