No debemos convivir con la militarización de Malvinas

Tronador II

Colaborador
Nota Publicada en la sección Tribuna del Diario Clarin:

El punto a favor es que un integrante de un Partido Político de la Oposición alerta sobre la extrema militarización de las Islas Malvinas.

Lo lamentable es que de nuestras FFAA....ni noticias:banghead:


No debemos convivir con la militarización de Malvinas

La llegada a las Islas de soldados que se entrenarán para ir a Afganistán es un nuevo acto de hostilidad para la Argentina y para todos los países que respaldan nuestra soberanía.

Por: Hipólito Solari Yrigoyen, PRESIDENTE DE LA CONVENCION NACIONAL DE LA UCR

1 de 1(http://www.horaciocardo.com/cardo.asp)
Era lo que faltaba: las islas Malvinas, la reliquia colonial del Reino Unido, ahora se utilizan para entrenar a los soldados que participarán en la guerra de Afganistán. En una palabra sirven para cualquier cosa, menos para negociar la disputa de soberanía con la Argentina, como lo viene requiriendo las Naciones Unidas año tras año.

Aun sin mencionar los legítimos derechos de nuestra República sobre los tres archipiélagos australes en disputa -Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur-, para las autoridades británicas, sean laboristas o conservadoras, Afganistán o lo que sea, cuentan más que los muchos lazos históricos y culturales que han unido a nuestros países a través de los años. La llegada del primer contingente de los soldados de Yorkshire a las islas es un nuevo acto de hostilidad no sólo para la Argentina sino para toda la región latinoamericana que respalda nuestra soberanía y condena el colonialismo.

Este regimiento es uno de los más grandes de la infantería del ejército británico y se compone de cuatro batallones: tres del ejército profesional y uno del ejército territorial del condado al que pertenece. El regimiento fue formado oficialmente el 6 de junio 2006. El duque de York es el coronel jefe y el duque de Wellington es el teniente coronel subjefe. Pero los soldados de Yorkshire, seguramente, ni en las Malvinas ni en Afganistán, tendrán el gusto de ver ni de lejos a estos jefes virtuales.

Esta nueva decisión militar, totalmente ajena a la esfera de nuestra región, no es un hecho aislado. Desde el final de la infausta guerra de 1982, el colonialismo ha dedicado las islas usurpadas a fines militares con un gasto de considerables proporciones para la corona británica. A esta política la entonces primer ministro Margaret Thatcher, que lleva sobre sus espaldas buena parte de la responsabilidad de esa guerra, la llamó Malvinas Fortaleza.

Se creó la base militar de Monte Agradable, ubicada a unos 45 km al suroeste de Puerto Argentino, que fue inaugurada en 1985 y a la que se destinó desde el inicio un número de soldados poco más o menos similar al de habitantes, pero con instalaciones con una capacidad de albergar más del doble de tropa. La base depende de la Real Fuerza Area y está equipada en forma permanente, por lo menos, con cuatro helicópteros, un avión cisterna y otro Hércules. Además cuenta con unidades de señales, un destacamento de misiles de la Artillería Real, una unidad conjunta de comunicaciones para la guerra electrónica y el comando y control de los sistemas de la Marina, Ejército y Fuerza Aérea.

El paso del tiempo y el notorio pacifismo de la Argentina, lejos de debilitar esa política belicista, lo han ido incrementando. La base aérea cuenta con un importante aeropuerto con dos pistas de 2590 y 1595 metros respectivamente y hace pocos meses reemplazó sus viejos aviones militares Tornado F3 por modernísimos superjets Eurofighter Typhoons (Serie 2) valuados en 100 millones de dólares cada uno, que pueden volar hasta una velocidad de 2450 kms. por hora, y que, con su sistema de misiles, pueden detectar blancos a través de sensores de altísima tecnología.

Los Typhoons son aviones de caza que tienen un diseño que combina agilidad con capacidades furtivas, lo que los ha convertido en uno de los mejores aviones de combate en la actualidad. Cada unidad está equipada con dos misiles de largo alcance y otros dos de guía infrarroja de corto alcance. El proyecto inicial de estos aviones fue impulsado por la empresa British Aerospace aunque para su construcción se apeló a capitales internacionales europeos. El inicio de la hasta ahora frustrada exploración petrolera puso en evidencia el incremento de la dotación naval en las islas. En sus aguas adyacentes se encontraron el submarino a propulsión nuclear Sceptre, equipado con torpedos anti buque Spearfish, y otros cuatro barcos de guerra: un destructor de la Marina, un buque de patrulla, un barco de encuesta y otro auxiliar. El submarino, de 82 metros de largo, no es moderno pues fue construido en 1978, pero sí lo es su equipamiento con un sonar, periscopios de ataque y de búsqueda, de radar anticolisión y de guerra electrónica. Además, cuenta con cinco tubos de torpedos capaces de disparar el Spearfish de alto poder destructivo.

La Argentina no constituye ninguna amenaza. Nuestro justo reclamo por los territorios usurpados desde el advenimiento de la democracia el 10 de diciembre de 1983 con el presidente Raúl Alfonsín, se encuadra en los principios del derecho internacional, que destierran para siempre el uso de la fuerza. La política de Defensa de nuestro país y todos sus actos respaldan su inequívoca política pacifista.

Nuestra diplomacia debe llevar adelante una fuerte ofensiva diplomática contra la provocación armamentista de la potencia colonial. Hay que plantear el tema en la OEA y, con la solidaridad de los países hermanos y amigos, llevar la denuncia a las Naciones Unidas, incluyendo el Comité de Descolonización, sin perjuicio de plantearlo también en las relaciones bilaterales.

En definitiva, no podemos convivir en silencio con una militarización que incluye el peligro nuclear. La Argentina no debe ahorrar esfuerzos para lograr que el Atlántico Sur sea una zona de paz como lo ha declarado la Asamblea General de Naciones Unidas.

http://www.clarin.com/diario/2010/05/12/opinion/o-02194334.htm
 
Sr. Forista Tronador, por favor no tome mi crítica en contra suya, sino en contra de la nota, por sobre todo la BARRABASADA de su autor que voy a remarcar:

[...]La Argentina no constituye ninguna amenaza. Nuestro justo reclamo por los territorios usurpados desde el advenimiento de la democracia el 10 de diciembre de 1983 con el presidente Raúl Alfonsín, se encuadra en los principios del derecho internacional, que destierran para siempre el uso de la fuerza. La política de Defensa de nuestro país y todos sus actos respaldan su inequívoca política pacifista.

Nuestra diplomacia debe llevar adelante una fuerte ofensiva diplomática contra la provocación armamentista de la potencia colonial. Hay que plantear el tema en la OEA y, con la solidaridad de los países hermanos y amigos, llevar la denuncia a las Naciones Unidas, incluyendo el Comité de Descolonización, sin perjuicio de plantearlo también en las relaciones bilaterales.

En definitiva, no podemos convivir en silencio con una militarización que incluye el peligro nuclear. La Argentina no debe ahorrar esfuerzos para lograr que el Atlántico Sur sea una zona de paz como lo ha declarado la Asamblea General de Naciones Unidas.

http://www.clarin.com/diario/2010/05/12/opinion/o-02194334.htm

Lo marcado en negrita me lleva a 2 conclusiones posibles sobre el autor de la nota: 1) es un INCAPAZ o 2) es un CIPAYO y un VENDEPATRIA.
¿¿Qué es eso de "desterrar para siempre el uso de la fuerza"?? Estamos todos locos??
A dos citas me remito para estar mas que en contra de estas barbaridades manifestadas:
1) El archirrepetido "Sic vis pacem, para bellum".
2) Y la acertadísima reflexión de Carl Von Clausewitz: "Si el guerrero no puede contar con otra victoria que la política, el gobernante deberá fijar sus fines con libertad restringida."

Que el Sr. Solari Yrigoyen se dedique a hablar de temas como ser arreglos florales, decoración de tortas u otros tópicos que puedan estudiarse en el canal Utilísima. La defensa que la deje para la gente capaz y con voluntad de vivir en una Gran Nación, no en una colonia.
 

Julian5000

Colaborador
Creo que califica para la Opción 1 y la 2 juntas.
Como tantos otros que creen que bajandose los pantalones se genera compasión en el enemigo. Y lo único que se consigue es animarlo a más.
Estos son los que, con estos discursos tibios, se cagan en las vidas de los que murieron por la Patria. Y en la Patria misma.
 

Tronador II

Colaborador
Panchi, para nada tomo tu comentario en contra de mi post, de hecho, si te fijas bien yo estoy poniendo que lo "lamentable" de todo esto es que de nuestras FFAA (y nuestro derecho a la defensa)...ni noticias...
 
S

SnAkE_OnE

en todo caso eso es una animosidad politica que Alfonsin siempre demostro, cosa muy distinta a los lineamientos de la Ley de Defensa de 1988, que lo que habla es de una Argentina que protege sus recursos propios y reacciona ante las amenazas externas directas.
 

Tronador II

Colaborador
en todo caso eso es una animosidad politica que Alfonsin siempre demostro, cosa muy distinta a los lineamientos de la Ley de Defensa de 1988, que lo que habla es de una Argentina que protege sus recursos propios y reacciona ante las amenazas externas directas.

Si Fede, pero el tema es que hoy "casi" ningún político habla sobre el rol "fundamental" de nuestras FFAA en pos de la Defensa de nuestra integridad territorial y principalmente de nuestros recursos naturales "no renovables"....

Nadie dice que hay que estar a favor de la guerra y pelearse con todo el mundo..., pero si no tenemos FFAA capaces y creíbles, no es que no nos van a respetar..., el día de mañana cuando las cosas se pongan feas con los recursos escasos..., ese día la "política y la diplomacia" desaparecerán...y seguro van a venir a tomarlos como panchos por su casa.

Puede ser que sea un poco exagerado..., pero el concepto es ese.
 
S

SnAkE_OnE

Si Fede, pero el tema es que hoy "casi" ningún político habla sobre el rol "fundamental" de nuestras FFAA en pos de la Defensa de nuestra integridad territorial y principalmente de nuestros recursos naturales "no renovables"....

En todo caso habria que esperarse un problema serio internacional o un debate politico televisado que toque estos temas...Pino Solanas por ejemplo mucho habla de la reactivacion de la Industria Basica...pero no ha presentado ni planes ni alternativas a la situacion actual mas alla de las quejas de la contaminacion de la mineria a gran escala y que FADEA "no es lo que antes era" y obviamente, en el corto y mediano plazo tampoco lo va a ser siempre y cuando el pais no se desarrolle uniformemente.

Nadie en su sano juicio esta a favor o pro Guerra, los unicos que se benefician de estas cosas son los grupos economicos vencedores y la industria armamentista, tanto legal como ilegal..
 
Nadie dice que hay que estar a favor de la guerra y pelearse con todo el mundo..., pero si no tenemos FFAA capaces y creíbles, no es que no nos van a respetar..., el día de mañana cuando las cosas se pongan feas con los recursos escasos..., ese día la "política y la diplomacia" desaparecerán...y seguro van a venir a tomarlos como panchos por su casa.

Y así es. "Política y diplomacia" sin backup de fierros, es como los fideos sin el tuco.... o peor, porque a los fideos en esas condiciones todavía uno se los morfa si tiene hambre. Hobbes decía que la única garantía de la Ley era la Espada, esto se traslada perfectamente a la política internacional/diplomacia. Coincido en que no hay que ser un belicista, de hecho la Argentina jamás peleó una guerra imperial (salvo la vergüenza de la Guerra del Paraguay, que ni tampoco, porque no se quedó con un solo centímetro cuadrado de territorio paraguayo). El factor militar debe ser utilizado como último recurso, pero indudablemente debe estar ahí preparado para ser usado y mostrado que puede ser usado con todo vigor si las circunstancias obligan. Esto es ni mas ni menos que disuasión, no estoy inventando nada nuevo.
 

Tronador II

Colaborador
Coincido en que no hay que ser un belicista, de hecho la Argentina jamás peleó una guerra imperial (salvo la vergüenza de la Guerra del Paraguay, que ni tampoco, porque no se quedó con un solo centímetro cuadrado de territorio paraguayo)

Una osbervación, la Guerra del Paraguay no fue una vergüenza, al menos para Argentina, como tampoco fue una guerra Imperial.

Argentina no le declara la guerra a Paraguay así porque sí, sino porque las fuerzas paraguayas ante la negativa de nuestra Nación de darles libre paso por nuestras provincias de Corrientes y Entre Ríos hacia Brasil/Uruguay, deciden invadir las mismas (en esos momentos, esas Porvincias estaban más cerca de Paraguay que de Argentina, y Solano López pensaba que las mismas iban a terminar aliándose con el...).

Ante el hecho consumado que más de 20.000 paraguayos pasaran como por su casa, a Argentina no le quedó más remedio que declararle la Guerra al Gobierno Paraguayo (Mitre siempre fue claro en ese punto, la Guerra es contra el Gobierno, y NO contra el Pueblo Paraguayo).

Otro hecho que es falso, es que la Guerra fue producto de presiones de los "piratas" británicos, por el "potencial" de Paraguay...Paraguay no era ninguna potencia, ni lo iba a ser, su mayor riqueza estaba basada en la producción de Yerba Mate...de los 70.000 soldados que tenían ...alrededor del 25% tenía material militar acorde a un ejército moderno (fusiles, uniforme, etc), el resto tenía lanzas y andaba hasta descalzo. Eso sí, la fiereza del soldado Paraguayo, no se discutía (algunas acciones que se cuentan, se asemejan a las actitudes de los japoneses en las batallas de la 2GM). Tampoco tenía una Marina importante, ni Ástilleros ni nada.

Todas esas creencias, son producto principalmente del Gobierno de Stroessner, que se dió cuenta que Paraguay, a diferencia de Argentina,Brasil, Chile o Venezuela, no tenía un San Martín, un Pedro II, un O`Higgins o un Bolivar. En consecuencia, debió realzar la figura de Francisco Solano López, a la de un héroe (cuando en realidad estaba más cerca de ser un déspota, con graves problemas de personalidad) y a Paraguay como una potencia emergente, que le pusieron un pie en la cabeza y le cortaron su destino.

Lo que no se entiende, es como los gobiernos Argentinos, siguieron con ese jueguito, poniéndonos a nosotros como "culpables agresores" (cuando en realidad fuimos los agredidos) y encima pidiéndoles disculpas a los Paraguayos por defendernos...es increíble!!! (bueno, si se piensa que con Malvinas se hizo exáctamente lo mismo...no tanto). Chile a diferencia, honra a sus héroes de la Guerra del Pacífico...y eso que fueron los agresores (y tomaron Lima, e hicieron sus cosas bastantes reprobables ahí)...

Te recomiendo un libro de la Guerra del Paraguay "Maldita Guerra", es un trabajo muy completo.


En fin..., espero no haberme bandeado mucho...:nopity:
 
Me tengo que morder la lengua pués ya me han advertido de no entrar en estos temas...

No sé si habrá alguien por aquí autorizado para responder con un poco de rigor histórico.
 

Tronador II

Colaborador
No sé si habrá alguien por aquí autorizado para responder con un poco de rigor histórico.

Sobre que punto en particular estas preguntando?, porque los datos que puse no los inventé, en este caso si salen de documentos de la época que el historiador Doratioto estuvo recopilando durante muchos años y volcó en su libro "Maldita Guerra".
 

Grulla

Colaborador
Colaborador
Lo marcado en negrita me lleva a 2 conclusiones posibles sobre el autor de la nota: 1) es un INCAPAZ o 2) es un CIPAYO y un VENDEPATRIA.
¿¿Qué es eso de "desterrar para siempre el uso de la fuerza"?? Estamos todos locos??

Que el Sr. Solari Yrigoyen se dedique a hablar de temas como ser arreglos florales, decoración de tortas u otros tópicos que puedan estudiarse en el canal Utilísima. La defensa que la deje para la gente capaz y con voluntad de vivir en una Gran Nación, no en una colonia.

Y cuales son las credenciales o conocimientos de todos los foristas que se dedican a criticar gratuitamente a un politico con la trayectoria de Hipólito Solari Yrigoyen? La suya es una opinión realista de alguien que conoce el tema, sino cual es la opción que propones?

La cosa no es tan simple como comprar Rafales o Su-34 y enfrentarse a los ingleses, potencia economica, militar nuclear y tecnologica.
Hay que ser realistas y no pedir imposibles. Y el tipo es un politico con una larga trayectoria y escribio varios libros,entre otros, sobre el tema:

  • Así son las Malvinas, Hachette, 1959
    [*]Las Malvinas de hoy, Oriente, 1966
  • El escándalo Aluar, Rafael Cedeño Editor, 1977
  • Los años crueles, Bruguera, 1984
  • Testimonios australes, Galerna, 1986
  • Malvinas : lo que no cuentan los ingleses : 1833-1982, El Ateneo, 1998
  • Patagonia: las estancias del desierto, Secretaría de Cultura del Chubut, 2006
 

Tronador II

Colaborador
Grulla, nadie lo simplifica.

Obviamente que la cosa no es tan simple como comprar Rafaele, Su-34 o Scorpenes...

El tema es que tampoco me parece que lo que propone, sea suficiente (por lo menos lo que se plasmó en el recorte periodístico):

"Nuestra diplomacia debe llevar adelante una fuerte ofensiva diplomática contra la provocación armamentista de la potencia colonial. Hay que plantear el tema en la OEA y, con la solidaridad de los países hermanos y amigos, llevar la denuncia a las Naciones Unidas, incluyendo el Comité de Descolonización, sin perjuicio de plantearlo también en las relaciones bilaterales".

Yo definitivamente no tengo los pergaminos de el, pero he estudiado y en último de los casos, soy un contribuyente con derecho a opinar.

Para mi con lo que propone nos quedamos cortos, nuestro territorio hoy esta invadido y parte de nuestro litoral amenzado, cómo mínimo deberíamos contar con medios "creibles" para porteger y "disuadir" eventuales avances "por error" sobre lo nuestro.

Así mismo, deberíamos coordinar con nuestros vecinos, una acción conjunta para presionar a la otra parte a negociar, restricción de uso de puertos, vias navegables, etc.

Y si, además sumar la ofensiva diplomática que se menciona (pero si uno no tiene otro elemento de presión, es lo mismo que escupir contra el viento)...
 
Sobre que punto en particular estas preguntando?, porque los datos que puse no los inventé, en este caso si salen de documentos de la época que el historiador Doratioto estuvo recopilando durante muchos años y volcó en su libro "Maldita Guerra".

¿Solo yerba mate?

Paraguay tuvo un duro régimen dictatorial de más de treinta años encabezado por el Doctor Gaspar Rodríguez de Francia, intelectual paraguayo, considerado como una de las personas más ilustres de América del Sur, pero a su vez conocido por su despotismo y tiranía. Al final de su mandato, el país pudo romper décadas de aislacionismo y reabrir sus fronteras con sus vecinos. El resultado de más de treinta años de encierro, aunque para muchos parezca paradójico, fue la construcción de los cimientos para que, en las dos décadas siguientes, el país se conviertiera en uno de los más florecientes de América

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_la_Triple_Alianza

No me gusta recurrir a Wikipedia pero es lo más rápido para postear aquí. Personalmente creo que Argentina se vió empujada a una guerra que no quería pero como "otros" se benefició (Así es la guerra por supuesto)

Hoy parece que todo está calmado pero ¿Si Brasil termina siendo una potencia egemónica y con un futuro gobierno más ambicioso...?
 
J

JULIO LUNA

Y cuales son las credenciales o conocimientos de todos los foristas que se dedican a criticar gratuitamente a un politico con la trayectoria de Hipólito Solari Yrigoyen? La suya es una opinión realista de alguien que conoce el tema, sino cual es la opción que propones?

La cosa no es tan simple como comprar Rafales o Su-34 y enfrentarse a los ingleses, potencia economica, militar nuclear y tecnologica.
Hay que ser realistas y no pedir imposibles. Y el tipo es un politico con una larga trayectoria y escribio varios libros,entre otros, sobre el tema:

  • Así son las Malvinas, Hachette, 1959
    [*]Las Malvinas de hoy, Oriente, 1966
  • El escándalo Aluar, Rafael Cedeño Editor, 1977
  • Los años crueles, Bruguera, 1984
  • Testimonios australes, Galerna, 1986
  • Malvinas : lo que no cuentan los ingleses : 1833-1982, El Ateneo, 1998
  • Patagonia: las estancias del desierto, Secretaría de Cultura del Chubut, 2006

Así que ahora hay que tener credenciales para opinar, no me parece que este foro sea un ámbito académico.Con toda las credendeciales que tiene el señor Hipólito Solari Yrigoyen no hace más que expresar una opinión.
 

Tronador II

Colaborador
¿Solo yerba mate?

Paraguay tuvo un duro régimen dictatorial de más de treinta años encabezado por el Doctor Gaspar Rodríguez de Francia, intelectual paraguayo, considerado como una de las personas más ilustres de América del Sur, pero a su vez conocido por su despotismo y tiranía. Al final de su mandato, el país pudo romper décadas de aislacionismo y reabrir sus fronteras con sus vecinos. El resultado de más de treinta años de encierro, aunque para muchos parezca paradójico, fue la construcción de los cimientos para que, en las dos décadas siguientes, el país se conviertiera en uno de los más florecientes de América

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_la_Triple_Alianza

No me gusta recurrir a Wikipedia pero es lo más rápido para postear aquí. Personalmente creo que Argentina se vió empujada a una guerra que no quería pero como "otros" se benefició (Así es la guerra por supuesto)

Hoy parece que todo está calmado pero ¿Si Brasil termina siendo una potencia egemónica y con un futuro gobierno más ambicioso...?

Angel, en general en la Wikipedia puedes encontrarte de "todo", bueno y malo.

La cuestión es que sobre la historia de Paraguay de esos años, hay mucho humo, que fue generado por intereses que ya te comenté.

Paraguay te repito, no le llegaba ni a los talones a Argentina, a Chile y menos a Brasil en términos de potencial económico/industrial (no estoy hablando de lo Militar).

La Guerra del Paraguay, fue incialmente una Guerra originada por intereses encontrados entre Paraguay y Brasil (Mato Grosso) a la que se vieron arrastradas Argentina y Uruguay.


Respecto a las consideraciones de Brasil, ni por las tapas ese país considera una guerra con sus vecinos..., no porque no les fuera a ganar, sino porque sabe que para tener peso en la escena Internacional con su propio peso específico no le alcanza...por eso es el cuento este de la UNASUR.
 

Grulla

Colaborador
Colaborador
Así que ahora hay que tener credenciales para opinar, no me parece que este foro sea un ámbito académico.Con toda las credendeciales que tiene el señor Hipólito Solari Yrigoyen no hace más que expresar una opinión.

Tenes razon. Pero me parece que sus comentarios son bastante realistas y lo que propone es la mejor herramienta que tenemos en este momento.
Una cosa muy diferente es que se sienten tanto gobierno como opocisión y juntos decidan cual es la estrategia que vamos a tomar a largo plazo respecto a ese tema y cual es el lugar que nuestro pais quiere ocupar dentro del contexto mundial. Frase trillada y facil de pronunciar pero compleja en su desarrollo

De que me sirve recuperar las Malvinas, mas alla del orgullo nacional, para que la explotacion este luego en manos de British Petroleum, dueña de la mitad de Pan American Energy, Halliburton, Schlumberger, etc y se lleven todo para afuera. Idem con la Pesca
 
La guerra de la triple alianza contra el Paraguay aniquiló la única experiencia exitosa de desarrollo independiente, por Eduardo Galeano

Las venas abiertas de América Latina

El hombre viajaba a mi lado, silencioso. Su perfil, nariz afilada, altos pómulos, se recortaba contra la fuerte luz del mediodía. Ibamos rumbo a Asunción, desde la frontera del sur, en un ómnibus para veinte personas que contenía, no sé cómo, cincuenta. Al cabo de unos horas, hicimos un alto. Nos sentamos en un patio abierto, a la sombra de un árbol de hojas carnosas. A nuestros ojos, se abría el brillo enceguecedor de la vasta, despoblada, intacta tierra roja: de horizonte a horizonte, nada perturba la transparencia del aire en Paraguay. Fumamos. Mi compañero, campesino de habla guaraní, enhebró algunas palabras tristes en castellano. «Los paraguayos somos pobres y pocos», me dijo. Me explicó que había bajado a Encarnación a buscar trabajo pero no había encontrado. Apenas si había podido reunir unos pesos para el pasaje de vuelta. Años atrás, de muchacho, había tentado fortuna en Buenos Aires y en el sur de Brasil. Ahora venía la cosecha del algodón y muchos braceros paraguayos marchaban, como todos los años, rumbo a tierras argentinas. «Pero yo ya tengo sesenta y tres años. Mi corazón ya no soporta las demasiadas gentes.»

Suman medio millón los paraguayos que han abandonado la patria, definitivamente, en los últimos veinte años. La miseria empuja al éxodo a los habitantes del país que era, hasta hace un siglo, el más avamzado de América del Sur. Paraguay tiene ahora una población que apenas duplica a la que por entonces tenía y es, con Bolivia, uno de los dos países sudamericanos más pobres y atrasados. Los paraguayos sufren la herencia de una guerra de exterminio que se incorporó a la historia de América Latina como su capítulo más infame. Se llamó la Guerra de la Triple Alianza. Brasil, Argentina y Uruguay tuvieron a su cargo el genocidio. No dejaron piedra sobre piedra ni habitantes varones entre los escombros. Aunque Inglaterra no participó directamente en la horrorosa hazaña, fueron sus mercaderes, sus banqueros y sus industriales quienes resultaron beneficiados con el crimen de Paraguay. La invasión fue financiada, de principio a fin, por el Banco de Londres, la casa Baring Brothers y la banca Rothschild, en empréstitos con, intereses leoninos que hipotecaron la suerte de los países vencedores".

Hasta su destrucción, Paraguay se erguía como una excepción en América Latina: la única nación que el capital extranjero no había deformado. El largo gobierno de mano de hierro del dictador Gaspar Rodríguez de Francia (1814–1840) había incubado, en la matriz del aislamiento, un desarrollo económico autónomo y sostenido. El Estado, omnipotente, paternalista, ocupaba el lugar de una burguesía nacional que no existía, en la tarea de organizar la nación y orientar sus recursos y su destino. Francia se había apoyado en las masas campesinas para aplastar la oligarquía paraguaya y había, conquistado la paz interior tendiendo un estricto cordón sanitario frente a los restantes países del antiguo virreinato del Río de la Plata. Las expropiaciones, los destierros, las prisiones, las persecuciones y las multas no habían servido de instrumentos para la consolidación del dominio interno de los terratenientes y los comerciantes sino que, por el contrario, habían sido utilizados para su destrucción. No existían, ni nacerían más tarde, las libertades políticas y el derecho de oposición, pero en aquella etapa histórica sólo los nostálgicos de los privilegios perdidos sufrían la falta de democracia. No había grandes fortunas privadas cuando Francia murió, y Paraguay era el único país de América Latina que no tenía mendigos, hambrientos ni ladrones; los viajeros de la época encontraban allí un oasis de tranquilidad en medio de las demás comarcas convulsionadas por las guerras continuas. El agente norteamericano Hopkins informaba en 1845 a su gobierno que en Paraguay «no hay niño que no sepa leer y escribir...» Era también el único país que no vivía con la mirada clavada al otro lado del mar. El comercio exterior no constituía el eje de la vida nacional; la doctrina liberal, expresión ideológica de la articulación mundial de los mercados, carecía de respuestas para los desafíos que Paraguay, obligado a crecer hacia dentro por su aislamiento mediterráneo, se estaba planteando desde principios de siglo. El exterminio de la oligarquía hizo posible la concentración de los resortes económicos fundamentales en manos del Estado, para llevar adelante esta política autárquica de desarrollo dentro de fronteras.

Los posteriores gobiernos de Carlos Antonio López y su hijo Francisco Solano continuaron y vitalizaron la tarea. La economía estaba en pleno crecimiento. Cuando los invasores aparecieron en el horizonte, en 1865, Paraguay contaba con una línea de telégrafos, un ferrocarril y una buena cantidad de fábricas de materiales de construcción, tejidos, lienzos, ponchos, papel y tinta, loza y pólvora. Doscientos técnicos extranjeros, muy bien pagados por el Estado, prestaban su colaboración decisiva. Desde 1850, la fundición de Ibycui fabricaba cañones, morteros y balas de todos los calibres; en el arsenal de Asunción se producían cañones de bronce, obuses y balas. La siderurgia nacional, como todas las demás actividades económicas esenciales, estaba en manos del Estado. El país contaba con una flota mercante nacional, y habían sido construidos en el astillero de Asunción varios de los buques que ostentaban el pabellón paraguayo a lo largo del Paraná o a través del Atlántico y el Mediterráneo. El Estado virtualmente monopolizaba el comercio exterior: la yerba y el tabaco abastecían el consumo del sur del continente; las maderas valiosas se exportaban a Europa. La balanza comercial arrojaba un fuerte superávit. Paraguay tenía una moneda fuerte y estable, y disponía de suficiente riqueza para realizar enormes inversiones públicas sin recurrir al capital extranjero. El país no debía ni un centavo al exterior, pese a lo cual estaba en condiciones de mantener el mejor ejército de América del Sur, contratar técnicos ingleses que se ponían al servicio del país en lugar de poner al país a su servicio, y enviar a Europa a unos cuantos jóvenes universitarios paraguayos para perfeccionar sus estudios. El excedente económico generado por la producción agrícola no se derrochaba en el lujo estéril de una oligarquía inexistente, ni iba a parar a los bolsillos de los intermediarios, ni a las manos brujas de los prestamistas, ni al rubro ganancias que el Imperio británico nutría con los servicios de fletes y seguros. La esponja imperialista no absorbía la riqueza que el país producía. El 98 por ciento del territorio paraguayo era de propiedad pública: el Estado cedía a los campesinos la explotación de las parcelas a cambio de la obligación de poblarlas y cultivarlas en forma permanente y sin el derecho de venderlas. Había, además, sesenta y cuatro estancias de la patria, haciendas que el Estado administraba directamente. Las obras de riego, represas y canales, y los nuevos puentes y caminos contribuían en grado importante a la elevación de la productividad agrícola. Se rescató la tradición indígena de las dos cosechas anuales, que había sido abandonada por los conquistadores. El aliento vivo de las tradiciones jesuitas facilitaba, sin duda, todo este proceso creador.

El Estado paraguayo practicaba un celoso proteccionismo, muy reforzado en 1864, sobre la industria nacional y el mercado interno; los ríos interiores no estaban abiertos a las naves británicas que bombardeaban con manufacturas de Manchester y de Liverpool a todo el resto de América Latina. El comercio inglés no disimulaba su inquietud, no sólo porque resultaba invulnerable aquel último foco de resistencia nacional en el corazón del continente, sino también, y sobre todo, por la fuerza de ejemplo que la experiencia paraguaya irradiaba peligrosamente hacia los vecinos. El país más progresista de América Latina construía su futuro sin inversiones extranjeras, sin empréstitos de la banca inglesa y sin las bendiciones del comercio libre.

Pero a medida que Paraguay iba avanzando en este proceso, se hacía más aguda su necesidad de romper la reclusión. El desarrollo industrial requería contactos más intensos y directos con el mercado internacional y las fuentes de la técnica avanzada. Paraguay estaba objetivamente bloqueado entre Argentina y Brasil, y ambos países podían negar el oxígeno a sus pulmones cerrándole, como lo hicieron Rivadavia y Rosas, las bocas de los ríos, o fijando impuestos arbitrarios al tránsito de sus mercancías. Para sus vecinos, por otra parte, era una imprescindible condición, a los fines de la consolidación del estado olígárquico, terminar con el escándalo de aquel país que se bastaba a sí mismo y no quería arrodillarse ante los mercaderes británicos.

El ministro inglés en Buenos Aires, Edward Thornton; participó considerablemente en los preparativos de la guerra. En vísperas del estallido, tomaba parte, como asesor del gobierno, en las reuniones del gabinete argentino, sentándose al lado del presidente Bartolomé Mitre. Ante su atenta mirada se urdió la trama de provocaciones y de engaños que culminó con el acuerdo argentino–brasileño y selló la suerte de Paraguay. Venancio Flores invadió Uruguay, en ancas de la intervención de los dos grandes vecinos, y estableció en Montevideo, después de la matanza de Paysandú, su gobierno adicto a Río de Janeiro y Buenos Aires. La Triple Alianza estaba en funcionamiento. El presidente paraguayo Solano López había amenazado con la guerra si asaltaban Uruguay: sabía que así se estaba cerrando la tenaza de hierro en torno a la garganta de su país acorralado por la geografía y los enemigos. El historiador liberal Efraím Cardozo no tiene inconveniente en sostener, sin embargo, que López se plantó frente a Brasil simplemente porque estaba ofendido: el emperador le había negado la mano de una de sus hijas. La guerra había nacido. Pero era obra de Mercurio, no de Cupido.

La prensa de Buenos Aires llamaba «Atila de América» al presidente paraguayo López: «Hay que matarlo como a un reptil», clamaban los editoriales. En septiembre de 1864, Thornton envió a Londres un extenso informe confidencial, fechado en Asunción. Describía a Paraguay como Dante al infierno, pero ponía el acento donde correspondía: «Los derechos de importación sobre casi todos los artículos son del 20 o 25 por ciento ad valorem; pero como este valor se calcula sobre el precio corriente de los artículos, el derecho que se paga alcanza frecuentemente del 40 al 45 por ciento del precio de factura. Los derechos de exportación son del 10 al 20 por ciento sobre el valor...» En abril de 1865, el Standard, diario inglés de Buenos Aires, celebraba ya la declaración de guerra de Argentina contra Paraguay, cuyo presidente «ha infringido todos los usos de las naciones civilizadas», y anunciaba que la espada del presidente argentino Mitre «llevará en su victoriosa carrera, además del peso de glorias pasadas, el impulso irresistible de la opinión pública en una causa justa». El tratado con Brasil y Uruguay se firmó el 10 de mayo de 1865; sus términos draconianos fueron dados a la publicidad un año más tarde, en el diario británico The Times, que lo obtuvo de los banqueros acreedores de Argentina y Brasil. Los futuros vencedores se repartían anticipadamente, en el tratado, los despojos del vencido. Argentina se aseguraba todo el territorio de Misiones y el inmenso Chaco; Brasil devoraba una extensión inmensa hacia el oeste de sus fronteras. A Uruguay, gobernado por un títere de ambas potencias, no le tocaba nada. Mitre anunció que tomaría Asunción en tres meses. Pero la guerra duró cinco años. Fue una carnicería, ejecutada todo a lo largo de los fortines que defendían, tramo a tramo, el río Paraguay. El «oprobioso tirano» Francisco Solano López encarnó heroicamente la voluntad nacional de sobrevivir; el pueblo paraguayo, que no sufría la guerra desde hacía medio siglo, se inmoló a su lado. Hombres, mujeres, niños y viejos: todos se batieron como leones. Los prisioneros heridos se arrancaban las vendas para que no los obligaran a pelear contra sus hermanos. En 1870, López, a la cabeza de un ejército de espectros, ancianos y niños que se ponían barbas postizas para impresionar desde lejos, se internó en la selva. Las tropas invasoras asaltaron los escombros de Asunción con el cuchillo entre los dientes. Cuando finalmente el presidente paraguayo fue asesinado a bala y a lanza en la espesura del cerro Corá, alcanzó a decir: «¡Muero con mi patria!», y era verdad. Paraguay moría con él. Antes, López había hecho fusilar a su hermano y a un obispo, que con él marchaban en aquella caravana de la muerte. Los invasores venían para redimir al pueblo paraguayo: lo exterminaron.
Paraguay tenía, al comienzo de la guerra, poco menos población que Argentina. Sólo doscientos cincuenta mil paraguayos, menos de la sexta parte, sobrevivían en 1870. Era el triunfo de la civilización. Los vencedores, arruinados por el altísimo costo del crimen, quedaban en manos de los banqueros ingleses que habían financiado la aventura. El imperio esclavista de Pedro II, cuyas tropas se nutrían de esclavos y presos, ganó, no obstante, territorios, más de sesenta mil kilómetros cuadrados, y también mano de obra, porque muchos prisioneros paraguayos marcharon a trabajar en los cafetales paulistas con la marca de hierro de la esclavitud. La Argentina del presidente Mitre, que había aplastado a sus propios caudillos federales, se quedó con noventa y cuatro mil kilómetros cuadrados de tierra paraguaya y otros frutos del botín, según el propio Mitre había anunciado cuando escribió: «Los prisioneros y demás artículos de guerra nos los dividiremos en la forma convenida». Uruguay, donde ya los herederos de Artigas habían sido muertos o derrotados y la oligarquía mandaba, participó de la guerra como socio menor y sin recompensas. Algunos de los soldados uruguayos enviados a la campaña del Paraguay habían subido a los buques con las manos atadas. Los tres países sufrieron una bancarrota financiera que agudizó su dependencia frente a Inglaterra. La matanza de Paraguay los signó para siempre.

Brasil había cumplido con la función que el Imperio británico le había adjudicado desde los tiempos en que los ingleses trasladaron el trono portugués a Río de Janeiro. A principios del siglo XIX, habían sido claras las instrucciones de Canníng al embajador, Lord Strangford: «Hacer del Brasil un emporio para las manufacturas británicas destinadas al consumo de toda la América del Sur». Poco antes de lanzarse a la guerra, el presidente de Argentina había inaugurado una nueva línea de ferrocarriles británicos en su país, y había pronunciado un inflamado discurso: «¿Cuál es la fuerza que impulsa este progreso? Señores: ¡es el capital inglés!». Del Paraguay derrotado no sólo desapareció la población: también las tarifas aduaneras. los hornos de fundición, los ríos clausurados al libre comercio, la independencia económica v vastas zonas de su territorio. Los vencedores implantaron, dentro de las fronteras reducidas por el despojo, el librecambio y el latifundio. Todo fue saqueado y todo fue vendido: las tierras y los bosques, las minas, los yerbales, los edificios de las escuelas. Sucesivos gobiernos títeres serían instalados, en Asunción, por las fuerzas extranjeras de ocupación. No bien terminó la guerra, sobre las ruinas todavía humeantes de Paraguay cayó el primer empréstito extranjero de su historia. Era británico, por supuesto. Su valor nominal alcanzaba el millón de libras esterlinas, pero a Paraguay llegó bastante menos de la mitad; en los años siguientes, las refinanciaciones elevaron la deuda a más de tres millones. La Guerra del Opio había terminado, en 1842, cuando se firmó en Nanking el tratado de libre comercio que aseguró a los comerciantes británicos el derecho de introducir libremente la droga en el territorio chino. También la libertad de comercio fue garantizada por Paraguay después de la derrota. Se abandonaron los cultivos de algodón, y Manchester arruinó la producción textil; la industria nacional no resucitó nunca.

(...)

La triple Alianza sigue siendo todo un éxito.

Los hornos de la fundación de Ibycuí, donde se forjaron los cañones que defendieron a la patria invadida, se erguían en un paraje que ahora se llama Mina-cué -que en guaraní significa Fue mina.

Allí, entre pantanos y manquitos, junto a los restos de un muro derruido, yace todavía la bese de la chimenea que los invasores volaron, hace un siglo, con dinamita, y pueden verse los pedazos de hierro podrido de las instalaciones deshechas. Viven, en la zona, unos, pocos campesinos en harapos, que ni siquiera saben cuál fue la guerra que destruyó todo eso.

Sin embargo, ellos dicen que en ciertas noches se escuchan, allí, voces de máquina y truenos de martillos, estampidos de cañones y alaridos de soldados.

---------------------------------------------------------------------

Lo saque de una pagina de internet, obvio, pero es un capitulo del libro de Eduardo Galeano.

Es increible como cambia la perspectiva de la historia segun la forma de ver las cosas... lo que me hace pensar que no hay una sola historia, eso quizas nunca lo sepamos... simplemente hay distintas versiones de la historia segun quien la escribe.

Edit: Quizas sea interesante ver los que aborrecen esta vision de los hechos, solo por que esta escrita por un "zurdo" :yonofui:
 
Arriba