Desafío al imperio Boeing-Airbus en la aviación mundial

Desafío al imperio Boeing-Airbus en la aviación mundial
Russell Hotten
BBC
Viernes, 21 de junio de 2013

El Salón Aeronáutico de París está dominado por Boeing y Airbus.

Como es habitual, el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget está dominado por las dos grandes bestias de la industria.
¿Anunciará Airbus más pedidos que Boeing? ¿Tendrá Boeing más productos en exhibición que Airbus? ¿Cuál de las dos tendrá una visión más creíble del futuro de la aviación?
Pero por debajo del radar hay señales de que este duopolio podría ser desafiado algún día. China y Rusia tienen una gran presencia en la 50ª edición del tradicional salón al norte de la capital francesa que tiene lugar del 17 al 23 de junio.
Bombardier, de Canadá, está a pocos días de la primera prueba de vuelo de sus esperados aviones C-Series, posiblemente el rival más serio en los aviones de fuselaje estrecho, o aviones de pasillo único, de entre 100 y 200 asientos, un mercado dominado por los A320 de la europea Airbus y los 737 de la estadounidense Boeing.
Se prevé que ese mercado tenga un valor de US$20 billones en los próximos 20 años. Y hay una gran cantidad de contratos a los cuales aspirar.
"Estamos escarbando en la parte inferior. Somos, tal vez, un irritante" Guy Hachey, presidente de operaciones aeroespaciales de Bombardier​

Mientras tanto, más abajo en la cadena alimentaria aeronáutica se ubican los fabricantes de aviones regionales Embraer, de Brasil, y Mitsubishi, de Japón. Se cree que ambos tienen planes para aviones más grandes.
Guy Hachey, presidente de operaciones aeroespaciales de Bombardier, está decidido a no exagerar cuando se habla de competir con Boeing y Airbus.
"Estamos escarbando en la parte inferior. Somos, tal vez, un irritante", dice.
Sin embargo, las reconocidas mejoras en la eficiencia del combustible del C-Series, como resultado de un motor de nueva generación y el uso de avanzados compuestos, ya ha llevado a Airbus y Boeing a hacer nuevas variantes de aviones existentes.
Las ambiciones de China

En el Salón de París, Bombardier y la Commercial Aircraft Corporation of China (Comac) anunciaron planes para ampliar un acuerdo de cooperación.

Bombardier, de Canadá, un rival serio para Boeing y Airbus.

Compartirán elementos en común entre el C-Series y el propuesto C919 de Comac. No habrá cooperación en materia de pruebas de vuelo, sino en áreas como proveedores, servicio al cliente y algunos problemas técnicos.
Significa, dice Hachey, que Bombardier reforzará su colaboración en lo que será el mayor mercado individual para las aeronaves durante el próximo par de décadas. Y Comac aprovecha la experiencia occidental para sus ambiciones en la aeronáutica civil.
Boeing estima que China tendrá cerca de 2.200 aviones civiles en 2020, con un mercado dominado por los aviones de pasillo único.
Comac ve que su C919 tomará una gran porción de las órdenes de las líneas aéreas nacionales. Y teniendo en cuenta el tamaño del mercado chino, deben ser suficientes para sostener la industria hasta que las compañías internacionales estén convencidas de la operatividad de los aviones.
El C919 debe ser lanzado en 2014, y entregado a partir de 2016. Pero el avión ya se ha retrasado y pocos se sorprenderían si vuelve a ocurrir.
Casi 50 compañías rusas están en el salón. La mayoría opera bajo el ala de la United Aircraft Corporation (UAC), la empresa estatal formada en 2006 para impulsar la industria de la aviación nacional.
El Kremlin destinará cerca de US$40.000 millones en el sector de la aeronátutica civil en las próximas dos décadas.
Aeroflot

El Irkut MC-21, desarrollado por US$5.000 millones, es la gran esperanza de la aviación civil rusa. La enorme maqueta en el salón aeronáutico luce como la aeronave de nueva generación que quiere ser.
"Podemos igualar a Boeing y Airbus. Mire el crecimiento de la aviación. Hay muchos negocios por hacer. Estaremos allí: terceros, segundos, primeros en el mercado" Kirill Budaev, vicepresidente de Irkut​

Sin embargo, una exposición estática en un salón aéreo es muy diferente a un avión que puede volar.
A pesar de mucha especulación sobre el calendario de desarrollo del MC-21, Kirill Budaev, vicepresidente de Irkut, insistió en que habrá un vuelo inaugural en 2015, la certificación dos años después, y luego un programa de entrega a partir de 2020.
Y tiene muy claro dónde quiere que Irkut esté en un par de décadas: construyendo una familia de aviones que pueda disputarle el liderazgo a Boeing o Airbus, o unirse a ellos como una tercera fuerza en la aviación global.
"Podemos igualar a Boeing y Airbus. Mire el crecimiento de la aviación. Hay muchos negocios por hacer. Estaremos allí: terceros, segundos, primeros en el mercado", dice.
Rusia está poniendo en marcha un régimen tributario que ayudará a la industria aeronáutica nacional, asegura Budaev.
Las exenciones fiscales que permiten a las compañías aéreas nacionales comprar aviones extranjeros más baratos se están eliminando gradualmente para ser sustituidas por los acuerdos de arrendamiento que beneficiará a las compañías aéreas extranjeras en la compra de aviones rusas.
"Vamos a proporcionar atención al cliente", señala Budaev. "Vamos a hacer lo que podamos para ayudar".
Los tiempos cambian


Embraer, de Brasil, busca pegar el salto.

Estas son afirmaciones audaces y ambiciones audaces. Pero la historia demuestra que los fabricantes pueden desplazar a los líderes del mercado. Sólo se necesita un largo tiempo.
La industria de la aviación británica fue finalmente eclipsada, mientras que Airbus fue en algún momento una advenediza infravalorada.
Rob Morris, analista de la consultora de aviación Ascend, dice: "Airbus se vio obligada a innovar con el A320 y continuó innovando para lograr la posición que comparte con Boeing hoy. Embraer 'innovó' en su camino en el mercado regional y forzó la salida de los titulares".
Morris no subestima el desarrollo y los retos que enfrentan Irkut o Comac, pero tiene pocas dudas de que no vayan a cumplir con los mercados internos y adyacentes.
Y al hacerlo, los fabricantes chinos y rusos "también habrán adquirido experiencia en diseño, fabricación y suministro de grandes áreas comerciales que aprovecharán en sus próximos programas, ya sea de fuselaje ancho o de pasillo único", dice Morris.
Pero los escépticos son muchos. Richard Aboulafia, analista de Teal Group, señala: "En cada salón aéreo parece que hay más humo, pero todavía muy poco calor y luz. En términos comerciales, hay muy poca actividad".
Cree que el Bombardier C-Series tiene la mejor oportunidad de abrirse paso, pero cita una estadística alarmante.
Airbus y Boeing tienen alrededor de 3.000 pedidos para sus aviones de nueva generación. Los pedidos del C-Series de Bombardier son 177. "Eso no es suficiente para que sea un éxito", señala.
"En cada salón aéreo parece que hay más humo, pero todavía muy poco calor y luz. En términos comerciales, hay muy poca actividad" Richard Aboulafia, analista de Teal Group​

En cuanto a los rusos y los chinos, el hecho de que el Estado esté apoyando los proyectos significa que tendrán que luchar. "Las agencias gubernamentales que tratan de entrar en un campo comercial: francamente, es vergonzoso", asegura Aboulafia.
El analista cree que los nuevos participantes tendrán que vender sus aviones a pérdida durante una década para competir. "Siempre jugarán para ponerse al día", dice.
Pero las compañías de aviones –y los gobiernos– están acostumbrados a jugar el juego largo. Esa es la naturaleza de la industria. Y Moscú y Pekín ciertamente tienen bolsillos muy profundos.
El director ejecutivo de Boeing, Jim McNerney, sabe que se viene un desafío. El "mundo confortable" de sólo dos grandes fabricantes de aviones puede estar a punto de terminar, dijo.
Y ese comentario lo hizo en julio de 2010.
 

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Bombardier inicia el ascenso hacia primera división

La compañía canadiense aspira a romper el duopolio de Boeing y Airbus

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Una multitud asistió al primer vuelo del CSeries en Montreal. / R. Remiorz (AP)

Es una de las joyas corporativas de Canadá. Y ahora se erige como la empresa que podría resquebrajar el duopolio de Boeing y Airbus en el negocio de la aviación comercial. Bombardier acaba de echar a volar el CSeries, su aeronave más grande. Lo hizo con un primer vuelo de prueba el lunes, un día perfecto. “Todo fue muy bien”, dijo al bajarse del prototipo el piloto Chuck Ellis.
Es un hito en un programa que empezó a tomar forma hace una década y que estuvo congelado durante dos años. Pierre Beaudoin, consejero delegado, calificó el estreno como un nuevo capítulo en la historia de Bombardier, pero es consciente de los riesgos que quedan por delante. El bimotor vuela; ahora, además, debe probar que se puede vender bien y que se ensambla en los plazos pactados. De hecho, el primer vuelo llega con casi un año de retraso.
El CSeries tiene capacidad para transportar hasta 149 pasajeros, con lo que, de tener éxito, podría ser una alternativa al B-737 de la estadounidense Boeing y al A-320 del consorcio europeo Airbus. De momento cuenta con 177 pedidos en firme, cantidad que no sirve ni para hacer cosquillas a los dos gigantes. Para cuando entre en servicio podrían llegar a las 300 unidades, pero la fecha no está cerrada en el calendario hasta que concluyan las pruebas. Cada uno de estos aviones vale unos 70 millones.
Si las cosas no se tuercen mucho en las 2.400 horas de vuelo previstas, las primeras entregas podrían llegar en un año y medio. Su cliente de lanzamiento es la aerolínea regional canadiense Porter Airlines. Para entonces tendría que estar más claro también cómo avanzan los trabajos del nuevo B-737Max y el A-320Neo, los dos aviones con los que Boeing y Airbus compiten por los pedidos de las aerolíneas para cubrir rutas cortas durante la próxima década.
El coste del programa CSeries se estima hasta ahora en unos 3.900 millones de dólares, muy cerca del límite que se pusieron en la compañía. Es una inversión importante para los canadienses, mientras, China prepara también su salto a la aviación comercial con su fabricante de aviones COMAC. Bombardier Aerospacial facturó 8.600 millones de dólares en el último ejercicio fiscal que le aportaron un beneficio de 405 millones. Esa división emplea a 35.500 personas en todo el mundo.
Lo más complicado para Bombardier al meterse en el mercado de los dos grandes es que tendrá menos margen para competir en precio debido a los fuertes descuentos que ofrecen a sus clientes Boeing y Airbus. Esa puede ser la mayor amenaza al principio para el CSeries, pero, si logra mantener el tipo, le ayudará a duplicar los ingresos en esa división en solo cinco años.
Su avión más grande, el CSeries, ha comenzado los vuelos de prueba
Bombardier espera llevarse con el modelo CSeries la mitad del mercado de aviones con capacidad para entre 100 y 150 pasajeros, que se cifra en 6.900 unidades para las próximas dos décadas. La compañía ensambla también el Dash 8 y el Canadair Regional Jet, junto a los aviones privados Global Express y el Challenger. Es también la propietaria de Learjet, que opera como una filial.
La aviación, donde sus principales rivales ahora son la brasileña Embraer y la estadounidense Cesna, es solo una parte del negocio del gigante industrial con sede en Montreal. La otra son los trenes, que le aportaron unos ingresos el pasado ejercicio de 8.100 millones. La división ferroviaria, además, es mucho más importante en Europa que en Norteamérica, con 37 centros de producción en el Viejo Continente, frente a nueve en Estados Unidos y Canadá.
En conjunto, el negocio europeo le aporta ingresos anuales de 6.860 millones de dólares. Está por encima de los 6.265 millones del continente americano, donde la división aeroespacial es más fuerte, con 13 centros de producción, frente a solo 1 en Europa. En función del empleo, la plantilla europea asciende a 31.400 personas, y la norteamericana, a 36.500.
El beneficio global de Bombardier fue el año pasado de 690 millones, y al cierre del ejercicio tenía pedidos en cartera por valor de 66.600 millones, repartidos casi a partes iguales entre la división aeroespacial y la ferroviaria. En lo que va de 2013, los ingresos de la sociedad canadiense se elevan a 8.770 millones, con un beneficio de 315 millones.
La compañía nació en un taller de Valcourt (Quebec) como fabricante de vehículos para nieve. También fue una de las principales contratistas en el ámbito de la defensa en Canadá. Pero la parte de aviación la vendió a SPAR Aerospace, y al retirarse de ese segmento también abandonó las operaciones en productos militares para tierra. Ahora se limita a misiones especiales.
Bombardier cotiza en Bolsa desde 1969, cinco años después de fallecer su fundador. Su capitalización bursátil en el mercado de Toronto ronda los 8.250 millones de dólares. En el último año, el precio de la acción ha subido un 32%. Pero los 4,7 dólares que vale cada una están lejos de los 25 dólares que se vieron a comienzos de la pasada década. La crisis le afectó en 2009 debido a la caída del negocio de los aviones privados y los ajustes en las aerolíneas regionales.
No son pocos los analistas en Wall Street que piensan que el precio de sus acciones siguen reflejando excesivamente los riesgos que afronta la compañía. Uno de ellos es el efecto de la incertidumbre económica global en su negocio de aviones privados y el impacto de los recortes fiscales en su negocio ferroviario, además de un eventual retraso de la entrada en servicio del CSeries.
El éxito del nuevo avión podría ser, por tanto, un catalizador para dejar atrás los días oscuros de la recesión y hacer retomar el vuelo en el parqué. Beaudoin está convencido de que los pedidos llegarán conforme los datos de las pruebas muestren que es un avión viable y fiable. “Es también un momento especial para la industria”, dice, echando la vista atrás hasta 1984, cuando se lanzó el A-320. Desde entonces no se presentaba un nuevo avión en ese segmento.
ELPAIS.ES
 

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La aspirante china a competir con Airbus y Boeing abre filial en EEUU

La Corporación de Aeronaves Comerciales de China (COMAC), que aspira a competir de 2016 con Airbus y Boeing como fabricante internacional de aviones comerciales de gran tamaño para grandes distancias, ha instalado su primera filial en el extranjero en EEUU.

La Corporación COMAC América, la primera filial del conglomerado aeronáutico estatal chino controlada al ciento por ciento, se instalará en Newport Beach, al sur de California, recoge hoy el diario oficial "Shanghai Daily", órgano de difusión del Gobierno local de Shanghái, donde la COMAC tiene sus oficinas centrales.

El objetivo de esta apertura es estrechar los lazos de la COMAC con las autoridades de aviación civil, las firmas del sector aeroespacial y las instituciones académicas estadounidenses en campos como la certificación de vuelo, el desarrollo de nuevos aparatos y la formación de técnicos y pilotos.

"El mercado chino de la aviación civil es el principal mercado en expansión", dijo el presidente de la COMAC, Jin Zhuanglong, que segura que el rápido crecimiento del sector en China hace que la industria aeroespacial de su país se convierta en "una fuerza indispensable para el sector en todo el mundo".

Jin recordó también que la COMAC tiene ya acuerdos con 16 constructores y suministradores de componentes aeronáuticos de gran prestigio internacional, como los estadounidenses General Electric, UTC y Honeywell, así como fabricantes de aparatos de media distancia como el canadiense Bombardier.

Todos ellos aportan componentes o valor tecnológico para la fabricación del C919, el primer avión comercial chino de tamaño "jumbo" y de diseño también puramente chino, aunque luego pueda incorporar motores de General Electric o un sistema eléctrico de Bombardier.

A esas colaboraciones se suma que "varias universidades en EEUU han dado programas de entrenamiento a la COMAC, y hemos colaborado con Boeing en programas de ahorro de energía", recordó Jin, cuyo conglomerado heredó también el programa del primer reactor comercial de diseño para vuelos regionales, el ARJ-21, ya operativo.



"Por ahora los pedidos del C919 ya han alcanzado los 400", anunció, mientras "el programa ha entrado en la fase de diseño detallado de su desarrollo de ingeniería", por lo que reiteró que "su primer vuelo (de prueba) está planeado para 2015".

Es a partir del año siguiente, 2016, cuando la COMAC espera poder hacer sus primeras entregas y que los C919 empiecen a volar dentro de aerolíneas comerciales chinas e internacionales.

Por su parte, los primeros cuatro aparatos ARJ-21 "ya han entrado en la fase de pruebas y certificación de su capacidad de vuelo" en EEUU, y se espera que las aerolíneas que han hecho los primeros encargos puedan empezar a incorporarlos a sus flotas desde 2014.

Las primeras entregas de este reactor, conocido como "Xiang Feng" ("Fénix Volador"), estaban previstas en principio para 2009 pero han sufrido diversos retrasos.

En China se teme que esos retrasos pueden afectar también a los plazos del C919, con el que China espera poder competir abiertamente en todo el mundo hacia 2020 contra el Airbus A320 y el Boeing 737.

COMAC tiene cerca de 240 encargos de su primera variante que entrará en servicio, el ARJ-21-700 "Xiang Feng", por debajo de los cerca de 400 pedidos que tiene ya su futuro modelo de 174 plazas C919, para el que el consorcio sí cumple por ahora con todos sus plazos previstos, incluido un primer vuelo en 2014.

El aparato será ensamblado en las instalaciones de la COMAC en Shanghái, con la participación de empresas extranjeras en parte del proceso, como es el caso de la española Aritex, que montará la caja central del ala, es decir, la estructura que sostiene las alas montadas con el cuerpo del aparato.

fuente: La aspirante china a competir con Airbus y Boeing abre filial en EEUU
 
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