Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
La conquista de Méjico
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="Pavía" data-source="post: 853784" data-attributes="member: 10030"><p>Pavia desde su base operacional de Ciaño. </p><p></p><p><span style="font-size: 18px">13º.- EL ASEDIO: PUNTO CULMINANTE. FINAL</span></p><p></p><p>Cortés prudente comprende que la batalla está definitivamente inclinada hacia el lado español, pero sus capitanes no son tan pacientes. Todos reclaman para sí la fama y la gloria, y se lanzan algunos imprudentes asaltos, que bien se habrían podido evitar. </p><p></p><p>Así el 16 de Junio Alvarado, de forma realmente irreflexiva, se deja engañar por los aztecas no provocando por muy poco una jornada de dolor a las huestes españolas. Los aztecas simulan una retirada desordenada, saliendo el Tonatiuh (nombre que los indios daban a Alvarado) en su persecución. Atraído hasta casi el centro de la capital Alvarado no ha comunicado su acción al resto de las tropas españolas. Los aztecas se reagrupan y lanzan un feroz contraataque que solo la mítica disciplina de los infantes españoles es capaz de detener. Apresuradamente han de reandar todo el camino hasta el punto de inicio. Pero la calzada, que había quedado desprotegida, ha sido tomado por los aztecas en canoas (de haber avisado a Cortés los bergantines hubieran evitado esta acción) que han abierto en ella una brecha. Los españoles han de escapar a nado, pero las bajas han sido considerables y serán bastantes los que acaben en los altares del Dios de la Guerra Azteca. Como macabro colofón las tropas de Alvarado tenían una perfecta vista del Teocalli donde los prisioneros españoles fueron sacrificados y descuartizados, sirviendo su carne de alimento a los aztecas. </p><p></p><p>A pesar de este descalabro los hombres murmuran contra Cortés, tratando de ser destinados a las órdenes de Alvarado. Esta presión consigue que cortés autorice y planee un nuevo asalto general. El ataque debería de ser coordinado: Sandoval y sus hombres junto con los de Alvarado avanzarían desde la calzada de Tacaba. A cambio Alvarado cedía ochenta hombres a Cortés para avanzar desde Xaloc. El 30 de Junio, aniversario de la Noche Triste, se inician las operaciones. </p><p></p><p>Los comienzos son buenos, la penetración en las defensas enemigas profundas pero entonces sucede algo inexplicable (más que nada porque no hay referencias claras) y el pánico parece apoderarse de las huestes españolas que inician la desbandada... Los muertos y heridos son muchos, pero de nuevo el peor destino corre parejo de aquellos que han sido cautivos, como ya comenté no había piedad. La retirada se ve entorpecida al ceder una de las brechas rellenada por los “ingenieros” españoles. </p><p>Cortés, en vano intento por detener la retirada ordena una carga, pero el mismo se ve envuelto en una más que peligrosa circunstancia: Herido en una pierna, rodeado de enemigos, y con varios aztecas ya sujetándole. ¿Se repetirá la circunstancia de Otumba pero al contrario? La historia contiene la respiración. Pero en ese momento un soldado de nombre Cristóbal Olea (que ya en varias ocasiones ha estado salvando la situación codo a codo con Cortés) acude en su ayuda. Cortés consigue desasirse de sus aprehensores y montando en su caballo huye. El valiente Olea le cubre, manteniendo a raya a los aztecas, pero al fin es derribado y, afortunadamente para él, muerto en la pelea. </p><p>Los aztecas inician entonces, cuando la batalla se ha vuelto más encarnizada, una hábil estratagema psicológica. Sus tambores rituales del sacrificio atronan, y se lanzan cabezas decapitadas sobre los españoles, a la vez que proclaman que son las cabezas de Sandoval, alvarado, Cortés y otros capitanes notables. El recurso es eficaz porque los tres jefes españoles llegan a creer que sus compañeros realmente han perecido. Sin embargo al final del día la situación se ha restablecido. Los aztecas siguen siendo incapaces de romper el cerco al que son sometidos, por lo que el fracaso español no es una derrota decisiva. Y lo que es más importante, no hay noticias de que haya tenido repercusiones entra las tribus ribereñas, que no vuelven a tomar por la causa azteca. </p><p></p><p>Sin embargo cortés ha sacado una lección en claro. No habrá asalto definitivo. Se decide por arrasar metódicamente toda la ciudad hasta rendir a los defensores. Además está decidido a no dar un paso sin asegurarse de que las calzadas no cederán a sus espaldas. El empleo de un método cuasi científico puede llevar tiempo, pero el éxito es seguro. Sus hombres, escamados después de las últimas experiencias no parecen oponerse a esta nueva estrategia. Avanzando desde dos direcciones, los españoles se adentran en la ciudad asegurando cada paso que dan. </p><p></p><p>Los días pasan y los avances empiezan a ser significativos. Pero de nuevo Alvarado pierde los nervios y ordena un ataque a sus hombres... que saldrá bien. La primera noticia que tiene cortés es la visión del odiado Gran Teocalli en llamas. Obviamente solo había una explicación para aquello, los hombres de Alvarado lo habían tomado o combatían por su posesión. Pero Cortés, un tanto molesto y escamado por los últimos acontecimientos, no ordena ataque general, ha de seguirse con calma y asegurando todos los pasos. 24 horas más tarde Alvarado y Cortés se encuentra en la plaza central del mercado de la capital. </p><p></p><p>Sin embargo la resistencia azteca no cesa. Cortés ofrece parlamentar para evitar má destrucción, pero la presión de sus propios hombres (buscaban venganza por los muertos en los altares aztecas) y la conducta extremadamente brutal de los tlaxcaltecas (que tenían sus propias cuentas que saldar con los aztecas) impiden cualquier solución pacífica. </p><p></p><p>La muerte se enseñorea de la ciudad, y llega a ser tal el volumen de los muertos que los propios españoles se empiezan a dar cuenta de que la situación se les ha escapado de las manos, de seguir así solo tendrán en sus manos el cadáver de una gran ciudad. Los aztecas no están dispuestos a sufrir sumisión. De tal hecho da fe la petición de una comitiva azteca: pedían de manera formal a Cortés que terminar con sus vidas de forma rápida. </p><p></p><p>El 13 de Agosto se lanza un nuevo ataque a fin de reducir el perímetro defensivo enemigo y quebrar su voluntad de lucha. La desbandada de los “civiles aztecas” es masiva. Antes de que los españoles puedan pensar en evitarlo casi15.000 de ellos son muertos por los tlaxcaltecas, que tenían buena memoria de las acciones pasadas de los aztecas sobre su propio pueblo. </p><p>Un grupo de aztecas intenta huir en canoas, pero son retenidos por los bergantines. En una de esas canoas va el rey y caudillo de la resistencia azteca: Guatimozín. La victoria es total, así como la muerte y la destrucción. </p><p></p><p>Llevado a presencia de Cortés este lo lleva hasta Coyocuacán. Tras él el silencio de los cementerios se adueñó de la Gran Tenochtitlán. Hasta el alma del último de los duros soldados españoles se estremece. Reinan en una ciudad y reino muertos. </p><p></p><p>A partir de aquí vienen las desavenencias entre los conquistadores, la sumisión total de los aliados indígenas... pero eso es causa para otro artículo. </p><p></p><p>Sin más se despide Pavia desde Asturias</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pavía, post: 853784, member: 10030"] Pavia desde su base operacional de Ciaño. [SIZE="5"]13º.- EL ASEDIO: PUNTO CULMINANTE. FINAL[/SIZE] Cortés prudente comprende que la batalla está definitivamente inclinada hacia el lado español, pero sus capitanes no son tan pacientes. Todos reclaman para sí la fama y la gloria, y se lanzan algunos imprudentes asaltos, que bien se habrían podido evitar. Así el 16 de Junio Alvarado, de forma realmente irreflexiva, se deja engañar por los aztecas no provocando por muy poco una jornada de dolor a las huestes españolas. Los aztecas simulan una retirada desordenada, saliendo el Tonatiuh (nombre que los indios daban a Alvarado) en su persecución. Atraído hasta casi el centro de la capital Alvarado no ha comunicado su acción al resto de las tropas españolas. Los aztecas se reagrupan y lanzan un feroz contraataque que solo la mítica disciplina de los infantes españoles es capaz de detener. Apresuradamente han de reandar todo el camino hasta el punto de inicio. Pero la calzada, que había quedado desprotegida, ha sido tomado por los aztecas en canoas (de haber avisado a Cortés los bergantines hubieran evitado esta acción) que han abierto en ella una brecha. Los españoles han de escapar a nado, pero las bajas han sido considerables y serán bastantes los que acaben en los altares del Dios de la Guerra Azteca. Como macabro colofón las tropas de Alvarado tenían una perfecta vista del Teocalli donde los prisioneros españoles fueron sacrificados y descuartizados, sirviendo su carne de alimento a los aztecas. A pesar de este descalabro los hombres murmuran contra Cortés, tratando de ser destinados a las órdenes de Alvarado. Esta presión consigue que cortés autorice y planee un nuevo asalto general. El ataque debería de ser coordinado: Sandoval y sus hombres junto con los de Alvarado avanzarían desde la calzada de Tacaba. A cambio Alvarado cedía ochenta hombres a Cortés para avanzar desde Xaloc. El 30 de Junio, aniversario de la Noche Triste, se inician las operaciones. Los comienzos son buenos, la penetración en las defensas enemigas profundas pero entonces sucede algo inexplicable (más que nada porque no hay referencias claras) y el pánico parece apoderarse de las huestes españolas que inician la desbandada... Los muertos y heridos son muchos, pero de nuevo el peor destino corre parejo de aquellos que han sido cautivos, como ya comenté no había piedad. La retirada se ve entorpecida al ceder una de las brechas rellenada por los “ingenieros” españoles. Cortés, en vano intento por detener la retirada ordena una carga, pero el mismo se ve envuelto en una más que peligrosa circunstancia: Herido en una pierna, rodeado de enemigos, y con varios aztecas ya sujetándole. ¿Se repetirá la circunstancia de Otumba pero al contrario? La historia contiene la respiración. Pero en ese momento un soldado de nombre Cristóbal Olea (que ya en varias ocasiones ha estado salvando la situación codo a codo con Cortés) acude en su ayuda. Cortés consigue desasirse de sus aprehensores y montando en su caballo huye. El valiente Olea le cubre, manteniendo a raya a los aztecas, pero al fin es derribado y, afortunadamente para él, muerto en la pelea. Los aztecas inician entonces, cuando la batalla se ha vuelto más encarnizada, una hábil estratagema psicológica. Sus tambores rituales del sacrificio atronan, y se lanzan cabezas decapitadas sobre los españoles, a la vez que proclaman que son las cabezas de Sandoval, alvarado, Cortés y otros capitanes notables. El recurso es eficaz porque los tres jefes españoles llegan a creer que sus compañeros realmente han perecido. Sin embargo al final del día la situación se ha restablecido. Los aztecas siguen siendo incapaces de romper el cerco al que son sometidos, por lo que el fracaso español no es una derrota decisiva. Y lo que es más importante, no hay noticias de que haya tenido repercusiones entra las tribus ribereñas, que no vuelven a tomar por la causa azteca. Sin embargo cortés ha sacado una lección en claro. No habrá asalto definitivo. Se decide por arrasar metódicamente toda la ciudad hasta rendir a los defensores. Además está decidido a no dar un paso sin asegurarse de que las calzadas no cederán a sus espaldas. El empleo de un método cuasi científico puede llevar tiempo, pero el éxito es seguro. Sus hombres, escamados después de las últimas experiencias no parecen oponerse a esta nueva estrategia. Avanzando desde dos direcciones, los españoles se adentran en la ciudad asegurando cada paso que dan. Los días pasan y los avances empiezan a ser significativos. Pero de nuevo Alvarado pierde los nervios y ordena un ataque a sus hombres... que saldrá bien. La primera noticia que tiene cortés es la visión del odiado Gran Teocalli en llamas. Obviamente solo había una explicación para aquello, los hombres de Alvarado lo habían tomado o combatían por su posesión. Pero Cortés, un tanto molesto y escamado por los últimos acontecimientos, no ordena ataque general, ha de seguirse con calma y asegurando todos los pasos. 24 horas más tarde Alvarado y Cortés se encuentra en la plaza central del mercado de la capital. Sin embargo la resistencia azteca no cesa. Cortés ofrece parlamentar para evitar má destrucción, pero la presión de sus propios hombres (buscaban venganza por los muertos en los altares aztecas) y la conducta extremadamente brutal de los tlaxcaltecas (que tenían sus propias cuentas que saldar con los aztecas) impiden cualquier solución pacífica. La muerte se enseñorea de la ciudad, y llega a ser tal el volumen de los muertos que los propios españoles se empiezan a dar cuenta de que la situación se les ha escapado de las manos, de seguir así solo tendrán en sus manos el cadáver de una gran ciudad. Los aztecas no están dispuestos a sufrir sumisión. De tal hecho da fe la petición de una comitiva azteca: pedían de manera formal a Cortés que terminar con sus vidas de forma rápida. El 13 de Agosto se lanza un nuevo ataque a fin de reducir el perímetro defensivo enemigo y quebrar su voluntad de lucha. La desbandada de los “civiles aztecas” es masiva. Antes de que los españoles puedan pensar en evitarlo casi15.000 de ellos son muertos por los tlaxcaltecas, que tenían buena memoria de las acciones pasadas de los aztecas sobre su propio pueblo. Un grupo de aztecas intenta huir en canoas, pero son retenidos por los bergantines. En una de esas canoas va el rey y caudillo de la resistencia azteca: Guatimozín. La victoria es total, así como la muerte y la destrucción. Llevado a presencia de Cortés este lo lleva hasta Coyocuacán. Tras él el silencio de los cementerios se adueñó de la Gran Tenochtitlán. Hasta el alma del último de los duros soldados españoles se estremece. Reinan en una ciudad y reino muertos. A partir de aquí vienen las desavenencias entre los conquistadores, la sumisión total de los aliados indígenas... pero eso es causa para otro artículo. Sin más se despide Pavia desde Asturias [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
La conquista de Méjico
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba