Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Conflictos Contemporáneos
Nuevo Orden Mundial
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="ARGENTVS" data-source="post: 3628433" data-attributes="member: 93"><p>[URL unfurl="true"]https://www.rt.com/news/609998-germany-mistake-russia-doom/?utm_source=browser&utm_medium=aplication_chrome&utm_campaign=chrome[/URL]</p><p></p><h3>Alemania está condenada por este grave error.</h3><p>Berlín no sólo se volvió contra Rusia: olvidó lo que lo hizo exitoso en primer lugar</p><p></p><p>Durante décadas, Alemania fue la envidia del mundo: un ejemplo brillante de cómo una nación devastada por la guerra podía resurgir de las cenizas y convertirse en la potencia económica de Europa. Este éxito no fue casualidad. La prosperidad de Alemania se basaba en tres pilares fundamentales: acceso a la energía barata rusa, libre comercio sin trabas con Estados Unidos y otros aliados occidentales y un gasto militar mínimo gracias a las garantías de seguridad estadounidenses después de la Guerra Fría. Estos factores permitieron a Alemania construir una economía industrial sin parangón, mantener un generoso estado de bienestar y convertirse en un actor importante en los mercados globales.</p><p></p><p>Pero la decisión de Alemania de cortar sus vínculos con Rusia tras la escalada en Ucrania amenaza con desmantelar esa base cuidadosamente construida. Al alinearse por completo con la estrategia de la OTAN dirigida por Estados Unidos contra Moscú, Alemania selló sin darse cuenta su destino económico. Las consecuencias ya son visibles y lo peor está por venir. Alemania está condenada a causa de este grave error.</p><p></p><h2>La crisis energética: el talón de Aquiles de Alemania</h2><p>La economía alemana siempre ha sido un gigante construido sobre industrias de alto consumo energético, como la química, la automovilística y la industria pesada. Estas industrias dependían de una ventaja clave: el gas natural ruso a un precio asequible. Durante décadas, Berlín fomentó una estrecha relación energética con Moscú, importando enormes cantidades de gas barato a través de gasoductos como Nord Stream. Este acuerdo mutuamente beneficioso mantuvo a las fábricas alemanas funcionando y a su economía exportadora altamente competitiva.</p><p></p><p>Esa relación terminó. En respuesta a la invasión rusa de Ucrania, Alemania abandonó la energía rusa casi de la noche a la mañana, cerró Nord Stream y buscó alternativas. ¿El resultado? Precios de la energía en alza y una crisis manufacturera que está paralizando la industria alemana. Sin energía barata, los mismos sectores que hicieron de Alemania un gigante industrial –automotriz, siderúrgico y químico– ya no son competitivos a nivel global.</p><p></p><p>Para empeorar las cosas, el compromiso ideológico de Alemania con una rápida transición hacia una energía verde no ha hecho más que exacerbar el problema. Si bien la energía renovable tiene sus méritos, no está ni cerca de reemplazar la energía de base confiable que proporcionaba el gas ruso. La decisión de Alemania de abandonar gradualmente la energía nuclear –una fuente de energía confiable y libre de carbono– socava aún más su seguridad energética. El resultado es una economía que se está derrumbando bajo el peso de sus propias políticas miopes.</p><p></p><h2>Un mundo sin libre comercio</h2><p>El segundo pilar del éxito de Alemania fue su dependencia del libre comercio y de los mercados globales. Como líder en exportaciones, Alemania prosperó en un mundo de bajas barreras comerciales y mercados abiertos. Su modelo económico dependía de la venta de bienes de alta calidad (automóviles, maquinaria y productos químicos) a países como China y Estados Unidos.</p><p></p><p>Pero el mundo está cambiando. El aumento del proteccionismo, la disociación entre Estados Unidos y China y las crecientes tensiones comerciales han alterado el orden global del que dependía Alemania. La dependencia económica de Berlín respecto de China –su mayor socio comercial– también se ha convertido en un lastre, a medida que aumentan las tensiones geopolíticas entre Pekín y Occidente. Alemania se encuentra ahora en una posición precaria, atrapada entre sus intereses comerciales y sus alianzas políticas.</p><p></p><p>Incluso la tan cacareada relación comercial de Alemania con Estados Unidos está bajo tensión. Los responsables de las políticas estadounidenses son cada vez más escépticos respecto de la oportunistaidad europea, en particular la negativa de Alemania a asumir una parte justa de los costos de defensa. La economía alemana, impulsada por las exportaciones y que desde hace mucho tiempo se ha beneficiado del libre acceso a los mercados estadounidenses, es vulnerable a las crecientes barreras comerciales y al creciente resentimiento estadounidense.</p><p></p><h2>El dilema militar</h2><p>El tercer pilar de la prosperidad alemana de posguerra fue su limitado gasto militar. Protegida por el paraguas nuclear estadounidense durante la Guerra Fría, Alemania tuvo libertad para concentrar sus recursos en el desarrollo económico en lugar de en la defensa. Durante décadas, el gasto de defensa de Berlín rondó el 2% del PIB, muy por debajo del objetivo de la OTAN. Esto le permitió a Alemania invertir fuertemente en infraestructura, programas sociales e innovación industrial.</p><p></p><p>Ahora, Alemania se ve obligada a cambiar de rumbo. La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto la dependencia de Europa del poder militar estadounidense, y Alemania se encuentra bajo una intensa presión para aumentar su presupuesto de defensa. Si bien esto puede agradar a los aliados de la OTAN, pondrá a prueba las ya de por sí limitadas finanzas alemanas. La promesa de Berlín de un fondo de defensa de 100.000 millones de euros es un marcado cambio respecto de su estrategia de posguerra de priorización económica. El costo de oportunidad de este cambio será enorme, ya que fondos que podrían haberse destinado a reconstruir la industria alemana o modernizar la infraestructura se desvían al ejército.</p><p></p><h2>El fin del excepcionalismo alemán</h2><p>La decisión de Alemania de convertir a Rusia en su enemigo ha convertido uno de sus mayores activos –la energía barata– en una flagrante debilidad. Su excesiva dependencia del libre comercio global está resultando insostenible en un mundo más proteccionista y fragmentado, y su nuevo enfoque en el gasto militar amenaza con socavar la misma estabilidad social y económica que la convirtió en un modelo para otros.</p><p></p><p>Lo que es peor, los dirigentes alemanes parecen no darse cuenta de la magnitud de la crisis. El gobierno del canciller Olaf Scholz está redoblando sus esfuerzos en políticas que sólo acelerarán la decadencia del país: una agenda verde excesivamente entusiasta, relaciones tensas con China y un alineamiento acrítico con los objetivos geopolíticos de Estados Unidos. Estas decisiones pueden ganarle a Alemania elogios en Washington y Bruselas, pero están condenando a su pueblo a un futuro de estancamiento económico y disminución de los niveles de vida.</p><p></p><p>El error de Alemania no fue sólo volverse contra Rusia, sino olvidar lo que la hizo exitosa en primer lugar. El camino que le queda por delante será largo y doloroso y, a menos que Berlín reconsidere su estrategia, el milagro económico alemán se convertirá en una advertencia sobre arrogancia y locura estratégica.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="ARGENTVS, post: 3628433, member: 93"] [URL unfurl="true"]https://www.rt.com/news/609998-germany-mistake-russia-doom/?utm_source=browser&utm_medium=aplication_chrome&utm_campaign=chrome[/URL] [HEADING=2]Alemania está condenada por este grave error.[/HEADING] Berlín no sólo se volvió contra Rusia: olvidó lo que lo hizo exitoso en primer lugar Durante décadas, Alemania fue la envidia del mundo: un ejemplo brillante de cómo una nación devastada por la guerra podía resurgir de las cenizas y convertirse en la potencia económica de Europa. Este éxito no fue casualidad. La prosperidad de Alemania se basaba en tres pilares fundamentales: acceso a la energía barata rusa, libre comercio sin trabas con Estados Unidos y otros aliados occidentales y un gasto militar mínimo gracias a las garantías de seguridad estadounidenses después de la Guerra Fría. Estos factores permitieron a Alemania construir una economía industrial sin parangón, mantener un generoso estado de bienestar y convertirse en un actor importante en los mercados globales. Pero la decisión de Alemania de cortar sus vínculos con Rusia tras la escalada en Ucrania amenaza con desmantelar esa base cuidadosamente construida. Al alinearse por completo con la estrategia de la OTAN dirigida por Estados Unidos contra Moscú, Alemania selló sin darse cuenta su destino económico. Las consecuencias ya son visibles y lo peor está por venir. Alemania está condenada a causa de este grave error. [HEADING=1]La crisis energética: el talón de Aquiles de Alemania[/HEADING] La economía alemana siempre ha sido un gigante construido sobre industrias de alto consumo energético, como la química, la automovilística y la industria pesada. Estas industrias dependían de una ventaja clave: el gas natural ruso a un precio asequible. Durante décadas, Berlín fomentó una estrecha relación energética con Moscú, importando enormes cantidades de gas barato a través de gasoductos como Nord Stream. Este acuerdo mutuamente beneficioso mantuvo a las fábricas alemanas funcionando y a su economía exportadora altamente competitiva. Esa relación terminó. En respuesta a la invasión rusa de Ucrania, Alemania abandonó la energía rusa casi de la noche a la mañana, cerró Nord Stream y buscó alternativas. ¿El resultado? Precios de la energía en alza y una crisis manufacturera que está paralizando la industria alemana. Sin energía barata, los mismos sectores que hicieron de Alemania un gigante industrial –automotriz, siderúrgico y químico– ya no son competitivos a nivel global. Para empeorar las cosas, el compromiso ideológico de Alemania con una rápida transición hacia una energía verde no ha hecho más que exacerbar el problema. Si bien la energía renovable tiene sus méritos, no está ni cerca de reemplazar la energía de base confiable que proporcionaba el gas ruso. La decisión de Alemania de abandonar gradualmente la energía nuclear –una fuente de energía confiable y libre de carbono– socava aún más su seguridad energética. El resultado es una economía que se está derrumbando bajo el peso de sus propias políticas miopes. [HEADING=1]Un mundo sin libre comercio[/HEADING] El segundo pilar del éxito de Alemania fue su dependencia del libre comercio y de los mercados globales. Como líder en exportaciones, Alemania prosperó en un mundo de bajas barreras comerciales y mercados abiertos. Su modelo económico dependía de la venta de bienes de alta calidad (automóviles, maquinaria y productos químicos) a países como China y Estados Unidos. Pero el mundo está cambiando. El aumento del proteccionismo, la disociación entre Estados Unidos y China y las crecientes tensiones comerciales han alterado el orden global del que dependía Alemania. La dependencia económica de Berlín respecto de China –su mayor socio comercial– también se ha convertido en un lastre, a medida que aumentan las tensiones geopolíticas entre Pekín y Occidente. Alemania se encuentra ahora en una posición precaria, atrapada entre sus intereses comerciales y sus alianzas políticas. Incluso la tan cacareada relación comercial de Alemania con Estados Unidos está bajo tensión. Los responsables de las políticas estadounidenses son cada vez más escépticos respecto de la oportunistaidad europea, en particular la negativa de Alemania a asumir una parte justa de los costos de defensa. La economía alemana, impulsada por las exportaciones y que desde hace mucho tiempo se ha beneficiado del libre acceso a los mercados estadounidenses, es vulnerable a las crecientes barreras comerciales y al creciente resentimiento estadounidense. [HEADING=1]El dilema militar[/HEADING] El tercer pilar de la prosperidad alemana de posguerra fue su limitado gasto militar. Protegida por el paraguas nuclear estadounidense durante la Guerra Fría, Alemania tuvo libertad para concentrar sus recursos en el desarrollo económico en lugar de en la defensa. Durante décadas, el gasto de defensa de Berlín rondó el 2% del PIB, muy por debajo del objetivo de la OTAN. Esto le permitió a Alemania invertir fuertemente en infraestructura, programas sociales e innovación industrial. Ahora, Alemania se ve obligada a cambiar de rumbo. La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto la dependencia de Europa del poder militar estadounidense, y Alemania se encuentra bajo una intensa presión para aumentar su presupuesto de defensa. Si bien esto puede agradar a los aliados de la OTAN, pondrá a prueba las ya de por sí limitadas finanzas alemanas. La promesa de Berlín de un fondo de defensa de 100.000 millones de euros es un marcado cambio respecto de su estrategia de posguerra de priorización económica. El costo de oportunidad de este cambio será enorme, ya que fondos que podrían haberse destinado a reconstruir la industria alemana o modernizar la infraestructura se desvían al ejército. [HEADING=1]El fin del excepcionalismo alemán[/HEADING] La decisión de Alemania de convertir a Rusia en su enemigo ha convertido uno de sus mayores activos –la energía barata– en una flagrante debilidad. Su excesiva dependencia del libre comercio global está resultando insostenible en un mundo más proteccionista y fragmentado, y su nuevo enfoque en el gasto militar amenaza con socavar la misma estabilidad social y económica que la convirtió en un modelo para otros. Lo que es peor, los dirigentes alemanes parecen no darse cuenta de la magnitud de la crisis. El gobierno del canciller Olaf Scholz está redoblando sus esfuerzos en políticas que sólo acelerarán la decadencia del país: una agenda verde excesivamente entusiasta, relaciones tensas con China y un alineamiento acrítico con los objetivos geopolíticos de Estados Unidos. Estas decisiones pueden ganarle a Alemania elogios en Washington y Bruselas, pero están condenando a su pueblo a un futuro de estancamiento económico y disminución de los niveles de vida. El error de Alemania no fue sólo volverse contra Rusia, sino olvidar lo que la hizo exitosa en primer lugar. El camino que le queda por delante será largo y doloroso y, a menos que Berlín reconsidere su estrategia, el milagro económico alemán se convertirá en una advertencia sobre arrogancia y locura estratégica. [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Conflictos Contemporáneos
Nuevo Orden Mundial
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba