En el marco de las crecientes tensiones regionales y de la mayor actividad militar china, el Ministerio de Defensa de Japón confirmó que en febrero del 2026 se desplegará un sistema de defensa antiaéreo de corto alcance Tipo 03 en la isla de Yonaguni, el punto habitado más occidental de país y la isla japonesa más próxima a Taiwán. La medida fue anunciada por el mismo ministro de defensa nipón, Minoru Kihara, durante una visita oficial a la guarnición local registrada el pasado 23 de noviembre.

Según la información deslizada oficialmente, el sistema será operado por el Regimiento Antiaéreo de la 15 Brigada de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón (JGSDF), perteneciente al Comando del Suroeste, unidad que ya cuenta con un destacamento en Yanaguni, responsable de vigilancia y control del espacio aéreo. Este refuerzo responde directamente a lo que Tokio describe como un entorno estratégico “cada vez más severo” debido al incremento de vuelos y operaciones militares de China en torno a la Primera Cadena de Islas, en particular en zonas próximas a Okinawa y el Estrecho de Taiwán.
Si bien el Ministerio de Defensa japonés no brindó mayores detalles, la sola mención de que se trataría de sistemas Tipo 03 Chū-SAM, hizo que fuentes militares japonesas indicarán que se trata de una batería de defensa antiaérea de corto alcance, diseñada localmente para interceptar aeronaves, helicópteros y drones que se encuentren cerca de zonas insulares.
En servicio con la Fuerza Terrestre de Autodefensa desde el año 2003, esta plataforma está montada sobre una plataforma móvil 8×8 donde cada lanzador porta un canister de seis miles interceptores. Este tipo de capacidades forma parte del conjunto de medidas incluidas en la Estrategia de Seguridad Nacional y el Plan de Desarrollo de la Defensa, que buscan reforzar la protección de la islas remotas mediante sensores, radares , misiles antibuque y defensa antiaérea.
El emplazamiento de esta batería en Yonaguni coincide con una creciente preocupación por la seguridad alrededor de Taiwán, ubicada apenas a 110 kilómetros de la isla japonesa. Según reportó el Taipei Times, autoridades taiwaneses sostienen que Yonaguni se ha convertido en un punto clave para la vigilancia de las rutas aéreas y marítimas donde China mantiene su presencia como parte de sus operaciones de presión militar, realizando incursiones en la ADIZ taiwanesa. Para Tokio, el despliegue de activos militares en el suroeste – incluyendo misiles antibuque, unidades de guerra electrónica, y nuevas capacidades de intercepción – es fundamental para reforzar la disuasión en un aérea que se ha tornado altamente sensible.
Durante su visita, el ministro Kihara afirmó que la presencia militar japonesa en Yonaguni y en las islas del sur “es esencial para proteger la vida y la seguridad de los ciudadanos, así como para fortalecer la postura de defensa integrada con otros dominios operativos”. El Comando del Suroeste, que abarca Okinawa y las islas Sakishima, se ha convertido en un foco de inversión estratégica en los últimos años, en paralelo al aumento de vuelos de bombarderos chinos, patrullas navales y actividades de inteligencia en las inmediaciones.

Por último, destacando la importancia de esta isla, hace algunas semanas el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC) establecieron a finales del mes de octubre un punto avanzado y de reabastecimiento (FARP, por sus siglas en inglés) en el marco del Ejercicio Conjunto 07 con las Fuerzas Terrestres de Autodefensa de Japón (JGSDF). Siguiendo el comunicado del Cuerpo de Marines de EE. UU., los FARPS permiten reabastecer y rearmar aeronaves – de ala fija o rotatoria – en entornos avanzados, ampliando su alcance y capacidad durante operaciones expedicionarias.
El despliegue del nuevo sistema antiaéreo se sumará a los radares de vigilancia ya instalados en 2016 y al incremento del personal militar japonés en Yonaguni. Pero también se integraría a la red de defensa aérea y antimisiles de Japón conformada por baterías Patriot PAC-3 desplegadas en todo el país, entre ellas instalaciones en la prefectura de Okinawa, en islas como Miyako, Ishigaki y Yonaguni, y ocho destructores equipados con Aegis, armados con interceptores de misiles balísticos SM-3 y, en el futuro, misiles SM-6 .
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