Hace 115 años nacía en Tucumán el intrépido piloto que murió a los 28 años, en plena cordillera, tras iniciar el vuelo histórico hacia Chile.
Faltaban pocos minutos para las 9 de la mañana del 28 de mayo de 1919 cuando los habitantes de Las Cuevas, en la porción mendocina de la Cordillera de Los Andes, vieron pasar un pequeño avión que se desplazaba lentamente, luchando contra los vientos de más de 100 kilómetros por hora. A bordo de la precaria nave, el teniente tucumano Benjamín Matienzo había tomado la decisión de continuar el histórico vuelo sobre la cordillera, aunque todo indicaba que la proeza no habría de concretarse.
Aquel fue el último instante que se vio con vida al intrépido aviador ya que, poco antes de cruzar la frontera, el viento había arrastrado la máquina nuevamente hacia el lado argentino y no le permitió cruzar a Chile. El piloto intentó un aterrizaje forzoso del que salió con algunas heridas menores, pero se encontró aislado y sin posibilidades de comunicación, por lo que intentó el desesperado regreso a Las Cuevas. En medio del viento helado y con la nieve hasta las rodillas, caminó unos 20 km hasta que las fuerzas lo abandonaron. La intensa tormenta que se desencadenó en esos momentos impidió el envío de una patrulla de rescate, ante la falta de noticias sobre la suerte del aviador.
Una comisión policial encontró su cuerpo el 18 de noviembre. Los restos del avión se hallaron en 1950, en la Cordillera Real, a 4.000 metros de altura.
Matienzo había encarado el desafío de cruzar la cordillera de los Andes junto con el teniente primero Alejandro Parodi y con el capitán Pedro Zanni. Cada uno al mando de un aparato, partieron aquel día desde el aeropuerto mendocino de Los Tamarindos. Parodi regresó a poco de decolar, a causa de una falla mecánica en su nave, mientras que Zanni volvió al punto de partida al comprobar que la escasa autonomía de vuelo de su avión no le permitiría cumplir el objetivo en medio de condiciones climáticas adversas.
Hizo honor a sus palabras
Matienzo, haciendo honor a las palabras que había pronunciado pocos días antes, decidió seguir adelante, contrariando todo lo que dictaba la prudencia. “La próxima vez que salgamos, yo no regresaré; o cruzo o me quedo en la cordillera”, había prometido.
Benjamín Matienzo nació en Tucumán el 9 de abril de 1891, hace exactamente 115 años, y realizó sus primeros estudios en su ciudad natal. Egresó del Colegio Militar en 1910. En setiembre de 1916 inició sus estudios en la Escuela de Aviación Militar, en El Palomar, y al año siguiente obtuvo su brevet de piloto.
Homenaje a un Heroe de nuestra Patria
http://www.gacenet.com.ar/vernota.asp?id_seccion=8&seccion=&id_nota=153810
Faltaban pocos minutos para las 9 de la mañana del 28 de mayo de 1919 cuando los habitantes de Las Cuevas, en la porción mendocina de la Cordillera de Los Andes, vieron pasar un pequeño avión que se desplazaba lentamente, luchando contra los vientos de más de 100 kilómetros por hora. A bordo de la precaria nave, el teniente tucumano Benjamín Matienzo había tomado la decisión de continuar el histórico vuelo sobre la cordillera, aunque todo indicaba que la proeza no habría de concretarse.
Aquel fue el último instante que se vio con vida al intrépido aviador ya que, poco antes de cruzar la frontera, el viento había arrastrado la máquina nuevamente hacia el lado argentino y no le permitió cruzar a Chile. El piloto intentó un aterrizaje forzoso del que salió con algunas heridas menores, pero se encontró aislado y sin posibilidades de comunicación, por lo que intentó el desesperado regreso a Las Cuevas. En medio del viento helado y con la nieve hasta las rodillas, caminó unos 20 km hasta que las fuerzas lo abandonaron. La intensa tormenta que se desencadenó en esos momentos impidió el envío de una patrulla de rescate, ante la falta de noticias sobre la suerte del aviador.
Una comisión policial encontró su cuerpo el 18 de noviembre. Los restos del avión se hallaron en 1950, en la Cordillera Real, a 4.000 metros de altura.
Matienzo había encarado el desafío de cruzar la cordillera de los Andes junto con el teniente primero Alejandro Parodi y con el capitán Pedro Zanni. Cada uno al mando de un aparato, partieron aquel día desde el aeropuerto mendocino de Los Tamarindos. Parodi regresó a poco de decolar, a causa de una falla mecánica en su nave, mientras que Zanni volvió al punto de partida al comprobar que la escasa autonomía de vuelo de su avión no le permitiría cumplir el objetivo en medio de condiciones climáticas adversas.
Hizo honor a sus palabras
Matienzo, haciendo honor a las palabras que había pronunciado pocos días antes, decidió seguir adelante, contrariando todo lo que dictaba la prudencia. “La próxima vez que salgamos, yo no regresaré; o cruzo o me quedo en la cordillera”, había prometido.
Benjamín Matienzo nació en Tucumán el 9 de abril de 1891, hace exactamente 115 años, y realizó sus primeros estudios en su ciudad natal. Egresó del Colegio Militar en 1910. En setiembre de 1916 inició sus estudios en la Escuela de Aviación Militar, en El Palomar, y al año siguiente obtuvo su brevet de piloto.
Homenaje a un Heroe de nuestra Patria
http://www.gacenet.com.ar/vernota.asp?id_seccion=8&seccion=&id_nota=153810