El Grupo de Combate Expedicionario ‘Dédalo 25-3’ de la Armada Española lideró las operaciones anfibias de UNITAS 2025 en la costa este de EE.UU., tras un cruce atlántico de 18 días y un intenso adiestramiento con 26 países aliados. La participación española se enmarca en la tercera fase del despliegue anual ‘Dédalo 25’, iniciado en enero y estructurado en etapas modulares. Esta fase atlántica, de cinco meses de duración, tiene como objetivo fortalecer la interoperabilidad con marinas aliadas, proyectar capacidades expedicionarias y contribuir a la disuasión colectiva en el marco de la OTAN.
Durante la travesía, el GCE ejecutó un intenso programa de adiestramiento en alta mar que incluyó maniobras aeronavales, escoltas, ejercicios de interdicción marítima y prácticas de desembarco con las lanchas del Grupo Naval de Playa. También se realizó un reabastecimiento en la mar con el petrolero estadounidense USNS Leroy Grumman y se incorporó un helicóptero SH-60F en Bermudas, reforzando las capacidades aéreas del contingente.
En el marco de UNITAS 2025, el GCE ‘Dédalo 25-3’ asumió el mando de la Fuerza Anfibia multinacional, liderando la planificación y ejecución del movimiento buque-costa de más de 300 infantes de marina y 30 vehículos. Las operaciones se desarrollaron desde el buque de asalto anfibio Galicia (L-51), que proyectó sus lanchas de desembarco LCM-1E y helicópteros SH-60F, en coordinación con el USS Arlington de la US Navy —dotado de aeronaves MV-22 Osprey y vehículos de colchón de aire LCAC— y el buque mexicano Papaloapan.
El Estado Mayor de la Defensa (EMAD) destacó en redes sociales que este desembarco fue la “máxima expresión de interoperabilidad entre 26 países aliados y amigos”, subrayando la capacidad de España para liderar una fuerza expedicionaria multinacional en un entorno complejo.
A su vez, el programa de UNITAS 2025 incluyó un amplio abanico de actividades. En tierra, el Batallón Reforzado de Desembarco de la Brigada de Infantería de Marina se adiestró en Camp Lejeune (Carolina del Norte), participando en ejercicios de combate urbano, fuego real y apoyo aéreo cercano junto a Marines estadounidenses y contingentes latinoamericanos.
Finalmente, cabe resaltar que se realizaron operaciones de interdicción marítima con abordajes simulados, ejercicios de tiro naval con fuego real en los que participaron las fragatas Canarias (F-86) y Almirante Juan de Borbón (F-102), maniobras de aprovisionamiento en la mar junto a unidades logísticas estadounidenses y operaciones aéreas combinadas con helicópteros españoles y aeronaves MV-22 Osprey.
Asimismo, el componente antisubmarino también tuvo protagonismo, con el SH-60B embarcado en la fragata Canarias ejecutando prácticas de detección y neutralización de amenazas submarinas.
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