En el marco de la reciente declaración del presidente Javier Milei sobre la posible adquisición de submarinos y patrulleros de origen francés, la atención vuelve a centrarse en los submarinos franceses Scorpene, un diseño que ha ganado protagonismo en las flotas de la región. Desde su incorporación por parte de Chile en 2005 y posteriormente por Brasil con su rediseñada clase Riachuelo, estas unidades se consolidaron como un referente tecnológico y estratégico en el ámbito naval sudamericano. Su expansión progresiva no solo marca un cambio en las capacidades de defensa marítima, sino que también define un nuevo paradigma regional en materia de disuasión, cooperación industrial y modernización militar.

Los submarinos no solo forman parte de la flota marítima de la defensa nacional, sino que también manifiestan una herramienta de proyección de poder. Al igual que las grandes potencias mundiales, América Latina focaliza sus esfuerzos en la modernización y manutención de sistemas de armas con tecnología de punta.  

Experiencias regionales en Sudamérica

Los arsenales sudamericanos cuentan con diversas unidades submarinas, que en un rastreo regional realizado por la plataforma StratBridge, países como Chile, Brasil, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y Argentina condensan estas capacidades de vanguardia desde la década de 1970 con impronta alemana. El primer clase tipo 209 fue adquirido por Perú, en 1974, que inaguró la clase Islay –SS “Islay” y SS “Arica”, tipo 209/1100–, con su segunda unidad adquirida en 1975. Subsecuente, Colombia y Venezuela inauguran sus flotas de submarinos con la clase Pijao –ARC “Pijao” y ARC “Tayrona”, tipo 209/1200– y la clase Sábalo –ARV “Sábalo” y ARV “Caribe”, tipo 209/1300–, respectivamente. Esta década culmina con la nueva clase Shyri –BAE “Shyri” y BAE “Huancavilca”, tipo 209/1300– de Ecuador y se inauguran los años 80´ con la clase Angamos –SS “Angamos”, SS “Antofagasta”, SS “Chipana” y SS “Pisagua”, tipo 209/1200– de Perú. 

El salto tecnológico e industrial de la región fue fundado por Chile con la anexión y diversificación de la clase Scorpene de origen francés: el país incorporó el SS “O´Higgins” en 2005 y el SS “Carrera” en 2006. Las tradicionales exportaciones del Astillero Howaldtswerke Deutsche Werft (HDW) encontraron un impasse en el mercado sudamericano frente a la inserción del gigante europeo Naval Group. Desde 2008, con el Programa PROSUB, Brasil refuerza esta tendencia regional con la fabricación conjunta de la clase Riachuelo y la futura adquisición del SSN “Álvaro Alberto”, único submarino de propulsión nuclear ejemplar en Ámerica Latina.    

Los Scorpene se destacan por su versatilidad en operaciones de combate contra buques de superficie y submarinos, recopilación de inteligencia y protección de la ZEE de sus países operarios. Su operabilidad estratégica se sustenta en su estructura de acero de alta resistencia, que permite alcanzar una distancia máxima de inmersión de 300 metros y una autonomía de 45 días bajo el mar; su casco hidrodinámico tipo Albacore y hélices optimizadas contribuyen a su discreción acústica. Estos ejemplares tienen la capacidad de transporte de hasta 18 torpedos, minas y/o misiles antibuque y antisubmarinos, integrados en el sistema de combate SUBTICS. 

Capacidades de la Flota de Submarinos argentina

El programa de adquisición de submarinos convencionales para la flota argentina ha atravesado altos y bajos desde sus inicios a mediados de la década de los años 70´. Junto a Perú, fueron los dos primeros países sudamericanos en incorporar ejemplares alemanes tipo 209/1100 y 209/1200 al servicio de la defensa nacional. Pero, sin planes económicos, industriales y tecnológicos prospectivos, el programa enfrentó serias dificultades para mantenerse en funcionamiento. Como informa la plataforma StratBridge, desde 2014, las últimas dos unidades submarinas operativas, el ARA “Santa Cruz” y el ARA “Salta” se encuentran fuera de servicio en las instalaciones del astillero Tandanor y de la Base Naval de Mar del Plata, respectivamente. Sin unidades en servicio activo, la defensa marítima argentina pende de futuros proyectos a por venir. 

La reciente declaración del Presidente Javier Milei aviva la esperanza de reactivación de la Flota de Submarinos argentinos. Su afirmativa de compra de submarinos Scorpene y OPVs franceses, en beneficio de la Armada y Prefectura Naval Argentina, se asienta en antecedentes claves durante 2023 y 2024, cuando el Ministerio de Defensa relevaba en su lista de candidatos a los alemanes Tipo 209 NG de la compañia ThyssenKrupp Marine Systems y los franceses Scorpene , país con el que se firmó una carta de intención. 

TIPO 209 NGSCORPENE
Eslora (mts)6363.5
Desplazamiento (tn)15901600 a 2000 segun versión
Tripulación3032
Sistema de propulsiónDiesel-eléctrico con posible integración de baterías de plomo-ácido o de iones de litioDiesel-eléctrico junto a motor de imanes permanentes MAGTRONIC
Software de combateORCCASUBTICS
Armamento8 tubos lanzatorpedos6 tubos lanzatorpedos

El futuro de la defensa marítima argentina y sudamericana

Las experiencias de sus países vecinos, Chile y Brasil, puede reafirmar la futura decisión y confirmación de adquisición de los submarinos Scorpene. Con la posibilidad de incorporar 3 nuevas unidades con tecnologías de última generación, Argentina volvería a recuperar sus capacidades de disuasión, control y vigilancia a lo largo de su costa nacional y, a su vez, afirmar la presencia de nuevas empresas de defensa en la región, como el corriente programa de construcción de la clase HDS-1500MGP para la Marina de Guerra del Perú a cargo de SIMA Perú y Hyundai Heavy Industries Co. Ltd.   

Si los mencionados programas se concretan, la región pasaría a aumentar su dotación submarinista a un total aproximado de 30 unidades, entre astilleros nacionales, alemanes, franceses y surcoreanos. Las capacidades industriales se potenciarían con la transferencia tecnológica interempresarial, asentando precedentes únicos en la cooperación comercial y en defensa entre América del Sur y el mercado internacional. Con las amenazas transnacionales que representan un riesgo inminente contra la soberanía nacional y la integridad territorial, las posturas estratégicas deberían focalizar en el aumento cuantitativo y cualitativo de las capacidades de los países sudamericanos.  

*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-

Tal vez te interese: Tras el anuncio del Presidente Milei, la Armada Argentina se encamina a recuperar su Fuerza de Submarinos

7 COMENTARIOS

  1. Não entendo por que os países sul americanos não são mais unidos. Não acredito em ataques entre nós. Nossas ameaças são outras e deveríamos nos unir, como a Europa criou a OTAN e criar a nossa própria, tipo a ALADS: Aliança Latino Americana de Defesa e Segurança. 🙂

      • Y así nos fue con el TIAR en Malvinas… el único que respondió adecuadamente fue Perú, y un par de escalones más abajo Brasil… en primero en traicionar el TIAR fue EEUU y Chile (aunque es entendible casi nos vamos a la guerra un par de años antes) al unísono y Uruguay al día de hoy le da apoyo a Gran Bretaña en sus puertos y aeropuertos en escala desde y hacia las islas. Así de confiables somos

  2. Actualmente Argentina necesita submarinos y no tendría que hacer demasiada polémica si son de origen alemán o francés, los OPV no sé si hacen falta cuando la flota requiere incorporar nuevas unidades de superficie de mayor categoría.

  3. Yo diría que a los franceses no le tendrían que comprar nada, que nos pasó con los Exocet una orden de Europa que el técnico se fuera de argentina en la guerra de malvinas sistema operativo a medias.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor deje su comentario
Ingrese su nombre aquí

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.