Submarinos: una capacidad pendiente para Argentina
08/11/2021
La pérdida del
ARA San Juan y de sus 44 tripulantes no fue un accidente. La
Armada Argentina sufre años de negligencia y abandono político. Abandono que ha degradado, no sólo a las unidades, sino también a las capacidades de la fuerza.
La
Fuerza de Submarinos tiene la tarea de efectuar operaciones de guerra antisuperficie, guerra antisubmarina, reconocimiento de costas, recolección de información y proyección de fuerzas especiales. Con el naufragio del
ARA San Juan, y teniendo al
ARA Salta y al ARA Santa Cruz inoperativos, es la primera vez en casi 90 años que el arma submarina no cuenta con unidades operativas.
Un poco de historia
La Argentina decidió incorporar el arma submarina en 1926 por gestiones del entonces ministro de Marina, Almirante
Manuel Domecq García, quien obtuvo las autorizaciones para comprar los primeros submarinos.
Después de la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945) llegan a Argentina las unidades de la clase
Guppy. En 1969 en la República Federal de Alemania comenzaba la construcción de la clase
209, el
ARA Salta (S-31) y el
ARA San Luis (S-32), en el astillero
Howaldtswerke.
El
ARA Salta (S-31) fue el primer submarino moderno que realizó una reparación de media vida en el país en las instalaciones del actual
Astillero Almirante Storni, entre 1989 y 1995. En 2004, se efectuó un completo carenado y pintura de su casco, la recorrida de todas sus válvulas y el cambio, nuevamente, de sus 480 elementos de baterías. Actualmente se encuentra inoperativo.
La clase
TR-1700, construídos en la década del '80 por el astillero alemán
Thyssen Nordseewerke (ARA Santa Cruz S-41 y el
ARA San Juan S-42), son los sumergibles más avanzados con los que ha contado la Armada Argentina.
Tras la pérdida del contacto con el
ARA San Juan (S-42) mientras navegaba desde la
Base Naval Ushuaia a su apostadero habitual en Mar del Plata, en 2017, 19 países se sumaron a la búsqueda con sus propios medios navales, pero sin resultados. Un año más tarde se contrató a la empresa
Ocean Infinity, que ubicó la embarcación a 900 metros de profundidad muy cerca del punto de desaparición.
Por su parte, el
ARA Santa Cruz (S-41) recibió, en 1999, una modernización de media vida en el
Arsenal de Marinha do Rio de Janeiro en Brasil, luego los trabajos se finalizaron en la
Base Naval Puerto Belgrano y se reintegró al servicio activo en 2002. En 2014, ingresó al
Complejo Naval Argentino (Cinar) para recibir nuevas reparaciones, que no concluyeron, y del cual el ex ministro de Defensa,
Agustín Rossi, comentó: "La Armada Argentina decidió no continuar con ese proyecto".
Intento de recuperación
Para no perder totalmente la capacidad, los submarinistas argentinos se entrenan junto a otras armadas latinoamericanas utilizando el
ARA Salta como simulador.
Para solventar el hecho de no contar con ningún submarino operativo se ha planteado la opción de los
Tupí brasileños, que deberían ser inspeccionados por la Armada; y los
ULA noruegos, algo que no deja de ser un mero paliativo ya que con estos submarinos no se recuperaría la capacidad perdida tras el desastre del
ARA San Juan, dado que por sus características son especializados en operaciones costeras.
En una entrevista con
Infodefensa.com, el exministro Rossi, afirmaba que: "Comprar un submarino de cero ahora es un escenario bastante difícil de concretar por parte de la Argentina".
Teniendo en cuenta esto, y que el
Fondef apunta principalmente a la recuperación de material, la modernización en segundo término, y por último el análisis de la incorporación de nuevo equipamiento, la recuperación de la capacidad submarina no se divisa en el horizonte.
La clase TR-1700, construídos en la década del '80 por el astillero alemán Thyssen Nordseewerke (ARA Santa Cruz S-41 y el ARA San Juan S-42), son los sumergibles más avanzados con los que ha ...
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