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<blockquote data-quote="oscarteves" data-source="post: 3788082" data-attributes="member: 268">La primera vez que llegué a Lafonia con la ilusión de encontrar aquel puesto de combate, el terreno me recibió con un tremendo golpe como el que da un experimentado boxeador a un rival que sube al ring en su pelea inaugural. No caí arrodillado, pero la sensación debe ser muy semejante. Pensaba llegar en poco tiempo al lugar que Biguá había descrito decenas de veces, e incluso dibujado, pero en aquella ocasión el ondulado terreno, con muy pocas referencias visuales, como así también el monótono pastizal, me pusieron en el lugar correcto. Al día siguiente, habiendo retornado al lugar, fue distinto; sin embargo, la gran caminata solo trajo una cierta decepción, amortiguada solo por el hecho de estar en esa histórica región.En 2015 fuimos con Federico; fue algo más fugaz pero no menos intenso, en donde una intensa llovizna y la espera que hacía de nosotros el gerente de Darwin Lodge, terminaron la recorrida con cierta precipitación.En 2016, la recorrida fue de unas tres horas, en solitario. Un joven argentino, residente en Puerto Argentino, me llevó hasta la zona en su auto y tuvo la delicadeza de aguardar durante mi búsqueda. Tampoco hubo resultados ciertos: el puesto se negaba a ser reconocido...Quizá haya una nueva intentona, el tiempo lo dirá.</blockquote>

[QUOTE="oscarteves, post: 3788082, member: 268"] La primera vez que llegué a Lafonia con la ilusión de encontrar aquel puesto de combate, el terreno me recibió con un tremendo golpe como el que da un experimentado boxeador a un rival que sube al ring en su pelea inaugural. No caí arrodillado, pero la sensación debe ser muy semejante. Pensaba llegar en poco tiempo al lugar que Biguá había descrito decenas de veces, e incluso dibujado, pero en aquella ocasión el ondulado terreno, con muy pocas referencias visuales, como así también el monótono pastizal, me pusieron en el lugar correcto. Al día siguiente, habiendo retornado al lugar, fue distinto; sin embargo, la gran caminata solo trajo una cierta decepción, amortiguada solo por el hecho de estar en esa histórica región. En 2015 fuimos con Federico; fue algo más fugaz pero no menos intenso, en donde una intensa llovizna y la espera que hacía de nosotros el gerente de Darwin Lodge, terminaron la recorrida con cierta precipitación. En 2016, la recorrida fue de unas tres horas, en solitario. Un joven argentino, residente en Puerto Argentino, me llevó hasta la zona en su auto y tuvo la delicadeza de aguardar durante mi búsqueda. Tampoco hubo resultados ciertos: el puesto se negaba a ser reconocido... Quizá haya una nueva intentona, el tiempo lo dirá. [/QUOTE]

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