Con el despliegue de los cazas furtivos F-35A Lightning II del 134° Escuadrón de Caza, perteneciente al Ala de Caza de la Guardia Nacional Aérea N° 158 de Vermont, la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe continúa fortaleciéndose en el marco de la denominada Operación Southern Spear. Los aviones arribaron el pasado 20 de diciembre a la antigua Base Naval Roosevelt Roads, en el este de Puerto Rico, tras despegar desde el territorio continental estadounidense.

F-35A Lightning II del 134° Escuadrón de Caza, perteneciente al Ala de Caza de la Guardia Nacional Aérea N° 158 de Vermont
F-35A Lightning II del 134° Escuadrón de Caza, perteneciente al Ala de Caza de la Guardia Nacional Aérea N° 158 de Vermont

El arribo de los F-35A representa un nuevo hito dentro de esta operación, que en sus orígenes se enfocaba en misiones de interdicción en tareas contra el narcotráfico y que, en las últimas semanas, amplió su alcance para incrementar la presión sobre el gobierno venezolano de Nicolás Maduro. En este contexto, el despliegue de estas aeronaves de quinta generación busca consolidar una postura regional más adecuada para operaciones de combate aéreo táctico y disuasión estratégica.

Los F-35A del 158° Fighter Wing se suman a una creciente fuerza aérea movilizada en la zona. Actualmente, el componente aéreo de Southern Spear incluye aeronaves de guerra electrónica EA-18G Growler, drones MQ-9 Reaper, aviones de ataque AC-130 Ghostrider, helicópteros HH-60W Jolly Green Giant II, aviones de búsqueda y rescate HC-130J Combat King II y plataformas de reabastecimiento aéreo KC-135 Stratotanker y KC-46 Pegasus. A su vez, en los últimos días se registraron vuelos de alerta temprana E-3 Sentry AWACS y E-2D Advanced Hawkeye sobre el Caribe y en proximidades a la costa venezolana.

La 158ª Ala de Caza, con base en Burlington, Vermont, fue una de las primeras unidades de la Guardia Nacional Aérea en recibir a los Lightning II. Estos cazas se distinguen por su capacidad furtiva, su avanzado sistema de sensores y su versatilidad para ejecutar misiones de ataque de precisión con armamento guiado de hasta 2.000 libras.

Estas características lo convierten en un multiplicador de fuerza que amplía el alcance y las capacidades ofensivas del componente aéreo estadounidense en la región. Su despliegue en Roosevelt Roads refuerza la proyección operativa de Estados Unidos en el Caribe, donde ya operaban versiones F-35B del Cuerpo de Marines con base temporal en la misma isla.

F-35A Lightning II del 134° Escuadrón de Caza, perteneciente al Ala de Caza de la Guardia Nacional Aérea N° 158 de Vermont
F-35A Lightning II del 134° Escuadrón de Caza, perteneciente al Ala de Caza de la Guardia Nacional Aérea N° 158 de Vermont

En paralelo al componente aéreo, el despliegue naval encabezado por el portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford (CVN-78) complementa las operaciones de Southern Spear. El buque, perteneciente al Carrier Strike Group 12, retornó a aguas caribeñas a mediados de noviembre tras una escala en St. Thomas, manteniendo un intenso ritmo de actividades aéreas con F/A-18E/F Super Hornet, EA-18G Growler y E-2D Hawkeye. Este esquema de operaciones mixtas permite sostener patrullas marítimas, interdicción aérea y tareas de vigilancia regional.

La Operación Southern Spear evidencia el incremento de la proyección militar estadounidense sobre el Caribe. Con la llegada de los F-35A, Estados Unidos consolida una fuerza capaz de sostener operaciones aéreas complejas y multidominio, mientras mantiene como objetivo declarado la lucha contra el narcotráfico e incrementa su presión contra el gobierno de Venezuela.

*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo. Créditos: Departamento de Defensa de los EE.UU.-

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