En el marco de una nueva demostración de poder militar en el Atlántico Sur, las Fuerzas Armadas británicas llevaron a cabo la Operación Southern Sovereignty, un ejercicio conjunto que abarcó desde las Islas Georgias del Sur hasta la Isla Ascensión. La maniobra reunió a unidades navales, aéreas y terrestres bajo el mando del Comandante de las Fuerzas Británicas del Atlántico Sur, Brigadier Charlie Harmer, con el propósito declarado de “evaluar la capacidad británica para proyectar fuerza simultáneamente en los dominios marítimo, terrestre y aéreo”.
El eje central de la operación fue el patrullero HMS Forth (P222), buque destinado a operar desde las Islas Malvinas desde el cual se coordinaron las acciones conjuntas. A bordo se integró un destacamento del Royal Irish Regiment, compañía de infantería que reforzó las capacidades anfibias y de respuesta rápida de la unidad de superficie. Desde las islas se efectuaron maniobras de apoyo aéreo, ejecutadas por cazas Eurofighter Typhoon y un avión de transporte táctico A400M Atlas operando desde la base de Monte Agradable, infraestructura militar que permite sostener las operaciones en la región
Simultáneamente, otro destacamento del Royal Irish Regiment fue enviado a la Isla Ascensión, demostrando la capacidad de las fuerzas británicas para operar de forma integrada en un extenso teatro de operaciones. Además de los objetivos militares, la operación incluyó un componente civil, con la colaboración de personal de las tres ramas para apoyar el traslado de materiales destinados a proyectos de infraestructura en Georgias del Sur.
Sin embargo, estas maniobras se desarrollan en un contexto de tensión diplomática creciente. En los últimos meses, el Reino Unido ha intensificado su presencia militar y logística desde las Islas Malvinas, utilizando infraestructura civil en países de la región. Un ejemplo reciente fue el vuelo del A400M Atlas ZM407, aeronave de la Real Fuerza Aérea Británica que realizó una escala técnica en Santiago de Chile. Este tipo de vuelos, frecuentes durante 2025, forma parte de la red que conecta las Malvinas con el continente y con la Antártida, consolidando un esquema logístico que amplía el alcance operativo británico sobre zonas en disputa.
La Operación Southern Sovereignty, por tanto, no sólo reafirma la capacidad militar del Reino Unido en el Atlántico Sur, sino también su estrategia de consolidar una presencia permanente en un territorio que continúa siendo objeto de litigio internacional. Mientras Londres presenta estas acciones como ejercicios de soberanía, para la Argentina representan una prolongación de una ocupación colonial contraria a las resoluciones de Naciones Unidas, que insta a la necesidad de reanudar las negociaciones por la restitución de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur bajo soberanía argentina.
*Créditos de las imágenes: Ministerio de Defensa del Reino Unido.-
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