Entre los días 27 y 28 de octubre, las Fuerzas de Autodefensa de Japón fueron puestas en alerta frente a la detección, en ambas jornadas, de fragatas y cruceros pertenecientes a las Armadas de China y Rusia que operaban cerca de las costas de los archipiélagos nipones. Frente a esta situación, desde las fuerzas se dispuso el alistamiento y despliegue de medios para vigilar y monitorear las actividades de buques rusos y chinos, mediante el empleo de una aeronave P-3C Orion del 5.º Grupo Aéreo Marítimo, con base en la Base Aérea de Naha, ubicada en Okinawa.

De acuerdo con el Ministerio de Defensa japonés, las fragatas detectadas corresponde dieron a la clase Jiangkai II ( o Tipo 054A), unidades de escolta en servicio con la Armada del Ejército Popular de Liberación con desplazamiento de casi 4.000 toneladas, y enfocadas en la realización de misiones antiaéreas, antisuperficie y antisubmarinas, conformando uno de los principales unidades en la flota de superficie china. Este nuevo tránsito se enmarca en una tendencia sostenida de la Armada china a proyectar sus fuerzas más allá de la denominada “primera cadena de islas”, lo que incrementa la presión en un entorno estratégico cada vez más sensible en torno al archipiélago de Okinawa y al suroeste nipón.
En este contexto, la JMSDF confirmó que las fragatas identificadas correspondían a las unidades con números de casco Binzhou “515” y Anyang “599”, las cuales fueron detectadas navegando a unos 80 kilómetros al oeste de la isla Kume, en la prefectura de Okinawa, antes de continuar su tránsito hacia el sureste y cruzar entre Okinawa y Miyako rumbo al Pacífico. Las operaciones de vigilancia estuvieron a cargo de un avión P-3C Orion del Quinto Grupo Aéreo Marítimo, que mantuvo seguimiento visual y electrónico de las embarcaciones durante todo su paso por la zona.
El espacio marítimo comprendido entre Okinawa y Miyako constituye una vía de acceso estratégica al Pacífico occidental y se encuentra bajo la responsabilidad operativa de la Fuerza Aérea de Autodefensa (JASDF). Las autoridades japonesas ya han advertido que los movimientos de unidades chinas —y, en ocasiones, rusas durante operaciones conjuntas— tienen como propósito evaluar la capacidad de respuesta japonesa, recopilar datos de sensores y, sobre todo, reforzar la proyección naval regional.

En paralelo a estos movimientos, el 28 de octubre el crucero lanzamisiles Varyag, buque insignia de la Flota del Pacífico de la Armada de Rusia, llevó a cabo maniobras de combate en el mar de Japón. Según informó el Ministerio de Defensa ruso, la unidad simuló un enfrentamiento con un grupo de buques y embarcaciones no tripuladas de un “enemigo convencional”, ejecutando ejercicios con su sistema de misiles antibuque P-1000 Vulkan, además de prácticas de defensa aérea y guerra electrónica. Las actividades incluyeron también entrenamientos de protección en fondeo, defensa química y control de averías.
*Fotografía de portada empleada con fines ilustrativos.
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