El 26 de septiembre no fue un día más para la Fuerza Aérea de la India, como tampoco para la historia de la aviación militar. La jornada marcó el final de una era que se extendió por poco más de 62 años, en la que el caza MiG-21 custodió y protegió los cielos de la India, tanto en tiempos de paz como de guerra. La despedida del icónico avión de combate estuvo precedida también por la confirmación de que el país avanzará en la adquisición de más ejemplares de su reemplazo, el LCA Tejas Mk1A, con la firma de un contrato entre el gobierno indio y Hindustan Aeronautics Limited (HAL) por 97 aeronaves.
El acto principal de retiro del MiG-21 de la Fuerza Aérea de la India tuvo lugar en la Estación Aérea Chandigarh. Ubicada en la capital de los Estados de Punjab y Haryana, esta fue la última morada de la aeronave de combate, desde donde operaba dentro del Escuadrón N.º 28 “Panteras”.
La ceremonia fue encabezada por el ministro de Defensa de la India, Rajnath Singh, quien destacó el servicio prestado por generaciones de pilotos y tripulaciones que sirvieron al país desde los comandos del MiG-21, el cual, al momento de su incorporación en el año 1963, marcó un punto de quiebre para la Fuerza Aérea india, que ingresó a la era supersónica y permitió un desarrollo industrial que allanaría el camino para que HAL hoy esté produciendo su reemplazo, así como una futura generación de aeronaves.
Incorporado oficialmente para hacer frente a los F-104 de la Fuerza Aérea de Pakistán, el MiG-21 marcó un antes y un después para la India, ya que a partir de ese momento el país tendría como uno de sus principales proveedores de equipamiento militar a la Unión Soviética, y posteriormente a Rusia.
El bajo costo operativo, las múltiples opciones de pago que ofrecía en ese momento la URSS y la posibilidad de la producción local bajo licencia fueron claves para que la Fuerza Aérea de la India decidiera su incorporación. La cuestión de la producción local no es menor: ya para principios de la década de 1970, el país no solo ensamblaba las aeronaves, sino que las producía incorporando mejoras sucesivas, además de sumar capacidades industriales de las cuales la India se beneficia hasta el presente.
Que el sucesor del MiG-21 sea un caza de producción local, el LCA Tejas, es testimonio de la importancia que la aeronave de origen soviético tuvo para el complejo industrial aeronáutico encabezado por HAL, pero sostenido por cientos de empresas a lo largo y ancho del país.
En palabras del titular de la cartera de Defensa india: “El MiG-21 simboliza la continuidad del valor, la disciplina y el patriotismo que inspirarán el desarrollo del LCA-Tejas nacional y del futuro AMCA”.
La importancia del MiG-21 para la India no solo se limitó al aspecto industrial, sino que, desde su incorporación con el Escuadrón N.º 28 en el mes de marzo de 1963, tras completar el entrenamiento y la preparación en suelo soviético, el caza participó en todos los conflictos que el país ha librado.
En aquellos primeros años, el MiG-21 y sus pilotos demostraron que la decisión de su adquisición fue la correcta, cuando en diciembre de 1971 se enfrentaron en combate aéreo a los F-104 pakistaníes, saliendo victoriosos en cuatro oportunidades.
A su vez, también debe mencionarse que la aeronave sirvió durante muchos años para la formación de cientos, sino miles, de pilotos de la Fuerza Aérea de la India. Este hecho no debe dejar de ser señalado, ya que, de cara a la última parte de su historial de servicio, generó una fuerte atrición en la flota, con el saldo negativo de un importante número de accidentes operacionales.
Por último, como fue mencionado, el MiG-21 cede el testigo a una nueva generación de aeronaves de producción local encabezada por el nuevo caza ligero LCA Tejas, el cual está siendo incorporado al servicio en nuevas variantes.
Con su retiro, otro guerrero de la Guerra Fría dice adiós, siendo este el que, a la fecha, ostentaba el historial de servicio más prolongado de todos, con poco más de 62 años. El MiG-21 ingresa ahora en los anales de la historia de la aviación militar dejando una marca indeleble, y sumándose al recientemente retirado Sukhoi Su-22 de la Fuerza Aérea de Polonia, los R/F-5 Tiger II de la Fuerza Aérea Taiwán y los F-4 Phantom II surcoreanos.
*Fotografías: Ministerio de Defensa de la India.
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