Horas atrás, un anuncio volvió a sacudir y tensionar a Europa, con la confirmación de que cazas interceptores MiG-31 de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS) violaron por espacio de doce minutos el espacio aéreo de Estonia en el Golfo de Finlandia. La noticia, dada a conocer por portavoces de la OTAN, fue seguida por más reportes de despliegues de aviones de combate de las Fuerzas Aéreas de Italia, Finlandia y Suecia, actualmente operando en la región en misiones de Policía Aérea.

Desde la pasada semana, tras la incursión de drones rusos en territorio polaco, la OTAN dispuso el refuerzo de su presencia en Europa del Este. Dada a conocer como Operación Eastern Sentry, los miembros de la Alianza Atlántica dispusieron el envío de más cazas, aviones de apoyo y medios asociados a diversos despliegues en territorio polaco y de países del Báltico.

Con estos antecedentes recientes, durante la jornada de hoy, 19 de septiembre, cazas interceptores MiG-31 de las VKS violaron el espacio aéreo de Estonia sobre la isla de Vaindloo, ubicada en el Golfo de Finlandia y a más de 96 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado.

Si bien no se brindaron mayores detalles sobre la respuesta de la OTAN, los aviones rusos —que durante su vuelo de doce minutos se encontraban armados con misiles aire-aire R-73— fueron interceptados y escoltados por cazas JAS-39 Gripen y F-35A de las Fuerzas Aéreas de Suecia e Italia, respectivamente.

Tras el episodio, diversos miembros de la Alianza expresaron su condena al hecho, mientras se reportaba desde otras localizaciones que la presencia de los MiG-31 no fue un hecho aislado. Más en detalle, posteriormente fue confirmada por la Fuerza Aérea de Alemania la interceptación de un avión de inteligencia de señales (SIGINT) operando cerca del espacio aéreo de la OTAN, pero sin violarlo.

Las conclusiones preliminares de los hechos pueden englobarse como uno de los intentos más flagrantes de poner a prueba las capacidades de reacción y respuesta de los medios aéreos y terrestres de la OTAN desplegados en el Báltico. Como viene siendo reportado desde hace varios días, las principales fuerzas militares de la Alianza poseen y mantienen medios militares en la región, siendo el caso de cazas F-35, Eurofighter y Rafale, al igual que diversos sistemas de defensa aérea, destacando baterías Patriot y NASAMS.

Por su parte, en vista de la gravedad de la situación, y emulando la respuesta de Polonia días atrás a raíz de la incursión de drones rusos, el gobierno de Estonia está evaluando la invocación del Artículo 4 de la OTAN, por el cual, como indica Escenario Mundial, establece que: “los aliados deben reunirse para consultas cuando uno de ellos considere que su integridad territorial, independencia política o seguridad están en riesgo. Aunque no implica automáticamente una respuesta militar —como lo haría el Artículo 5—, constituye un paso político significativo que eleva el nivel de alerta de la Alianza”.

Fotografía empleada a modo de ilustración

Por último, y de cara a las Fuerzas Armadas Rusas, no debe dejarse de señalar que han finalizado recientemente el Ejercicio ZAPAD 2025 CON Bielorrusia. Durante el transcurso de las maniobras militares destacado la realización de diversas patrullas y escoltas de bombarderos estratégicos Tu-22 y Tu-160 realizadas por interceptores MiG-31BM, una de las versiones más avanzadas de la aeronave; inclusive varias de estos interceptores, designados como MiG-31K, fueron modificados y adaptados para fungir como plataformas de lanzamiento de misiles balísticos Kinzhal.

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