Super Etendard y Exocet cambiaron la guerra aeronaval en Argentina
Luis Piñeiro, 17 de septiembre de 2022
Llegada de los Super Etendard a Argentina en 1981.
Tras la negativa de Estados Unidos de vender para su fuerza naval un lote de
Douglas A-4F/A-4M, Argentina dirigió su mirada a Francia por los “
Super Etendard” (SUE). Concluidas las evaluaciones técnicas, operacionales y económicas, se produjo la firma de un acuerdo el 10 septiembre de 1979 por un monto de 150 millones de dólares, importante suma para ese momento.
Al mando del capitán de corbeta
Jorge Colombo, que, una vez los aviones en servicio, sería el comandante de la
2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, el grupo de pilotos llegó a Francia el 10 de noviembre de 1980, si bien los oficiales y suboficiales técnicos se encontraban allí desde el día 23 de agosto de ese año. El primero de los reactores fue completado en Bordeaux/Merignac, el 0753/3-A-203, que una vez aceptado fue llevado en vuelo a la
Base Aeronaval de Landiviseau por el capitán de fragata
Ítalo Lavezzo el 31 de mayo de 1981.
Las entregas se sucedieron de acuerdo a lo pactado, produciéndose la del último de los 5 primeros de la primera tanda, el 0751/3-A-201, el 1 de abril y lo mismo ocurrió con la instrucción de los pilotos, completando su entrenamiento para el
vuelo solo. Los trabajos de puesta a punto de la unidad condujeron que el 7 de diciembre de 1981 finalmente se activara oficialmente la Escuadrilla en una formación en
Comandante Espora.
El 2 de abril de 1982 se concretó la reconquista de la Islas Malvinas y los acontecimientos se precipitaron, lo que parecía algo irreal. Estaba en camino de concretarse un enfrentamiento armado con la
Royal Navy del Reino Unido. El 10 de abril se efectúa el primer reabastecimiento en vuelo, que involucra a un
SUE y un
KC-130H de la
Fuerza Aérea Argentina (FAA). Con la Escuadrilla lista, el 18 de abril vuelan las aeronaves desde la
Base Aeronaval Comandante Espora (BACE) a la
Almirante Quijada (BAAQ), en Río Grande (Isla de Tierra del Fuego).
Las dos primeras unidades de
Super Etendard en aterrizar son los 0752/3-A-202 y 0754/3-A-204, que lo hacen el 19 de abril y el 0753/3-A-203 y el 0755(3-A-205 lo hacen al día siguiente, mientras el quinto aparato, el 0751/3-A-201 se quedó en la
BACE cómo fuente de repuestos. El 1 de mayo, iniciadas las acciones en Malvinas, se ordena la primera misión para el 3-A-204 y el 3-A-203. En el primero iría el
jefe de la unidad, el capitán de corbeta
Jorge Colombo, y en el otro el teniente de fragata
Carlos Machetanz.
La Gloriosa dotación del “Neptune” explorador P-112.
La flota británica
La sección despega a las 16;40 con la misión de atacar a 3 unidades de superficie del Reino Unido ubicadas a 15 millas náuticas (mn) de Puerto Argentino. El vuelo se desarrollaba sin novedad hasta que se realiza el reabastecimiento con uno de los
KC-130H de la FAA, el 3-A-204 registra una pérdida de combustible lo que ocasiona la cancelación de la misión. El 4 de mayo, la
Fuerza Aérea Argentina solicita un vuelo exploratorio del
SP-2H Neptune matriculado como 2-P-112 para detectar buques enemigos que pudieran interferir en tres cruces programados desde Río Gallegos con los
C-130H. Se alista al explorador, que despega, minutos después de las 5:00 con indicativo
Mercurio.
Durante el vuelo recibe la información que Puerto Argentino estaba bajo fuego, por lo cual los
C-130H de la FAA no realizarían el cruce. Esto hace que la misión cambie su objetivo, que pasa a ser de ataque. A las 07:10 por medio del empleo del radar AN/APS 20 -que funcionaba deficientemente, haciendo dificultoso el ubicar sobre la pantalla los objetivos - los sensores
ESM (
Electronic Surface Measures) y el analizador de ondas magnéticas
AN/ALR-8, detectan emisiones en banda
D propagadas por un radar del
Tipo 965.
A las 9:15 el
Neptune toma otro rumbo, hacia el Sur, hacia la posición donde fue hundido el crucero ARA
General Belgrano. Se le ordena que, permaneciera en zona y comunicara la posición estimada de los posibles blancos (
duendes), a las 10:20 el
SP-2H ascendió a los 3.500 pies y emitió con su viejo radar. De inmediato sonaron las alarmas, pues estaba siendo blanco de todo tipo de contramedidas electrónicas. En la pantalla no obstante aparecieron los
duendes: 1 grande y 2 medianos y, un poco más atrasado, otro mediano.
La formación inglesa estaba compuesta por 3 destructores del
Tipo 42, el D-88
HMS Glasgow, el D-118
HMS Coventry y el D-80
HMS Sheffield; luego a una distancia de 20 mn, iba el D-19
HMS Glamorgan y las fragatas F-174
HMS Alacrity, F-173
HMS Arrow y F-101
HMS Yarmouth; y detrás de estas los portaaviones R-12
HMS Hermes y R-05
HMS Invincible y la fragata F-90
HMS Brilliant. Transcurrida 1 h. desde la que el
Neptune informara de la primera detección de buques en las cercanías de Malvinas, 2
SUE, el 3-A-202 con el capitán de corbeta
Augusto Bedacarratz y el 3-A-203 con el teniente de fragata
Armando Mayora estaban listos para despegar.
La configuración de los
Super Etendard era en el plano derecho 1 misil antibuque
AM39 Exocet, en el izquierdo 1 depósito de combustible exterior
RP-23 de 1.100 l.; y en el pilón central un
RP-24 de 600 l. A las 9:45, después de desplazarse hasta la cabecera de pista, donde se completa en caliente la carga de combustible consumido en la puesta en marcha y en el rodaje, cómo se había planificado, despegan de Río Grande con indicativo
Vincha.
El encuentro entre los
Super Etendard y el avión cisterna se produjo a una distancia aproximada de 250 mn del objetivo. Transcurridos 25 min., ambos aviones adoptaron un vuelo a mayor altura, al tiempo que las condiciones meteorológicas empeoraban. Atravesando una capa de nubes bajas y muy cerca de la superficie del mar, comprueban que el tiempo era realmente malo. Ambos pilotos volando a 800 km/h., estabilizan los aviones en vuelo rasante.
Al ataque
Transcurridos unos minutos, el capitán de corbeta
Proni Leston del
Neptune se comunica con
Bedacarratz, dándole las posiciones:
Uno grande, dos medianos, posición 52º33´55´´ Sur, 57º 40´ 5´´ Oeste; uno mediano, posición 52º 48´ 5´´ Sur 57º 31´ 5´´ Oeste. Corto. Buena Suerte. Se lanzan los misiles a las 11:04 de ese 4 de mayo y ambos cazabombarderos realizan la maniobra de escape y a las 12:10 llegan a Rio Grande: Los esperaban todos los pilotos de las unidades. Había comenzado una nueva forma de hacer la guerra aeronaval.
Al menos uno de los 2
AM39 impactó en el
HMS Sheffield en posición 52º 35´ S y 57º 33´ O a 70 mn al Sureste de Puerto Argentino. El impacto se produjo sobre la línea de flotación y fue remolcado fuera del teatro de operaciones por el
HMS Yarmouth, pero durante esta maniobra se hundió. En el ataque perecieron 21 tripulantes, el
Exocet había impactado a una de las joyas de la
Royal Navy. Este ataque significó la momentánea paralización de las acciones de la
Task Force 317 británica, debiendo ésta, replantear la estrategia en forma inmediata.
La acción concretada por la
Aviación Naval argentina provoco la planificación de acciones que comprendían la destrucción de los
Super Etendard y los misiles
Exocet en su base, Rio Grande, y dar muerte a los pilotos. Entre las misiones de este tipo planificadas se pueden mencionar Plum Duff y Mikado, incursiones que llegaron a concretarse, pero resultaron un fracaso rotundo del
SAS (Spedial Air Service) y del
SBS (Special Boat Service).
Ante la carencia de aviones de exploración, en una tarea conjunta con el radar TPS-43 de la FAA ubicado en Puerto Argentino, se comenzó a realizar un paciente trabajo de seguimiento a los
Harrier/Sea Harrier con la finalidad de ubicar a los portaaviones. Hacia el 23 de mayo se pudo determinar la posición de un blanco que podría ser uno de los portaviones. Esta acción propició que se planificara una nueva misión de ataque.
Esta salida tuvo cómo partícipe al capitán de corbeta
Roberto Agotegaray en el 3-A-202 y al teniente de fragata
Juan José Rodríguez Mariani en el 3-A-203. La sección de SUE despegó de la BNAQ a las 15.00 Horas. Arribados a la zona dónde se presumía -según los cálculos efectuados- ubicado el posible blanco y luego de haber realizado 4 intentos de ubicarlo con el radar, la misión es cancelada, emprendiendo el regreso. Ambos aterrizaron en Río Grande a las 17:45.
Para el día 25 de mayo se planificó otra salida de una sección para tratar de ubicar y atacar a alguno de los 2 portaviones de la
Task Force 317. El plan de vuelo comprendía una navegación que incursionaría sobre un blanco detectado desde el Norte, a unas 100 mn de Puerto Argentino, para hacer un ataque por la retaguardia de la flota. Para que esto se pudiera concretar, se planificó la participación de un
KC-130H, el TC-69, con el vicecomodoro
Enrique Pessana y el capitán
Roberto Perrotto a los mandos.
Diagrama del ataque al “Atlantic Conveyor”, pieza clave logística.
A la caza de portaaviones
Los dos
Super Etendard despegan de Río Grande a las 17:30. La sección, denominada
Mina, estaba compuesta por el capitán de corbeta
Roberto Toro Curilovic (Indicativo
Tito) en el 3-A-202 y por el teniente de navío
Julio Mate Barraza (
Leo) en el 3-A-204. El reabastecimiento con el TC-69 se planificó a 160 mn al Este de Puerto Deseado (Provincia de Santa Cruz). Efectuado el
refueling, ambos aviones tomaron rumbo Este.
Una vez que se encontraron a 150 mn y con la certeza de conocer el punto dato (ubicación primaria del blanco) descendieron a una altura de 10 m. (32 pies) con una velocidad de 500 nudos (926 km/h.) sobre el agua para evitar ser detectados. Volando con una separación de 200 m. uno del otro, cuando se encontraron a una distancia de 32 km. ambos pilotos procedieron a disparar sus misiles. En ese momento eran las 16:32 hs. del 25 de mayo.
Si bien durante toda la navegación y aproximación no fueron detectados, al elevarse para realizar el disparo, los aviones argentinos son detectados por la fragata H
MS Ambuscade, que de inmediato alerta y comienza una acción evasiva con lanzamiento de señuelos y despega un helicóptero equipado con equipamiento contramedidas electrónicas para tratar de interferir el vuelo de los
AM39. A las 16:35, uno de los
Exocet impacta en el
SS Atlantic Conveyor.
Se trataba de un buque porta contenedores de la marina mercante británica, que había sido ubicado en el extremo Norte de los buques auxiliares. Transportaba helicópteros, la totalidad de la logística necesaria para operar una vez se llevara a cabo el desembarco en las islas, provisiones, repuestos, carpas, 600 bombas
Hunting BL755 CBU (
Cluster Bomb Unit) y de 1.000 libras para los
Harrier; 4 camiones cisterna de 4 ton. cargados a tope de combustible, además de todo lo necesario para construir una pista de aterrizaje en San Carlos.
En el ataque resultaron destruidos 2 helicópteros
Chinook HC1, 6 Westland
Wessex HU5; 1
Wasp de la
RAF y un
Lynx HAS2. Apenas unas horas antes del ataque habían despegado del carguero los
Harrier GR3 de la
RAF. Tras un vuelo de 4 h., ambos jets los
Super Etendard aterrizaron sin novedad en Río Grande. La
Aviación Naval había otro durísimo golpe. Pero sólo quedaba 1 de los
Exocet recibidos. Estos misiles no se encontraban depositados en Río Grande, cómo pensaba el
SAS, sino en Bahía Blanca y eran enviados únicamente cuando se programaba una misión en concreto.
El HMS “Invincible”
Se ubica al que se creía era el
HMS Invincible a cien millas al Este de Puerto Argentino, información que es suministrada a la
ARA (Armada de la República Argentina), que decide atacar el 29 de mayo. Se planifica la que sería la última misión de los
SUE empleando el
AM39. En conocimiento pleno de las capacidades de la defensa aérea de la flota del Reino Unido, se diseñó una ruta que permitiera alcanzar la posición detectada, 51º 42´S y 54º 40´O, determinándose que lo más conveniente sería penetrar con rumbo Sureste.
La
2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque es informada de que debería alistar los medios disponibles para llevar a cabo un ataque sobre un blanco ubicado a 80 mn al Este de Malvinas. La exitosa acción sobre el
Atlantic Conveyor, realizado centrando desde el Norte, lo que constituyó una sorpresa para la
Task Force, llevó a hacer pensar al almirante
Woodward y a su Estado Mayor, que era posible que se pudiera repetir. Lógico era razonar que el próximo ataque sería por el Noroeste, reiterando la actuación que tanto rédito les dio.
Sin embargo, el ataque se haría por el Sur, a partir de su base, Río Grande. Con toda la planificación a punto, los detalles coordinados, horas de despegue y de encuentro con un
Hercules, los pilotos se aprestaban a completar los últimos detalles cuando surge un imprevisto. El
jefe de Escuadrilla, capitán de corbeta
Jorge Colombo, se dirigió al
Francisco, del mismo grado y le comunica que en pocos minutos aterrizarían 5
Douglas A-4C Skyhawk del
I Escuadrón Aeromóvil de ese modelo desplegados en la
BAM (Base Aérea Militar) San Julián, con los cuales realizarían el prevuelo, ya que esas máquinas tomarían parte del ataque.
La elección de los
A-4C se basó en que poseían mejor equipamiento instrumental con respecto a los
A-4B, una mayor capacidad de transportar oxígeno líquido y disponían de 5 pilones para cargas eyectables, 2 destinados a depósitos de combustible externos, con capacidad para 300 galones (1.136 l.); mientras que el central y en los 2 de los extremos alares estarían destinados a transportar una bomba
Expal BPR con cola de frenado de 250 Kg cada una.
La Escuadrilla
Zonda quedó finalmente conformada de la siguiente manera: al mando estaba el primer teniente
Vásquez en el C-301; primer teniente
Ureta en el C-321; primer teniente
Castillo en el C-310; alférez
Isaac en el C-318 y el de reserva pilotado por el teniente
Paredi en el C-312. A las 12:30 del domingo 30 de mayo el
SUE del capitán de Corbeta
Francisco acelera y el 3-A-202 comienza la carrera de despegue, seguido por su numeral, el teniente de navío
Collavino en el 3-A-205 conformando la Sección
Ala; y minutos después despegarían los
Skyhawk.
Al cabo de 50 min. de vuelo con buena meteorología arriban al punto donde se hallaban los 2
KC-130H, que habían despegado de la
BAM Río Gallegos a las 11:25. Eran el TC-69 con indicativo
Cacho del vicecomodoro
Luis Litrenta y el capitán
Guillermo Destéfanis; y, 5 min. Después, el TC-70
Gallo con el vicecomodoro
Roberto Noé y mayor
Roberto Briend. La estrategia consistió en volar las tres formaciones juntos durante 300 km. alternándose para reabastecer.
La maniobra se llevó a cabo sin inconvenientes y se realizó de esa manera en razón de la posición en que había sido detectado el
Invincible, a 100 millas al Este de Puerto Argentino, muy alejado. Por lo tanto, era vital entrar hacia el buque desde el Este, desde una posición que los tomara por sorpresa. El vuelo continúa durante cien millas más con rumbo Sur. Al desprenderse de los
KC-130H, los
A-4C quedan en una posición invertida a la prevista, estando ahora el primer teniente
Ureta y el alférez
Isaac a la izquierda y por derecha los primeros tenientes
Vásquez y
Castillo.
El emblema de la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de la Armada Argentina
a misión más difícil
Colavino observa en la pantalla un eco y procede a introducir los datos en el sistema, 51º 38´S/53º 38´O. Casi inmediatamente escucha la comunicación de
Francisco indicando que lo tenía enganchado.
Collavino responde:
Yo también lo tengo enganchado a continuación, estando a 20 millas del blanco, se escucha a
Francisco gritar
lanzo misil. Inmediatamente, el 3-A202 se sacudió por el desbalance producido por el desprendimiento del arma, que cayó y a los 10 m. encendió su motor y comenzó a volar en forma ascendente para luego estabilizarse y descender rasante al agua, dejando atrás una nube de humo blanco. Eran las 14:30.
Por quinta vez el lanzamiento de un
Exocet desde un
Super Etendard se había efectuado sin fallos y sólo restaba esperar el impacto. La estela de denso humo blanco sería la guía de los
Skyhawk de que el último
Exocet se dirigía a destino. Lo seguían 4
A-4C volando a 30 m. de altura con los que se pretendía dar el golpe definitivo. Al tiempo que todas estas situaciones se sucedían, las emisiones del radar
Agave de los
SUE habían sido detectadas por el
HMS Exeter y el
HMS Avenger.
El primero dispara 2 de sus misiles
Sea Dart Ino impacta en el C-301 de
Vásquez y pocos segundos después en de
Castillo es alcanzado por el segundo, mientras que los cazabombarderos sobrevivientes lanzan sus bombas sobre un objetivo naval cubierto por humo negro y escapan de la zona para llegar a Río Grande a las 16:23, tras una de las misiones más difíciles de la guerra. Los británicos nunca han aceptado que el ataque al
HMS Invincible se haya llevado a cabo.
Después de consumir su último
Exocet, los
Super Etendard se repliegan a Comandante
Espora para realizar vuelos de entrenamiento nocturno con la intención de utilizarlos en ataques con bombas convencionales, pero llego el fin de la contienda. Han transcurrido años desde estos acontecimientos, dónde un país pequeño causó bajas inimaginables a la entonces tercera potencia muncial: un total de 7 buques hundidos y una cantidad de alcanzados y averiados que nunca se llegará a conocer, sin contar las pérdidas humanas, de aviones de combate y helicópteros.
El sistema que fuera caratulado cómo
El terror del Atlántico Sur hoy es un recuerdo valioso de un equipo de hombres. Son un modelo de misil y de un avión que cambiaron las reglas de la guerra aeronaval mundial. (
Luis Piñeiro, corresponsal de Grupo Edefa en Buenos Aires)
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