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<blockquote data-quote="Patanglén" data-source="post: 1332090" data-attributes="member: 1572">Independientemente de que la mayoría consideremos al colonialismo un acto delictivo y anacrónico, durante muchos años nos fue muy cómodo decir que en 1982 el gobierno de Thacher fue el que provocó la guerra, cuando en realidad tanto ella como los miembros de su gabinete, en esos días de abril, tenían pocas o nulas ganas de meterse en un conflicto con Argentina.&nbsp;Un frente interno desolador en lo económico, social y político, sumado a una evidente falta de apoyo externo que de vía libre a una acción militar entre sus aliados, había hecho considerar muy seriamente alguna otra salida que no sea el enfrentamiento armado contra la Junta militar argentina.&nbsp;Dentro del almirantazgo británico la cosa estaba un poco más pareja, con una ligera ventaja de quienes estaban a favor de una guerra, pero nadie tampoco quería jugársela en ser el responsable de una aventura tan arriesgada.&nbsp;Sin embargo hubo alguien, que contra viento y marea, puenteando a sus superiores y miembros del gobierno, logró a último momento concertar una charla con la primer ministro con intención de convencerla.&nbsp;Según diría más tarde, no le fue fácil, pero la contundencia de sus argumentos y lo persuasivo de su discurso fueron suficientes para vencer la reticencia que por entonces demostraba la ex dama de hierro y hacerle ver que la campaña podía llevarse a cabo.&nbsp;Si habría alguien a quien responsabilizar por el éxito o fracaso de la aventura dentro de las FFAA inglesas, este señor era el Almirante Henry Leach.&nbsp;<a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Henry_Leach" target="_blank">http://en.wikipedia.org/wiki/Henry_Leach</a></blockquote>

[QUOTE="Patanglén, post: 1332090, member: 1572"] Independientemente de que la mayoría consideremos al colonialismo un acto delictivo y anacrónico, durante muchos años nos fue muy cómodo decir que en 1982 el gobierno de Thacher fue el que provocó la guerra, cuando en realidad tanto ella como los miembros de su gabinete, en esos días de abril, tenían pocas o nulas ganas de meterse en un conflicto con Argentina. Un frente interno desolador en lo económico, social y político, sumado a una evidente falta de apoyo externo que de vía libre a una acción militar entre sus aliados, había hecho considerar muy seriamente alguna otra salida que no sea el enfrentamiento armado contra la Junta militar argentina. Dentro del almirantazgo británico la cosa estaba un poco más pareja, con una ligera ventaja de quienes estaban a favor de una guerra, pero nadie tampoco quería jugársela en ser el responsable de una aventura tan arriesgada. Sin embargo hubo alguien, que contra viento y marea, puenteando a sus superiores y miembros del gobierno, logró a último momento concertar una charla con la primer ministro con intención de convencerla. Según diría más tarde, no le fue fácil, pero la contundencia de sus argumentos y lo persuasivo de su discurso fueron suficientes para vencer la reticencia que por entonces demostraba la ex dama de hierro y hacerle ver que la campaña podía llevarse a cabo. Si habría alguien a quien responsabilizar por el éxito o fracaso de la aventura dentro de las FFAA inglesas, este señor era el Almirante Henry Leach. [url]http://en.wikipedia.org/wiki/Henry_Leach[/url] [/QUOTE]

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