Notas varias por el 2 de Abril...

Creo el topic para colgar diferentes notas de diferentes medios con motivo del 2 de abril, si ven alguna que no postee, posteenla por favor.

Columna de Critica Digital:

Sangre para lavar la sangre

La Guerra de Malvinas partió al exilio argentino en Madrid. Lo mismo que quizá con menos intensidad iba a ocurrir en Caracas, en París, en Estocolmo. Para ser leal a la verdad, lo que nos fracturaba no era la guerra sino su reflejo iluminando viejas, profundas diferencias, poniéndolas en primer plano. El 2 de abril provocó un cisma entre los expatriados, sus organizaciones y en el interior mismo de esos grupos. Nosotros, un puñado de militantes de izquierda procedentes de diferentes experiencias, nos sorprendimos, primero, y discutimos después. Que si las islas eran una colonia de repoblación, que si el desembarco era una reivindicación sentida o una carta que los militares sacaban de la manga; que si un éxito militar era maná del cielo para la Dama de Hierro o para el general golpista, hermanados en la impopularidad y en el gusto por el bourbon. Un militante del exilio uruguayo lo había definido bien: “Quieren lavar la sangre con sangre”. El 1 de mayo, cuando la manifestación de la UGT y de las Comisiones Obreras pasó por Atocha y se detuvo frente al número 55 para vocear puño en alto “Atocha/ hermanos/ no os olvidamos”, en recuerdo a los cinco abogados laboralistas de las CC OO asesinados por un comando fascista en 1977, empezamos distribuir nuestra mariposa antibélica. Tenía un texto muy breve: “La sangre no se lava con sangre. No a la Guerra del Atlántico Sur”. Una parte del exilio madrileño optó por un silencio ominoso; la otra hirvió de indignación patriótica. Curioso, porque hasta entonces las islas no formaban parte del debate político, no figuraban en los programas. Tampoco Juan Perón las había incluido entre sus prioridades. Malvinas no urgidas con las tragedias que ocurrían en el continente. Eduardo Duhalde, uno de los tres motores de la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) y actual secretario de Derechos Humanos, compartió nuestra postura. Con él y con Ricardo Rojo, el autor de Mi amigo el Che, elaboramos un documento, que publicó el diario El País: el Manifiesto contra la Guerra del Atlántico Sur. De la vereda opuesta, los montoneros difundían una solicitada ofreciéndose como voluntarios. Durante la Semana del Detenido- Desaparecido, en las plazas que el alcalde Enrique Tierno Galván cedía a los latinoamericanos para difundir los crímenes que se cometían al sur del río Grande, algunos de ellos nos exigieron que quitáramos las pancartas que llevaban la leyenda “Galtieri asesino”. “Por encima de la dictadura, los argentinos estamos en guerra”, dijeron. Los exiliados uruguayos terciaron para advertir que si se quitaban esas consignas, ellos también se retirarían. Y los pasacalles permanecieron. A nuestras denuncias de la guerra como un brutal manotazo de ahogado se sumaron Antonio Gades, Pepa Flores (una Marisol crecida y madurada), Pilar Miró, José Sacristán, Lola Gaos, Geraldine Chaplin, Antonio Saura, Ana Belén, Víctor Manuel, Fernando Savater, Paco Umbral, el que le dio un contenido amigable al término ninguneante con que nos obsequiaba la derecha: “Sudacas”. Lo más sincero de la política antifranquista, la flor y nata de la progresía del posfranquismo. En un teatro madrileño hablaron contra esa guerra y en nombre nuestro, el periodista Javier Martínez Reverte y el comandante Luis Otero, un militar represaliado por demócrata e hijo de otro comandante también llamado Luis Otero, fusilado por la República. “Otero es un apellido con mala suerte en el ejército español”, nos decía Luis, al que las Cortes acaban tardíamente de condecorar. Otero se preguntó, ante un auditorio deslumbrado por su humor y su irreverencia “¿cuánto vale el honor militar? ¿Cien muertos alcanzan para mantener el honor militar? ¿O hacen falta más? ¿Mil, diez mil muertos satisfacen el honor militar?”. En cuestiones de honor, los reglamentos de todos los ejércitos resultan igualmente absurdos. El artículo 751, de los 888 del Código Militar argentino, disponía que “un soldado será condenado a prisión de 2 a 5 años si en combate con un enemigo extranjero se rinde sin haber agotado todas sus municiones o haber perdido los dos tercios de los hombres bajo su mando”. Las lecturas de Luciano Benjamín Menéndez y Alfredo Astiz sólo habían llegado al 750.

Poco después de terminado el conflicto, el acto con que la embajada argentina recordaba el 9 de Julio no pudo realizarse. Nuestra pequeña agrupación y familiares de desaparecidos frustraron la celebración y abortaron la misa tradicional en el Colegio Mayor Argentino. La mujer del director del hospedaje se había desmayado al pie del altar al escuchar el “¡esas hostias están ensangrentadas!”, que había gritado una de las madres, que clamaban, golpeaban, arañaban las paredes vidriadas del Colegio. Al ver que el agregado militar, acompañado por su hijo, se escabullía, alguien le recordó que ese muchachito tenía la edad de los que habían sido traicionados en Malvinas. La policía nacional impidió que aquello terminara en una batalla campal entre los árboles del Parque del Oeste. Luego, en la revista Cambio/16 leeríamos que el oficial era un tal coronel Crespi, el hombre encargado de proveer las minas con que la dictadura y el montonero pasado a sus filas, Máximo Nicoletti, habían planificado volar los transportes de la Royal Navy anclados en Gibraltar. Crespi era una de las piezas de la llamada Operación Algeciras.

Clarin:

La vía diplomática, el recurso elegido por la mayoría de los argentinos.







Al cumplirse un nuevo aniversario de la ocupación militar de las Islas Malvinas y luego del entredicho diplomático por la exploración hidrocarburífera en el archipiélago, la consultora Poliarquía difundió los resultados de una nueva encuesta sobre el interés y la opinión de los argentinos respecto del conflicto.

Según los datos difundidos, un 52% de la población reconoce que sigue con mucho o bastante interés las noticias sobre las Islas. Pero es también notable la cantidad de argentinos que dicen hacerlo con poco o ningún interés (45%). Los hombres (58%) y los ciudadanos mayores de 50 años (61%) son los más interesados.

Consultados sobre la política que el gobierno argentino debiera implementar en relación a la disputa sobre la soberanía, tres de cada cinco argentinos manifiestan su voluntad de insistir diplomáticamente con el reclamo. Por su parte, un 24% de la población sugiere proponer algún tipo de soberanía compartida. El 5% prefiere reconocer la soberanía inglesa sobre el archipiélago y apenas el 3% se inclina por iniciar acciones militares.

Los segmentos más interesados en las noticias referidas a las Islas (hombres y ciudadanos mayores de 50 años) son más proclives al reclamo diplomático (68% y 64% respectivamente), mientras que los sectores que siguen con menos intensidad el tema (mujeres y jóvenes) son más permeables a soluciones alternativas, como la propuesta de soberanía compartida (28%).

La historia del piloto inglés prisionero en Malvinas, en un documental argentino

El 21 de mayo de 1982, el piloto de la Royal Air Force Jeff Glover despegó del portaaviones Hermes con la misión de arrojar sus bombas de racimo sobre posiciones argentinas en Puerto Mitre (Port Howard), la "capital" de la casi inhabitada Gran Malvina -rebautizada Puerto Yapeyú durante la guerra-. Sería su última misión: Glover evitó lanzar las bombas al ver asentamientos civiles demasiado cerca de su blanco, y al hacer un segundo sobrevuelo para sacar fotos de reconocimiento, su Harrier fue alcanzado por un misil Blowpipe lanzado por comandos argentinos. Volaba a mil kilómetros por hora cuando sintió tres explosiones en su máquina, que empezó a dar vueltas a gran velocidad totalmente fuera de control. Glover logró eyectarse con éxito, pero fue apresado y se convertiría en el único prisionero de guerra inglés que estuvo en esa condición hasta después incluso de terminado el conflicto.

A 28 años de la toma de Puerto Argentino, Glover, casualmente nacido un 2 de abril pero de 1954, contó por primera vez su historia en el documental "Desobediencia debida", que la cineasta argentina Victoria Reale acaba de terminar luego de cuatro años de investigación y rodaje, con asistencia de dirección y entrevistas de la periodista Nora Sánchez. La película incluye el largo testimonio que el ex piloto de caza concedió en Stamford, Inglaterra, donde vive. Glover se retiró de la RAF en 1996 y desde entonces es piloto comercial.

"Los soldados argentinos me fueron a buscar y me sacaron del agua, y ése fue el fin de la guerra para mí", narra Glover frente a la cámara.

Pero la película es una indagación también del trato que recibió el británico como prisionero de guerra, por parte de las mismas Fuerzas Armadas que se habían hecho del poder absoluto en 1976 y ejecutado el terrorismo de Estado.

Reale, la directora del documental, es hija del ex médico del Ejército Luis Reale, quien con grado de mayor fue jefe de la Compañía de Sanidad 3 en Puerto Mitre (Port Howard), y el primer médico en atender a Glover, herido en el rostro y con una luxación en el hombro. El dato biográfico que une a la directora con uno de los protagonistas de esta historia es el anticipo de una revelación, que explica el título del documental: el ex médico militar y veterano de Malvinas cuenta que al comunicarse con el comando de su Brigada para informar que tenía en su poder al piloto herido, "inmediatamente me indican que lo presione para tratar de ubicar la posición del portaaviones ... Jamás procedí a actuar como me habían pedido. Mi labor profesional es como médico", relata Reale, que dejó el Ejército poco después de volver al continente.

"Papá se negó a responder en cámara que quería decir con 'presionar'. ¿Se refería a torturar? ¿Podía su jefe el general (Omar) Parada desconocer semejante orden?", interroga sugestivamente la voz en off de la directora.

Glover nada supo de esto, aunque admite que prefería ser prisionero de la Fuerza Aérea ya que había "leído sobre los desaparecidos a manos del Ejército" en los años previos.
El piloto prisionero fue llevado luego a Pradera del Ganso (Goose Green), y poco después trasladado junto a otros heridos argentinos al continente, antes de la caída de Puerto Argentino. Estuvo en Comodoro Rivadavia, y después en la base áerea de El Chamical, La Rioja.

Del otro lado, los británicos retenían a Alfredo Astiz, rendido en las Georgias y exigían la liberación de Glover que, intervención de la Cruz Roja Internacional mediante, fue liberado en Montevideo recién el 8 de julio.

En el diario Perfil hicieron una "Produccion periodistica" con sitio propio al respecto, aca esta el link, son videos:

Incluye entrevistas a un periodista (Basado en Rio Grande, que nunca piso Malvinas), una productora de tv, un coleccionista, un ex combatiente y un "ex soldado mobilizado a la patagonia que el gobierno no reconoce como VGM" (sic).

Link a Perfil

Cuando vea otras veo de postearlas.

Si los mods quieren unir este topic con algun otro pre existente, por favor, adelante.
 
Dos mas de La nacion:

D´Elía marchó a la embajada inglesa

En el 28° aniversario del desembarco militar en las islas Malvinas, el dirigente piquetero Luis D´Elía encabezó hoy una marcha desde plaza Miserere hacia la embajada británica, ubicada en la Recoleta, para "reinvidicar la soberanía".

"Gran Bretaña intenta robar nuestro petróleo en Malvinas y boicotear nuestra soberanía una vez más", sostuvo el dirigente.

"El pueblo no olvida, tiene memoria, y lleva en su corazón a todos los caídos en Malvinas, a todos los que regaron con su sangre ese suelo, que alguna vez va a volver a ser nuestro", planteó el titular de la Federación de Tierra y Vivienda.

D´Elía también se encargó de aclarar que la manifestación es "totalmente pacífica".

Críticas. El líder piquetero criticó duramente a referentes de la oposición, como el jefe del bloque radical en la Cámara baja, Oscar Aguad, los diputados Paula Bertol (Pro) y Adrián Pérez (Coalición Cívica). "Que hayan ido al Foreign Office no sabemos con qué sentido político, es una actitud que es claramente de malos argentinos y que ofende a los caídos en Malvinas", lanzó.

¿Alguien sabe algo de la reunion de la que hace mencion en la nota?

Otra mas:

Los kelpers destacaron su intención de buscar la cooperación pacífica con la Argentina

(DyN) - La Asamblea Legislativa del Gobierno de las Islas Malvinas remarcó su intención de buscar la cooperación pacífica con la Argentina, pero reafirmó la soberanía británica.

En un mensaje dirigido a quienes estuvieron "involucrados de manera personal en la guerra y sus familias", el órgano de gobierno kelper remarcó que cada 2 de abril "trae de regreso recuerdos tristes y dolorosos".

"Hoy rememoramos los eventos del 2 de abril de 1982 que provocaron la muerte de más de 900 personas en las islas ", comenzó el comunicado.

En el texto, destacaron su intención de buscar la cooperación pacífica con la Argentina.

"Es apropiado insistir en la necesidad de trabajar en forma conjunta para asegurar que jamás se repita la tragedia de 1982", agregó el texto.

Sin embargo, reafirmaron los derechos británicos sobre los territorios del Atlántico Sur.

"A 28 años después de la guerra, las Islas Malvinas (Malvinas) son un territorio de ultramar del Reino Unido, autogobernado, con el derecho inalienable a determinar nuestro propio futuro".

Al margen de esa definición, adelantaron su deseo de que se mantengan las visitas de familiares de soldados argentinos caídos en las islas, como las realizadas el 3 y el 10 de octubre pasado.

"Por muchos años los habitantes de las Islas Malvinas (Malvinas) recibieron de buena manera a visitantes tanto de Gran Bretaña como de la Argentina. En octubre pasado, bajo el auspicio de la Comisión de Familiares Argentinos, 375 familiares visitaron las Islas para homenajear a los argentinos en el cementerio de Darwin. Está bien y es apropiado que esas visitas continúen", consignó el comunicado.

Debo decir que me parece MUY pobre la cobertura que se le esta dando al tema desde los medios, sera que 28 no es un numero muy notorio....

Habiendo tantos VGM a los que podrian entrevistar para hacer oir sus voces...
 
Arriba