A meses de finalizar la Operación Sindoor, autoridades de la Fuerza Aérea de Pakistán confirmaron de forma oficial que en sus misiones defensivas se logró efectuar el derribo de siete aeronaves y un dron de la contraparte India, destacando que cuatro de estas aeronaves eran cazas Rafale de fabricación francesa. Particularmente, la novedad fue deslizada por el teniente general retirado Khalid Kidwai, quién llevó a cabo una conferencia de prensa en la que incluso indicó los números de cola de cada aeronave derribada: BS001, BS021, BS022, BS027.

Cabe destacar en este punto, que esta es la primera vez que uno de los bandos confirma de forma oficial el número de derribos efectuados durante las hostilidades, en tanto por el momento solamente existían especulaciones de fuentes de inteligencia abierta (OSINT) y de funcionarios que declaraban en condición de anonimato para reportes de medios de comunicación; complementados por frases poco detalladas al respecto de autoridades institucionales de cada Fuerza Aérea. Ejemplo ilustrativo de ello puede hallarse en el mes de mayo, momento en el que el Director General de Operaciones Aéreas (DGAO) de la Fuerza Aérea de la India, el mariscal del aire Awadesh Kumar Bharti, quién indicaba que “las pérdidas son parte del combate“.

En línea con ello, representantes de cada fuerza declararon anónimamente a Reuters que los derribos efectuados por las aeronaves pakistaníes habían sido efectuados haciendo uso de los misiles PL-15E, de fabricación china al igual que los cazas J-10C utilizados para lanzarlos. Específicamente, desde el bando pakistaní se hablaba de bajas enemigas gracias al aprovechamiento de fallos en la inteligencia india, que atribuía al mencionado armamento un alcance de unos 150 kilómetros cuando realmente este sería de 200 kilómetros; lo que facilitó la realización de ataques a largas distancias con pilotos enemigos completamente desprevenidos.

Agregado a ello, los funcionarios pakistaníes destacaron que el país había logrado configurar una extensa red de sensores terrestres, aéreos y espaciales de vigilancia aérea que le permitía lograr un amplio conocimiento del escenario de combate para informar a sus propios cazas; dicha red fue denominada bajo el término “cadenas de ataque“. En detalle, se manifestó que China aportó la mayor parte de dichos equipos y que estos fueron coordinados por un sistema Data Link 17 de fabricación local, dando cuenta una vez mas del estrecho vínculo que ambos países comparten en materia de defensa. Tras el conflicto, el Gigante Asiático incluso envió a uno de sus generales para obtener mayor información sobre el desempeño de la red.

Mas allá de estas particularidades, también resulta de utilidad recordar que la información presentada por el teniente general Kidwai se da a conocer a la par que India avanza con sus planes de adquirir un importante lote de 114 cazas Rafale adicionales, estando en etapas avanzadas de evaluación de la propuesta presentada por la Fuerza Aérea que destaca por integrar al complejo militar-industrial local en su fabricación. De poder concretarse dicha operación, Nueva Delhi podría contar con una flota de hasta 176 aeronaves de dicha clase en total, incluyendo 26 unidades de la variante naval adquiridas para equipar a los portaaviones INS Vikrant e INS Vikramaditya. Esto no es un dato menor, teniendo en cuenta que le permitirá conformar nuevos escuadrones de combate, una necesidad considerando que la fuerza se encuentra a mas de 10 escuadrones operativos para cumplir las propias metas estratégicas.

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo

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