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Las Fuerzas Armadas en la asistencia a los inundados.
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<blockquote data-quote="IA-37P" data-source="post: 233042" data-attributes="member: 19"><p><strong><span style="font-size: 15px">Con la cocina de campaña al hombro los ex combatientes brindan su ayuda</span></strong></p><p> </p><p><strong><span style="font-size: 15px">Llegaron a Rosario listos para dar una mano a los que debieron abandonar sus casas</span></strong> </p><p></p><p>Por Ricardo Luque</p><p>Corresponsal en Rosario - La Nacion </p><p></p><p>ROSARIO.- Carlitos tiene dos años, legañas y una sonrisa contagiosa. Apenas se le ve la cabeza, que asoma sobre el mostrador improvisado con un tablón donde sirven el desayuno. En la mano lleva un vaso de plástico, que con una expresión traviesa y cómplice pide que le llenen con mate cocido.</p><p></p><p>Se va corriendo con sus zapatillas nuevas sin decir "gracias" y nadie le pide que lo haga. El brillo de sus ojos revela que tiene lo que quería y eso, por estos días, basta.</p><p></p><p>En el centro de evacuados que funciona en el Club Náutico Avellaneda de esta ciudad hay muchos chicos que, como Carlitos, llegaron mojados, con frío, huyendo de la inundación, de la mano de su mamá. Al llegar, fueron recibidos con un mate cocido humeante que no sólo les devolvió la energía sino que los ayudó a olvidar, al menos por un rato, el mal momento que estaban pasando.</p><p></p><p>Esa bebida caliente la preparó un grupo de ex combatientes de las Malvinas, que llegó con sus cocinas de campaña a ofrecer ayuda.</p><p></p><p>"Nosotros creemos que lo que nos sacó de la bolsa del olvido fue el pueblo, el que pegó el tajo y dijo: «Galtieri es una cosa; Videla es una cosa, y éstos son los hijos del pueblo que fueron a defender a la patria, que nos representaron». Tenemos una deuda con ese pueblo y, cuando lo vemos sufrir, ¿cómo no lo vamos a ayudar?", dijo a LA NACION Rubén Rada, a quien el recuerdo de sus días en las Malvinas, del hambre y el frío que sufrió en las islas, lo convencieron de que su responsabilidad hoy es ser solidario.</p><p></p><p>"Nosotros sabemos lo que es estar en medio del agua con la panza vacía, y por eso no nos gusta ver que nadie sufra lo que sufrimos nosotros", insistió Rada, que desde que el lunes pasado trabaja incansablemente para dar asistencia alimentaria a los refugiados. Y añadió: "Nosotros entendemos la situación por la que están pasando y, si podemos hacer algo para darles una mano, aunque más no sea sirviéndoles un plato de comida caliente, lo vamos a hacer".</p><p></p><p>El Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario reúne a 218 veteranos de guerra que, desde la gran inundación de 1996 en Corrientes, desarrollan tareas solidarias no sólo en situaciones de crisis sino cada vez que es requerida su ayuda. "En momentos en que está todo bien, nosotros seguimos trabajando -contó Rada-. Para el Día del Niño, por ejemplo, vamos a los barrios y repartimos chocolate, y llevamos payasos para hacerles pasar un buen momento a los pibes".</p><p></p><p>Aporte crucial</p><p></p><p>Sin embargo, su aporte es crucial cuando se desata una catástrofe. "No bien pasa algo, los compañeros se ofrecen para lo que haya que hacer: ir en el camión a sacar gente, montar un grupo electrógeno o llevar la cocina de rancho", afirmó Rada, que el 11 de junio de 1982 fue tomado prisionero por las tropas inglesas en cercanías del monte Longdon. Y continuó: "Nosotros no armamos el centro de ex combatientes para juntarnos a jugar al truco, tomar mate y contar cuántos ingleses matamos; lo hicimos para devolverle a la gente el afecto que nos dio cuando volvimos de las islas".</p><p></p><p>Además de viajar para ayudar en la inundación de Corrientes, los veteranos de guerra del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario prestaron asistencia en la catástrofe que causó el desborde del río Salado en la ciudad de Santa Fe, en 2003, y participaron en una operación de salvataje cuando una montaña sepultó un pueblo en la zona de Pilca, en Perú.</p><p></p><p>Pero el gran orgullo del grupo son sus cocinas de campaña. "Son las mismas que se usaron en la guerra; permiten en media hora hacer 600 raciones de comida y servir 2000 vasos de mate cocido -señaló Rada-. Son del año 45; cuando las trajimos, estaban destruidas, pero los muchachos las dejaron cero kilómetro."</p><p></p><p>"Estamos seguros de que los compañeros caídos deben estar contentos, porque saben que Rosario no necesariamente espera al 2 de abril para recordar lo que pasó en la guerra", declaró Rada.</p><p></p><p>Link permanente: <a href="http://www.lanacion.com.ar/896419" target="_blank">http://www.lanacion.com.ar/896419</a></p><p></p><p><img src="http://www.lanacion.com.ar/anexos/imagen/07/648041.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="IA-37P, post: 233042, member: 19"] [B][SIZE="4"]Con la cocina de campaña al hombro los ex combatientes brindan su ayuda[/SIZE][/B] [B][SIZE="4"]Llegaron a Rosario listos para dar una mano a los que debieron abandonar sus casas[/SIZE][/B] Por Ricardo Luque Corresponsal en Rosario - La Nacion ROSARIO.- Carlitos tiene dos años, legañas y una sonrisa contagiosa. Apenas se le ve la cabeza, que asoma sobre el mostrador improvisado con un tablón donde sirven el desayuno. En la mano lleva un vaso de plástico, que con una expresión traviesa y cómplice pide que le llenen con mate cocido. Se va corriendo con sus zapatillas nuevas sin decir "gracias" y nadie le pide que lo haga. El brillo de sus ojos revela que tiene lo que quería y eso, por estos días, basta. En el centro de evacuados que funciona en el Club Náutico Avellaneda de esta ciudad hay muchos chicos que, como Carlitos, llegaron mojados, con frío, huyendo de la inundación, de la mano de su mamá. Al llegar, fueron recibidos con un mate cocido humeante que no sólo les devolvió la energía sino que los ayudó a olvidar, al menos por un rato, el mal momento que estaban pasando. Esa bebida caliente la preparó un grupo de ex combatientes de las Malvinas, que llegó con sus cocinas de campaña a ofrecer ayuda. "Nosotros creemos que lo que nos sacó de la bolsa del olvido fue el pueblo, el que pegó el tajo y dijo: «Galtieri es una cosa; Videla es una cosa, y éstos son los hijos del pueblo que fueron a defender a la patria, que nos representaron». Tenemos una deuda con ese pueblo y, cuando lo vemos sufrir, ¿cómo no lo vamos a ayudar?", dijo a LA NACION Rubén Rada, a quien el recuerdo de sus días en las Malvinas, del hambre y el frío que sufrió en las islas, lo convencieron de que su responsabilidad hoy es ser solidario. "Nosotros sabemos lo que es estar en medio del agua con la panza vacía, y por eso no nos gusta ver que nadie sufra lo que sufrimos nosotros", insistió Rada, que desde que el lunes pasado trabaja incansablemente para dar asistencia alimentaria a los refugiados. Y añadió: "Nosotros entendemos la situación por la que están pasando y, si podemos hacer algo para darles una mano, aunque más no sea sirviéndoles un plato de comida caliente, lo vamos a hacer". El Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario reúne a 218 veteranos de guerra que, desde la gran inundación de 1996 en Corrientes, desarrollan tareas solidarias no sólo en situaciones de crisis sino cada vez que es requerida su ayuda. "En momentos en que está todo bien, nosotros seguimos trabajando -contó Rada-. Para el Día del Niño, por ejemplo, vamos a los barrios y repartimos chocolate, y llevamos payasos para hacerles pasar un buen momento a los pibes". Aporte crucial Sin embargo, su aporte es crucial cuando se desata una catástrofe. "No bien pasa algo, los compañeros se ofrecen para lo que haya que hacer: ir en el camión a sacar gente, montar un grupo electrógeno o llevar la cocina de rancho", afirmó Rada, que el 11 de junio de 1982 fue tomado prisionero por las tropas inglesas en cercanías del monte Longdon. Y continuó: "Nosotros no armamos el centro de ex combatientes para juntarnos a jugar al truco, tomar mate y contar cuántos ingleses matamos; lo hicimos para devolverle a la gente el afecto que nos dio cuando volvimos de las islas". Además de viajar para ayudar en la inundación de Corrientes, los veteranos de guerra del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario prestaron asistencia en la catástrofe que causó el desborde del río Salado en la ciudad de Santa Fe, en 2003, y participaron en una operación de salvataje cuando una montaña sepultó un pueblo en la zona de Pilca, en Perú. Pero el gran orgullo del grupo son sus cocinas de campaña. "Son las mismas que se usaron en la guerra; permiten en media hora hacer 600 raciones de comida y servir 2000 vasos de mate cocido -señaló Rada-. Son del año 45; cuando las trajimos, estaban destruidas, pero los muchachos las dejaron cero kilómetro." "Estamos seguros de que los compañeros caídos deben estar contentos, porque saben que Rosario no necesariamente espera al 2 de abril para recordar lo que pasó en la guerra", declaró Rada. Link permanente: [url]http://www.lanacion.com.ar/896419[/url] [IMG]http://www.lanacion.com.ar/anexos/imagen/07/648041.jpg[/IMG] [/QUOTE]
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