NOTA: ya que el tema abierto por el Moderador Iconoclasta sobre la prensa chilena ha sido cerrado, debido al tono agresivo que estaba tomando, he decidido abrir este thread para publicar algunas ideas que tengo sobre el asunto. Lo hago de buena fe, sin deseos de generar violencia o discusiones agresivas. Como ya me quejé en otro post sobre un tema similar, es rídiculo que exista cierta "prohibición" a tratar esta cuestión espinosa de la rivalidad argentino-chilena. Se quiera o no, es una realidad. Si algunos foristas se pasan de la raya y faltan el respeto, los moderadores pueden editar su posts, y si persisten pueden sancionarlos. No veo la necesidad de poner candados de forma prematura. Tampoco veo la necesidad de que un post sea declarado "ofensivo" solo porque expone ideas que no gustan a alguien. Decir que "un inglés es un hijo de p..." es ofensivo. Decir que el Imperio Británico es responsable de varias masacres no es ofensivo, por mucho que no le guste a un eventual ciudadano inglés que visite el foro. Por lo tanto, este post no debería resultar ofensivo para nadie. De todas maneras, lo he iniciado en la sección "Temas de Defensa General" para evitar las implicancias agresivas que tendría haberlo hecho en "Malvinas 1982".
Periódicamente surgen discusiones en las cuales este asunto sale a colación. Y entonces se debate en torno a las relaciones entre Argentina y Chile: que si son o no pueblo hermanos, sobre lo que pasó en Malvinas, sobre el Beagle, etc. La pregunta obvia entonces es ésta: ¿por qué existe esta rivalidad? Y lo primero que puedo decir al respecto es que tanto yo como muchos argentinos carecemos de razones para "odiar" a los chilenos, o simplemente no quererlos. Pero al mismo tiempo, sentimos que de alguna manera ocurre al revés, y que en Chile tienen una mala imagen de nosotros. Por poner un ejemplo estúpido (aunque ilustrativo) si Argentina llega a la final de un mundial de fútbol contra un país europeo, la mayoría de los latinoamericanos alentarán a nuestra selección, en Chile, lo más probable, es que deseen que Argentina pierda.
¿Por qué?
Alguien tendría que tomarse el trabajo de "psicoanalizar" al pueblo chileno para descubrir porque se lleva tan mal con todos sus vencinos. Se han peleado con Perú, Bolivia y Argentina en diferentes momentos, y sus relaciones todavía son íncomodas, en el mejor de los casos, y tensas con olor a crisis militar, en los peores. Un estudio histórico-sociológico tal vez serviría para enteder mejor porque se llevan con nosotros.
Porque chovinistas xenófobos hay en todas partes. Acá en Argentina también. Pero lo de Chile es una caso peculiar, por dos motivos. Primero, porque no se trata de expresiones aisladas, repsentadas por minorías, sino más bien de un sentir general presente en el inconsciente colectivo del pueblo chileno. Y segundo, porque no es aplicable exclusivamente a la Argentina, sino a todos los vencinos que tiene Chile.
En internet hay sitios de grupos de extrema derecha que revinidican el derecho de Chile a poseer territorios en Perú, Bolivia y Argentina (toda la Patagonia). Según ellos, la denominación de Flakland es la única correcta, mientras que Malvinas sólo es un mote inventado por los argentinos para manipular la percepción pública e "inventar" un "supuesto" derecho argentino sobre las Islas. No sólo eso, sino que van más allá, e incluso argumentan que, llegado el caso, las Malvinas pertenecían a la Capitanía General de Chile, y por tanto, de no ser inglesas (cosa que no niegan, sino que afirman enégicamente), ¡¡serían chilenas!!
- http://www.soberaniachile.cl/1_cds_quienes_somos.html
De acuerdo con documentos de dudosa veracidad, y de tenue argumentación, estos señores reclaman que Chile debe poseer poco menos que la mitad de Argentina, y se muestran indignados por los supuestos "robos" territoriales sufridos por su país a manos de sus 3 maléficos y cuasi-imperialistas vecinos: Argentina, Bolivia y Perú.
Ahora bien, como decía al principio, ningún país está a salvo de estas manifestaciones, y no se debe juzgar a todo un pueblo por el pensamiento de una minoría. Los argentinos también tenemos nuestros extremistas. Pero la gran diferencia radica tanto en el alcance de sus afirmaciones como en la difusión que éstas tienen. Mientras que en Chile sus más fervientes nacionalistas pretenden adueñarse de media sudámerica, aquí en Argentina, exceptuando el Conflicto del Beagle y algunos roces por las cataratas del Iguazú, no existen reclamos contra nuestros vecinos, ni mucho menos hay ánimos de invadirlos para recuperar nada. La mayor herida del orgulo nacional es Malvinas, y nuestro pincipal enemigo es el Imperio Británico.
Tampoco en Argentina hay demasiadas voces "nacionalistas" (entendiendo el término en sus diferentes matices) sino más bien todo lo contrario: existe una preocupante tendencia en nuestra juventud a desentenderse de estas cuestiones. Caso contrario ocurre en Chile. Allí, aunque por supuesto no todas las personas adhieran a las mismas ideas, la mayoría del pueblo chileno está adoctrinada para manifestar desagrado y rechazo hacia peruanos, bolivianos y en especial, argentinos. ¿Por qué? Que yo sepa nadie lo ha expresado explicítamente, ni con exactitud científica. Pero es un hecho que el pueblo chileno es poseedor de un orgullo y un amor propio distintivos. Esto de por si no sólo no es malo, sino hasta elogiable en alguna medida (acá en Argentina hay tanto derrotismo, tanta desmalvinización, en fin...). Pero el caso es que a veces ese orgullo nacionalista roza la arrogancia, el convencimiento de que el propio país es superior a los demás, y, solapadamente, cierta convicción íntima de que merece mucho más de lo que realmente tiene, y que si no es así, seguramente es debido a las depredaciones arteras de los codiciosos vecinos.
Acá en Argentina, un país grande, rico en recursos naturales y humanos, ese sentimiento no tiene cabida. Lo que sí ocurre (y me avergüenzo de ello) es que la arrogancia propia del país rico que somos, y la añoranza del que fuimos y quisiéramos ser otra vez ("El granero del mundo"), muchas veces provoca desprecio hacia los inmigrantes de los países vecinos que vienen aquí a buscar mejores condiciones de vida. Mientras los medios masivos argentinos se indignaban de que los argentinos que emigraban a Europa luego de la crisis eran maltratados y discriminados, acá en el país no faltaban los calificativos agraviantes del tono de "bolita", "negro peruano", "paraguayo de mierd@", etc.
Pero volvamos a Chile, una país mucho más pequeño, de relativos escasos recursos naturales -exceptuando la minería- y de mucho capital humano valioso, producido por una política que por un lado siempre buscó engrandecer al país, pero a costa de no cerrar nunca la gran brecha social existente. Al examinar la historia chilena entonces, no es díficil concluir que muy probablemente sean las clases dirigentes chilenas las responsables de este fenómeno, ya que han adoctrinado a generaciones y generaciones de chilenos para que pensaran en sus vecinos como enemigos. En el incosciente chileno Argentina es un país arrogante, rico y mediocre, que goza de unos privilegios que en realidad le corresponden a Chile, un país disciplinado, inteligente, marcial. El origen de este mito ingenuo habrá que rastrearlo en el tiempo, y oponerlo a las tenciones que genera la brecha social en el país trasandino. Más con el paso del tiempo y el cambio del contexto interno y externo, parece ser que el mito ha sobrevivido. El chileno promedio sigue teniendo una mala impresión de la Argentina, y por extensión, de los argentinos.
La guerra de Malvinas es una herida abierta en Argentina. Representa una afrenta al orgullo nacional, y es quizás una de las pocas cosas que puede hacer que el pueblo argentino se aglutine de alguna manera. Pero en Argentina no pretendemos que nuestra condición miserable es responsabilidad de Inglaterra, sino que nos echamos la culpa a nosotros mismos, o a nuestros políticos. Lo irónico del caso es que Inglaterra intentó invadirnos varias veces, saqueó Buenos Aires en una oportunidad, nos arrebató las Malvinas, fue el primer gran acreedor de nuestro páis, y junto con su "hijo" los Estados Unidos, se ha convertido en ama del mundo, asique su intervención en la historia argentina es mucho más significativa de lo que puede parecer.
Con todo esto busco ilustrar dos puntos: primero, que mientras en Argentina no se ha buscado un "chivo expiatorio" en el extranjero para justificar los problemas internos, en Chile esa función la cumplen de alguna manera Argentina, Bolivia y Perú; y en segundo lugar, que llegado el caso el Imperio Birtánico SI que es un enemigo de la Argentina (a la que ha intentado colonizar política, militar, económica y culturalamente, con variados resultados, según el caso) y que Chile ha sido históricamente su aliado.
Por lo tanto, poniendo las cosas en su contexto, pareciera que la rivalidad argentino-chilena es producto de dos factores, que están relacionados entre sí: primero, el factor político-social interno chileno, en cuyo ideario se encuentran las ideas nacionalistas encauzan las tensiones hacia sus vecinos, incluída la Argentina; y en segundo lugar, el factor político y geoestratégico internacional, en cuyo escenario ha sido beneficioso tanto para británicos como para chilenos la mutua cooperación.
Analizando esos dos factores el fenómeno es mucho más sencillo de comprender. Tenemos por un lado a una Argentina muy rica pero corrompida y desestabilizada, que luego de ser derrotada en Malvinas ha sabido recuperar su democracia y salir adelante a los tropiezos, entoerpecida por la atenta mirada del imperio anglo-sajón que no desea ver sus intereses en la zona afectados por una potencia latina con pensamiento propio; y por el otro lado tenemos a un Chile mucho más escueto y austero, con grandes luchas sociales inconclusas y una herida abierta por la dictadura que todavía no ha cerrado, un país que históricamente ha sido hostil a sus vecinos inmediatos por considerarlos las causas de sus males, y que se ha alineado de alguna manera con el imperio anglo-sajón. Sobre ésto último es menester entender que Argentina ha sido siempre un país "inquieto" e independiente. Tuvo que intervenir EE.UU. para Argentina cancelara el Proyecto Cóndor, para impedir que exportara tanques TAM a Medio Oriente y para que se doblegara ante sus acreedores. Por oposición, la ha vendido cazas F-16 Block 50/52 a Chile, y ha permitido que su indsutria aeroespacial se desarrolle sin mayores inconvenientes.
CONCLUSIÓN PERSONAL:
1) A un nivel psicológico y social la rivalidad argentino-chilena no tiene una causa "real" (es decir, no tendríamos porque llevarnos mal). Su origen se encuentra en el adoctrinamiento de las clases dirigentes chilenas, y aunque tiene una raíz muy profunda en el incosciente colectivo chileno, no por eso representa la única postura de su pueblo, que seguramente cuenta que personas lúcidas, dotadas de buena fe, que comprenden perfectamente que no tiene porque estar enemistados con sus vecinos argentinos, a pesar de que no somos precisamente agradables muchas veces (tenemos que hacer nuestra autocrítica también).
2) A nivel de política estratégica internacional la rivalidad es en cambio bastante real, como lo demuestra la historia. No es que Chile y Argentina compitan por nada (ni siquiera, en principio, por territorios, aunque en Chile esto sea parte del planteo y de su sentimiento de rivaldiad) sino más bien que, en líneas generales, Chile basa su estrategia en sus buenas relaciones con el Imperio Británico, y ya que éste no es precisamente amigo de la Argentina, pues entonces hacemos 2+2 y nos da 4. Para Chile es negocio redondo.
PD: envío sinceros y amistosos saludos a los foristas chilenos, y los invito a comentar.
Periódicamente surgen discusiones en las cuales este asunto sale a colación. Y entonces se debate en torno a las relaciones entre Argentina y Chile: que si son o no pueblo hermanos, sobre lo que pasó en Malvinas, sobre el Beagle, etc. La pregunta obvia entonces es ésta: ¿por qué existe esta rivalidad? Y lo primero que puedo decir al respecto es que tanto yo como muchos argentinos carecemos de razones para "odiar" a los chilenos, o simplemente no quererlos. Pero al mismo tiempo, sentimos que de alguna manera ocurre al revés, y que en Chile tienen una mala imagen de nosotros. Por poner un ejemplo estúpido (aunque ilustrativo) si Argentina llega a la final de un mundial de fútbol contra un país europeo, la mayoría de los latinoamericanos alentarán a nuestra selección, en Chile, lo más probable, es que deseen que Argentina pierda.
¿Por qué?
Alguien tendría que tomarse el trabajo de "psicoanalizar" al pueblo chileno para descubrir porque se lleva tan mal con todos sus vencinos. Se han peleado con Perú, Bolivia y Argentina en diferentes momentos, y sus relaciones todavía son íncomodas, en el mejor de los casos, y tensas con olor a crisis militar, en los peores. Un estudio histórico-sociológico tal vez serviría para enteder mejor porque se llevan con nosotros.
Porque chovinistas xenófobos hay en todas partes. Acá en Argentina también. Pero lo de Chile es una caso peculiar, por dos motivos. Primero, porque no se trata de expresiones aisladas, repsentadas por minorías, sino más bien de un sentir general presente en el inconsciente colectivo del pueblo chileno. Y segundo, porque no es aplicable exclusivamente a la Argentina, sino a todos los vencinos que tiene Chile.
En internet hay sitios de grupos de extrema derecha que revinidican el derecho de Chile a poseer territorios en Perú, Bolivia y Argentina (toda la Patagonia). Según ellos, la denominación de Flakland es la única correcta, mientras que Malvinas sólo es un mote inventado por los argentinos para manipular la percepción pública e "inventar" un "supuesto" derecho argentino sobre las Islas. No sólo eso, sino que van más allá, e incluso argumentan que, llegado el caso, las Malvinas pertenecían a la Capitanía General de Chile, y por tanto, de no ser inglesas (cosa que no niegan, sino que afirman enégicamente), ¡¡serían chilenas!!
- http://www.soberaniachile.cl/1_cds_quienes_somos.html
De acuerdo con documentos de dudosa veracidad, y de tenue argumentación, estos señores reclaman que Chile debe poseer poco menos que la mitad de Argentina, y se muestran indignados por los supuestos "robos" territoriales sufridos por su país a manos de sus 3 maléficos y cuasi-imperialistas vecinos: Argentina, Bolivia y Perú.
Ahora bien, como decía al principio, ningún país está a salvo de estas manifestaciones, y no se debe juzgar a todo un pueblo por el pensamiento de una minoría. Los argentinos también tenemos nuestros extremistas. Pero la gran diferencia radica tanto en el alcance de sus afirmaciones como en la difusión que éstas tienen. Mientras que en Chile sus más fervientes nacionalistas pretenden adueñarse de media sudámerica, aquí en Argentina, exceptuando el Conflicto del Beagle y algunos roces por las cataratas del Iguazú, no existen reclamos contra nuestros vecinos, ni mucho menos hay ánimos de invadirlos para recuperar nada. La mayor herida del orgulo nacional es Malvinas, y nuestro pincipal enemigo es el Imperio Británico.
Tampoco en Argentina hay demasiadas voces "nacionalistas" (entendiendo el término en sus diferentes matices) sino más bien todo lo contrario: existe una preocupante tendencia en nuestra juventud a desentenderse de estas cuestiones. Caso contrario ocurre en Chile. Allí, aunque por supuesto no todas las personas adhieran a las mismas ideas, la mayoría del pueblo chileno está adoctrinada para manifestar desagrado y rechazo hacia peruanos, bolivianos y en especial, argentinos. ¿Por qué? Que yo sepa nadie lo ha expresado explicítamente, ni con exactitud científica. Pero es un hecho que el pueblo chileno es poseedor de un orgullo y un amor propio distintivos. Esto de por si no sólo no es malo, sino hasta elogiable en alguna medida (acá en Argentina hay tanto derrotismo, tanta desmalvinización, en fin...). Pero el caso es que a veces ese orgullo nacionalista roza la arrogancia, el convencimiento de que el propio país es superior a los demás, y, solapadamente, cierta convicción íntima de que merece mucho más de lo que realmente tiene, y que si no es así, seguramente es debido a las depredaciones arteras de los codiciosos vecinos.
Acá en Argentina, un país grande, rico en recursos naturales y humanos, ese sentimiento no tiene cabida. Lo que sí ocurre (y me avergüenzo de ello) es que la arrogancia propia del país rico que somos, y la añoranza del que fuimos y quisiéramos ser otra vez ("El granero del mundo"), muchas veces provoca desprecio hacia los inmigrantes de los países vecinos que vienen aquí a buscar mejores condiciones de vida. Mientras los medios masivos argentinos se indignaban de que los argentinos que emigraban a Europa luego de la crisis eran maltratados y discriminados, acá en el país no faltaban los calificativos agraviantes del tono de "bolita", "negro peruano", "paraguayo de mierd@", etc.
Pero volvamos a Chile, una país mucho más pequeño, de relativos escasos recursos naturales -exceptuando la minería- y de mucho capital humano valioso, producido por una política que por un lado siempre buscó engrandecer al país, pero a costa de no cerrar nunca la gran brecha social existente. Al examinar la historia chilena entonces, no es díficil concluir que muy probablemente sean las clases dirigentes chilenas las responsables de este fenómeno, ya que han adoctrinado a generaciones y generaciones de chilenos para que pensaran en sus vecinos como enemigos. En el incosciente chileno Argentina es un país arrogante, rico y mediocre, que goza de unos privilegios que en realidad le corresponden a Chile, un país disciplinado, inteligente, marcial. El origen de este mito ingenuo habrá que rastrearlo en el tiempo, y oponerlo a las tenciones que genera la brecha social en el país trasandino. Más con el paso del tiempo y el cambio del contexto interno y externo, parece ser que el mito ha sobrevivido. El chileno promedio sigue teniendo una mala impresión de la Argentina, y por extensión, de los argentinos.
La guerra de Malvinas es una herida abierta en Argentina. Representa una afrenta al orgullo nacional, y es quizás una de las pocas cosas que puede hacer que el pueblo argentino se aglutine de alguna manera. Pero en Argentina no pretendemos que nuestra condición miserable es responsabilidad de Inglaterra, sino que nos echamos la culpa a nosotros mismos, o a nuestros políticos. Lo irónico del caso es que Inglaterra intentó invadirnos varias veces, saqueó Buenos Aires en una oportunidad, nos arrebató las Malvinas, fue el primer gran acreedor de nuestro páis, y junto con su "hijo" los Estados Unidos, se ha convertido en ama del mundo, asique su intervención en la historia argentina es mucho más significativa de lo que puede parecer.
Con todo esto busco ilustrar dos puntos: primero, que mientras en Argentina no se ha buscado un "chivo expiatorio" en el extranjero para justificar los problemas internos, en Chile esa función la cumplen de alguna manera Argentina, Bolivia y Perú; y en segundo lugar, que llegado el caso el Imperio Birtánico SI que es un enemigo de la Argentina (a la que ha intentado colonizar política, militar, económica y culturalamente, con variados resultados, según el caso) y que Chile ha sido históricamente su aliado.
Por lo tanto, poniendo las cosas en su contexto, pareciera que la rivalidad argentino-chilena es producto de dos factores, que están relacionados entre sí: primero, el factor político-social interno chileno, en cuyo ideario se encuentran las ideas nacionalistas encauzan las tensiones hacia sus vecinos, incluída la Argentina; y en segundo lugar, el factor político y geoestratégico internacional, en cuyo escenario ha sido beneficioso tanto para británicos como para chilenos la mutua cooperación.
Analizando esos dos factores el fenómeno es mucho más sencillo de comprender. Tenemos por un lado a una Argentina muy rica pero corrompida y desestabilizada, que luego de ser derrotada en Malvinas ha sabido recuperar su democracia y salir adelante a los tropiezos, entoerpecida por la atenta mirada del imperio anglo-sajón que no desea ver sus intereses en la zona afectados por una potencia latina con pensamiento propio; y por el otro lado tenemos a un Chile mucho más escueto y austero, con grandes luchas sociales inconclusas y una herida abierta por la dictadura que todavía no ha cerrado, un país que históricamente ha sido hostil a sus vecinos inmediatos por considerarlos las causas de sus males, y que se ha alineado de alguna manera con el imperio anglo-sajón. Sobre ésto último es menester entender que Argentina ha sido siempre un país "inquieto" e independiente. Tuvo que intervenir EE.UU. para Argentina cancelara el Proyecto Cóndor, para impedir que exportara tanques TAM a Medio Oriente y para que se doblegara ante sus acreedores. Por oposición, la ha vendido cazas F-16 Block 50/52 a Chile, y ha permitido que su indsutria aeroespacial se desarrolle sin mayores inconvenientes.
CONCLUSIÓN PERSONAL:
1) A un nivel psicológico y social la rivalidad argentino-chilena no tiene una causa "real" (es decir, no tendríamos porque llevarnos mal). Su origen se encuentra en el adoctrinamiento de las clases dirigentes chilenas, y aunque tiene una raíz muy profunda en el incosciente colectivo chileno, no por eso representa la única postura de su pueblo, que seguramente cuenta que personas lúcidas, dotadas de buena fe, que comprenden perfectamente que no tiene porque estar enemistados con sus vecinos argentinos, a pesar de que no somos precisamente agradables muchas veces (tenemos que hacer nuestra autocrítica también).
2) A nivel de política estratégica internacional la rivalidad es en cambio bastante real, como lo demuestra la historia. No es que Chile y Argentina compitan por nada (ni siquiera, en principio, por territorios, aunque en Chile esto sea parte del planteo y de su sentimiento de rivaldiad) sino más bien que, en líneas generales, Chile basa su estrategia en sus buenas relaciones con el Imperio Británico, y ya que éste no es precisamente amigo de la Argentina, pues entonces hacemos 2+2 y nos da 4. Para Chile es negocio redondo.
PD: envío sinceros y amistosos saludos a los foristas chilenos, y los invito a comentar.
