Guerra Ruso-Finesa

Finlandia, pais de lagos y de bosques, que con solo 4.500.000 de hab. esparcidos en 380.000km2, fue el escenario de uno de los conflictos mas sorpendentes de la historia. Su minusculo ejercito resistió el poderio de la entonces URSS, y al comienzo de una campañaque duro 105 dias e inflijio cuantiosas bajas al invasor.

El pacto de no agresion rusofines fue firmado en 1934. En 1939 Stalin expuso varias exigencias territoriales a Finlandia a cambio de un considerable ajuste fronterizo en Carelia. Finlandia, deseosa de mantener su neutralidad, ofrecio entablar negociaciones sobre aquellas exigencias pero la URSS se nego, los sovieticos habian fotografiado la zona y de inmediato supieron que los fineses no estaban en condiciones de defenderse.

La URSS ataco Finlandia el 30 de noviembre tras haber roto las relaciones diplomáticas con este país y sin una previa declaración de guerra. La fuerza aérea soviética bombardeó Helsinki y otras ciudades, la armada ataco varios puertos fineses y el Ejército Rojo penetró en el pais. Los sovieticos desplegaron veinte divisiones completas a lo largo de los 1.537 km de frontera. El Ejercito permanente de Finlandia, formado por tres divisiones de infantería, una brigada de caballería y una compañía de tanques al comienzo de la guerra, fue reforzado con tropas de reserva, algunas de las cuales no habían completado su instrucción. Con estas fuerzas, el general finés Carl Gustaf Emil von Mannerheim se enfrentó al enemigo en cinco frentes. El Ejército Rojo lanzó su primera ofensiva sobre una serie de fortificaciones denominada Línea Mannerheim, situada en el istmo de Carelia. Los fineses resistieron en esta posición. Las cuatro divisiones soviéticas destinadas al norte de la Línea Mannerheim avanzaron durante los primeros días del mes de diciembre, pero en el mes de febrero los fineses pudieron cortar las líneas de suministros y comunicaciones del Ejército Rojo y obligaron a retirarse a sus columnas más avanzadas.

Las repetidas derrotas provocaron una reorganización de la cúpula militar soviética y el mariscal Semion Konstantinovich Timoshenko asumió el mando de las operaciones. El curso de la guerra cambió inmediatamente. Timoshenko concentró 300.000 hombres frente a la Línea Mannerheim y apoyó esta ofensiva con la artillería y ataques aéreos.

Desde el 1 hasta el 10 de febrero de 1940, las fortificaciones de la Línea Mannerheim fueron sometidas a un intenso bombardeo. La posterior guerra de desgaste ocasionó un importante número de bajas en el ejército soviético, pero éste logró vencer la resistencia finesa. Las tropas soviéticas lanzaron una fuerte ofensiva sobre Summa el 14 de febrero y conquistaron esta ciudad. El 23 de este mes avanzaron hacia Víborg, la ciudad clave del flanco occidental de la Línea Mannerheim, que fue ocupada el 11 de marzo por el Ejército Rojo. La lucha cesó el 12 de marzo de 1940.

Los términos del tratado de paz impuesto a Finlandia por la URSS obligaban a los fineses a entregar las siguientes posesiones: 41.888 km2 de su territorio, incluido el istmo de Carelia, en el que se encontraban la ciudad y la bahía de Víborg, además de sus islas; la costa norte y occidental del lago Ladoga, junto con las ciudades de Käkisalmi (en la actualidad Priozersk), Sortavala y Suoyarvi; varias islas estratégicas situadas en el golfo de Finlandia; y parte de las penínsulas de Rybachiy y Sredniy. Los fineses tuvieron que acceder a arrendar la península de Hangö y las islas de los alrededores a los soviéticos durante un periodo de treinta años para establecer allí una base militar. Asimismo, se permitió el tránsito libre de mercancías y ciudadanos soviéticos a lo largo de la provincia de Petsamo (en la actualidad Pechenga) y se limitó las fuerzas militares finesas. Con este tratado terminó para Finlandia la primera fase de la II Guerra Mundial. Según un comunicado oficial de las autoridades de este país, se produjeron en este bando 19.263 muertos y 43.500 heridos.

La segunda fase de la II Guerra Mundial comenzó para Finlandia aproximadamente un año despues. El pais se unió a Alemania para atacar a la URSS en junio de 1941 con la esperanza de recuperar los territorios perdidos. Sin embargo, hacia 1944 la guerra se tornó desfavorable para Alemania, por lo que Finlandia pidió la paz a la Unión Soviética. Los duros términos impuestos por los soviéticos suponían el pago de 300 millones de dólares en concepto de indemnización de guerra.

Fuente: Libro "Segunda Guerra Mundial" Alm. Mountbatten de Burma
PD: Lo transcribí omitiendo datos especificos, sino seria mas largo que la biblia:D , y perdonen las faltas de algunos acentos...son mi trauma:eek:
 
Feliz 25 de Mayo!
Muy buen post, Finlandia resistio admirablemente,se destacaron sus tropas esquiadoras, y el cerco de una division sovietica en la ciudad de Suomossalimi. Los sovieticos tuvieron un adelanto de cuento les iva a costar las purgas de Stalin en su Gran Guerra Patria un año despues.
Saludos
 
hola a todos, soy nuevo en el foro aunque desde el inicio lo sigo todos los dias, en Suomossalmi cercaron dos divisiones sovieticas. Les recomiendo que bajen del emule el relato de esa guerra, pongan canal historia guerra de invierno y van a ver un documental como pocos.
 
Gracias por la correccion Jorge y bienvenido al foro, no me llevo bien con ese animalito, asi que tratare de conseguirlo de otra manera, si alguien sabe como por favor avise.
Saludos
 

Guitro01

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La guerra entre la URSS y Finlandia de 1939-40 es consecuencia inmediata del Pacto germano-soviético de agosto de 1939. En sus cláusulas secretas se dejaba las manos libres a la URSS respecto de los países bálticos y Finlandia -y, como vimos, respecto de Polonia-, y en septiembre y octubre de 1939 Lituania, Estonia y Letonia accedían a conceder bases y facilidades a los soviéticos en sus territorios. Y es consecuencia mediata de la obsesión soviética, en parte justificada por las repetidas agresiones exteriores desde 1917, por la seguridad de sus fronteras y la creación de muros que amortigüen el contacto directo con posibles enemigos occidentales.

La posibilidad de un acuerdo -luego frustrada- entre Francia, Gran Bretaña y la URSS para tratar de contener el expansionismo alemán en Europa, no gusta a Finlandia -como no gusta a Polonia-, al implicar, entre otras cosas, la posibilidad de verse envuelta en una guerra, o al menos, de ver utilizar su territorio para el tránsito de tropas, que podrían ser soviéticas, pues Moscú ha ofrecido su ayuda a Helsinki en caso de necesidad.

Los finlandeses no han olvidado todavía la reciente dominación rusa. Y los soviéticos no han digerido del todo la reciente independencia de Finlandia, pese a que ellos mismos la habían concedido. Mientras subsistía en muchos finlandeses la idea de la Gran Finlandia, los soviéticos veían con aprensión que Leningrado era muy vulnerable, a sólo 35 km. de la frontera con Finlandia, desde cuyo territorio, teóricamente, podría incluso ser bombardeada. Para evitarlo, la URSS pretendía alejar la ciudad de la frontera y en 1938 había propuesto ya a Helsinki una permuta de territorios que hiciese retroceder la frontera con el vecino, y su ayuda en caso de agresión alemana. Finlandia había dicho que no a la permuta y que no apoyaría a Alemania contra la URSS. El ofrecimiento se repite en octubre de 1939: la URSS propone un tratado de asistencia mutua, el arriendo de la base naval de Hanko, la parte occidental de la península de los Pescadores, en el Ártico, algunas islas, como la de Suursaari, en el golfo de Finlandia, retrasar la frontera de Carelia hacia Viipuri, y la demolición de las fortificaciones de ambos países a lo largo de ella. En concreto, los soviéticos ofrecen 5.529 km. de su Carelia oriental a cambio de 2.761 km. de la parte finlandesa del istmo de Carelia.

El presidente finlandés Paasikivi y el presidente del Consejo de Defensa Nacional, mariscal Mannerheim, eran partidarios de ceder, pues en realidad, no era tanto, y además se evitarían problemas en el futuro y quizá una guerra (que, si se perdía, podía acarrear pérdidas mayores). La Dieta y la opinión pública eran contrarias -y estaba en su derecho-, porque Carelia era una de las zonas más ricas y pobladas y, como dice Westwood, no se deseaba perder la línea defensiva natural del istmo; asimismo, era fuerte el recelo mutuo y el antirrusismo y anticomunismo de los finlandeses. Por otro lado, se decía, el gobierno que accediese a la cesión cometería un suicidio político (asimismo, Alemania podía llegar a hacer demandas parecidas). Los finlandeses se amparaban en el Tratado de Tartu de 1920, en el Pacto de No-Agresión con la URSS de 1932, en la neutralidad tradicional.

Tras prolongadas y duras conversaciones, los finlandeses se mostraron dispuestos a aceptar una ligera rectificación en el istmo, la cesión del sur de la isla Suur -o de toda ella en caso extremo- y la nueva relación del Tratado de No-Agresión (ninguna de las dos partes apoyaría a un tercero si éste atacaba a la URSS o a Finlandia); pero no se cedería Hanko ni la península de Pescadores, y no se firmaría ningún tratado de asistencia mutua. A Stalin y a Molotov esto les pareció poco: "¿Es su intención provocar un conflicto?", dirá Molotov a Paasikivi, que contestará: "Nosotros no deseamos tal cosa, pero, al parecer, ustedes sí" (23 de octubre). Mientras el 27 de octubre Finlandia pedía ayuda a Suecia en caso de conflicto -los suecos prometían apoyo diplomático y económico pero no militar, por temor a Alemania (y a la URSS)-, los soviéticos rebajaban un poco sus peticiones y los finlandeses repetían su ofrecimiento, incluyendo la península de Pescadores, pero nada más. El 31, Molotov cortó las conversaciones: "Ahora, ya," dijo, "había llegado el turno de los militares".
 

Guitro01

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La guerra:

Los finlandeses pensaban en otoño de 1939 que, pese a sus negativas a acceder a las exigencias soviéticas, las relaciones iban a mejorar, y eso creían las potencias occidentales; en todo caso, estimaba Mannerheim, en caso de guerra se produciría una intervención estadounidense o británica.

En esto, un incidente fronterizo precipitó las cosas. El 26 de noviembre, el bombardeo artillero de Mamila (Carelia), que ambas partes se atribuyeron (es posible que proviniese de Finlandia), fue aprovechado por la URSS para exigir la retirada de las tropas finlandesas a 25 kilómetros de la frontera. Helsinki negó las acusaciones, pero se avenía a una retirada mutua de tropas. El 28 Molotov rechazó las explicaciones y consideró, con alguna razón, que retirar las tropas soviéticas de la frontera equivaldría a "situarlas en los suburbios de Leningrado". Con todo, Moscú buscaba ya el pretexto para la intervención y acabó exigiendo la retirada unilateral, y al no hacerlo así los finlandeses, denunció el Pacto de No-Agresión y el 29 rompió relaciones. Cuando los finlandeses se avinieron a retirar sus tropas ya era tarde. Ese mismo día los soviéticos habían realizado una incursión en la zona de Petsamo y el 30 iniciaron el ataque general, con bombardeos sobre Helsinki.

Los soviéticos habían movilizado 15 divisiones (distrito de Leningrado), con 300.000 hombres, que luego ampliarían a 30 divisiones, con 600.000.
El 30 de noviembre 140.000 soviéticos atacan las líneas enemigas en el istmo, con 1.500 carros de combate. Los 13.000 finlandeses de las guarniciones de frontera son cogidos por sorpresa y se retiran, dejando un vacío ante los atacantes. Cuando éstos chocan con 70.000 finlandeses, tras 20 kilómetros de avance, han perdido empuje y entusiasmo, y se detienen.

Pero el avance les permite ocupar algunas localidades. Una de ellas, Terijoki, sirve de capital de una República Popular de Finlandia creada de la nada por los soviéticos, con la colaboración de Otto Kuusinen, un dirigente comunista finlandés exiliado en la URSS tras la guerra civil, que se convierte en presidente. Esta república no será reconocida por ningún país ni por el pueblo de Finlandia. La Sociedad de Naciones condenará a la URSS por la agresión y la expulsará del organismo.

Los ejércitos enfrentados son muy distintos entre sí en tamaño, concepciones y características. El finlandés es obra del héroe nacional Mannerheim, presidente del Consejo de Defensa Nacional desde 1931, que emprende varias reformas sobre la base del servicio militar obligatorio en 1922 y las Unidades de Defensa -reserva activa-. Mannerheim adoptó el criterio de movilización territorial, que permitía enviar unidades ya completas al frente, con rapidez, y que convertía a las fuerzas armadas en una mezcla de ejército tradicional y ejército guerrillero.

En 1931-32 y 1939 se había fortificado el istmo de Carelia y hacia 1938-39 se había aumentado el escaso presupuesto de defensa, pero la fábrica de cartuchería estaba aún incompleta al estallar la guerra. Finlandia disponía de dos cañoneras acorazadas y unos cuantos barcos más. Sus aviones eran anticuados y pocos (120 según Battaglia; 98 según Condon; más tarde serán 287). Poseía menos de 200 carros de combate. El ejército cuenta con 33.000 hombres, que con el nuevo sistema pueden aumentar hasta 127.800 (9-10 divisiones y otras unidades) más los 100.000 de la Guardia Cívica y, con movilización total, hasta 400.000 aproximadamente, pero en un primer momento no habrá armamento suficiente para todos. Hay que añadir los 100.000 miembros de la Lotta Svärd, cuerpo femenino auxiliar, bajo el mando, desde 1929, de Fanni Lukkoonen. Las fortificaciones eran anticuadas, incluidas las de la Linea Mannerheim, de 140 kilómetros de longitud, que los carros soviéticos superarán fácilmente. Finlandia tiene, de entrada escasas posibilidades de abastecimiento. Su dotación de municiones para armas ligeras no supera los dos meses, y un mes la de carburante para la aviación, y algo más de veinte días para la munición de morteros y cañones. Ya antes de la guerra efectuará compras a Suecia.

Los finlandeses están preparados psicológicamente contra el "enemigo secular" -los rusos-, pero hay que preguntarse por qué no lo estaban igualmente contra otro enemigo secular, los suecos...
El poderío soviético es infinitamente superior. Por lo pronto, una división finlandesa consta de 14.200 soldados; una soviética, de 17.500. Disponen de 85-90 divisiones de infantería, 30 de caballería, 5 ó 6 acorazadas, 5 motorizadas, etc. Cuentan con más de 800 aviones, que pronto son 2.500. La flota del Báltico cuenta con tres viejos acorazados y varios cruceros y destructores.
 

Guitro01

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Las fuerzas armadas finlandesas que hacen frente a las soviéticas presentan el siguiente despliegue (Condon): Ejército del istmo de Carelia (Cuerpos de Ejército Il y III), con 6 divisiones; norte del Ladoga, IV Cuerpo de Ejército, 2 divisiones; y varias unidades menores (batallones y compañías) en el resto del territorio hasta el Ártico.

Los soviéticos despliegan 30 divisiones y 6 brigadas acorazadas: en el istmo, el VII Ejército, con 13 divisiones y 5 brigadas acorazadas, destinado a la conquista de Viipuri; norte del Ladoga, VIII Ejército con 9 divisiones y artillería pesada, para atacar a la retaguardia siones, cuya misión es cortar en dos Finlandia e impedir la eventual ayuda sueca; Ártico, XIV Ejército, con 3 divisiones, contra Petsamo, cuya misión es además alcanzará el golfo de Botnia, e impedir la eventual ayuda noruega.

Inicialmente, la guerra se va a librar en los cuatro frentes donde se hallan desplegados los soviéticos. Mientras en el istmo los soviéticos están empantanándose, en el Norte ocupan Petsamo, pero una división soviética que se dirige hacia el sur es detenida por un batallón de cazadores, y dos que tratan de penetrar hacia el golfo de Botnia retroceden ante un solo regimiento de la reserva... En enero este frente se estabiliza, pero los finlandeses atacan constantemente a los sorprendidos enemigos y lanzan incursiones y efectúan sabotajes en territorio soviético.

En el Centro-Norte los soviéticos ocupan Salla y su zona el 10 de diciembre: los finlandeses la reconquistan el 21, para perderla de nuevo a comienzos de enero de 1940 y recuperarla definitivamente el 17. En la batalla de Salla los finlandeses serán muy inferiores en número, pero los soviéticos no podrán con ellos (algunas unidades soviéticas se disgregarán rápidamente y otras se desbandarán sin combatir).

El 5 de diciembre los soviéticos inician el ataque en la zona de Suomussalmi, en el Centro, que prosigue el 11 y que les permite ocupar la ciudad, pero para hallar ante sí el vacío. El 13 comienza el contraataque finlandés, dirigido por el coronel H. J. Siilasvuo con profundas penetraciones e infiltraciones, que disgregan a las unidades enemigas.

Entre fines de mes y el 5 de enero, los soviéticos se retiran, tras haber sufrido más de 13.000 bajas (aquí también varias retiradas desordenadas se convierten en verdaderas huidas), repartidas entre las dos divisiones soviéticas, la 44 y la 163, que son casi destruidas.
El botín finlandés en material y prisioneros es abundante. En su avance, los finlandeses han llegado a penetrar incluso en territorio soviético.
Al norte del Ladoga los soviéticos ocupan Tohinajärvi (8 de diciembre); los 11 batallones del coronel Talvela contraatacan, hacen retroceder al enemigo; una nueva división acude en ayuda de la primera, pero en combates nocturnos son diezmados y derrotados.

En el istmo el frente se ha estabilizado, aunque los soviéticos lanzan terribles bombardeos de artillería (como los del 15 y 17 de diciembre).
Entre enero y febrero las inclemencias climáticas reducen la actividad en los frentes. Y una nueva etapa va a comenzar, como veremos.
Los soviéticos han sido derrotados en toda la línea. Han intentado repetir el éxito del Blitzkrieg alemán en Polonia, pero la aún mayor carencia de carreteras, los ríos y lagos, los bosques y la mayor decisión de los finlandeses ha echado por tierra el plan. Han sido incapaces, además, de coordinar infantería y carros, y sus oficiales y soldados han mostrado un adiestramiento deficiente, y han dispuesto de un equipo mediocre. Notable ha sido la desorganización y el mando ha sido incapaz de hacer frente a las tácticas guerrilleras.

Los finlandeses han mezclado hábilmente las tácticas clásicas con las de guerrilla; han mostrado un adiestramiento bueno y un entusiasmo aún mejor, y una unanimidad ante el enemigo sorprendente, una gran compenetración soldados-oficiales, y una ubicuidad que desmoralizará al enemigo, pese a la inferioridad numérica y a la vetustez del materia. La victoria finlandesa asombrará al mundo, como la griega contra los italianos unos meses más tarde.
 

Guitro01

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Las potencias y el conflicto:

La agresión del gigante soviético a la pequeña Finlandia ha levantado oleadas de protesta en todo el mundo y especialmente en Europa, y ha atemorizado a los países bálticos escandinavos. Los europeos, desorientados en un primer momento, reaccionan pronto, mucho más pronto que ante la agresión de Polonia y mucho más intensamente. Los esfuerzos europeos para ayudar a los finlandeses son enormemente mayores que los desplegados para defender a Polonia. El anticomunismo hace milagros, y material, propaganda, apoyo diplomático, voluntarios llegarán, como veremos, a Finlandia.

Se formará incluso un frente anti-soviético -léase anticomunista- que encabezarán Gran Bretaña, Francia, Italia y Hungría. Casi se llegó a olvidar, recuerda Petácco, que se estaba en guerra con Alemania, y no con la URSS; y, dice Westwood, todo ello contrastaba con la apatía anterior en el caso polaco.

A lo largo de los tres meses de conflicto, y pese a estar condicionada por diversos factores, la ayuda a Finlandia llegará con relativa abundancia y se producirá una verdadera intervención extranjera con alguna semejanza de la guerra civil española. Esta guerra será también bastante dróle, pero bastante menos Sitzkrieg que la del oeste.

Estados Unidos, neutral en 1939, es el principal apoyo de Finlandia y el mayor enemigo ideológico de la URSS. Aquí se crea un Comité de Ayuda a Finlandia, presidido por Hoover, que va a canalizar la ayuda del presidente Roosevelt y la privada.
La colonia finlandesa y su lobby enviaron mucha ayuda. La Prensa se volcó en favor del país agredido. Gran Bretaña temía a Hitler y a la guerra, tenía simpatías hacia Finlandia, pero no deseaba irritar a la amiga URSS. Lo mismo sucederá en Francia, que se mostrará, con todo, más partidaria de una acción militar contra los bolcheviques. Los países escandinavos estaban, lógicamente, preocupados. En un primer momento apoyarán con material y voluntarios a Finlandia; Suecia será canal oficioso durante el conflicto y hará de mediador en las conversaciones de paz, pero acabará negándose, a partir de febrero sobre todo, junto con Noruega, al permitir el tránsito de tropas extranjeras por su territorio. El comportamiento de ambos países será el más digno y el menos contaminado por la paralela guerra ideológica.

Fueron muchos los planes para atacar a la URSS. Hubo presiones de los aliados sobre Hitler (éste es un campo que no ha sito tocado por los historiadores, como dice Petacco) para desviarlo hacia la URSS, pues "era la ocasión para Occidente de acabar con los bolcheviques", como deseaban los británicos. De este intento occidental se sabe apenas lo que explicó el ministro alemán Speer: "Hitler no tenía intención de ayudar a los finlandeses, pese a que los alemanes eran solidarios con Finlandia, porque, por el momento, le era más conveniente su pacto con la URSS, que les iba a permitir conquistar el oeste sin problemas en el este". La única preocupación de Hitler eran las consecuencias estratégicas y el riesgo de ser atacado por detrás -ésta será una de las razones de sus ataques a Dinamarca y a Noruega-. Mussolini, en cambio, era partidario de "hacer algo" y de "desviar" la guerra del oeste al este (carta a Hitler del 3 de enero de 1940): "en el oeste es preferible la paz, también porque podía entrar en guerra Estados Unidos". De lo que no hay duda, es de que Hitler habrá reflexionado largamente sobre la propuesta.

En cuanto a los aliados, éstos se preparan para el ataque a la URSS. El Sunday Times sugiere bombardear los pozos petrolíferos de Bakú -de la URSS, un país aliado-. Un periodista de Associated Press, D. Middleton, comentaba: "En muchos ambientes británicos se afirma que en primavera marcharemos todos contra los rusos. Incluidos los alemanes, naturalmente". En enero-febrero se planeó un ataque por Petsamo, en el que intervendrían también exiliados polacos, que fue vetado por Londres. Un plan para bloquear el puerto soviético ártico de Murmansk quedó en suspenso.

Otro ataque debería ejecutarse a través de Turquía y el mar Negro, contra Crimea y el Cáucaso, partiendo de Siria -francesa-, donde el general francés Weygand había sido enviado con 100.000 hombres desde el comienzo del conflicto: "penetraría en la URSS", decía el general, "como el cuchillo en la mantequilla".

Mientras, se formaban los primeros contingentes de voluntarios para apoyar a los finlandeses. Lady Astor organizaba los reclutamientos, y el hijo de Roosevelt, Kermit, fue puesto al mando de un cuerpo finlandés-americano. Los suecos enviaron dos batallones, y llegaron a Finlandia voluntarios británicos, daneses, húngaros, etc.; todos ellos entraron en combate en varios puntos.
Los suministros de material y dinero fueron importantes. Algunos tomaron el aspecto de compras al exterior, para evitar violar la neutralidad finlandesa. Las armas que no se habían encontrado para Polonia, nos dice Battaglia, llegaron a Finlandia: unos 300 aviones (no todos acabaron siendo entregados), 700 cañones, 5.000 ametralladoras y otro material, enviado por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña sobre todo, pero también de Italia. Sólo los Estados Unidos enviaron 30 millones de dólares -10 el gobierno y el resto la banca privada-.

La semipausa de enero-febrero ha ayudado a los soviéticos. Estos han hecho experiencia a su costa y cambian de táctica. Hay que contrarrestar a la guerrilla. Y nada de penetraciones relámpago con vehículos que acaban no pudiéndose mover. Los soldados soviéticos van a mejorar su adiestramiento, los mandos son más competentes. La coordinación también mejora, y bombardeos mucho más eficaces preceden los ataques. Los soviéticos abandonan las operaciones masivas en otros frentes para concentrarse en el istmo, donde es más fácil moverse y donde se hallan los centros vitales finlandeses. Se aumenta el número de soldados, llega al frente del istmo el XIII ejército. Las fuerzas del frente norte son colocadas bajo el mando del mariscal Shtern; las del frente sur, bajo el mariscal Timoshenko, uno de los mejores generales soviéticos. Ya en las últimas batallas de la primera etapa de la guerra, sobre todo en la de Kuhmo -finales de enero-comienzos de febrero de 1940- los soviéticos habían sido derrotados, pero habían resistido mejor y no todo había sido fácil para los finlandeses.
 

Guitro01

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La ofensiva soviética se desencadena el 1 de febrero en el frente del istmo, donde se hallan el VII y el XIII Ejércitos soviéticos: ataques de infantería apoyada por carros y aviones y bombardeos artilleros muy intensos hacen que para el día 5 los finlandeses comiencen a vacilar. El 6 la ofensiva es general y el VII ejército abre una brecha en Lähde, en dirección a Viipuri, el día 13. Los contraataques finlandeses son cada vez más débiles. El 15 los soviéticos arrollan las posiciones enemigas en Lähde; el 21 ocupan la isla de Koivisto, al sur de Viipuri; un contingente sueco llega a la zona de Salla y permite a Mannerheim trasladar al istmo nuevas tropas. Viipuri es bombardeada. Los finlandeses son incapaces ya de detener la avalancha enemiga. El 26, el primer ministro Risto Ryti pide el cese de las hostilidades. De acuerdo, dicen en Moscú, pero exigen a cambio Viipuri, todo el istmo, la orilla norte del Ladoga, con la ciudad de Sortavala, algunas islas del golfo de Finlandia, la base de Hanko, Petsamo y la península de los Pescadores. Es mucho, y Ryti, desesperado, vuelve a Helsinki y pide urgente ayuda a los occidentales. Sin embargo, cuando estaba a punto de desencadenarse lo que se llamó "nueva cruzada antibolchevique", se supo que estaban en curso las negociaciones de paz. Británicos y franceses están descontentos, pues deseaban que la URSS se desangrase en la guerra. Para prolongarla, se habló del envío urgente de 13.000 británicos, luego se planeó el de 20.000 anglo-franceses, finalmente, el de un cuerpo de 50.000 aliados, que desde Narvik, en Noruega, se habría dirigido a Finlandia, "habría desbaratado las hordas desordenadas de Rusia y habría marchado hacia Leningrado".
Pero los acontecimientos se precipitan. En marzo se produce un profundo repliegue de las tropas finlandesas -que la Prensa soviética consideró exageradamente como una hazaña militar-: el día 1 los invasores se hallan a pocos kilómetros de Viipuri y marchan en dirección a Helsinki, defendida por el 11 Cuerpo de Ejército, y por la Agrupación de Costa de K. L. Oesch. Chamberlain anuncia que está a punto un ejército de 100.000 hombres, pero Suecia prohibirá el tránsito por su territorio, advirtiendo que se uniría a la URSS si pese a todo los aliados intentaban pasar por él.

Mientras, los finlandeses dudan entre urgir la ayuda occidental o tratar con la URSS, pues piensan que franceses y británicos sólo quieren abrir un segundo frente contra Alemania y atacar a la URSS. Mannerheim es partidario de detener la guerra ahora que todavía no han sido derrotados, y muchos militares comparten ya su opinión. El día 4 los finlandeses pierden varias islas del golfo y sufren un ataque general: algunas unidades finlandesas se desbandan, presas del pánico, que contagia a otras unidades, mientras los miles de refugiados aumentan el desconcierto. Si bien Viipuri resiste heroicamente -lo hará hasta el 13- el 12 se estipula el alto el fuego, firmado por Ryti.

El fin de Finlandia y el fracaso de los planes de cruzada precipitarán la caída del gobierno francés de Daladier, sustituido por Reynaud, más claramente antialemán. Cuando Hitler ataque a Noruega en abril, todo lo de Finlandia se olvidará. Pensamos menos en luchar contra el hitlerismo que en golpear a la URSS, reconocerá De Gaulle.
 

Guitro01

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La paz

El Tratado de Moscú del 12 de marzo de 1940 recogía las cláusulas de paz con los finlandeses. La URSS no se ensañó especialmente, pero, aun así, las condiciones fueron bastante duras: los soviéticos se anexionaban todo el istmo, con Viipuri; la orilla norte del Ladoga, con Sortavala y Suojärvi; partes de las regiones de Salla y Kuusamo; en el norte, la península de Pescadores; el puerto de Hanko, en arriendo por 30 años; cierto número de industrias y minas; varias islas, incluida Suursaari; la construcción de un ferrocarril de Salla a Kemijärvi; y la firma de un pacto de defensa. Sin embargo Petsamo quedaba para Finlandia -sólo en 1947 pasará a la URSS- y Moscú disolvía la República Popular de Kuusinen. De nuevo, la frontera pasaba por la línea de paz ruso-sueca de 1721.

Finlandia había perdido casi el 10 por 100 del territorio. Según Calvocoressi, había sufrido 24.923 muertos y 43.557 heridos. Unas 200.000 personas (según Bernardini y Calvocoressi; 450.000 según Condon) refluyeron a Finlandia de las zonas anexionadas por la URSS. Las pérdidas materiales fueron elevadas. En cuanto al armamento, perdieron 61 aviones y gran número de carros.

Mucho mayores fueron las pérdidas enemigas: 48.745 muertos (68.000 para Calvocoressi) y 158.000 heridos; 1.600 carros capturados o destruidos, más 725 aviones (otros 200 probables), y algunos barcos.

Los soviéticos confesarán que no estaban preparados para este tipo de guerra. Su complejo de superioridad ante la exigua Finlandia carecía de base, y el aferrarse testarudamente al plan inicial y a la mera superioridad numérica les fue nefasto. Fue negativa muchas veces la influencia en el mando de los comisarios políticos. Pero los mandos, afectados, hay que decirlo, por las purgas de Stalin de 1937, no estuvieron muchas veces a la altura de las circunstancias. La incompetencia de la aviación y de la marina -como reconocerá el propio Kruschev- se harán proverbiales, hasta 1942 al menos. Sólo a partir de febrero comenzaron a aprender sobre sus propios errores, pero nunca llegaron a ser, mientras duró esta guerra, el gran ejército que creían ser.

Los finlandeses estaban más motivados, pues defendían su país y tenían la razón de su parte. Pero no siempre acertaron. La práctica de la tierra quemada resultó muy costosa, y quizá inútil económicamente. Las fuerzas de cobertura no contaron con apoyo adecuado, lo que imposibilitó acciones retardadoras profundas (Condon). No siempre hubo coordinación, y a comienzos de diciembre de 1939 la pasividad de las tropas del istmo enfureció a Mannerheim. Sea como sea, el mando finlandés -y, entre otros, el general J. V. Hägglund, el coronel P. Talvela, el teniente general H. Ohquist, el teniente coronel A. O. Pajari- demostró ser bastante competente.

En fin de cuentas, Finlandia no había perdido la independencia. Pero algunos se preguntaban con Mannerheim, que se había convertido por segunda vez en héroe nacional, si no habría sido mejor ceder, pues los soviéticos en el Tratado de paz de 1940, se habían conformado con no mucho más de lo que habían pedido pacíficamente en 1939, y se habrían evitado muertes y destrucciones.

La guerra soviético-finlandesa hizo pensar a Hitler que la URSS no era enemigo -y en este momento era casi verdad- y ésta fue una de las razones que influyeron en su decisión de atacarla en 1941. En el ataque participará Finlandia, deseosa de recuperar lo perdido, lo que hará en 1941, para perderlo de nuevo en 1944.
 

Guitro01

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Simo Häyhä, el mejor francotirador de la historia

Hacía un tiempo que no hablaba de ningún personaje ilustre de Finlandia, y la historia del mejor francotirador de todos los tiempos me ha parecido una buena manera de volver con esta categoría. Porque no todo va a ser Lordi o políticos y artistas.

Simo Häyhä, apodado por el ejército soviético “Belaya Smert” (en ruso: ????? ??????, en finés: Valkoinen kuolema, y en español: La Muerte Blanca), fue un soldado finlandés, considerado el mejor francotirador de la historia. Häyha conocía a la perfección los bosques de su región y supo sacar provecho de ellos durante la guerra. En su juventud fue campeón de tiro del distrito de Viipuri, en la región de Carelia, pero no en la parte en la que está Joensuu, sino en la que tras la guerra de invierno fue cedida a los rusos.

Häyhä utilizaba una variante finesa del fusil soviético Mosin-Nagant, el rifle M28 Pystykorva (otras fuentes dicen que usaba un fusil de infantería Sako modelo 28-30, finlandés, conocido localmente como Pystykorva ya que las dos orejas del punto de mira hacían pensar en el perro de este nombre. El número de serie de ese fusil habría sido el 60974). Simo prefería no usar mira telescópica para no aumentar el tamaño del blanco que ofrecía al enemigo durante los combates, y porque con frecuencia, los francotiradores eran delatados por el reflejo del sol en las lentes de estas miras. Además, su corta estatura (1,52m), le fue de gran ayuda a la hora de pasar inadvertido en el combate, al igual que el uniforme de invierno, totalmente blanco.

Durante los 105 días que duró la guerra, Simo mató a mas de medio millar de enemigos; cifra que únicamente incluye los verificados sin lugar a dudas. La cifra oficial es de 505 pero la oficiosa llega hasta los 542, aunque sean cuales fueren las cuentas reales, Simo es reconocido como el mejor francotirador en combate de todos los tiempos. Por lo que respecta a la Segunda Guerra Mundial, los tiradores mas sobresalientes están a considerable distancia de Simo. Estos fueron el ruso Vasili Zaistev con 400 bajas confirmadas (aunque tras leerme el libro Stalingrado, el cinematográfico Vasili Zaistev no fue el francotirador ruso con más bajas, aunque sí el más famoso y por eso se suele incurrir en ese error), el alemán Matthias Hetzenauer con 345 bajas confirmadas y su compatriota Sepp Allerberger con 257.

Además de sus bajas con el fusil, Simo tiene también acreditadas otras doscientas con un Subfusil. El 6 de marzo de 1940, Häyhä fue herido en la cara por una bala expansiva rusa. Antes de esto, los rusos elaboraron multitud de planes para acabar con él, incluyendo el envío de francotiradores y ataques de artillería, que no consiguieron ningún resultado. Se presume que el disparo que le hirió fue realizado al azar, y las heridas le produjeron un coma.

Simo fue rescatado por sus compañeros, quienes relataron posteriormente que “la mitad de su cara había desaparecido” (aunque se la reconstruyeron parcialmente). El día 13 de marzo, el mismo en que se firmó la paz entre la Unión Soviética y Finlandia, Simo Häyhä recuperó la consciencia. Tras la guerra, fue ascendido de cabo a segundo teniente por el mariscal de campo Carl Gustaf Emil Mannerheim. Ni antes que él ni posteriormente ningún soldado había obtenido un ascenso en circunstancias tan dramáticas en la historia militar de Finlandia.

Una vez pasada la guerra, altas personalidades como el presidente Urho Kekkonen, le invitaban a menudo para practicar la caza del alce. En honor de Simo Häyhä se celebra todos los años en Finlandia competiciones de tiro que llevan su nombre. Simo murió a los 96 años, el pasado 1 de abril de 2001. Preguntado en 1998 por cómo llegó a ser tan buen tirador, simplemente contestó que “practicando”. Sobre su impresionante record de muertes, decía que “Hice lo que se me ordenó lo mejor que pude”. Parco en palabras si no es para ir al grano, aunque de incontestable Sisu.

 
Que buena info Guitro! no sabia siquiera de la existencia del amigo fines...en mi libro no figura por lo menos.

Guitro01 dijo:
Simo Häyhä, el mejor francotirador de la historia

...Simo mató a mas de medio millar de enemigos; cifra que únicamente incluye los verificados sin lugar a dudas. La cifra oficial es de 505 pero la oficiosa llega hasta los 542...

Guitro en esta parte se contradice tu informe:confused:
estas cifras estan bien?:confused:

PD: белый: Blanco/a
смерть: Muerte
ahora si me preguntas la fonetica...toy en el horno:D :D :D
 
No sera la blanca muerte o la muerte blanca? o algun juego de palabras similar?.
Tambien estoy leyendo "Stalingrado" y Zaitsev no es el francotirador con mas bajas conseguidas, sino el mas famoso. "El de mayor puntuación, identificado sólo «Zikan», mató a 224 alemanes hasta el
20 de noviembre." ( "Stalingrado" de Antony Beevor) y Guitro no es que se haya contradecido en el informe sino que dijo que decir que Vassili Zaitsev es el mejor francotirardor ruso es un error en el que incurren muchas personas, debido a que las hazañas de dicho francotirador llego al cine (Enemigo a las puertas).
Saludos
 

Guitro01

Forista Sancionado o Expulsado
Yo tampoco conocia al amigo Simo Häyhä hasta que lei un articulo perdido sobre el en la revista Defensa hace un par de años ... y me parecia increible la cantidad de gente que mato .... se cargo el solo un batallon entero .. y si bien los rusos pagaron caro su aventura en Finlandia, los fineses con 50 ñatos como Simo habrian cambiado el curso de la guerra no?
 

Procer

Colaborador
Guitro...por favor pon la fuente en caso de copia del articulo, para evitar problemas con otros foros/sitios.
 

Leutnant

Colaborador
Colaborador
Muy interesante. Siempre me llamó la atención la singular lucha entre los finlandeses y los soviéticos. Las tropas finesas no tenian buen armamento, ni contaban con unidades blindadas que hiciesen frente a los tanques rusos, ni nada. Es cierto que los alemanes los apoyaron (pese a ser "aliados" de los ruskies en ese momento), pero todo el peso de la guerra cayó sobre los finlandeses.
En una abrumadora inferioridad numérica y armamentista, los fineses supieron aprovechar muy bien el terreno, y más que nada el clima para vencer a los rusos. Aparte las tacticas de guerrilla, de atacar y envoscar a los invasores hiso de los avances rusos muy sangrientos.

Saludos!!!
 
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