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Historia Militar
Semblanza del tte gral Carlos M. von der Becke
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<blockquote data-quote="Brunner" data-source="post: 201523" data-attributes="member: 70"><p>Comienza aquí la etapa de la vida pública de von der Becke. Hasta entonces su actuación casi siempre se había enmarcado en su actividad abnegada y silenciosa en el Ejército, pero ya como oficial superior con funciones importantes, debe afrontar compromisos y desafíos que lo han de transformar en un hombre público. Durante su desempeño como director de la Escuela Superior de Guerra, se cumplió el centenario del natalicio del general Luis María Campos, fundador del establecimiento. Le tocó entonces recibir al primer mandatario de la Nación, dr Roberto M. Ortiz, quien presidió la ceremonia conmemorativa.</p><p></p><p>A partir de ese evento la prensa comienza a ocuparse elogiosamente de von der Becke. </p><p></p><p>Sucesivamente se desempeña nuestro biografiado como jefe del Estado Mayor del Comando de la Segunda División de Ejército en Santa Fe y luego del Primer Ejército, comandando a continuación la Cuarta División de Ejército con asiento en Córdoba. En ocasión de jurar la bandera los soldados clase 1919 de la Guarnición Córdoba, el coronel von der Becke, que hacía pocos meses que se desempeñaba como comandante de la División, despierta la admiración de los cordobeses al improvisar una elocuente arenga, donde hizo gala de erudición y contenido profundo. Expresó, entre otros conceptos:</p><p></p><p></p><p>«El empleo de un arma en lucha abierta y franca en la que se expone la vida al igual que la del adversario y respondiendo a un ideal superior, la defensa de la Nación - no para un fin mezquino ni egoísta, dignifica y ennoblece al soldado».</p><p></p><p></p><p>«Un juramento es siempre un acto solemne. Un hombre vale por el cumplimiento de su palabra empeñada. Quien no cumple un juramento es un perjuro y cuando el juramento, es a la patria, es un infame, es un criminal, es un traidor El juramento a la bandera no es un compromiso por un cierto tiempo: se extingue solamente con la vida». </p><p></p><p>En mayo de 1940 el Senado otorgaba el acuerdo para el ascenso al generalato a von der Becke. El viernes 31 de mayo los diarios La Prensa y La Nación de Buenos Aires, comentaban la noticia ponderando las cualidades del coronel de infantería que era promovido. Pero donde la resonancia tuvo mayor eco fue en Córdoba, donde ahora era comandante. El diario "Córdoba", a tres columnas, encabeza la información con el título "Alto prestigio como Oficial de Estado Mayor es el del general von der Becke - El general von der Becke es uno de los militares más capaces." En el texto señala:</p><p></p><p>«Llegar a general de la Nación por méritos propios, a fuerza de talento e inteligencia y después de haber acreditado condiciones singulares para el ejercicio del mando, es la satisfacción más honda que puede manifestar un militar. El general von der Becke es de los militares que - al decir del general Jose María Sarobe - se paran en la puerta del cuartel y miran para afuera, para la calle, para donde va el pueblo con sus dolores y sacrificios, con sus aspiraciones e inquietudes. Von der Becke es hombre de vasta cultura, de natural inteligencia y de madurado talento; conjuga como el que más, el lema de los oficiales de Estado Mayor: "Rendir mucho y exteriorizar poco". </p><p></p><p>En el texto transcripto está implícito el homenaje a otra gran figura de la época, el general Sarobe. El diario "Los Principios" a su vez, se ocupa del tema del reciente ascenso, señalando:</p><p></p><p>«Llega de este modo al generalato, ambición que siempre alientan entre sus aspiraciones más intimas quienes abrazan la carrera de las armas, un jefe digno y prestigioso, que ha acreditado en su vida militar, estar dotado de condiciones que lo hacen por cierto acreedor a la elevada distinción que se le ha conferido, culminando de esta suerte una actuación jalonada en etapas brillantes y significativas.»</p><p></p><p>Agrega más adelante: </p><p>"En la vida social es el nuevo general de brigada un caballero culto, gentil y cumplido, que sabido granjearse en nuestros círculos, cordiales simpatías". </p><p></p><p>La sociedad cordobesa tributa numerosos homenajes al general promovido, siendo su acto central un banquete de más de 500 personas, ofrecido en los salones de la planta alta de Confitería del Plata. Concurren el gobernador dr. Santiago H. del Castillo, con sus ministros, el arzobispo de Córdoba monseñor Fermín Laffite, el rector de la Universidad dr. Sofanor Novillo Corvalán, el presidente del Superior Tribunal de Justicia Enrique Martínez Paz y el intendente de la ciudad de Córdoba, Donato Latella Frías, entre otras personalidades. Consigna el diario "El País", que la demostración es ofrecida por el general Fernández Valdez, en nombre de la comisión organizadora, siguiendo palabras de agradecimiento del agasajado. </p><p></p><p>Entre otras cosas señala von der Becke:</p><p></p><p>"Nosotros, los militares, no queremos la guerra; ello sería tan aberración moral como la de un médico que quisiera las epidemias o un bombero que anhelara grandes incendios. Los que conocemos la guerra por el estudio de ella y que sabemos de sus horrores, no podemos sino amar la paz, ser pacifistas pero con un pacifismo viril, que implica la defensa de todo nuestros valores espirituales y materiales, como por otra parte ha sido la tradición de nuestra patria. En nuestro país la institución militar no representa sino el indispensable brazo armado, para que la justicia y el derecho no sean un ilusión.» </p><p></p><p>Acá von der Becke ha ubicado acertadamente el papel de las Fuerzas Armadas, dentro del concepto enunciado por Raymond Aron : «El exceso de debilidad no es menos temible para la paz que el exceso de fuerza." Completa von der Becke sus palabras señalando: </p><p></p><p>"Lo hermoso de una democracia, es que el pueblo mismo carga con la responsabilidad de sus aciertos y errores." </p><p></p><p>En el transcurso de su comando en Córdoba, varias fueron las ocasiones donde el general debe pronunciar discursos ante multitudes; en ellos pone de manifiesto su pensamiento de soldado y de ciudadano. </p><p>Así para el 25 de mayo de 1942, expresa ante los concurrentes reunidos en la plaza Vélez Sársfield:</p><p></p><p>"Las horas futuras parecen inciertas. Es empero necesario mantener nuestra nacionalidad, nuestra bandera, nuestro territorio, nuestro modo de sentir y de pensar, nuestras bases sociales, el sentimiento del hogar, la creencia en Dios y el respeto a nuestra constitución.» </p><p></p><p>El Congreso de Ingeniería se inaugura en julio de 1942. En esa ocasión declara von der Becke, que participaba de la misión de defensa nacional, que</p><p></p><p>"ella no es asunto que incumbe exclusivamente a las instituciones armadas, que no tienen vida propia ni aislada. Necesitan constantemente de las fuerzas humanas, espirituales y materiales que le entrega la Nación misma." </p><p></p><p>A fines de diciembre de 1942 von der Becke deja Córdoba para hacerse cargo del Centro de Altos Estudios - recién formado - a la par que de la Escuela Superior de Guerra, esta última por segunda vez. Dicha circunstancia da lugar a numerosos actos de despedida que le tributa la sociedad y las instituciones de la ciudad mediterránea. El homenaje principal se realiza en el «Country» del Jockey Club y de él participan las autoridades civiles y eclesiásticas y lo más destacado de la sociedad cordobesa. </p><p></p><p>Le toca ofrecer la demostración al ingeniero Rodolfo Martínez, rector de la Universidad de Córdoba, quien empieza así:</p><p></p><p>"Si Córdoba es la Universidad, como lo afirmara Magnasco, bien está señor general, que sea el rector de aquella casa quien os entregue este álbum que el arte hizo bello y que ennoblece el afecto, en nombre de la ciudad representada hoy en todos los valores del espíritu y de la provincia, acreditada en el homenaje por sus propios mandatarios y por los más variados matices de la opinión como si hubiéramos hecho el tácito acuerdo de arrancarnos cintillos diferenciales, para unirnos en un acto de justicia a un soldado, que por serlo tan plenamente, pudiera señalarse como una síntesis de las calidades de nuestro ejército... Dado que las batallas se ganan también en la retaguardia, imaginad pues la importancia de que pueblo y ejército se encuentren solidarizados en ideales y en espíritu." </p><p></p><p>Marcha pues von der Becke a Buenos Aires con su prestigio acrecentado por su labor en Córdoba. Poco tiempo permanecería en sus nuevas funciones de Director de dos institutos de docencia superior, pues lo llamaban responsabilidades más elevadas. El diario La Nación en su edición del 27 de agosto de 1943 expresa: </p><p></p><p>"El Ministerio de Guerra dio a publicidad un decreto del poder ejecutivo, por el cual se nombra jefe del Estado Mayor General del Ejército al general de brigada Carlos von der Becke, en reemplazo del general de división Juan Pierrestegui. El general von der Becke es llamado a ejercer funciones tan importantes en la institución armada, tras haber conquistado una sólida reputación como dirigente militar. El concepto relevante de organizador y conductor de que goza de antiguo en las esferas del ejército, se ha visto robustecido en los últimos años a través de su actuación en la cátedra de la Escuela Superior de Guerra y la dirección de la misma, en el Comando de la Cuarta División de Ejército y en la dirección del Centro de Altos Estudios.» </p><p></p><p>Otro diario informaba:</p><p></p><p>«El general von der Becke, una de las figuras más prestigiosas de nuestras fuerzas armadas, ha sido designado para ocupar la jefatura de Estado Mayor General del Ejército."</p><p>El viernes 7 de abril de 1944, se daba a publicidad el ascenso del general von der Becke a general de división. El prestigio y respeto que irradiaba la persona del general von der Becke, hizo que sus camaradas socios del Círculo Militar lo nombraran presidente de dicha institución en la Asamblea General Ordinaria del 10 de junio de 1944; entre los oficiales que lo acompañaron como vocales, figuraba una reliquia del viejo ejército, actual (en 1990) decano del cuadro de oficiales, el coronel Expedicionario al Desierto don Aníbal Luzuriaga, quien con sus gallardos 105 años constituye una muestra viviente de las virtudes del ejército de ayer. Ya nos hemos referido con antelación a la vinculación de von der Becke con el Círculo Militar y con la Biblioteca del Oficial. También efectuó traducciones para la Revista Militar, publicación del mismo club. Nos corresponde ahora incursionar en otras áreas de su desempeño relacionado con el Círculo. Nos ocuparemos en consecuencia, por ser éste un homenaje del Círculo Militar, a la gestión presidencial del general en dicha institución a partir de 1944. </p><p></p><p>A poco de iniciar la presidencia, el 6 de julio de 1944 le tocó hacer uso de la palabra en la comida anual de camaradería de las fuerzas armadas en Les Ambassadeurs. Entre los conceptos allí expresados podemos citar:</p><p></p><p>"Solo una suprema aspiración puede guiar al Ejército: la de merecer como siempre la gratitud nacional." </p><p></p><p>Este concepto adquiría relevancia en momentos cuando el ejército había asumido la responsabilidad de gobernar el país. Incursionando en las actas de reuniones de la comisión directiva del Círculo Militar de esos años, comprobamos la preocupación de von der Becke por solucionar los problemas de alojamiento que se les planteaba a los oficiales del interior, cuando venían a Buenos Aires. Para superarlos, se dispuso la ampliación de las comodidades existentes. Se proyectó la construcción de un nuevo pabellón de alojamiento, para cuya finalidad se adquirió un terreno contiguo sobre la calle Santa Fe. El nuevo edificio incluía planta baja, subsuelo, entrepiso y siete pisos, con una capacidad de 72 habitaciones con baño privado, contando con 144 camas. Mientras se ejecutaba la obra, se habilitaron 12 camas adicionales alas ya existentes, ocupando a esos efectos el departamento de que disponía el intendente del Círculo y dos habitaciones usadas por la gerencia. También se procedió en ese período al rellenado de terrenos de la playa de Olivos: en esos mismos se proyectó una pileta de natación. El pabellón Deportes se vio enriquecido con la construcción de consultorios para clínica médica, masajes y pedicuría, así como de una cancha de bochas. </p><p></p><p>Por entonces se amortizaron $ 200.000 de la deuda contraída el 6 de setiembre de 1942, para completar el pago del pabellón de deportes. El saldo de la deuda resultó así ser de $ 181.805, con lo cual las obligaciones trimestrales de $ 5730 se redujeron a la mitad. Siguiendo una antigua tradición, el domingo 16 de julio de 1944, a las 18,30 horas, el Círculo Militar recibió en un acto social de relevancia a sus nuevos asociados de la Promoción 72 de egreso del Colegio Militar, de la que formaba parte el que habla.</p><p></p><p>En esa oportunidad concurrimos los flamantes subtenientes, acompañados por nuestros familiares, muchos venidos del interior del país, a ese suntuoso palacio que la mayoría pisábamos por primera vez, siendo afectuosamente recibidos por el presidente, general von der Becke, que con su proverbial gentileza y afabilidad, pronto nos hizo sentir como en nuestra propia casa y a fe que lo fue, a partir de ese momento. En ese acto escuchamos las siguientes palabras de bienvenida del general von der Becke: </p><p></p><p>"El ascenso a Oficial del Ejército de la Nación de vosotros, es, en vuestros. hogares, un motivo de legítima satisfacción, de inmenso júbilo, de viva alegría, ya que significa una justa recompensa a los desvelos constantes de vuestros padres para daros una noble carrera promisoria. Pero lo es también y en igual medida, para los oficiales todos del ejército, pues significa la incorporación de una nueva promoción que aporta su entusiasmo y su capacidad efectiva y potencial, al organismo viviente, para mantenerlo siempre dinámico a fin de que responda a su difícil tarea, tan llena de responsabilidades.» </p><p></p><p>El día 6 de julio, se llevó a cabo la tradicional comida anual de camaradería, continuación de la del año previo que ya recordamos. Esta vez no pudo hacer uso de la palabra el general von der Becke como presidente del Círculo Militar, por la muerte trágica de su hermano Alfonso. Leyó la alocución preparada, el vicepresidente general Otto H. Helbling. </p><p></p><p>Durante este segundo año de la presidencia del Círculo Militar por von der Becke, se obtuvieron los fondos para encarar la obra del pabellón Alojamiento, llamándose a licitación sobre la base de un proyecto de la Dirección General de Ingenieros. Se continúa el rellenado del terreno de la playa de Olivos. El club contaba por entonces con 5.185 socios, la mitad aproximadamente de la cifra actual (1990). </p><p></p><p>El 15 de junio de 1945 concluyó el mandato de von der Becke al frente del Círculo Militar. Años después, el 10 de junio de 1963, la Comisión Directiva presidida por el general Paulino Ardanaz, resolvía obsequiar al señor teniente general don Carlos von der Becke, una medalla de oro con los atributos del Círculo Militar, por haber cumplido 50 años en sus tareas de colaboración con las publicaciones que editaba la institución, la Biblioteca del Oficial y la Revista Militar. En ella se hacía presente el reconocimiento de dicha comisión directiva al señor teniente general por </p><p></p><p>a) la competente y acertada labor de selección de las obras militares alemanas a objeto de su publicación; </p><p></p><p>b) la cuidadosa y fluida traducción del alemán e inglés al castellano, cuidando al máximo la redacción técnico-militar y adaptación de modismos y términos de aquellos idiomas a los empleados en nuestros medios;</p><p></p><p>c) los característicos prólogos y aclaraciones, redactados al traducir las distintas obras, cuya cantidad supera los 60 volúmenes; </p><p></p><p>d) la esmerada presentación de las versiones para ser entregados a la imprenta o talleres gráficos. </p><p></p><p>Se puede mencionar a propósito de sus decisiones de cuáles obras resultaba conveniente traducir, que en sus últimos años no era infrecuente que lo hiciera con algunos de neta orientación democrática, en épocas cuando el ejército no estaba alejado de tener responsabilidades de gobierno. Uno de los ejemplos es la traducción del "The world's best hope", o sea "La mejor esperanza del mundo", de Francis Biddle, que describe con detalle a la democracia norteamericana. Son aspectos interesantes de las ideas de von der Becke, a veces identificadas en forma diferente. El conocido texto de Robert Potash le atribuye en esa época de su vida, la postura aquí esbozada. </p><p></p><p>También cabe recordar sus medulosas conferencias, entre las que podemos mencionar la pronunciada en el Círculo Militar en 1936, que tituló "Influencia de los pedidos de ayuda y de los ofrecimientos de tropa efectuados por comandos superiores en el desarrollo de las operaciones durante la guerra de movimiento de 1914."</p><p></p><p>De su actuación militar como jefe del Estado Mayor General del Ejército, a partir de su nombramiento el 24 de febrero de 1944, podemos destacar, además, la labor de planeamiento y doctrina cumplida en esa época. El 5 de mayo de ese año es promovido a general de división y pocos días después - el 19 del mismo mes - fue nombrado comandante en jefe del Ejército, con retención de sus funciones de jefe de Estado Mayor General del Ejército. En carácter de tal, concurrió el 27 de agosto de 1944 a Resistencia, donde presidió la entrega de dos banderas de guerra al Regimiento 29 de Infantería y al grupo 11 de Artillería, donadas por la comisión de damas, que había organizado una suscripción popular a ese efecto. </p><p></p><p>En los últimos días de noviembre de 1944 culminaron los ejercicios finales cumplidos por la Cuarta y Quinta Divisiones de Ejército y la Tercera División de Caballería en Pampa de Olaen, en Córdoba, de los que participé como subteniente del Regimiento 13 de Infantería, en mi primer año de oficial. Dichos ejercicios, realizados bajo la dirección del general Victor Majó, fueron supervisados por el general von der Becke como comandante en jefe del Ejército y presenciados por el ministro de Guerra, coronel Perón, quien fue acompañado por oficiales de la marina, la Misión Militar norteamericana y agregados militares extranjeros. La crítica de los ejercicios cumplidos se realizó en el puesto de comando del director general de maniobras, en proximidades del camino a La Calera, cerca de la ciudad de Córdoba. </p><p></p><p>En primer término habló el general Majó, quien presentó su análisis, crítica y enseñanzas recogidas durante los ejercicio. Luego lo hizo von der Becke, como comandante en jefe. Expresó que el Ejército se encontraba desde hacía un año en una etapa de perfeccionamiento, que culminó con los ejercicios de comunicaciones previos a los cumplidos por la Cuarta y Quinta Divisiones de Infantería y Tercera de Caballería. Siguió luego manifestando su satisfacción por la eficacia del servicio de abastecimiento y señaló que había recibido grata impresión del entrenamiento de las tropas, así como su instrucción, superando el estado sanitario las previsiones. Anunció la preparación de grandes maniobras para el futuro, pues para el ejército detenerse es retroceder. </p><p></p><p>Hizo uso de la palabra luego el ministro de Guerra, expresó que el general von der Becke había sido su profesor en el Colegio Militar y en la Escuela Superior de Guerra, donde de su ciencia aprendió conceptos perdurables: </p><p></p><p>"No tengo nada más que agregar, pues conozco a fondo su talento militar y su exigencia en el cumplimiento del deber, que lo hacen amigo del elogio solo cuando corresponde en estricta justicia. Fue mi gran maestro y sé a ciencia cierta de sus indiscutibles condiciones de digno y exigente jefe." </p><p></p><p>Pocos días después, el 2 de noviembre de 1944, alcanzaba von der Becke el grado máximo del escalafón militar, con su promoción a teniente general. Entre las últimas anotaciones que aparecen en el legajo, firmadas por el ministro de Guerra, se confirman todos los conceptos anteriores. Reza así: </p><p></p><p>"En el transcurso del presente año, ha ratificado las brillantes dotes que lo adornan, habiendo desempeñado con la máxima eficiencia, sereno criterio, ponderable juicio y acendrada abnegación los puestos de mayor responsabilidad del Ejército. En su labor como comandante en jefe y jefe del Estado Mayor General ha destacado su personalidad moral, intelectual y de carácter en todas las tareas realizadas de la defensa nacional, por lo que lo hacen acreedor a mi más profundo reconocimiento personal y el de toda la Institución Armada." </p><p></p><p>Durante los meses finales de 1945 se presentaron días difíciles para el país. En la segunda quincena de setiembre, en Córdoba, se sublevó el general Rawson, con el apoyo de su consuegro, el general Martín, comandante la Cuarta División de Ejército, a la que yo pertenecía. Los sublevados fueron reducidos por el coronel Guayta, con el Regimiento 4 de Artillería. Entre el 8 de octubre, cuando Perón cumplía 50 años, y la mañana del 9, se sublevó Campo de Mayo, con un curso de oficiales de la Escuela Superior de Guerra. El comandante de la guarnición, general Avalos, comunicó el día 9 a la mañana al presidente Farrell las exigencias de la oficialidad contra Perón. Farrell se trasladó por la tarde a Campo de Mayo, con los ministros del Interior y de Obras Públicas dr. Quijano y general Pistarini, el comandante en jefe del Ejército que lo era el general von der Becke y el jefe de Estado Mayor del Ejército, general Diego Mason. Allí conversaron con los generales Avalos, Jándula y Sosa. Farrell trató de defender a Perón, pero finalmente aceptó constituir una comisión integrada por von der Becke, Pistarini, Sosa y el dr. Quijano, para que se trasladara a Buenos a pedir la renuncia de Perón a todos sus puestos. Perón accedió a renunciar y el 12 de octubre se dispuso su arresto, que terminaría el 17 de octubre luego de la masiva concentración obrera. </p><p></p><p>La familia de von der Becke recuerda el ajetreo de esos días, ya que Farrell le había pedido colaboración para cubrir algunos puestos del gabinete con figuras de alto nivel. UN ejemplo de esa actividad tan atípica fueron sus reservadas entrevistas con don Enrique Larreta, de quien era amigo, y a quien invitó en nombre del presidente a aceptar la titularidad del ministerio de Relaciones Exteriores. El distinguido literato, que era afiliado radical, declinó el ofrecimiento, al no contar con el aval que le solicitó a su partido.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Brunner, post: 201523, member: 70"] Comienza aquí la etapa de la vida pública de von der Becke. Hasta entonces su actuación casi siempre se había enmarcado en su actividad abnegada y silenciosa en el Ejército, pero ya como oficial superior con funciones importantes, debe afrontar compromisos y desafíos que lo han de transformar en un hombre público. Durante su desempeño como director de la Escuela Superior de Guerra, se cumplió el centenario del natalicio del general Luis María Campos, fundador del establecimiento. Le tocó entonces recibir al primer mandatario de la Nación, dr Roberto M. Ortiz, quien presidió la ceremonia conmemorativa. A partir de ese evento la prensa comienza a ocuparse elogiosamente de von der Becke. Sucesivamente se desempeña nuestro biografiado como jefe del Estado Mayor del Comando de la Segunda División de Ejército en Santa Fe y luego del Primer Ejército, comandando a continuación la Cuarta División de Ejército con asiento en Córdoba. En ocasión de jurar la bandera los soldados clase 1919 de la Guarnición Córdoba, el coronel von der Becke, que hacía pocos meses que se desempeñaba como comandante de la División, despierta la admiración de los cordobeses al improvisar una elocuente arenga, donde hizo gala de erudición y contenido profundo. Expresó, entre otros conceptos: «El empleo de un arma en lucha abierta y franca en la que se expone la vida al igual que la del adversario y respondiendo a un ideal superior, la defensa de la Nación - no para un fin mezquino ni egoísta, dignifica y ennoblece al soldado». «Un juramento es siempre un acto solemne. Un hombre vale por el cumplimiento de su palabra empeñada. Quien no cumple un juramento es un perjuro y cuando el juramento, es a la patria, es un infame, es un criminal, es un traidor El juramento a la bandera no es un compromiso por un cierto tiempo: se extingue solamente con la vida». En mayo de 1940 el Senado otorgaba el acuerdo para el ascenso al generalato a von der Becke. El viernes 31 de mayo los diarios La Prensa y La Nación de Buenos Aires, comentaban la noticia ponderando las cualidades del coronel de infantería que era promovido. Pero donde la resonancia tuvo mayor eco fue en Córdoba, donde ahora era comandante. El diario "Córdoba", a tres columnas, encabeza la información con el título "Alto prestigio como Oficial de Estado Mayor es el del general von der Becke - El general von der Becke es uno de los militares más capaces." En el texto señala: «Llegar a general de la Nación por méritos propios, a fuerza de talento e inteligencia y después de haber acreditado condiciones singulares para el ejercicio del mando, es la satisfacción más honda que puede manifestar un militar. El general von der Becke es de los militares que - al decir del general Jose María Sarobe - se paran en la puerta del cuartel y miran para afuera, para la calle, para donde va el pueblo con sus dolores y sacrificios, con sus aspiraciones e inquietudes. Von der Becke es hombre de vasta cultura, de natural inteligencia y de madurado talento; conjuga como el que más, el lema de los oficiales de Estado Mayor: "Rendir mucho y exteriorizar poco". En el texto transcripto está implícito el homenaje a otra gran figura de la época, el general Sarobe. El diario "Los Principios" a su vez, se ocupa del tema del reciente ascenso, señalando: «Llega de este modo al generalato, ambición que siempre alientan entre sus aspiraciones más intimas quienes abrazan la carrera de las armas, un jefe digno y prestigioso, que ha acreditado en su vida militar, estar dotado de condiciones que lo hacen por cierto acreedor a la elevada distinción que se le ha conferido, culminando de esta suerte una actuación jalonada en etapas brillantes y significativas.» Agrega más adelante: "En la vida social es el nuevo general de brigada un caballero culto, gentil y cumplido, que sabido granjearse en nuestros círculos, cordiales simpatías". La sociedad cordobesa tributa numerosos homenajes al general promovido, siendo su acto central un banquete de más de 500 personas, ofrecido en los salones de la planta alta de Confitería del Plata. Concurren el gobernador dr. Santiago H. del Castillo, con sus ministros, el arzobispo de Córdoba monseñor Fermín Laffite, el rector de la Universidad dr. Sofanor Novillo Corvalán, el presidente del Superior Tribunal de Justicia Enrique Martínez Paz y el intendente de la ciudad de Córdoba, Donato Latella Frías, entre otras personalidades. Consigna el diario "El País", que la demostración es ofrecida por el general Fernández Valdez, en nombre de la comisión organizadora, siguiendo palabras de agradecimiento del agasajado. Entre otras cosas señala von der Becke: "Nosotros, los militares, no queremos la guerra; ello sería tan aberración moral como la de un médico que quisiera las epidemias o un bombero que anhelara grandes incendios. Los que conocemos la guerra por el estudio de ella y que sabemos de sus horrores, no podemos sino amar la paz, ser pacifistas pero con un pacifismo viril, que implica la defensa de todo nuestros valores espirituales y materiales, como por otra parte ha sido la tradición de nuestra patria. En nuestro país la institución militar no representa sino el indispensable brazo armado, para que la justicia y el derecho no sean un ilusión.» Acá von der Becke ha ubicado acertadamente el papel de las Fuerzas Armadas, dentro del concepto enunciado por Raymond Aron : «El exceso de debilidad no es menos temible para la paz que el exceso de fuerza." Completa von der Becke sus palabras señalando: "Lo hermoso de una democracia, es que el pueblo mismo carga con la responsabilidad de sus aciertos y errores." En el transcurso de su comando en Córdoba, varias fueron las ocasiones donde el general debe pronunciar discursos ante multitudes; en ellos pone de manifiesto su pensamiento de soldado y de ciudadano. Así para el 25 de mayo de 1942, expresa ante los concurrentes reunidos en la plaza Vélez Sársfield: "Las horas futuras parecen inciertas. Es empero necesario mantener nuestra nacionalidad, nuestra bandera, nuestro territorio, nuestro modo de sentir y de pensar, nuestras bases sociales, el sentimiento del hogar, la creencia en Dios y el respeto a nuestra constitución.» El Congreso de Ingeniería se inaugura en julio de 1942. En esa ocasión declara von der Becke, que participaba de la misión de defensa nacional, que "ella no es asunto que incumbe exclusivamente a las instituciones armadas, que no tienen vida propia ni aislada. Necesitan constantemente de las fuerzas humanas, espirituales y materiales que le entrega la Nación misma." A fines de diciembre de 1942 von der Becke deja Córdoba para hacerse cargo del Centro de Altos Estudios - recién formado - a la par que de la Escuela Superior de Guerra, esta última por segunda vez. Dicha circunstancia da lugar a numerosos actos de despedida que le tributa la sociedad y las instituciones de la ciudad mediterránea. El homenaje principal se realiza en el «Country» del Jockey Club y de él participan las autoridades civiles y eclesiásticas y lo más destacado de la sociedad cordobesa. Le toca ofrecer la demostración al ingeniero Rodolfo Martínez, rector de la Universidad de Córdoba, quien empieza así: "Si Córdoba es la Universidad, como lo afirmara Magnasco, bien está señor general, que sea el rector de aquella casa quien os entregue este álbum que el arte hizo bello y que ennoblece el afecto, en nombre de la ciudad representada hoy en todos los valores del espíritu y de la provincia, acreditada en el homenaje por sus propios mandatarios y por los más variados matices de la opinión como si hubiéramos hecho el tácito acuerdo de arrancarnos cintillos diferenciales, para unirnos en un acto de justicia a un soldado, que por serlo tan plenamente, pudiera señalarse como una síntesis de las calidades de nuestro ejército... Dado que las batallas se ganan también en la retaguardia, imaginad pues la importancia de que pueblo y ejército se encuentren solidarizados en ideales y en espíritu." Marcha pues von der Becke a Buenos Aires con su prestigio acrecentado por su labor en Córdoba. Poco tiempo permanecería en sus nuevas funciones de Director de dos institutos de docencia superior, pues lo llamaban responsabilidades más elevadas. El diario La Nación en su edición del 27 de agosto de 1943 expresa: "El Ministerio de Guerra dio a publicidad un decreto del poder ejecutivo, por el cual se nombra jefe del Estado Mayor General del Ejército al general de brigada Carlos von der Becke, en reemplazo del general de división Juan Pierrestegui. El general von der Becke es llamado a ejercer funciones tan importantes en la institución armada, tras haber conquistado una sólida reputación como dirigente militar. El concepto relevante de organizador y conductor de que goza de antiguo en las esferas del ejército, se ha visto robustecido en los últimos años a través de su actuación en la cátedra de la Escuela Superior de Guerra y la dirección de la misma, en el Comando de la Cuarta División de Ejército y en la dirección del Centro de Altos Estudios.» Otro diario informaba: «El general von der Becke, una de las figuras más prestigiosas de nuestras fuerzas armadas, ha sido designado para ocupar la jefatura de Estado Mayor General del Ejército." El viernes 7 de abril de 1944, se daba a publicidad el ascenso del general von der Becke a general de división. El prestigio y respeto que irradiaba la persona del general von der Becke, hizo que sus camaradas socios del Círculo Militar lo nombraran presidente de dicha institución en la Asamblea General Ordinaria del 10 de junio de 1944; entre los oficiales que lo acompañaron como vocales, figuraba una reliquia del viejo ejército, actual (en 1990) decano del cuadro de oficiales, el coronel Expedicionario al Desierto don Aníbal Luzuriaga, quien con sus gallardos 105 años constituye una muestra viviente de las virtudes del ejército de ayer. Ya nos hemos referido con antelación a la vinculación de von der Becke con el Círculo Militar y con la Biblioteca del Oficial. También efectuó traducciones para la Revista Militar, publicación del mismo club. Nos corresponde ahora incursionar en otras áreas de su desempeño relacionado con el Círculo. Nos ocuparemos en consecuencia, por ser éste un homenaje del Círculo Militar, a la gestión presidencial del general en dicha institución a partir de 1944. A poco de iniciar la presidencia, el 6 de julio de 1944 le tocó hacer uso de la palabra en la comida anual de camaradería de las fuerzas armadas en Les Ambassadeurs. Entre los conceptos allí expresados podemos citar: "Solo una suprema aspiración puede guiar al Ejército: la de merecer como siempre la gratitud nacional." Este concepto adquiría relevancia en momentos cuando el ejército había asumido la responsabilidad de gobernar el país. Incursionando en las actas de reuniones de la comisión directiva del Círculo Militar de esos años, comprobamos la preocupación de von der Becke por solucionar los problemas de alojamiento que se les planteaba a los oficiales del interior, cuando venían a Buenos Aires. Para superarlos, se dispuso la ampliación de las comodidades existentes. Se proyectó la construcción de un nuevo pabellón de alojamiento, para cuya finalidad se adquirió un terreno contiguo sobre la calle Santa Fe. El nuevo edificio incluía planta baja, subsuelo, entrepiso y siete pisos, con una capacidad de 72 habitaciones con baño privado, contando con 144 camas. Mientras se ejecutaba la obra, se habilitaron 12 camas adicionales alas ya existentes, ocupando a esos efectos el departamento de que disponía el intendente del Círculo y dos habitaciones usadas por la gerencia. También se procedió en ese período al rellenado de terrenos de la playa de Olivos: en esos mismos se proyectó una pileta de natación. El pabellón Deportes se vio enriquecido con la construcción de consultorios para clínica médica, masajes y pedicuría, así como de una cancha de bochas. Por entonces se amortizaron $ 200.000 de la deuda contraída el 6 de setiembre de 1942, para completar el pago del pabellón de deportes. El saldo de la deuda resultó así ser de $ 181.805, con lo cual las obligaciones trimestrales de $ 5730 se redujeron a la mitad. Siguiendo una antigua tradición, el domingo 16 de julio de 1944, a las 18,30 horas, el Círculo Militar recibió en un acto social de relevancia a sus nuevos asociados de la Promoción 72 de egreso del Colegio Militar, de la que formaba parte el que habla. En esa oportunidad concurrimos los flamantes subtenientes, acompañados por nuestros familiares, muchos venidos del interior del país, a ese suntuoso palacio que la mayoría pisábamos por primera vez, siendo afectuosamente recibidos por el presidente, general von der Becke, que con su proverbial gentileza y afabilidad, pronto nos hizo sentir como en nuestra propia casa y a fe que lo fue, a partir de ese momento. En ese acto escuchamos las siguientes palabras de bienvenida del general von der Becke: "El ascenso a Oficial del Ejército de la Nación de vosotros, es, en vuestros. hogares, un motivo de legítima satisfacción, de inmenso júbilo, de viva alegría, ya que significa una justa recompensa a los desvelos constantes de vuestros padres para daros una noble carrera promisoria. Pero lo es también y en igual medida, para los oficiales todos del ejército, pues significa la incorporación de una nueva promoción que aporta su entusiasmo y su capacidad efectiva y potencial, al organismo viviente, para mantenerlo siempre dinámico a fin de que responda a su difícil tarea, tan llena de responsabilidades.» El día 6 de julio, se llevó a cabo la tradicional comida anual de camaradería, continuación de la del año previo que ya recordamos. Esta vez no pudo hacer uso de la palabra el general von der Becke como presidente del Círculo Militar, por la muerte trágica de su hermano Alfonso. Leyó la alocución preparada, el vicepresidente general Otto H. Helbling. Durante este segundo año de la presidencia del Círculo Militar por von der Becke, se obtuvieron los fondos para encarar la obra del pabellón Alojamiento, llamándose a licitación sobre la base de un proyecto de la Dirección General de Ingenieros. Se continúa el rellenado del terreno de la playa de Olivos. El club contaba por entonces con 5.185 socios, la mitad aproximadamente de la cifra actual (1990). El 15 de junio de 1945 concluyó el mandato de von der Becke al frente del Círculo Militar. Años después, el 10 de junio de 1963, la Comisión Directiva presidida por el general Paulino Ardanaz, resolvía obsequiar al señor teniente general don Carlos von der Becke, una medalla de oro con los atributos del Círculo Militar, por haber cumplido 50 años en sus tareas de colaboración con las publicaciones que editaba la institución, la Biblioteca del Oficial y la Revista Militar. En ella se hacía presente el reconocimiento de dicha comisión directiva al señor teniente general por a) la competente y acertada labor de selección de las obras militares alemanas a objeto de su publicación; b) la cuidadosa y fluida traducción del alemán e inglés al castellano, cuidando al máximo la redacción técnico-militar y adaptación de modismos y términos de aquellos idiomas a los empleados en nuestros medios; c) los característicos prólogos y aclaraciones, redactados al traducir las distintas obras, cuya cantidad supera los 60 volúmenes; d) la esmerada presentación de las versiones para ser entregados a la imprenta o talleres gráficos. Se puede mencionar a propósito de sus decisiones de cuáles obras resultaba conveniente traducir, que en sus últimos años no era infrecuente que lo hiciera con algunos de neta orientación democrática, en épocas cuando el ejército no estaba alejado de tener responsabilidades de gobierno. Uno de los ejemplos es la traducción del "The world's best hope", o sea "La mejor esperanza del mundo", de Francis Biddle, que describe con detalle a la democracia norteamericana. Son aspectos interesantes de las ideas de von der Becke, a veces identificadas en forma diferente. El conocido texto de Robert Potash le atribuye en esa época de su vida, la postura aquí esbozada. También cabe recordar sus medulosas conferencias, entre las que podemos mencionar la pronunciada en el Círculo Militar en 1936, que tituló "Influencia de los pedidos de ayuda y de los ofrecimientos de tropa efectuados por comandos superiores en el desarrollo de las operaciones durante la guerra de movimiento de 1914." De su actuación militar como jefe del Estado Mayor General del Ejército, a partir de su nombramiento el 24 de febrero de 1944, podemos destacar, además, la labor de planeamiento y doctrina cumplida en esa época. El 5 de mayo de ese año es promovido a general de división y pocos días después - el 19 del mismo mes - fue nombrado comandante en jefe del Ejército, con retención de sus funciones de jefe de Estado Mayor General del Ejército. En carácter de tal, concurrió el 27 de agosto de 1944 a Resistencia, donde presidió la entrega de dos banderas de guerra al Regimiento 29 de Infantería y al grupo 11 de Artillería, donadas por la comisión de damas, que había organizado una suscripción popular a ese efecto. En los últimos días de noviembre de 1944 culminaron los ejercicios finales cumplidos por la Cuarta y Quinta Divisiones de Ejército y la Tercera División de Caballería en Pampa de Olaen, en Córdoba, de los que participé como subteniente del Regimiento 13 de Infantería, en mi primer año de oficial. Dichos ejercicios, realizados bajo la dirección del general Victor Majó, fueron supervisados por el general von der Becke como comandante en jefe del Ejército y presenciados por el ministro de Guerra, coronel Perón, quien fue acompañado por oficiales de la marina, la Misión Militar norteamericana y agregados militares extranjeros. La crítica de los ejercicios cumplidos se realizó en el puesto de comando del director general de maniobras, en proximidades del camino a La Calera, cerca de la ciudad de Córdoba. En primer término habló el general Majó, quien presentó su análisis, crítica y enseñanzas recogidas durante los ejercicio. Luego lo hizo von der Becke, como comandante en jefe. Expresó que el Ejército se encontraba desde hacía un año en una etapa de perfeccionamiento, que culminó con los ejercicios de comunicaciones previos a los cumplidos por la Cuarta y Quinta Divisiones de Infantería y Tercera de Caballería. Siguió luego manifestando su satisfacción por la eficacia del servicio de abastecimiento y señaló que había recibido grata impresión del entrenamiento de las tropas, así como su instrucción, superando el estado sanitario las previsiones. Anunció la preparación de grandes maniobras para el futuro, pues para el ejército detenerse es retroceder. Hizo uso de la palabra luego el ministro de Guerra, expresó que el general von der Becke había sido su profesor en el Colegio Militar y en la Escuela Superior de Guerra, donde de su ciencia aprendió conceptos perdurables: "No tengo nada más que agregar, pues conozco a fondo su talento militar y su exigencia en el cumplimiento del deber, que lo hacen amigo del elogio solo cuando corresponde en estricta justicia. Fue mi gran maestro y sé a ciencia cierta de sus indiscutibles condiciones de digno y exigente jefe." Pocos días después, el 2 de noviembre de 1944, alcanzaba von der Becke el grado máximo del escalafón militar, con su promoción a teniente general. Entre las últimas anotaciones que aparecen en el legajo, firmadas por el ministro de Guerra, se confirman todos los conceptos anteriores. Reza así: "En el transcurso del presente año, ha ratificado las brillantes dotes que lo adornan, habiendo desempeñado con la máxima eficiencia, sereno criterio, ponderable juicio y acendrada abnegación los puestos de mayor responsabilidad del Ejército. En su labor como comandante en jefe y jefe del Estado Mayor General ha destacado su personalidad moral, intelectual y de carácter en todas las tareas realizadas de la defensa nacional, por lo que lo hacen acreedor a mi más profundo reconocimiento personal y el de toda la Institución Armada." Durante los meses finales de 1945 se presentaron días difíciles para el país. En la segunda quincena de setiembre, en Córdoba, se sublevó el general Rawson, con el apoyo de su consuegro, el general Martín, comandante la Cuarta División de Ejército, a la que yo pertenecía. Los sublevados fueron reducidos por el coronel Guayta, con el Regimiento 4 de Artillería. Entre el 8 de octubre, cuando Perón cumplía 50 años, y la mañana del 9, se sublevó Campo de Mayo, con un curso de oficiales de la Escuela Superior de Guerra. El comandante de la guarnición, general Avalos, comunicó el día 9 a la mañana al presidente Farrell las exigencias de la oficialidad contra Perón. Farrell se trasladó por la tarde a Campo de Mayo, con los ministros del Interior y de Obras Públicas dr. Quijano y general Pistarini, el comandante en jefe del Ejército que lo era el general von der Becke y el jefe de Estado Mayor del Ejército, general Diego Mason. Allí conversaron con los generales Avalos, Jándula y Sosa. Farrell trató de defender a Perón, pero finalmente aceptó constituir una comisión integrada por von der Becke, Pistarini, Sosa y el dr. Quijano, para que se trasladara a Buenos a pedir la renuncia de Perón a todos sus puestos. Perón accedió a renunciar y el 12 de octubre se dispuso su arresto, que terminaría el 17 de octubre luego de la masiva concentración obrera. La familia de von der Becke recuerda el ajetreo de esos días, ya que Farrell le había pedido colaboración para cubrir algunos puestos del gabinete con figuras de alto nivel. UN ejemplo de esa actividad tan atípica fueron sus reservadas entrevistas con don Enrique Larreta, de quien era amigo, y a quien invitó en nombre del presidente a aceptar la titularidad del ministerio de Relaciones Exteriores. El distinguido literato, que era afiliado radical, declinó el ofrecimiento, al no contar con el aval que le solicitó a su partido. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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