La compañía Ficantieri Marinette Marine entregó finalmente al nuevo USS Cleveland (LCS 31) a la Armada de Estados Unidos (US Navy), marcando el cierre definitivo de la construcción de los Buques de Combate Litoral clase Freedom. La ceremonia realizada el pasado 26 de noviembre, simboliza el fin de un esfuerzo industrial y operativo que se extendió por más de veinte años y que involucra sucesivas adaptaciones técnicas, rediseños estructurales y debates en torno a la utilidad de esta familia de buques. Para la armada estadounidense, la entrega del LCS 31 constituye, tanto el final de un ciclo, cómo la superación de uno de los programas más discutidos, controvertidos y problemáticos de la última década. 

Con esta entrega a la Armada de EE. UU. , el USS Cleveland se convierte en la unidad número 16 y últimas de la variante Freedom, una serie que estuvo marcada desde sus primeras etapas por fallas de diseño y problemas crónicos en su sistema de propulsión. El más relevante de ellos fue la defectuosa arquitectura del combining gear, el mecanismo responsable de acoplar la potencia de los motores diésel y de turbina. 

Su mal desempeño no solo género reparaciones sistemáticas y un elevado desgaste prematuro, sino que obligó a la Armada a retirar anticipadamente varias unidades del servicio , reduciendo drásticamente la vida útil prevista del programa. Ya en 2024, cuando se había entregado el antepenúltimo buque, la Armada reconocía que la variante Freedom no continuaría más allá de las últimas unidades en construcción, señalando que las limitaciones técnicas impedían sostener su operación en condiciones reales de despliegue. 

Estos buques, diseñados para actuar en aguas litorales frente a amenazas asimétricas, fueron pensados como unidades rápidas y de bajo calado, con capacidades modulares destinadas a adaptarse a distintos perfiles de misión. En teoría debían ofrecer flexibilidad operativa con costos relativamente bajos y una arquitectura centrada en la velocidad, la maniobrabilidad y el despliegue en zonas costeras donde unidades navales de mayor porte presentan limitaciones. 

Fotografía empleada a modo de ilustración

La entrega del USS Cleveland ocurre en paralelo a un proceso de transformación más amplio dentro de la flota de superficie estadounidense. La Armada prioriza actualmente la incorporación de plataformas más versátiles  y resistentes, como las futuras fragatas clase Constellation, los destructores Arleigh Burke Flight III y el desarrollo de nuevos combatientes de gran porte.

Para finalizar, tras su entrada en servicio prevista para 2026, el USS Cleveland se sumará a operaciones de seguridad marítima, control de áreas litorales y tareas de presencia avanzada en el Atlántico occidental. Si bien la historia de la clase Freedom estuvo marcada por fallas técnicas y expectativas incumplidas, la entrega de su última unidad representa la culminación de un programa que dejó lecciones significativas para la planificación y adquisición de futuros buques de combate de la Armada de los Estados Unidos.

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