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Las campañas de Napoleon
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<blockquote data-quote="Pavía" data-source="post: 853743" data-attributes="member: 10030"><p>Pavía desde su base operacional de Ciaño.</p><p></p><p>7º.- ¡HACIA LEOBEN!</p><p></p><p>Tras esta serie de victorias en el norte de Italia, y vistos los fracasos de los ejércitos de la República en el Rin, el Directorio decide por fin prestar todo el apoyo posible a Napoleón para avanzar hacia Viena. Sin embargo Napoleón decide no esperar la llegada de los refuerzos previstos y decide pasar a la ofensiva tras conseguir reunir unos 55.000 a 60.000 hombres. El motivo puede achacarse a la presencia del Archiduque Carlos (sin duda alguna el mejor comandante en jefe de los austriacos y que en futuro llegaría a batir al propio Napoleón). </p><p>Este es el encargado de cerrar el paso a los franceses hacia Viena. Sin embargo le han encomendado una tarea difícil, ya que el desánimo ha cundido entre las filas austriacas en Italia y, como consecuencia de tener que dejar el frente del Rin junto a gran cantidad de refuerzos, los ejércitos franceses podrán mostrarse también en este frente mucho más ambiciosos.</p><p></p><p>De tal manera cuando Napoleón comienza su ofensiva el archiduque puede contar con unos 55.000 hombres en el sector de Friul y el Tirol, lo que, debido a que los franceses habrán de dejar destacamentos para controlar las líneas de abastecimientos y las diversas ciudades que han de tomar, da a los austriacos cierta ventaja.</p><p></p><p>Las operaciones comienzan para final de febrero. Massena, Guieu, Bernadotte (recién llegado del frente del Rin) y Sérurier cruzan el Brenta, tomando Primolano el primero de marzo. Aquí la ofensiva a de detenerse unos días, ya que la nieve impide enfrentarse con éxito a la travesía de los puertos alpinos. El 10 de marzo el ejército francés vuelve a ponerse en camino.</p><p>Por su parte Carlos no ha estado quieto, reuniendo al grueso de sus tropas en las ciudades de Spillimbergo y San Vito. Su objetivo era retirase de manera lenta y ordenada dando cara a los franceses y aprovechando la favorable orografía para plantear batallas defensivas de desgaste. Sin embargo una audaz acción de Guieu y Bernadotte descompensa el dispositivo austriaco, al cruzar sorpresivamente el río Tagliamento derrotando en una pequeña acción a los sorprendidos austriacos. La primera línea austriaca se ha desmoronado al primer envite, con lo cual han de retirarse hacia Udine. Sin embargo sus tropas adolecen de un mal endémico, lentitud, al depender de los carromatos de abastecimientos. Los franceses casi viven sobre el terreno, lo que les concede mucha mayor velocidad. </p><p>Los franceses no están dispuestos a conceder ni una tregua a los austriacos. Les persiguen hasta el Isonzo, mientras Massena avanza hacia Tarvis. Carlos decide enviar tres divisiones en apoyo del acosado Lusignan, que defiende la garganta de acceso a la ciudad, pero al llegar quedan cogidos entre dos fuegos, ya que los franceses han roto el frente y napoleón se ha colocado a su retaguardia. Entre peñas consiguen huir a duras penas, pero 5.000 de ellos y abundante artillería y bagajes han sido capturados. Los austriacos abandonan su segunda línea de comunicación. </p><p>Ahora bien, los franceses también tienen problemas. Sus líneas de comunicación extremadamente largas, las bajas de todo tipo, han mermado la capacidad de su ejército. A pesar de todo las noticias siguen siendo buenas, Joubert avanza imparable por el Tirol, así que Napoleón decide seguir adelante, el objetivo es Klagenfurt. Para asegurar su flanco de avance ordena a Joubert que tome Brixen y se quede allí actuando de tapón frente a cualquier acometida que los austriacos pudieran montar desde Innsbruck.</p><p>Para el 29 Klagenfurt ha caído. Sin embargo aquí las fuerzas francesas están estiradas al máximo y no pueden contar con refuerzos a corto plazo, por lo que Napoleón, a pesar de la debilidad austriaca, opta por la prudencia, deteniendo la ofensiva.</p><p>Por si fuera poco para que el ataque sobre Viena pudiera tener éxito debería de coordinarse con las acciones de Moreau, al mando de las tropas francesas en el Rin, ya que de no ser así el pequeño ejército de Napoleón podría verse enfrentado a una masa decisivamente superior por parte austriaca. Para la época coordinar este tipo de ataques, con un mando que no estaba centralizado, era poco menos que imposible. </p><p>Las opciones del corso no son buenas. De avanzar se expone a ser aplastado. Cada día que está quieto los austriacos ganan poder. Si se retira toda la zona podría levantarse en armas contra él. Solo le queda marcarse un farol. El 31 de marzo envía mensajeros de paz al archiduque, mientras avanza hacia Leoben, localidad que toma el 7 de abril. Sus vanguardias llegan al puerto de Semmering, a 120 km de Viena, pero con el toque psicológico de que desde sus alturas se vislumbra la capital del imperio. Sin embargo Moreau no da señales de vida, y Venecia y Tirol se levantan en armas, lo que distrae parte de las posibles fuerzas de refuerzo que han de sofocar estas revueltas.</p><p>Para el 16 de abril envía de nuevo condiciones de paz (saltándose la inminente llegada de una comisión del Directorio, lo que no sentó bien). Los austriacos están indecisos y responden con evasivas, mientras sus tropas se agrupan para atacar a Napoleón (sus número superaba ya en mucho al francés). Sin embargo para el 18 se produce un hecho que no deja más salida que la negociación a los austriacos: Moreau y Hoche están a orillas del Rin iniciando los preliminares del cruce, y los austriacos no cuentan con efectivos para detenerlos. Se aceptan los puntos presentados en Leoben (posteriormente revisados el 17 de octubre en Campoformio). Bélgica es cedida a los franceses, así como reconocida su ocupación de la margen izquierda del Rin y las Islas Jónicas. Además reconocen la República de Cisalpina (formada a partir de Milán, Bolonia y Módena). Por su parte los franceses devuelven Venecia, Istria, Dalmacia y Friul. </p><p>La primera campaña de Italia toca a su fin, después de estar en permanente guerra desde 1796 a 1797. Doce meses de duras batallas, que no servirían para cerrar heridas de manera definitiva.</p><p></p><p></p><p>Sin más se despide Pavía desde Asturias.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pavía, post: 853743, member: 10030"] Pavía desde su base operacional de Ciaño. 7º.- ¡HACIA LEOBEN! Tras esta serie de victorias en el norte de Italia, y vistos los fracasos de los ejércitos de la República en el Rin, el Directorio decide por fin prestar todo el apoyo posible a Napoleón para avanzar hacia Viena. Sin embargo Napoleón decide no esperar la llegada de los refuerzos previstos y decide pasar a la ofensiva tras conseguir reunir unos 55.000 a 60.000 hombres. El motivo puede achacarse a la presencia del Archiduque Carlos (sin duda alguna el mejor comandante en jefe de los austriacos y que en futuro llegaría a batir al propio Napoleón). Este es el encargado de cerrar el paso a los franceses hacia Viena. Sin embargo le han encomendado una tarea difícil, ya que el desánimo ha cundido entre las filas austriacas en Italia y, como consecuencia de tener que dejar el frente del Rin junto a gran cantidad de refuerzos, los ejércitos franceses podrán mostrarse también en este frente mucho más ambiciosos. De tal manera cuando Napoleón comienza su ofensiva el archiduque puede contar con unos 55.000 hombres en el sector de Friul y el Tirol, lo que, debido a que los franceses habrán de dejar destacamentos para controlar las líneas de abastecimientos y las diversas ciudades que han de tomar, da a los austriacos cierta ventaja. Las operaciones comienzan para final de febrero. Massena, Guieu, Bernadotte (recién llegado del frente del Rin) y Sérurier cruzan el Brenta, tomando Primolano el primero de marzo. Aquí la ofensiva a de detenerse unos días, ya que la nieve impide enfrentarse con éxito a la travesía de los puertos alpinos. El 10 de marzo el ejército francés vuelve a ponerse en camino. Por su parte Carlos no ha estado quieto, reuniendo al grueso de sus tropas en las ciudades de Spillimbergo y San Vito. Su objetivo era retirase de manera lenta y ordenada dando cara a los franceses y aprovechando la favorable orografía para plantear batallas defensivas de desgaste. Sin embargo una audaz acción de Guieu y Bernadotte descompensa el dispositivo austriaco, al cruzar sorpresivamente el río Tagliamento derrotando en una pequeña acción a los sorprendidos austriacos. La primera línea austriaca se ha desmoronado al primer envite, con lo cual han de retirarse hacia Udine. Sin embargo sus tropas adolecen de un mal endémico, lentitud, al depender de los carromatos de abastecimientos. Los franceses casi viven sobre el terreno, lo que les concede mucha mayor velocidad. Los franceses no están dispuestos a conceder ni una tregua a los austriacos. Les persiguen hasta el Isonzo, mientras Massena avanza hacia Tarvis. Carlos decide enviar tres divisiones en apoyo del acosado Lusignan, que defiende la garganta de acceso a la ciudad, pero al llegar quedan cogidos entre dos fuegos, ya que los franceses han roto el frente y napoleón se ha colocado a su retaguardia. Entre peñas consiguen huir a duras penas, pero 5.000 de ellos y abundante artillería y bagajes han sido capturados. Los austriacos abandonan su segunda línea de comunicación. Ahora bien, los franceses también tienen problemas. Sus líneas de comunicación extremadamente largas, las bajas de todo tipo, han mermado la capacidad de su ejército. A pesar de todo las noticias siguen siendo buenas, Joubert avanza imparable por el Tirol, así que Napoleón decide seguir adelante, el objetivo es Klagenfurt. Para asegurar su flanco de avance ordena a Joubert que tome Brixen y se quede allí actuando de tapón frente a cualquier acometida que los austriacos pudieran montar desde Innsbruck. Para el 29 Klagenfurt ha caído. Sin embargo aquí las fuerzas francesas están estiradas al máximo y no pueden contar con refuerzos a corto plazo, por lo que Napoleón, a pesar de la debilidad austriaca, opta por la prudencia, deteniendo la ofensiva. Por si fuera poco para que el ataque sobre Viena pudiera tener éxito debería de coordinarse con las acciones de Moreau, al mando de las tropas francesas en el Rin, ya que de no ser así el pequeño ejército de Napoleón podría verse enfrentado a una masa decisivamente superior por parte austriaca. Para la época coordinar este tipo de ataques, con un mando que no estaba centralizado, era poco menos que imposible. Las opciones del corso no son buenas. De avanzar se expone a ser aplastado. Cada día que está quieto los austriacos ganan poder. Si se retira toda la zona podría levantarse en armas contra él. Solo le queda marcarse un farol. El 31 de marzo envía mensajeros de paz al archiduque, mientras avanza hacia Leoben, localidad que toma el 7 de abril. Sus vanguardias llegan al puerto de Semmering, a 120 km de Viena, pero con el toque psicológico de que desde sus alturas se vislumbra la capital del imperio. Sin embargo Moreau no da señales de vida, y Venecia y Tirol se levantan en armas, lo que distrae parte de las posibles fuerzas de refuerzo que han de sofocar estas revueltas. Para el 16 de abril envía de nuevo condiciones de paz (saltándose la inminente llegada de una comisión del Directorio, lo que no sentó bien). Los austriacos están indecisos y responden con evasivas, mientras sus tropas se agrupan para atacar a Napoleón (sus número superaba ya en mucho al francés). Sin embargo para el 18 se produce un hecho que no deja más salida que la negociación a los austriacos: Moreau y Hoche están a orillas del Rin iniciando los preliminares del cruce, y los austriacos no cuentan con efectivos para detenerlos. Se aceptan los puntos presentados en Leoben (posteriormente revisados el 17 de octubre en Campoformio). Bélgica es cedida a los franceses, así como reconocida su ocupación de la margen izquierda del Rin y las Islas Jónicas. Además reconocen la República de Cisalpina (formada a partir de Milán, Bolonia y Módena). Por su parte los franceses devuelven Venecia, Istria, Dalmacia y Friul. La primera campaña de Italia toca a su fin, después de estar en permanente guerra desde 1796 a 1797. Doce meses de duras batallas, que no servirían para cerrar heridas de manera definitiva. Sin más se despide Pavía desde Asturias. [/QUOTE]
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