Hace más de un año en el antiguo foro y reiteradamente en este ,he comentado las palabras de varias cosas que me ha comentado el Dr.Buch sobre diferentes desarrollos .
En el tema de los radares ,cuando se ha discutido ,e dicho que el INVAP en el mismo momento que comenzó a desarrollar los "secundarios" comenzó el desarrollo también de "primarios" con el fin de obtener un prototipo como lo hicieron con el INKAN probado en Bariloche.
He comentado también su condición de defensor de la tecnología Nacional y su conocimiento y lucha (como la de todo el INVAP) contra los lobbys extrangeros a sabiendas de su propia capacidad.
Aquí directamente sus palabras ,ya no es necesario creer si yo decía o no la verdad:
La producción nacional de satélites, radares y reactores revierte una tradicional tendencia al colonialismo mental, apoya el desarrollo de tecnologías de avanzada y abre mercados internacionales.
Tomás Buch TECNOLOGO, ASESOR DEL INVAP
Hace pocos días el Gobierno nacional —el Ministerio de Defensa— firmó con la sociedad del Estado rionegrina INVAP un contrato para la provisión de 11 radares "secundarios", de desarrollo propio, destinados a mejorar notablemente las condiciones de seguridad de la navegación aérea en nuestro país.
Este hecho tiene varias implicancias. En primer lugar, se han dado por fin pasos concretos en el sentido de radarizar el país, después de años de señalar la importancia de esa tecnología para la seguridad aérea y para la seguridad de nuestras fronteras.
Está mal —aunque es lo habitual— hablar de radares "secundarios" como si fuesen menos importantes que los "primarios", también llamados tridimensionales. Un radar secundario emite una señal de microondas, que "interroga" a un avión "amigo" y mide la dirección y la distancia a que se encuentra. La señal es recibida por un equipo montado obligatoriamente sobre todos los aviones habilitados, y responde dando su identificación y altura. El alcance de estos equipos es 380 km y deben ser capaces de manejar los datos de 400 aviones a la vez. Responden en esto a las altísimas exigencias de la Organización de Aviación Civil Internacional.
Los radares primarios —de los cuales INVAP ya está construyendo un prototipo que estará listo el año próximo— no presuponen esa respuesta, y por lo tanto pueden detectar un avión "enemigo" o clandestino. Esto es particularmente importante en el control del narcotráfico, ya que se dice que en el país existen docenas de pistas de aterrizaje de tales vuelos clandestinos. Claro que estos equipos son más complejos, y deben manejar mayor potencia, ya que sólo disponen del eco de radio emitido por el avión para detectar su presencia.
También hay otros tipos de radares: los que penetran a través de obstáculos, los que se usan militarmente en el mar y en tierra, para vigilancia y para estudios ecológicos. Todos ellos se están desarrollando en el país y están en diversos grados de avance.
Por ahora, el Gobierno nacional ha tomado la decisión de encargar los radares secundarios a una empresa argentina, propiedad del mismo Estado, y no mediante una licitación internacional que hubiese probablemente resultado más cara y hubiera impedido al país la adquisición de experiencia en la producción de estos complejos equipos.
Esto revierte una tradicional tendencia al colonialismo mental, apoya el desarrollo de tecnologías de avanzada, permite disponer de los equipos más modernos de la tierra e incluso puede abrir mercados internacionales para productos de alta tecnología "made in Argentina".
No es posible exagerar la importancia de esta decisión, a la que se agrega la fundación de ARSAT, la empresa que contratará en el país la construcción y la operación de satélites de comunicaciones (se empleará así el poder de compra del Estado para ayudar al desarrollo tecnológico del país).
El Estado es responsable de la seguridad de nuestro espacio aéreo, pero al encargar la producción de estos equipos a una empresa nacional a la vez está ayudando a que Argentina pueda progresar más allá de las circunstanciales ventajas competitivas que nos da el boom de los recursos naturales.
Ningún país puede desarrollarse solamente sobre esa base; es sabido desde hace décadas que los países que tienen el control de las tecnologías más complejas son los que marcan el ritmo de desarrollo o no de los demás.
Por kilogramo, un radar, un satélite o un reactor nuclear como el que la misma empresa INVAP acaba de poner en marcha en Australia, valen mucho más que muchas toneladas de productos primarios, aprovechan el talento de nuestra gente y permiten un mucho mejor cuidado del crecientemente deteriorado medio ambiente de nuestro país.
Estos equipos complejos están hechos por profesionales y técnicos argentinos; se ayuda así a evitar también el drenaje de talentos a que estamos tan lamentablemente acostumbrados: los especialistas que formamos a alto costo ya no deberán emigrar para poder realizar sus aspiraciones profesionales.
Damos así un nuevo paso en la dirección acertada. Ya hace años que Argentina maneja la tecnología nuclear; hace menos que hacemos satélites, cuya calidad está señalada por dos hechos: el satélite SAC-C de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CoNAE), también construido por INVAP y lanzado al espacio hace seis años, ya ha superado en un 50% su esperada vida útil y sigue enviando imágenes a la tierra. Y el satélite SAC-D, proyecto conjunto entre CoNAE y la NASA, que llevará un instrumento estadounidense que vale cerca de 200 millones de dólares para medir por primera vez desde el espacio la salinidad de los mares, afectada por el calentamiento global.
En lo espacial, también está en desarrollo un importante proyecto conjunto entre CoNAE y la Agencia Espacial Italiana, en el que también se utilizarán radares especialmente diseñados. (estos son los SAOCOM 1A y 1B ,La Conae tiene proyectado 4)
Satélites, radares, reactores: sistemas de alta complejidad y que implican el manejo de tecnologías de punta por argentinos, que de este modo satisfacen las necesidades del país y abren mercados nuevos. Estamos, por fin, en el camino correcto.
http://www.clarin.com/diario/2006/12/19/opinion/o-01330334.htm
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Si el año que viene ya tienen un prototipo listo de radar primario ,es posible "mi" opinión que la licitación de 3D está en espera de un prototipo nacional del INVAP para repetir luego el mismo proceso que con los secundarios o sea un contrato directo.
Lo que me comentó en su momento el Dr. Buch que los 3D que están desarrollando serán "fijos" o "transportables".
Una más que buena....
Saludos
KAISER
En el tema de los radares ,cuando se ha discutido ,e dicho que el INVAP en el mismo momento que comenzó a desarrollar los "secundarios" comenzó el desarrollo también de "primarios" con el fin de obtener un prototipo como lo hicieron con el INKAN probado en Bariloche.
He comentado también su condición de defensor de la tecnología Nacional y su conocimiento y lucha (como la de todo el INVAP) contra los lobbys extrangeros a sabiendas de su propia capacidad.
Aquí directamente sus palabras ,ya no es necesario creer si yo decía o no la verdad:
Tecnología de punta, por argentinos
La producción nacional de satélites, radares y reactores revierte una tradicional tendencia al colonialismo mental, apoya el desarrollo de tecnologías de avanzada y abre mercados internacionales.
Tomás Buch TECNOLOGO, ASESOR DEL INVAP
Hace pocos días el Gobierno nacional —el Ministerio de Defensa— firmó con la sociedad del Estado rionegrina INVAP un contrato para la provisión de 11 radares "secundarios", de desarrollo propio, destinados a mejorar notablemente las condiciones de seguridad de la navegación aérea en nuestro país.
Este hecho tiene varias implicancias. En primer lugar, se han dado por fin pasos concretos en el sentido de radarizar el país, después de años de señalar la importancia de esa tecnología para la seguridad aérea y para la seguridad de nuestras fronteras.
Está mal —aunque es lo habitual— hablar de radares "secundarios" como si fuesen menos importantes que los "primarios", también llamados tridimensionales. Un radar secundario emite una señal de microondas, que "interroga" a un avión "amigo" y mide la dirección y la distancia a que se encuentra. La señal es recibida por un equipo montado obligatoriamente sobre todos los aviones habilitados, y responde dando su identificación y altura. El alcance de estos equipos es 380 km y deben ser capaces de manejar los datos de 400 aviones a la vez. Responden en esto a las altísimas exigencias de la Organización de Aviación Civil Internacional.
Los radares primarios —de los cuales INVAP ya está construyendo un prototipo que estará listo el año próximo— no presuponen esa respuesta, y por lo tanto pueden detectar un avión "enemigo" o clandestino. Esto es particularmente importante en el control del narcotráfico, ya que se dice que en el país existen docenas de pistas de aterrizaje de tales vuelos clandestinos. Claro que estos equipos son más complejos, y deben manejar mayor potencia, ya que sólo disponen del eco de radio emitido por el avión para detectar su presencia.
También hay otros tipos de radares: los que penetran a través de obstáculos, los que se usan militarmente en el mar y en tierra, para vigilancia y para estudios ecológicos. Todos ellos se están desarrollando en el país y están en diversos grados de avance.
Por ahora, el Gobierno nacional ha tomado la decisión de encargar los radares secundarios a una empresa argentina, propiedad del mismo Estado, y no mediante una licitación internacional que hubiese probablemente resultado más cara y hubiera impedido al país la adquisición de experiencia en la producción de estos complejos equipos.
Esto revierte una tradicional tendencia al colonialismo mental, apoya el desarrollo de tecnologías de avanzada, permite disponer de los equipos más modernos de la tierra e incluso puede abrir mercados internacionales para productos de alta tecnología "made in Argentina".
No es posible exagerar la importancia de esta decisión, a la que se agrega la fundación de ARSAT, la empresa que contratará en el país la construcción y la operación de satélites de comunicaciones (se empleará así el poder de compra del Estado para ayudar al desarrollo tecnológico del país).
El Estado es responsable de la seguridad de nuestro espacio aéreo, pero al encargar la producción de estos equipos a una empresa nacional a la vez está ayudando a que Argentina pueda progresar más allá de las circunstanciales ventajas competitivas que nos da el boom de los recursos naturales.
Ningún país puede desarrollarse solamente sobre esa base; es sabido desde hace décadas que los países que tienen el control de las tecnologías más complejas son los que marcan el ritmo de desarrollo o no de los demás.
Por kilogramo, un radar, un satélite o un reactor nuclear como el que la misma empresa INVAP acaba de poner en marcha en Australia, valen mucho más que muchas toneladas de productos primarios, aprovechan el talento de nuestra gente y permiten un mucho mejor cuidado del crecientemente deteriorado medio ambiente de nuestro país.
Estos equipos complejos están hechos por profesionales y técnicos argentinos; se ayuda así a evitar también el drenaje de talentos a que estamos tan lamentablemente acostumbrados: los especialistas que formamos a alto costo ya no deberán emigrar para poder realizar sus aspiraciones profesionales.
Damos así un nuevo paso en la dirección acertada. Ya hace años que Argentina maneja la tecnología nuclear; hace menos que hacemos satélites, cuya calidad está señalada por dos hechos: el satélite SAC-C de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CoNAE), también construido por INVAP y lanzado al espacio hace seis años, ya ha superado en un 50% su esperada vida útil y sigue enviando imágenes a la tierra. Y el satélite SAC-D, proyecto conjunto entre CoNAE y la NASA, que llevará un instrumento estadounidense que vale cerca de 200 millones de dólares para medir por primera vez desde el espacio la salinidad de los mares, afectada por el calentamiento global.
En lo espacial, también está en desarrollo un importante proyecto conjunto entre CoNAE y la Agencia Espacial Italiana, en el que también se utilizarán radares especialmente diseñados. (estos son los SAOCOM 1A y 1B ,La Conae tiene proyectado 4)
Satélites, radares, reactores: sistemas de alta complejidad y que implican el manejo de tecnologías de punta por argentinos, que de este modo satisfacen las necesidades del país y abren mercados nuevos. Estamos, por fin, en el camino correcto.
http://www.clarin.com/diario/2006/12/19/opinion/o-01330334.htm
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Si el año que viene ya tienen un prototipo listo de radar primario ,es posible "mi" opinión que la licitación de 3D está en espera de un prototipo nacional del INVAP para repetir luego el mismo proceso que con los secundarios o sea un contrato directo.
Lo que me comentó en su momento el Dr. Buch que los 3D que están desarrollando serán "fijos" o "transportables".
Una más que buena....
Saludos
KAISER
. (El nahuel sat costo 400 millones)
