A lo largo de los últimos días y semanas, la tensión en Europa es palpable. A la incursión de drones rusos registrada en Polonia hace diez días, se ha sumado toda una serie de episodios, lo que produjo que la OTAN pusiera en marcha la Operación Eastern Sentry, reforzada con aviones cazas, de apoyo, alerta temprana y personal adicional en su flanco Este.
Durante la jornada de ayer, un avión de combate surgido en los tiempos de la Guerra Fría, fruto de la mano y brillantez del bureau de diseño Mikoyan-Gurevich, fue protagonista de la violación del espacio aéreo de Estonia. Denominado MiG-31, o Foxhound por la OTAN, se trata de uno de los aviones más especializados en su clase, cuya función original y principal era la de ser un interceptor nato, a la caza de objetivos que buscaban vulnerar el espacio aéreo soviético —hoy ruso—. A pesar de sus años de servicio, puso en alerta a toda Europa mientras voló impune por espacio de doce minutos en cielos controlados por la alianza militar más grande del planeta. Esta es, a continuación, una breve reseña de su historia.

El sucesor del Foxbat
Tras las experiencias obtenidas con el MiG-25, designado Foxbat por la OTAN, los mandos soviéticos comprendieron que, a pesar de su gran velocidad de interceptación, la aeronave poseía importantes falencias en términos de maniobrabilidad, siendo muy difícil de volar a bajas velocidades. Era claro que debía ordenarse un reemplazo que pudiera solventar estos puntos débiles del diseño, además de aprovechar la experiencia acumulada durante su desarrollo y producción.
Es así que, en septiembre de 1975, los cielos de la entonces Unión Soviética dieron lugar al primer vuelo del prototipo del MiG-31, designado Ye-155MP. A pesar de ciertas similitudes con su antecesor, el Foxhound tenía como principales características, a simple vista, su configuración biplaza, destinada a acomodar a un operador del sistema de radar, quien guiaba la panoplia de misiles aire-aire de medio y largo alcance que portaba para su importante función de interceptador.

De esta forma, el MiG-31 se valía en aquellos primeros años de su velocidad, la cual alcanzaba Mach 2.83 a gran altitud gracias a sus dos inmensos motores turbofán Soloviev D-30F6 (provocando que la aeronave tuviera un peso máximo de 46 toneladas), así como de un potente radar.

Los “ojos” del interceptor se basaban en el radar de barrido electrónico pasivo (PESA) RP-31 Zaslon, convirtiendo al MiG-31 en la primera aeronave de combate equipada con esta nueva tecnología para la época. En el apartado del armamento, se destacaban los misiles de largo alcance Vympel R-33, con un alcance de casi 110 kilómetros. A su vez, también podía equiparse con misiles R-33S, dotados de ojiva nuclear, especialmente diseñados para el Foxhound.
El MiG-31 en servicio con las Fuerzas Aeroespaciales y la Armada de Rusia
Tras la implosión del bloque del Este a finales de los años 80 y principios de los 90, el Foxhound pasó a operar dentro de la Fuerza Aérea Rusa, integrándose desde 2015 a la Fuerza Aeroespacial Rusa (VKS), cumpliendo las mismas funciones. No obstante, a pesar de la introducción de diversas versiones, para mediados de los años 2000 comenzó a vislumbrarse la necesidad de emprender un programa de modernización de la aeronave, lo que desembocó en la introducción de la versión MiG-31BM (o Foxhound-C para la OTAN).

Esta variante, producida en la planta de aviación Sokol en Nizhny Nóvgorod, comprendía la modernización de buena parte de las aeronaves sobrevivientes y en mejores condiciones, con la instalación de nuevos equipos de aviónica. Entre las mejoras destacaba el reemplazo del radar Zaslon original por el más moderno Zaslon-AM, con un rango de detección de casi 240 kilómetros.
En el apartado del armamento, recibió nuevas versiones de los misiles aire-aire de largo alcance R-37M, así como de medio alcance R-77-1 (AA-12 Adder) y de corto alcance R-73.
Sin embargo, desde las autoridades militares rusas se planteó una nueva función para el interceptor: aprovechar su velocidad para penetrar espacio aéreo enemigo y atacar blancos de importancia.

El nuevo binomio MiG-31 y el misil hipersónico Kh-47M2 Kinzhal
Durante la última década, las Fuerzas Armadas Rusas se han convertido en pioneras en el empleo de misiles balísticos lanzados desde el aire, una tendencia que ha dejado de ser experimental para convertirse en realidad, con programas similares emprendidos tanto por la Fuerza Aérea de Estados Unidos como por la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación.

Como señalara el entonces jefe de la VKS, el general Sergei Surovikin, quien ocupó el cargo hasta agosto de 2023: “…el sistema Kinzhal aumenta sustancialmente las capacidades de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas para responder a cualquier posible acto de agresión contra nuestro país y, junto con otros sistemas de armas estratégicas, contribuirá a disuadir a posibles adversarios de precipitarse a la acción… La plataforma de ala fija de alta velocidad permite lanzar un misil con características de rendimiento únicas en cuestión de minutos. La unidad de propulsión principal montada en el misil aero-balístico acelera una ojiva a velocidad hipersónica en segundos. La maniobra del misil a velocidades que superan varias veces la velocidad del sonido le permite eludir con facilidad todos los sistemas de defensa antiaérea y de defensa contra misiles antibalísticos existentes o en fase de desarrollo.”

A su vez, la retórica rusa no quedó meramente en discursos, ya que este binomio fue puesto en combate durante la invasión a Ucrania iniciada en febrero de 2022, siendo desplegado en ataques contra objetivos estratégicos ucranianos desde los Regimientos de Aviación de Largo Alcance.
Por último, como se mencionó, estas breves líneas no pretendieron ni buscaron ser la historia al detalle del MiG-31, sino una reseña para el lector en vista del protagonismo que la aeronave tuvo en los recientes episodios en Estonia. Solo resta mencionar que, en base a estimaciones, sumando todas las versiones en servicio tanto con la VKS como con la Armada, las Fuerzas Militares de la Federación Rusa contarían con un estimado de más de cien Foxhound en servicio, cifra que se habría visto reducida por la atrición de más de tres años de conflicto, así como por pérdidas registradas en accidentes operacionales.
Si bien los MiG-31K tienen por misión principal el ataque a objetivos mediante los misiles Kinzhal, además de la escolta de bombarderos, como se evidenció en el recientemente finalizado Ejercicio ZAPAD 2025, la función principal de los MiG-31BM sigue siendo la de custodiar las vastas extensiones del norte de Rusia, desde Murmansk y Moscú, atravesando la inmensidad de la estepa siberiana hasta las costas de la península de Kamchatka y adentrándose en el Pacífico, defendiendo las bases allí presentes, donde destaca la imponente base naval de Vladivostok.
*Fotografía de portada vía @hira_den.
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